El último partido de la Liga 1929-30 lo jugaban el Athletic de Madrid y el de Bilbao en el Metropolitano, y mientras los vascos eran ya campeones, los de la "sucursal" precisaban los dos puntos para evitar el descenso a Segunda división. Como quiera que los lazos entre los equipos seguían siendo fuertes, pese a no existir ya relación formal, los bilbaínos no se esforzaron al máximo para que los madrileños evitaran el descenso, y en el descanso perdían 2-0. El público, sin embargo, comenzó a increpar al Athletic llamándolos "leones de pega". Aquello les picó el orgullo a los bilbaínos y dirigidos por Garizurieta, se juramentaron para ganar. Al final del encuentro un 3-4 ponía a la sucursal" en Segunda y al retirarse a los vestuarios, Garizurieta se volvió al público: "Leones de pega...¿eh?" Nadie osó responderle.
(Fuente: Athletic, orgullo de una afición)