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martes, 5 de noviembre de 2019

No se trata de cobrar más, sino de cotizar más

Entrevista publicada por Armando Recio en madridsindical.es el 04/11/2019

Ainhoa Tirapu, portera y capitana del Athletic Club Femenino con 15 temporadas en el equipo bilbaíno y 46 veces internacional con la selección española, es la que da voz a la lucha de todas sus compañeras en un conflicto laboral que las ha llevado a convocar una huelga para reivindicar unas condiciones de trabajo dignas y a ser tratadas como lo que son, jugadoras profesionales de fútbol. Al cierre de esta edición, la jornada que debería celebrarse los días 16 y 17 de noviembre sigue marcada en rojo en el calendario por la huelga en el fútbol femenino. Licenciada en Químicas, Ainhoa también acaba de publicar su autobiografía, Bizitzaeskukadaka, que podría traducirse como La vida a manotazos.


(Foto: Athletic Club)

La huelga es el último recurso de la clase trabajadora ¿Qué ha ocurrido para que tengáis que llegar a este extremo, por qué vais a la huelga?

Llevamos un año de negociaciones. Desde el principio nos costó mucho ponernos de acuerdo con la patronal (la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, ACFF). Ha habido puntos en los que sí nos hemos puesto de acuerdo pero sobre todo hay dos que han bloqueado la negociación. Por un lado las jugadoras del B, por así decirlo, porque se dan situaciones en el fútbol femenino en las que hay jugadoras con ficha del B que están entrenando todo el año con el primer equipo, pero como no disputan una cantidad determinada de minutos, pues no les afectaría el convenio. Los clubes quieren que jueguen la mitad de los partidos para entrar en convenio y nosotras consideramos que el hecho de estar entrenando todos los días con el primer equipo e ir convocadas a los partidos, ya es suficiente para tenerlas en cuenta.
Nuestra situación es precaria, no como en el fútbol masculino en el que igual un jugador del B ya tiene unas condiciones mínimas y hasta que no juega 10 partidos en primera no entra en el convenio de jugadores de Primera División. En nuestro caso, si ya partimos de unas condiciones precarias las jugadoras de Primera División, ya ni te cuento las de segunda. Si encima están metiendo todas esas horas a cambio de nada, nos parecía un poco injusto.

Y luego está el tema de la parcialidad, porque nos vemos en la situación de jugadoras que han estado jugando veinte años e igual solo han cotizado dos. Es verdad que el crecimiento del futbol femenino viene ahora y es ahora cuando se empieza a cotizar, a tener contratos regularizados y que es difícil haber cotizado veinte años atrás. Pero también es verdad que a día de hoy hay contratos de parcialidades del 50%, y alguno me atrevería a decir que incluso de menos del 50% de la jornada. Cinco días de entrenamiento, más partido, más viajes, considerarlo media jornada… nosotras lo vemos como un poco fraudulento, porque entendemos que estamos metiendo horas suficientes como para considerar nuestra profesión como jornada completa.

Aun así, y para llegar a un acuerdo con la Asociación de Clubes, decidimos rebajar nuestras líneas rojas hasta el 75% de la jornada. Pedimos un salario mínimo de 16.000 euros anuales, que si se reduce al 75% de la jornada se quedaría en 12.000, que a día de hoy es menos del Salario Mínimo Interprofesional para cualquier trabajador. No estamos pidiendo grandes barbaridades.

¿Por qué se niegan los clubes a aceptar una condición tan razonable? Incluso el presidente de la ACFF ha afirmado que no entiende por qué tanta premura en la profesionalización y con vuestras peticiones si por encima de vosotras solo están la ACB y la Segunda División masculina ¿Es tan descabellado pedir que se cotice por el tiempo que se trabaja y que sois futbolistas las 24 horas del día?

Yo, en realidad, no entiendo cómo no ha habido inspecciones de trabajo antes. Porque al final, si yo estoy cotizando media jornada o menos y estoy haciendo más horas… En estos casos, los clubes que han hecho fichar a sus jugadoras para controlar los horarios les pedían firmar a la entrada y a la salida de los entrenamientos pero, claro, ahí no se cuentan los viajes, si hay que asistir a algún evento, si tengo que ir a una visita al médico porque me exigen una revisión médica… Muchas cosas quedan fuera, no son contabilizadas y forman parte de nuestro trabajo. Además, en el contrato normalmente suele poner que tienes que estar a disposición del club para los eventos, las promociones y demás cosas que exija el club.

Pero sobre todo insistimos en el tema de la jornada, no porque sea un capricho nuestro, sino porque tenemos que pensar en nuestro futuro. Lo que no puede ser es que llegues a la edad de jubilación y te acuerdes de cuando eras futbolista porque de los veinte años que metiste solo cotizaste la mitad, y a lo mejor ahora no tienes suficiente cotización para jubilarte y tienes que trabajar otros cinco, o se te queda una jubilación muy baja. O también está el tema de la incapacidad. Si tú te quedas incapacitada por una lesión grave, también hay que tener en cuenta la cotización. Al final parece que la cotización no importa, que es un tema baladí, pero lleva muchas cosas asociadas. Como el tema del paro. ¿Cuántos años debería jugar al fútbol a media jornada para generar paro?

En el convenio que exigís también reivindicáis derechos básicos que tendría cualquier trabajadora, como un salario mínimo digno, un protocolo contra el acoso sexual, cuestiones relativas al embarazo, maternidad, lactancia o incapacidad laboral ¿Qué objeciones están poniendo los clubes ante estas peticiones?

En realidad en esos temas concretos no ponen tantas objeciones, pero sí que es verdad que nosotras nos vemos en determinadas situaciones en las que las jugadoras que se lesionan de gravedad, imagínate una lesión de rodilla, que son seis meses, pues si ya tienes un salario precario y encima te reducen un 30% porque estás de baja… Pues imagina la situación de esa jugadora seis meses metiendo más horas, porque normalmente cuando te estás recuperando y readaptando metes más horas que las que están entrenando normal, si encima perciben menos salario y se ven mucho más perjudicadas aún porque ese 30% no te lo pagan los clubes y lo acabas invirtiendo tú.
Es verdad que hay clubes que tienen una realidad diferente, pero yo cuando hablo lo hago en nombre de todas y no de mi situación personal, que al final es buena porque tengo la suerte de estar en el club en el que estoy y estoy protegida. Pero cuando hablamos del convenio buscamos qué es lo mínimo que tendría que tener una jugadora para ser jugadora de Primera División.

Al final se trata de que sea un trabajo digno y de que los jóvenes talentos tengan posibilidades de verlo como una carrera profesional, y no tengan la tentación de dejarlo por seguir estudiando únicamente. Lo normal es que las futbolistas tengan estudios y sigan siendo futbolistas, es totalmente compatible. Pero se dan muchos casos en los que los jóvenes talentos prefieren centrarse exclusivamente en sus estudios porque no perciben esto como un trabajo digno del que vayan a sacar un rendimiento. Al final toman una decisión y ahí corremos el riesgo de perder muchos jóvenes valores.

¿Tienes conocimiento de que en algún club se hayan llegado a firmar las llamadas cláusulas ‘antiembarazo’?

A día de hoy no. En los clubes de Primera División, no. Otra cosa es la realidad actual, que cuanto tú tienes un salario y un trabajo precario ni siquiera te planteas ser madre. Lo que pasa es que no se dan las situaciones, pero es injusto que no se den. Al final, si alguien quiere ser madre y quiere seguir jugando al fútbol debería tener la posibilidad de hacerlo como en cualquier otro trabajo. Pero si tienes un trabajo precario y no llegas a fin de mes… Pero tampoco tenemos casos en los que se haya cometido esta injusticia. Aun así, creo que es importante protegerlo porque al final eres deportista, e imagínate que se te acaba el contrato en junio y te quedas embarazada antes. Y no es que te estén echando, pero tampoco te están renovando.

¿Cuántas jugadoras se verían afectadas por estos paros?

Votamos a favor de la huelga 217, pero en la liga somos más de 300. Es verdad que hay 106 extranjeras y normalmente, cuando vienes de fuera, te involucras un poco menos en estos temas. Hubo algunas que sí participaron en la asamblea pero hubo también otras tantas que no lo hicieron. Es más complicado, pero muchas de ellas pararán por solidaridad con sus compañeras. Aunque no estuvieran en la asamblea y no hayan votado, al final todas somos un equipo y eso lo dejamos claro y entendemos que vamos todas juntas.

A veces da la impresión de que desde algunos ámbitos se trata de establecer paralelismos entre el fútbol masculino y vuestras reivindicaciones y lo reducen a una cuestión de dinero cuando se trata de derechos de trabajadoras y profesionales. Incluso hay medios que publican encuestas en las que preguntan si las futbolistas deberían cobrar más dinero ¿Cómo valoráis que está siendo percibido este conflicto?

Para tumbar una petición muy justa, porque yo creo que es muy justa y que nadie pondría en duda, qué argumento pueden utilizar, pues el argumento del dinero, que quieren cobrar como los futbolistas de primera sin generarlo. Pero eso no es lo que estamos pidiendo ni por asomo.

No se trata de cobrar más, sino de cotizar más. Yo insisto muchísimo en este tema, porque si quisiésemos cobrar más hubiésemos aceptado el acuerdo que nos ofrecía la patronal, en el que nos pedían que firmásemos un documento de petición al Consejo Superior de Deportes para que el CSD le pidiese a la Federación que le cediese competencias. Y a cambio de eso nos ofrecían un salario mínimo de 20.000 euros. Resulta que hace unos meses me ofrecían un salario mínimo de 20.000 euros a cambio de que la Federación te ceda competencias de la competición y que yo te apoye en esa petición, y ahora dices que no puedes llegar a 12.000 al 75% de la jornada.
Lo que no puedes es llegar a actualizar a gente a la que le estás pagando 40.000 euros anuales por media jornada y subirles a 60.000.

Además, esa nunca ha sido vuestra pretensión

Qué va. De hecho, hasta alguien me escribió desde Canadá en redes sociales diciéndome que para cobrar lo mismo había que generar lo mismo. Le dije ¿pero tú te has leído las reivindicaciones? Le recomendé que se informara mejor o que utilizase medios mejor informados. Es verdad que nosotras no generamos tanto, pero también lo es que no se ha invertido tanto como se ha invertido en el masculino.
Al final, FIFA dice que hay que fomentar el fútbol femenino para que genere recursos y demás, pero FIFA invirtió mucho más dinero en el masculino de lo que ha invertido nunca en el femenino. Entonces, si no inviertes lo mismo es difícil obtener los mismos recursos. Para conseguir el mismo retorno tienes que hace la misma inversión y no se está haciendo.
Yo entiendo que los clubes digan que no tienen tanto dinero, que no pueden. Pero aquí está empezando a entrar dinero y nadie nos habla de los ingresos pero sí de los gastos que supone ajustarse al convenio.

Desde el periodismo deportivo habéis encontrado una buena acogida también, o sigue habiendo incomprensión y muchas resistencias, como se desprende de algunas polémicas declaraciones que hemos podido escuchar recientemente

La verdad es que estoy contenta, porque mi teléfono no para de sonar. Bajo de entrenar y me encuentro diez llamadas perdidas, mensajes, un montón de medios interesados. Incluso me han llamado de la BBC, desde México, en Alemania también se han hecho eco de la noticia. Hay interés por lo que está pasando y los periodistas, en general, entienden nuestras peticiones. Es verdad que siempre hay gente que opina diferente y tiene que haberla, pero sí que es verdad que hay comentarios que son faltas de respeto. Hay un periodista que ha hecho recientemente unos comentarios que me parecen una falta de respeto, pero nadie le pide que le guste el fútbol femenino y que quiera verlo.

Hay periodistas, al menos en radio, que cuando entrevistan a una futbolista emplean un cierto tono paternalista que no utilizarían con otros jugadores.

Yo, sinceramente, solo he tenido malas experiencias con un medio de comunicación y un periodista con el que no me gustaría volver a realizar entrevistas. Con el resto no he tenido problemas pero, sin que suene mal, creo que soy lo suficientemente coherente y clara a la hora de hablar como para no dejar espacio al paternalismo. Y si lo veo y lo detecto, seguramente responda y lo corte.

Al final parece que se juntan la ignorancia y el machismo a la hora de abordar vuestro problema.

Puedes creer que no nos merecemos el convenio y argumentármelo por donde quieras. Pero si utilizas que queremos cobrar como un chico o que no generamos… No estamos pidiendo nada por encima de lo que se genera. Depende de la argumentación que me des, aceptaré tu punto de vista contrario o no. Pero la realidad es que los argumentos que se están utilizando parten de la ignorancia. Primero, de las peticiones que hacemos. Y segundo, de lo que genera el fútbol femenino.

Hay un equipo de nuestra competición a día de hoy que ingresa más de lo que invierte. Y a partir de ahí, ahora han decidido invertir más para tener mejor equipo, pero en realidad ya tenían saneado el presupuesto con patrocinadores y demás. Entonces, no me pueden decir que no se genera. Además, esta es la historia de siempre. En el fútbol masculino, con las deudas que hay, ¿generan lo que están pagando? Habrá clubes que sí y otros que no. Y lo mismo pasa aquí.

¿La precariedad que sufrís en el fútbol femenino puede suponer un lastre para las próximas generaciones de futbolistas?

Para mí sí. Porque al final, en el momento en el que tienes que tomar decisiones, cuando estás en plena adolescencia, seguramente cuando termines el bachillerato y tengas que elegir entre seguir una carrera estudiantil… porque hay algunas carreras que son más más fáciles de compaginar que otras. Yo hice una carrera experimental y me costó la vida, porque las prácticas eran de asistencia obligatoria y yo no podía ir. Hay otras que son más teóricas y son más fáciles de compaginar. Y eso lo asumes, te tomas tu tiempo. Pero yo lo hice a cambio de nada y no todo el mundo quiere hacerlo a cambio de nada.
Entonces, si tú ves que te puedes ganar la vida bien, que puedes ser independiente, y además aprovechar tu tiempo e ir sacándote una carrera para el futuro, lo ves diferente. Ahora, si ves que lo vas a hacer por amor al arte y vas a priorizar el fútbol sobre los estudios para que luego no veas un retorno pues tal vez creas que no te compensa. Igual que ha habido gente que ha tenido que retirarse porque en su trabajo le exigían unos horarios que no eran compatibles con el fútbol. Y ha pasado y sigue pasando.

Se podría decir que es imposible impulsar el fútbol femenino si no se mejoran las condiciones de trabajo de sus futbolistas.

Para mí es el escalón a partir del cual seguir creciendo. Si tú no estabilizas un poco la competición y la regulas también, porque hay mucha disparidad entre clubes, o en un mismo club entre jugadoras fichadas o jugadoras de casa, si no tienes un mínimo digno, cómo vas a seguir creciendo a partir de ahí. Las que están por debajo del mínimo acabarán yéndose y desmontando la competición.

Después de 19 reuniones, y tras la mantenida ante el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) ¿qué ocurre para que esto siga estancado y dónde va acabar?
Dicen que ajustarse a convenio les supone 1,6 millones de euros. El único dato económico que nos han dado en todo este tiempo de negociación ha sido el gasto que les supone subir al 75% de cotización. Pero claro, ahí entran los casos que te he comentado. A una jugadora que cobre 40.000 euros al año le tendrían que subir a 60.000, pero esos son casos muy concretos de jugadoras estrellas. Esos no son los casos que nos preocupan, nos preocupa la gente que está con muchísima más precariedad. Y aun así, que esas jugadoras no estén cotizando mínimo ese 75%, es igual de fraudulento.