Artículo publicado por Carlos Marañón en cinemania.es el 07/03/2019
Pensábamos que en tiempos del VAR ya no íbamos a seguir escuchando en España el “¡Manos arriba, esto es un atraco!”, pero ni el arbitraje tiene remedio ni el cine español ha olvidado un subgénero capital en la historia del thriller. Atracos en los estadios, atracos en las pantallas: la vida continúa.
Koldo Serra (Bosque de sombras, Gernika) ha trasladado a una plaza peatonal de Bilbao el espíritu de Tarde de perros, y ha puesto a su vibrante cámara a seguir los pasos de Nathalie Poza y Hugo Silva, dos pendencieros con causa, en lo que parece un atraco sencillo a una sucursal bancaria que, en la mejor tradición cinematográfica, se complica exponencialmente. 70 Binladens (que así se llaman en el argot a los billetes de 500 euros) es tensión, adrenalina, juego psicológico (y cinematográfico)… y también un poquito de fútbol.
Entre rehenes, atracadores convertidos en secuestradores y los ojos avizores de la Ertzaintza, Serra, que ya había homenajeado al Athletic Club y su escudo en Gernika, pone una nota de color futbolística en la trama. Una bandera del Athletic ondea fuera de la cafetería, el bar Bigarrena, en la que se inicia el filme: es un día especial en Bilbao, el Athletic se juega el pase a una final de Copa, el torneo fetiche de los leones. Algo se intuye en el sonido de la tele del bar.
Como el atraco con rehenes se alarga hasta la hora del partido, es Lola (N. Poza), la líder del asalto, la que le pide al informático del banco que ponga el partido en una de las pantallas de ordenador: “Informático, ven aquí, vamos a poner la semifinal… y echamos el rato”.
Mientras, en el exterior, los agentes se arrellanan alrededor de otra pantalla en un furgón policial: “¡Goooool!”, se escucha.
–“Qué chicharro, qué chicharro”.
–“Ha merecido la pena la noche”, comenta uno de los agentes.
El jolgorio futbolero espanta a una de las inspectoras al mando, el personaje de Bárbara Goenaga:
–“¿En serio?”, le pregunta a su compañero (Daniel Pérez Prada), que está alejado de la pantalla, pero parece inquito por no poder ver el partido:
–“Hombre, es la semifinal de Copa. Están jugando la vuelta. Sólo vale ganar. Está la cosa ahí, ahí… Un partidazo… Oye, voy a echar un ojo, si no te importa”.
El inspector se acerca a sus compañeros alrededor del monitor:
–“¿Quién ha sido?”, pregunta.
–“Adúriz, Adúriz”.
Un final abrupto nos deja sin saber el resultado del partido. Suena un nuevo gol, pero los atracadores no están para mucha fiesta:
–“¡Quitad el puto fútbol!”.
La semifinal en cuestión, de la que se ven imágenes en el monitor dentro del banco, mientras los rehenes lo siguen con interés, fue un partido auténtico que enfrentó a Real Club Deportivo Espanyol y al Athletic de Bilbao en el Estadio de Cornellà-El Prat el 4 de marzo de 2015, hace ahora justo 4 años. Partía el Athletic en desventaja. Era el partido de vuelta de una eliminatoria arrojó un empate a un gol (Adúriz/Víctor Sánchez) en la ida disputada en (el nuevo) San Mamés. Los dos goles que se jalean en la película fueron reales: Adúriz hizo el primero y Etxeita remató la faena en un claro 0-2 que dejó en la cuneta a los pericos y llevó a los vizcaínos a la finalísima. Disputada en el Camp Nou contra el anfitrión, acabó con un 3-1 que hizo campeón de la Copa del Rey de 2015 al Fútbol Club Barcelona. La gabarra se quedó sin salir: puto fútbol. Tenía razón Lola, que no lo veía claro.