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lunes, 21 de noviembre de 2011

Entrevista a: Andoni Goikoetxea

(Entrevista publicada en el diario Deia el 8 de octubre de 2011 por Jose Luis Artetxe)

"Antes había un gran respeto al veterano: veías a 'El Txopo' y se te ponía la carne de gallina"

Andoni Goikoetxea
Andoni Goikoetxea Olaskoaga (Alonsotegi, 1956) es uno de los protagonistas de la última época dorada del Athletic. Participó en la consecución de los dos títulos de Liga, uno de Copa y otro de Supercopa que, de momento, completan el palmarés de la entidad rojiblanca

BILBAO. Su planta y su forma de jugar hicieron de él un representante ideal de algunos valores que tradicionalmente se han asociado al futbolista del Athletic. Potencia, valentía, generosidad, son términos que condensan lo que fue y siempre será en la memoria del aficionado rojiblanco. Su vida nunca ha dejado de estar vinculada al fútbol, ejerce de técnico desde que colgó las botas y posee una trayectoria densa en los banquillos que, sin embargo, no incluye el del Athletic. Es la espina que tiene clavada quien debutase en San Mamés defendiendo los colores del Arbuyo. Aquel chaval sería luego uno de los centrales más importantes que ha tenido el club, en cuya historia aparece como el defensa más prolífico, con 44 goles.

¿Qué hace en la actualidad?

Ver fútbol, comentar, hablar de fútbol. Profesionalmente estoy parado y, como suelo decir, esperando a que venga un presidente inteligente y me fiche para seguir trabajando, que es lo que llevo haciendo en el fútbol desde los 18 años. De nuestra profesión hemos hecho nuestra pasión y ahí estamos, esperando.

No hace tanto tuvo una oportunidad de trabajo que quedó frustrada en las elecciones en el Athletic.

Esa película se ha malentendido o algunos no la han querido entender. Faltando diez o quince días para las elecciones, me llamó una candidatura. Si ganaba, entraba en el organigrama de Lezama, donde Jabo Irureta iba a ser el jefe y me hacía ilusión trabajar con él. A una oferta así no te puedes negar y dije que sí. García Macua no ganó las elecciones y me quedé en la misma situación en que estaba. Nada más.

Bien, pero ¿qué es lo que no se ha entendido?

Yo voy siempre con el Athletic, las personas pasamos. Para mí el Athletic es la entidad con la que nací y a la que le debo el 90% de lo que soy. Creo que nadie debe clasificarme por ese paso que di. A mí me llamaron para un trabajo, no fui yo. Si hubiese ido con una candidatura concreta, habría estado metido dos meses antes. Soy consciente también que si me llaman es por el tema de los votos, porque yo puedo arrastrar un número de votos conmigo.

Al decir esto reconoce que en cierta forma fue utilizado.

Pues sí. Mira, de los últimos que ganamos algo en el Athletic, hay muy pocos que se han incorporado al club, cuando pienso que para los niños es importante tener referencias, como sucede por ejemplo en el Bayern, donde trabajan Rummenigge, Hoeness, etcétera. Digo tranquilamente esto y se puede malinterpretar, pero considero un valor que en el club haya gente que represente al Athletic que cosechó triunfos importantes. Es como lo de Josu Urrutia. Él no ganó títulos, pero ha sido un futbolista bueno, emblemático, y me parece un valor que haya querido presentarse para presidente. Urrutia, como otros, es un activo fundamental del club y sé que él es alguien que va a intentar servir al club. Y conste que no lo digo porque haya ganado.

Volviendo al trabajo de entrenador, la cosa está complicada.

Por muchas razones. En primer lugar porque en cada equipo hay 25 jugadores, pero sólo un entrenador. Yo espero seguir trabajando, decir lo contrario sería una gilipollez.

Por ganas e ilusión que no quede.

Me considero joven y estoy con fuerzas para estar ahí. Si uno pierde la ilusión por su profesión… Disfruto trabajando, me siento identificado con el fútbol y quiero trabajar. El fútbol me gusta, es mi vida.

Es posible que haya quien no le considere tan joven. Hay muchos técnicos que lo son más que usted.

En todo hay una edad para retirarse e ir dejando paso a los que vienen por detrás, pero no creo que sea mi caso.

Lo cierto es que usted ha dirigido a muchos equipos, pero no ha podido hacerlo en el Athletic.

Creo que soy un valor del Athletic y no he tenido la oportunidad de estar en el Athletic. Llevo trabajando desde 1990, cuando dejé de ser jugador. En 1992 ya lleve selecciones de España. He estado en el Salamanca, Numancia, Compostela, Rayo, Hércules… Me gustaría trabajar por y para el Athletic, pero las circunstancias no se han dado. Fíjate si no ha entrenado al Athletic gente con menos currículum, pero… Desde luego no tengo ningún sentimiento negativo hacia el Athletic, solo tengo agradecimiento, un profundo cariño, aunque me quede la pregunta de ¿yo por qué no?

Estar en Lezama sí que estuvo.

Año y pico. En 1990 empecé en los juveniles, como ayudante de Iñaki Sáez. Luego de 1992 a 1996 Javi (Clemente) me llevó a la selección. Con los sub'18 fuimos campeones de Europa y subcampeones con los sub'21. Estuve con Javi en el Mundial de Estados Unidos y en la Eurocopa de Inglaterra. Fue una intensa etapa de aprendizaje.

Sí, no es cualquier sitio.

Entrenar a selecciones te permite tener una visión global del fútbol. Recuerdo por ejemplo que en la sub'18 tuve a Raúl, con solo 15 años; allí despuntó. Estando en esos niveles ves todo. Mira cómo salió Joseba Etxeberria: hizo un Mundial fantástico en Catar, le sustituyó a Morientes que se lesionó contra Rusia y acabó como máximo goleador. Entonces es cuando le ficha José Mari Arrate. Es un rodaje y se aprenden muchas cosas, conoces gente que te estimula. Uno ha podido tener una trayectoria dilatada como jugador, pero aunque se trate del mismo negocio, la de entrenador es otra parcela.

Ha conocido después muchos destinos, pero habrá alguno que le haya quedado más grabado.

Me quedaría con el ascenso a Primera con el Salamanca. Una etapa preciosa. Pero tampoco olvido la de Numancia, donde mantuve al equipo en Primera, algo que no se ha repetido. En el Hércules se hizo la mejor campaña en veinte años, pese a no ascender. Me quedo con el reconocimiento de las personas de todos sitios, pero con una mención especial para la gente de Soria. Y tampoco olvido los fracasos, que siempre hay fracasos. En el Racing, por ejemplo, no logre el objetivo y me destituyeron.

Ningún técnico que esté años en activo se libra del fracaso.

¿Qué es el éxito? Es el último peldaño de una escalera de gallinero que está llena de porquería. A veces se llega a él y otras veces no, o bajas más. Le he escuchado a Bielsa decir que había tenido muchos fracasos. Quien no diga eso anda mal, no dice la verdad. Todos los técnicos pasan por todos los trances. Aquel a quien no han echado de varios equipos no se puede considerar entrenador.

¿En alguna oportunidad, ocupando otro banquillo, se ha cruzado con el Athletic?

Con el Numancia recuerdo que empatamos a cero y le expulsaron a Julen Guerrero, la única vez que le han echado, fue muy surrealista. Con el Hércules jugué en Copa contra el Athletic y ahí le tuvimos un poco contra las cuerdas. Me preguntarás que cómo tenía el corazón en esos partidos. Pues no lo tuve partido, trabajas para el equipo que te paga y toda tu profesionalidad la vuelcas ahí.

¿Qué tipo de propuestas ha recibido últimamente?

La ultima de un equipo de Primera de Rumania, pero tenía que ir yo solo; los ayudantes los ponía el club, y no me atraía la idea.

La Liga exporta técnicos y jugadores, algo que antes no sucedía.

El fútbol español está en auge, se cotiza más. Hace años había la idea de que los técnicos extranjeros eran mejores, pero no es así; hay de todo, como aquí, igual que vienen muchos jugadores de medio pelo.

¿Cómo ve al Athletic después de tantos años al margen de su disciplina?

Ha crecido mucho en todos los sentidos: en medios, campos, servicio médico. La sede es ahora un palacio y antes, una oficina de 200 metros cuadrados,… Eso es bueno, es el progreso, pero también se ha ido perdiendo algo de encanto, de trato más normal de los jugadores con la prensa… No es sólo en el Athletic, pero antes se hacía todo más de tú a tú. Ahora todo tiene una magnitud mayor, están los medios de comunicación que condicionan mucho, el jugador está mejor reconocido en lo económico, los presupuestos han crecido mucho y generan muchas cosas.

Pero el juego sigue siendo con un balón, once contra once, dos porterías…

Y los campos con las mismas medidas, hasta las reglas se mantienen. Hay una cosa en el Athletic que sí se debería conseguir: que el Bilbao Athletic estuviese en Segunda A. Debería ser el objetivo, seguro que Cuco Ziganda lo tiene en mente. No es fácil. Y jugadores pueden salir igual de Segunda A que de Segunda B o de juveniles, como salimos muchos.

La Segunda A es una categoría muy exigente, usted lo sabe muy bien.

Es que hay muchos jugadores que vienen de Primera porque no hay sitio para todos arriba. Es tan competitiva como muchas primeras Ligas europeas.

La de futbolista es una etapa más agradecida que la de entrenador.

Son distintas. Las derrotas y los disgustos se diluyen entre los 25 jugadores. Has perdido, bien y ¿quién tiene la culpa?: el equipo. Mientras que las alegrías son impresionantes. Yo viví varios títulos con el Athletic y finales que perdimos, con el Betis, el Atlético de Madrid, la Juventus, que también son gloria y parte de la historia del club. Como entrenador también puedes sacar pecho en la victoria, pero luego está la soledad. Cuando va mal te quedas aislado hasta de los tuyos. Es bastante duro.

Pero esto ya lo sabía y sin embargo eligió ser entrenador.

Lo tenía muy clarito, me gustaba y veía que podía valer. Hay gente que habla del vestuario sin haber pisado uno en la vida, que habla del balón y nunca ha tocado uno. Todo ese bagaje yo lo tengo y si no has vivido todo eso, puedes hablar de ello, pero no es lo mismo. Oyes hablar a cada listo, que los hay, y nunca han estado en una caseta. Yo he conocido a muchos entrenadores en el Athletic y luego a Menotti, Ron Atkinson… Les he visto funcionar y sí, sabía dónde me metía, pero el fútbol me apasiona.

¿Hay algo peor que esa soledad del entrenador que decía?

Lo peor del fútbol son las lesiones. Mira ahora el pobre Ion Vélez. Por cierto, le tuve en el Hércules e hizo una gran temporada. Yo fui afortunado. Sólo tuve lesiones musculares, de pubis, pero terminé con los tobillos, las rodillas y las caderas intactas. También es verdad que llevé una vida muy ordenada, me casé joven, lo cual ayuda, y respetaba mucho las horas de dormir y las comidas.

Y tenía un físico privilegiado.

Sólo dejé de jugar por temas musculares, de pubis, que es jodido. Lo demás siempre fui titular, siempre jugué desde que debuté con Rafa Iriondo contra la Real, de lateral, marcando a Idigoras. Empecé con Astrain, Madariaga y Gisasola.

Y Alexanko, era otro de los que jugaba en su demarcación.

Sí, bueno, a Alexanko, que también es nacido en Alonsotegi, le mandaron cedido al Alavés y le repescó Koldo Agirre cuando anduve con lo del pubis. Luego Astrain se retiró y Alexanko se fue al Barcelona. Hicimos juntos el campamento de la mili en Araka. Algún día íbamos a entrenar al campo del Alavés. Luego cogí aquella operación Retorno de los Tirapu, Irureta, Lasa, Aitor Agirre y Txurruka, que era de lo mejor que hemos tenido, elegante y fino. De aquella primera época recuerdo el gran respeto hacia el veterano, que ya no se mantiene. Había charlas en el vestuario. Hablaba El Txopo, estaba Villar también; los demás a escuchar y callar. Te cruzabas con El Txopo por el pasillo y se te ponía la carne de gallina. Y si te saludaba así, dándote un golpecito con la mano en la espalda, era la hostia. Había respeto, admiración. Hoy te viene un crío y te suelta ¿qué pasa Goiko? Es distinto. Helmut Senekowitch ordenaba a los más jóvenes recoger los balones que se perdían durante el entrenamiento y allí iban. Hoy igual le mandarían a freír espárragos.

Debutó en un derbi de Copa en Atotxa. Luego jugó la vuelta en San Mamés, pero sólo el tiempo de descuento.

Pero esa no fue la primera vez que jugaba en San Mamés. Fue con el Arbuyo, en infantiles, en la final del Campeonato de Bizkaia, contra el Arenas, que nos metió cuatro. Con 13 años tuve el primer partido allí donde luego jugué muchas más veces. Lo que son las cosas, además fui el único que volví a San Mamés del Arbuyo y también del Arenas, aunque allí estaba Aketxe con el que luego coincidí en el Bilbao Athletic.

Celebración de un gol marcado al Lech Poznan en San Mamés, en un día muy importante para Andoni Goikoetxea
¿Cuándo le captó el Athletic?

Con 15 años, pero con 14 estuve a punto de ir al Real Madrid. Arsenio Calvo nos llevó a mi hermano, que jugaba de delantero centro y era dos años mayor que yo, y a mí a hacer una prueba. Fue en navidades y ya me quisieron coger entonces, pero era sólo un crío y no teníamos capacidad de decisión. Volvimos a casa. Recuerdo que mi hermano tenía además que examinarse de reválida de sexto. Quedamos en que tenía que volver a Madrid en Semana Santa, pero entonces el periódico Hierro publicó que los hermanos Goikoetxea habían ido a probar al Madrid y al de dos días ya estaba José Luis Garay en casa. Habló con mis padres y entré en el Athletic.

Su hermano, ariete y usted, central.

¡Qué va! Yo jugaba de interior, llevaba el número 10, era goleador, chutaba bien y de cabeza iba bien. De ahí supongo que me viene que luego, aunque jugase atrás, marcara bastantes goles. Fue Gonzalo Beitia quien me reconvirtió en defensa.

Es el defensa de la historia del Athletic que más goles ha hecho, 44. Uno más que Aitor Larrazabal.

Ya, pero Aitor metía muchos de penalti, que hay que meterlos, ¿eh?. Cuidado. Yo alguno tiré también, pero pocos.