Fuente: www.sanmiguel.es
Sin lugar a dudas, Telmo Zarra es el delantero centro más importante de la historia del Athletic Club. Máximo goleador de la Liga en seis ocasiones, sus números están al alcance de muy pocos: 251 dianas en 277 partidos, a los que hay que sumar los goles en competición europea y los 83 que marcó en el torneo del KO, cifra que todavía nadie ha superado.
Sin embargo, más allá de sus gestas deportivas, si hay algo que todavía enorgullece más a los athleticzales es su nobleza. Así, son varias las anécdotas de su vida que hacen patente su deportividad. En un partido contra el Málaga, por ejemplo, estando solo contra el portero, Zarra decidió tirar el balón fuera al comprobar que un defensa estaba lesionado. Repitió la escena años más tarde en Riazor cuando el deportivista Enrique Ponte cayó al suelo tras chocar fuertemente con él. Ambos gestos le valieron sendos reconocimientos de sus equipos rivales.
Por ello, sorprende que un jugador de su talante fuera expulsado en una ocasión, como así ocurrió en la final de Copa de 1945 contra el Valencia. Aunque por suerte el Athletic terminaría llevándose el título, ese hecho supuso un gran disgusto para Zarra. Más si cabe porque se había producido por culpa de un malentendido. “El juego estaba parado tras un barullo. Álvaro estaba en el suelo y un compañero me dijo en broma que lo pisase. Siguiendo la broma, yo hice ademán de hacerlo. Pero Escartín (el árbitro) me vio y… a la caseta, explicaba el jugador posteriormente.
Una auténtica pena que uno de los únicos puntos negros en la carrera deportiva del grandísimo Telmo Zarra se produjera por culpa de una broma mal entendida.