Artículo publicado en el número 34 de la revista Athletic Club
(Junio 2012)
Eunate Aguirre (Surfista)
Cuántas veces me encuentro viajando por el mundo y te preguntan "¿de qué equipo de fútbol eres?" Hace poco me pasó en Venezuela y, claro, conocían nuestra historia gracias en parte a Fernando Amorebieta.
A priori es una pregunta que se repite, la pesadilla del fútbol, pero he de reconocer que se me iluminan los ojos y digo: "¿Yo? ¡Yo, del Athletic!
El fútbol es una cosa, pero el Athletic es mucho más que eso... un club con unos valores enormes, una afición fiel hasta la muerte y unos jugadores humildes de casa; y es que ésta es la particularidad de la que más orgullosa me siento, de trabajar con las personas, de crecer juntos.
Desde pequeñita viví y me contagié de la fiebre rojiblanca, cuando las 'compis' de colegio coleccionaban cromos y decíamos qué jugador era el más guapo... y se convirtió en mi gran motivación deportiva, me disfrazaba de Zubizarreta cada carnaval y me ponía unos guantes de portera con la ilusión de parar un tren... El fútbol, en sus inicios en el patio de colegio, me dio ese espíritu competitivo, esa capacidad de esfuerzo, tenacidad y destreza... Lo que pasó más adelante fue que me encontré siendo la única chica que quería jugar, así que dejé de practicarlo para disfrutarlo por la tele y más tarde volcarme de lleno en las olas.
Como momento especial que tuve de seguidora, recuerdo una clasificaión para la Copa de la UEFA e ir a 'Pozas' a celebrarlo... De repente, parecían las fiestas de Bilbao, todo el mundo estaba histérico y del cielo caían baldes y baldes de agua, una auténtica locura. Después, qué decir de este 2012 donde Bizkaia entera y más allá se ha llenado de ilusión, ZORIONAK!
Por eso y por millones de cosas más, en la cumbe de mi carera, un momento mágico fue hacer el saque de honor en La Catedral.
Ganar el campeonato del mundo de bodyboard era un sueño que he cumplido y encontrarme en el centro del campo de San Mamés con las gradas llenas y oír el aplauso de amigos, familia y tanta gente, ha supuesto uno de los momentos mas emocionantes de mi vida. Hoy es el día que veo el césped y pienso: "hace meses era yo la que estaba ahí abajo sintiendo el calor del público". Y lo crean o no, la idea de repetir la experiencia me mantiene viva, con el esfuerzo que ello conlleva, San Mamés es y será siempre La Catedral, ¡y no solo del fútbol! Y con estas lineas quisiera dedicarle este momento a mi aitite Juan Bearan, que fue socio durante toda su vida, llegó a ser el socio número uno. Es toda una leyenda familiar, me curó mil roturas de huesos y hasta me puso una escayola de fibra para poder bañarme sin tristezas. En definitiva, un super abuelo y sé que le hubiera encantado ver a su nieta en el campo.
Por eso y por mucho más, gracias Athletic, mila esker por hacer otro sueño realidad, esté donde esté, beti zurekin!