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sábado, 31 de marzo de 2018

Ser, estar y parecerse

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 30/03/2018


Nueve partidos son los que quedan para finalizar la Liga, de los cuales cinco son en San Mamés -Celta, Deportivo, Levante, Betis y Espanyol- y cuatro fuera de casa -Villarreal, Real Madrid, Real Sociedad y Alavés-. Partiendo desde el decimotercer puesto en la clasificación, sin peligro de descenso, y a ocho puntos del séptimo, que puede dar acceso a la Europa League, el Athletic debe, sobre todo en los dos próximos partidos, definir si tiene alguna opción real de pelear por esa séptima plaza o quedarse en tierra de nadie y sin objetivos clasificatorios en los últimos partidos de esta temporada 2017-2018, que encara su recta final.

El Athletic necesita SER valiente, ambicioso, pero sobre todo reconocible en un estilo. Un equipo que pelee de tú a tú con estos dos rivales -Celta y Villarreal-, que están mejor clasificados y a los que necesita ganar para, además de recortarles puntos, creerse verdaderamente que pelear por entrar en Europa no es imposible a pesar de la distancia en la clasificación y las pocas sensaciones positivas que ha dejado el equipo hasta este momento a lo largo de la temporada.

Conformarse con ESTAR donde está y dar la temporada por finalizada. Ir dejando pasar los partidos, con la ilusión de que alguno salga bien, pero sin la ambición de proponerte quedar los más alto posible en la clasificación sería una opción dura de digerir y fuera de las características del ADN que debe tener el Athletic.

PARECERSE al equipo que ha venido siendo hasta ahora, con muchas más sombras que luces. Mostrando un querer y no poder y, sobre todo, sin encontrar soluciones de mejora a pesar de los intentos realizados. Esto dejaría una percepción de impotencia ya que finalizaría la temporada con la sensación de que no ha sabido o no ha podido encontrarse, a lo largo del transcurso de la misma.

Celta y Villarreal son dos equipos a los que el Athletic debe y puede mirar a la cara sin complejos. Estos dos partidos servirán como espejo en el que calibrarnos, y decirnos finalmente cómo vamos a vernos en este tramo final de la campaña. Esperemos que el equipo tome la opción de SER, de querer, de jugar con las características que han hecho y hacen a este club grande y único. Entrar en Europa está muy difícil, no vamos a engañarnos, pero no por eso hay que dejar de intentarlo. Tomar cualquiera de las otras dos opciones y dejarse llevar no solo dejaría un final de curso duro, largo y una losa hasta el último partido para el cuerpo técnico y los jugadores, sino que sería un gran paso atrás en el mensaje que este club debe manejar siempre en todas sus estructuras: ser ambiciosos e intentarlo hasta el final, por muy difícil que estén los objetivos.