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domingo, 22 de diciembre de 2019

‘El Chopo’ Iribar, el hombre que lo paraba todo

Artículo publicado por Benjamín Prado en elpais.com el 15/12/2019


José Ángel Iribar, durante un partido disputado
en el estadio bilbaíno de San Mamés en 1967. RAÚL CANCIO

Se cumplen 40 años de la retirada de quien, para muchos aficionados, simbolizó la figura del portero de fútbol

En el palco de San Mamés se mira el partido del Athletic Club de Bilbao con un solo ojo, el otro es para ver qué hace Iribar: todo el mundo observa sus reacciones y nadie olvida que está ante un mito, cerca de alguien que parece haberse recortado a sí mismo de un cromo para darse un paseo entre los mortales. Porque El Chopo, que era su nombre de guerra mientras estuvo en activo y que fue para mucha gente el mejor cancerbero del mundo en las décadas de los sesenta y los setenta, no es parte de la actualidad sino de la historia, y sin embargo, allí donde está, la estrella es él, las cámaras lo buscan, no hay quien desaproveche la ocasión de estrecharle la mano o hacerse una foto a su lado.

A sus 76 años sigue recto como una vela y atrae como un imán. Y eso, en un mundo en el que todo va tan deprisa que hay tiempo para la admiración, pero no para el respeto; donde las novedades se devoran entre ellas y se tapan como una capa de pintura a otra, es casi un milagro.

Ahora se cumplen 40 años de su retirada, que llegó, porque todo llega, en diciembre de 1979; y 50 del primer título que logró con su equipo, la Copa del Rey de 1969. Solo ganaría otro igual, en 1973, pero nada ha hecho palidecer la figura del guardameta de los leones y de la selección española, cuyos tres palos defendió 12 años y con la que conquistó la Copa de Europa de 1964, en el Santiago Bernabéu, derrotando a la URSS con el inolvidable gol de Marcelino.

Él no es una celebridad, es una leyenda; no es una vieja gloria, es un icono: en España dices “portero” y lo ven a él, con su uniforme negro, el que vistió de luto a tantos delanteros rivales, viudos de los goles que les paraba.

Y luego está la persona, un hombre de una sencillez inaudita en esta feria de las vanidades. Fui hace nada a dar una charla a San Mamés, pero el día antes me invitaron al campo para asistir a un encuentro de Liga y allí estaba mi héroe de la infancia, una de las personas que más ilusión me ha hecho conocer en mi vida. Él lo sabía, pero me trató como a un amigo, vino al acto de la tarde siguiente y cuando le pregunté qué libro mío quería que le regalase, porque había una librería en la sala, prefirió uno de poemas, es decir, a juego con él, que es una oda de carne y hueso. Y después, en lugar de volverse a su pedestal nos llevó en su coche a nuestro hotel. Los que dicen que mide 1,84 mienten: lo mide todo, hacia fuera y hacia dentro.

Mirar para otro lado sirve también para descubrir lo que tiene su propia música en mitad de tanto ruido. Qué pena que Joaquín Sabina y yo empezáramos una canción dedicada a Ángel González con el verso “González era un ángel menos dos alas”, porque, tanto en el territorio de la métrica como en el de la semántica, queda igual si sustituyes González por Iribar y sirve para seguir diciendo la verdad. Han pasado cuatro décadas desde que colgó los guantes, pero el himno a la medida que le cantaban en todos los estadios continúa teniendo razón: como Iribar no hay ninguno.

viernes, 6 de diciembre de 2019

El mejor gol de la historia del Athletic

Fuente: sanmiguel.es (04/12/2019)


A lo largo de su historia, la afición del Athletic ha festejado muchos y muy bellos goles. Pese a que determinar cuál de ellos ha sido el mejor es muy difícil, en la Historia del Athletic editada por el propio club allá por 1985 se atrevieron a destacar un gol sobre el resto, el que marcó Piru Gainza al Tarragona en cuartos de Final de Copa de la temporada 1948-49.

Según cuentan las crónicas, la jugada fue más o menos así: Gainza recibió el balón en la banda de la Tribuna Principal y empezó una carrera histórica en la que dejó atrás a más de tres rivales. Posteriormente, corrió en paralelo a la línea de fondo. Zarra y los demás delanteros le esperaban al remate. Es entonces cuando el delantero del Athletic amagó un pase que engañó al portero valenciano Eduardo Soro. Con el arquero desestabilizado Gainza decidió entrar con el balón en la portería abrazado al poste.

Fue tal la genialidad del gamo de Dublín, que tras su inverosímil jugada todo San Mamés se llenó de los pañuelos blancos de aficionados que no podían creer lo que habían visto sus ojos. Lástima que a pesar del espectacular tanto, Gainza no pudiera obsequiar a los aficionados con un nuevo trofeo de Copa, ya que ese año se perdió la final contra el Valencia.

martes, 3 de diciembre de 2019

Unas batas muy especiales

Fuente: athletic-club.eus

La Fundación Athletic Club dona mil batas confeccionadas con camisetas rojiblancas para niños y niñas de Cruces, Basurto e IMQ


Se trata de una iniciativa que se enmarca dentro de la colaboración que desde hace años mantiene la Fundación con Osakidetza, extendida ahora también al IMQ, y que tiene por objetivo ayudar, en la medida de lo posible, en el proceso de humanización de los tratamientos pediátricos. El acto de presentación ha tenido lugar en la Sala de Prensa de San Mamés y han asistido Juan Carlos Ercoreca y Jon Vázquez Eguskiza, presidente y director general de la Fundación, así como Edurne Omaetxebarria, Directora Médica del Hospital Universitario Cruces, y Eduardo Maiz Olazabalaga, Director Gerente de la OSI Bilbao Basurto.

Además de este iniciativa de las batas, que llegó a la Fundación a través de la revista Panenka y cuya idea original proviene del colectivo “We are Xuxa”, en la rueda de prensa se han dado a conocer otros aspectos novedosos de la colaboración con Osakidetza.

En este sentido, la Fundación ha diseñado unas nuevas pegatinas que funcionan a modo de medalla para reforzar las buenas actitudes entre los pacientes de cara a los tratamientos y que se entregarán en todos los centros de salud de Bizkaia. Igualmente, también ha diseñado un diploma que se entregará a los niños internados en los hospitales de Cruces y Basurto, que certifica que son unos “Supertxapeldunes” por el modo en que se han comportado durante el tratamiento. El diploma está firmado por los capitanes del Athletic Club Iker Muniain y Ainhoa Tirapu. Finalmente, la Fundación continúa con el proceso de customización de diferentes espacios del Hospital de Cruces, con diseños inspirados en los valores del Athletic Club y que este curso llegarán a nuevas salas del Hospital de Cruces.

Por último, informar que próximamente se presentará la colaboración con el IMQ sobre estas mismas iniciativas