Los Abadía han levantado en su vivienda de Garrapinillos una galería en clave rojiblanca plagada de ‘piezas’ relacionadas con el club bilbaíno
Javi Abadía posa rodeado de un sinfín de camisetas del Athletic y delante
de un futbolín que enfrenta a los leones y al Zaragoza. (FOTO: MD)
Suena extraño, pero es auténtico. Un museo particular del Athletic en Garrapinillos, localidad maña cercana a Utebo y no muy separada de Zaragoza. Javier Abadía ha hecho realidad uno de sus sueños. Una sala de 90 metros en su propia vivienda plagada de sentimiento y recuerdos en clave rojiblanca. Desde camisetas de todos los tiempos hasta banderines pasando por botas, balones, fotografías, trofeos, medallas, carteles, libros, brazaletes... Arriba, en el jardín de la entrada a la finca, el escudo del Athletic aparece dibujado en el fondo de la piscina. El ascensor panorámico para descender hasta esta impresionante exposición sorprende al visitante cuando al tocar suelo deja a la vista el escudo del club bilbaíno en una de sus ‘paredes’.
“Mi vena rojiblanca surge por mi padre. Como él era del Arenas, de Zaragoza, y del Athletic; entonces yo del Arenas y del Athletic. Luego, con el Arenas ya en decadencia; él entró a formar parte de la directiva del Club Deportivo Ebro y entonces yo del Ebro y del Athletic por mi padre. Y mi hijo por mí y por su abuelo. Así es la fibra. Yo más del Athletic que mi padre y mi hijo más que los dos. El chaval es más visceral”, explica el que fuera en su día fundador y presidente de la Peña Amorrortu.
Javi Abadía recuerda con especial nostalgia su primera imagen junto al Txopo. “Tenía 4 años y fui a La Romareda a ver el Zaragoza-Athletic. Mi padre me situó a la mitad más o menos de donde estaban los ‘grises’ y me dijo que saltara al campo a la altura de una de las banderas concretas de las que colocan en ese estadio y le dijera al fotógrafo que me sacara fotos con Iribar, Rojo y el equipo. Me llevó a Iribar, me llevó a Zubiaga por equivocación y le tuve que rectificar porque ‘mi padre me ha dicho que con Rojo y con Rojo’. Con todo el equipo me dio vergüenza, eché a correr y me llevé una ovación de gala. Hablamos de hace 50 años”, explica con un inconfundible deje maño.
La idea de crear su propio museo del Athletic le viene, lógicamente, de tiempos posteriores. “Siempre he sido coleccionista, del mercadillo de Don Balón y siempre he ido guardando cosas. Con las redes sociales, esto se ha disparado. Llevo toda la vida coleccionando. Tengo muchos contactos y me vienen cosas por subastas, cambios u ofrecimientos. Tengo un banderín del partido ante el Werder Bremen, por ejemplo, que acabo de recibir; los guantes de Herrerín lo mismo. Esa es mi pasión”.
En un espectacular museo casero donde figuran un sinfín de camisetas del Athletic (unas extendidas en su propio soporte y con su propia explicación, otras dobladas en su propia vitrina, muchas colgadas incluso en perchas; algunas firmadas, otras manchadas y sin lavar), un futbolín que enfrenta a los leones con el Zaragoza, las botas de Guerrero llenas de barro y una de las casacas históricas de Zubi, las bufandas de los duelos internacionales de los rojiblancos, las fotografías de un sinfín de leones y exleones posando con los Abadía (Javier padre, su mujer Nati, su hija Cristina y Javier hijo), los programas de los duelos ante el Ajax en Holanda y el Liverpool en Anfield, una lámpara a modo de balón partido con las caras del Athletic de Luis Fernández, vídeos y libros en clave rojiblanca de todo tipo y la caricatura de un león dibujada por el exboxeador Perico Fernández; entre otras muchas cosas; el dueño de la colección se queda con “las camisetas más antiguas, el banderín que Urrutia le dio a Aldair en el partido frente a Brasil en San Mamés del año del Centenario, el banderín de los años 60 el que pone Atlético en vez de Athletic en el escudo y la réplica del trofeo de la todavía no tan lejana Supercopa con medalla y balón del partido incluidos”, entre otras.
A Javi Abadía le da igual que la camiseta del Athletic en cuestión de su colección sea de Julen Guerrero, Lizarazu, Goiko, Etxebe o Andrinua: “Yo en realidad lo que quiero es que la camiseta del Athletic sea la original de ese año y al final no le doy importancia al jugador. Mi hijo, sí. Mi hijo las quiere de Muniain”.
“Yo soy zaragozano y del Athletic”
Javi Abadía regenta tres restaurantes. Los tres bajo el mismo nombre: La Mar Salada. Los dos de Zaragoza están decorados de tipo marinero. El local de Utebo, en cambio, tienen cosas del Athletic actualmente. “Yo soy zaragozano y del Athletic”, aclara antes de explicar una curiosa anécdota que le sucedió en su etapa de jugador del juvenil del Helios. “Estábamos en el mismo grupo del Athletic y el segundo año mío mientras hacíamos noche en el Ercilla nos robaron el equipaje. El Athletic nos dejó entonces la equipación azul que utilizó su primer equipo el día de la inauguración del nuevo Zorrilla de Valladolid. Los directivos del Helios me decían entonces ‘Javier no jodas’ y yo les respondía ‘tranquilos que no voy a llevarme nada que no sea mío’. Aquel día fui capitán, me hice 700 fotos en Lezama y salieron todas borrrosas”, recuerda entre risas.
Este hincha rojiblanco es asiduo de un tiempo a esta parte en los chárter oficiales que fleta el propio Athletic por Europa. Allí, en pleno vuelo, ha gestado su amistad con varios socios y exdirectivos rojiblancos: “Al principio viajaba de manera particular; pero a partir con motivo de la final de Bucarest, para la que tenía entradas pero no hotel ni vuelo, llamé a la agencia oficial del Athletic, lo señalicé y así empecé a viajar”. De antes, de su etapa como presidente de la peña Amorrortu, ya conocía personalmente a Iribar, Koldo Agirre, Argoitia y Koldobi Etxeberria, entre otros. “Fermín Palomar me ayudaba mucho a traer gente a la peña”, recuerda.
La camiseta negra de Iribar y la firma de Ander Garitano
El gran sueño de este aficionado del Athletic de cara a su colección particular no es otro que la camiseta de Iribar: “ No he visto ninguna, ni en el Museo. He visto alguna de la selección en la que pone que es de Iribar, pero puede ser de Miguel Ángel u otro. Una camiseta de Iribar y si fuera negra sería la perla de mi museo”, admite.
Javi Abadía no tiene contacto con los responsables del Museo del propio Athletic. Sus contactos surgen a través de “Iker Bernal y Fernando Donate, otros dos coleccionistas del Athletic y de Bilbao. Nos intentamos ayudar en lo que podemos”.
La primera dedicatoria en el libro de firmas de este museo particular del Athletic en Zaragoza corresponde a Ander Garitano: “Tengo buen ‘feeling’ con él porque además de haber jugado en el Athletic y vivir en Zaragoza es director deportivo del Ebro, mi otro equipo de toda la vida”.