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miércoles, 26 de octubre de 2011

Mi destino, ser del Athletic

Artículo publicado en el número 29 de la revista Athletic Club
(Marzo 2011)

Virginia Berasategi, triatleta

Virginia Berasategi
He de reconocer que el fútbol nunca fue un deporte que me atrajese, aunque en mis vacaciones de verano y con apenas 12 años, con mi equipo ganamos el torneo femenino de futbito del Kai Eder y, a decir verdad, se me daba muy bien.

Pero una cosa es que no te guste el fútbol y otra muy diferente es no ser del Athletic, y esto último, naciendo en Bilbao, es antinatural. Con 17 años me fui a la Residencia Blume de Madrid y allí empecé a vivir el sentimiento Athletic. Estaban los mejores de todos los deportes y yo me sentía cada día más orgullosa de mi Bilbao oyéndoles con qué admiración hablaban del que empezaba a ser mi equipo. Recuerdo que en una concentración en Lanzarote, en un largo entrenamiento en bicicleta, paré a tomar un café en un txiringuito a pie de playa en Punta Limones: me quedé emocionada al ver la exposición rojiblanca que allí había colgando por todas las paredes. A la vuelta, mis compañeros de entrenamiento sufrieron para seguir mi rueda.

En el año 2004 conocí a Darío Urzay. Me patrocinó y diseñó mi ropa de competición basándose en la camiseta del Athletic, la que estaba destinada a lucirse en el Torneo UEFA. Vestí su obra sobre soportes vivos (Premio Nacional de Arte Gráfico). Algo del Athletic que se quedó en el armario lo llevé yo durante dos años, por todo el mundo. Me sentia algo más que el jugador número 12.

A partir de entonces voy a menudo a San Mamés. Me di cuenta de por qué le llaman La Catedral: puede caer sirimiri, llover a cántaros o lucir el sol más radiante, que en cualquiera de estas circunstancias la afición tira del equipo. Y da lo mismo que esté ganando por la mínima o perdiendo por goleada. No acierto a imaginar lo que se debe de sentir sobre el césped, animado y aclamado por 40.000 aficionados. He vivido en Hawaii una recta de 1000 metros con cerca de 10.000 pesonas aplaudiendo. Creo que es diferente. ¿Será el fútbol? Para mí es el Athletic. Y ahora me veo en sintonía con esta hinchada. Soy consciente de que ahora esta afición no se mide por los trofeos que entran en las vitrinas de Ibaigane. Mi pensamiento de 'Impossible is nothing' lo llevo conmigo cuando voy a San Mamés. Y es que ahora estamos más ilusionados que nunca, porque los leones están recuperando el tono de sus rugidos, su juego invita a esta ilusión y veo un futuro esperanzador.

Una de las señas de identidad del Athletic es el ALIRON, y del triatlón, el IRONMAN (una acaba y la otra empieza por IRON = hierro). Dicen los que de esto saben que el ALIRON deriva de 'ALL IRON', que era el grito que lanzaban los trabajadores de la siderometalurgia de nuestro entorno, en buen número ingleses, cuando cogían una roca con "todo hierro". Además, pintaban esta palabra sobre la piedra.

Está claro que mi destino era ser del Athletic.