Fuente: Canal de YouTube TVAthleticClub
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lunes, 18 de julio de 2016
Agur a un presidente con letras de oro
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 14/07/2016
Expresidentes y exjugadores del Athletic ensalzan a Aurtenetxe, “vitalista” por naturaleza
El fallecimiento de Pedro Aurtenetxe (Bilbao, 1933) cogió ayer por sorpresa a la familia rojiblanca, de luto por la pérdida de uno de los presidentes más exitosos en la centenaria historia del Athletic. “Ha sido el más laureado”, subraya José María Arrate, notablemente afectado por la muerte de un “gran amigo”. “Ha sido un golpe muy duro, especialmente para mí, porque éramos muy amigos. Era un hombre muy alegre, optimista y siempre desprendió amabilidad allá donde fue”, añade el que fuera máximo mandatario del club bilbaino entre 1994 y 2001. “Sus números como presidente, además, lo dicen todo”, agrega Arrate en referencia a los dos títulos de liga (1983 y 1984) y la Copa (1984) que fue capaz de levantar el dirigente bilbaino durante su mandato, iniciado en 1982 y finalizado en 1990.
Aquellos títulos, en gran medida, fueron posibles gracias a la firme apuesta de Aurtenetxe por un aprendiz llamado Javier Clemente, entrenador entonces del Bilbao Athletic. Corría el año 1981 cuando el técnico de Barakaldo tomó las riendas del primer equipo en una gran aventura avalada por la fe y la convicción del empresario vizcaino. “Fuimos muy amigos y la noticia de su fallecimiento la he recibido con mucha pena, porque tengo muchísimos recuerdos con él. Fue quien apostó por mí en su día y montamos un equipo de trabajo buenísimo”, señala Clemente a DEIA.
El técnico apunta además que Aurtenetxe “siempre nos conseguía a Piru Gainza, Sáez y a mí todo lo que pedíamos, dentro de lo que podía el club. Nos daba todas las facilidades del mundo, porque para aquella junta directiva el tema deportivo era sagrado”. La relación entre ambos, no obstante, iba más allá de lo profesional, toda vez que “comíamos casi todos los días juntos y estábamos muy unidos incluso a nivel familiar, aunque después nos enfadamos, porque me destituyó. Fue un mal trago que muchos años después nunca conseguimos entender por qué se llegó a aquella situación. Solo lo hablamos una vez y me prometí no hablar más de eso con él, porque nos juntamos otra vez y la amistad debía estar por encima de todo”, remarca Clemente, a quien Aurtenetxe optó por retirar de su cargo tras el sonado divorcio entre el entrenador baracaldés y Manu Sarabia.
Los grandes momentos vividos juntos, sin embargo, mandan al olvido aquel episodio entre presidente y técnico. Clemente, no en vano, recuerda que “Pedro y yo vivimos muchas situaciones bonitas e inolvidables juntos, más por lo que supusieron aquellos logros para Bilbao que para nosotros mismos, porque debido a nuestros respectivos puestos estábamos en otra dimensión. Logramos todo aquello gracias a un trabajo bien hecho y pudimos ver cómo disfrutaba la gente”. El de Barakaldo, compungido, lamenta no poder estar presente esta tarde en el funeral de Aurtenetxe, puesto que “me coge de viaje a Túnez, lo cual me da mucha pena”.
“El clásico bilbaino”
Exrojiblancos de la década de los ochenta como Dani Ruiz Bazán, Ismael Urtubi y Andoni Goikoetxea, miembros destacados de aquel Athletic campeón, también expresan su profunda pena por el fallecimiento del expresidente vizcaino. “Es una pérdida muy importante para mí, personalmente, y para toda la familia del Athletic, en general. Con Pedro ganamos los últimos títulos de liga y Copa y yo, como capitán, viví muchas cosas con él. Tuvimos una relación que iba más allá de ser presidente y jugador, puesto que solíamos juntarnos con los matrimonios”, afirma Dani, mientras que Urtubi, quien se enteró ayer de lo sucedido por medio de este periódico, no podía ocultar su lamento.
“Es una noticia muy triste. Consiguió hacer un Athletic grande bajo su mandato, siendo una persona cercana y entrañable en todo momento. En aquella época empezaban los intereses de Barcelona y Real Madrid por fichar a uno y otro y Pedro, dentro de sus posibilidades, pudo aguantar a los jugadores para formar aquel bloque y que rindiéramos durante unos años al máximo nivel”, indica el exjugador rojiblanco, quien añade que “fue presidente al 101% y miró siempre por el bien del club”. La misma opinión tiene Goikoetxea, que advierte que “Pedro ha sido uno de los grandes presidentes que ha tenido el Athletic a lo largo de su historia. Tenía una gran personalidad y fue quien incorporó a Clemente, uno de los entrenadores que más gloria ha tenido en la entidad, pero también el que le destituyó haciendo gala de su personalidad en una acertada o desacertada decisión”.
“Siempre que le veía en eventos demostraba lo cordial y amable que era. Me queda un gran recuerdo de él, porque ante todo era una gran persona”, apunta el propio Goikoetxea, a cuyas palabras se abrazan otros expresidentes que conocían de primera mano a Aurtenetxe. Es el caso de Fernando Lamikiz, quien hace hincapié en la “vitalidad” y en el “optimismo” que caracterizaban la personalidad del vizcaino. “Conocía mucho a Pedro. Era una persona con una gran vitalidad y con una inteligencia increíble. Vivió los mejores momentos de la época moderna del Athletic, hasta el punto de que ha sido el presidente que ha dirigido la etapa más brillante del club en cuanto a títulos en los últimos sesenta años”, destaca Lamikiz, quien asegura que Aurtenetxe “sabía mucho de fútbol y fue un adelantado a su tiempo, porque el club tenía antes las oficinas en un piso de Alameda Recalde y gracias a él pasó a tenerlas en Ibaigane, lo que le ha dado al Athletic ese componente señorial que ha tenido siempre”.
“Le gustaba ganar en todo, hasta a las canicas”, manifiesta el que también fuera expresidente del Athletic, quien recuerda que “Pedro, después de dejar el Athletic, trabajó durante muchos años en la UEFA, lo que demuestra que era un hombre de fútbol”. Bien lo sabe también la expresidenta Ana Urquijo, dolida como no podía ser de otra manera por el agur de un hombre que “tenía mucha relación con mi aita, quien fue vicepresidente del club con Beti Duñabeitia cuando también estaba Pedro, por lo que siempre hemos tenido una amistad”. “Aurtenetxe era como el clásico bilbaino y amante del Athletic. Tuvo la suerte de vivir como presidente los últimos dos grandes éxitos del club y demostró su visión de futuro cuando compró el Palacio de Ibaigane para que se convirtiera en la nueva sede del Athletic. Fue una gran operación de la que todos nos sentimos orgullosos”, valora Urquijo, convencida de que “Pedro pasa a la historia como uno de los presidentes que han tenido una gran incidencia en la vida del Athletic”.
El cariño de Lertxundi y Macua
Quienes tampoco dejaron pasar ayer la oportunidad de recordar la figura de Aurtenetxe fueron José Julián Lertxundi y Fernando García Macua, ambos sabedores de lo que significa desempeñar la función de presidente en el Athletic. “Era un hombre muy inteligente y prudente, a pesar de que su forma de ser era extrovertida y que parecía muy comunicativo, alegre y divertido. Pero todo eso formaba parte de su aspecto exterior, porque en los temas importantes le gustaba obrar de manera muy prudente. Aprendí mucho de él, un hombre unido a la historia del Athletic con letras de oro”, subraya Lertxundi.
Macua, por su parte, recuerda que “su hija Sandra formó parte de mi junta directiva y antes de presentar mi candidatura estuve hablando con él, al igual que con otros expresidentes. Una parte importante de sus anhelos, esfuerzos y desvelos estuvo dirigida al bien del Athletic y nos dio muchas alegrías, por lo que merece la pena el reconocimiento hacia su persona”.
Expresidentes y exjugadores del Athletic ensalzan a Aurtenetxe, “vitalista” por naturaleza
El fallecimiento de Pedro Aurtenetxe (Bilbao, 1933) cogió ayer por sorpresa a la familia rojiblanca, de luto por la pérdida de uno de los presidentes más exitosos en la centenaria historia del Athletic. “Ha sido el más laureado”, subraya José María Arrate, notablemente afectado por la muerte de un “gran amigo”. “Ha sido un golpe muy duro, especialmente para mí, porque éramos muy amigos. Era un hombre muy alegre, optimista y siempre desprendió amabilidad allá donde fue”, añade el que fuera máximo mandatario del club bilbaino entre 1994 y 2001. “Sus números como presidente, además, lo dicen todo”, agrega Arrate en referencia a los dos títulos de liga (1983 y 1984) y la Copa (1984) que fue capaz de levantar el dirigente bilbaino durante su mandato, iniciado en 1982 y finalizado en 1990.
Aquellos títulos, en gran medida, fueron posibles gracias a la firme apuesta de Aurtenetxe por un aprendiz llamado Javier Clemente, entrenador entonces del Bilbao Athletic. Corría el año 1981 cuando el técnico de Barakaldo tomó las riendas del primer equipo en una gran aventura avalada por la fe y la convicción del empresario vizcaino. “Fuimos muy amigos y la noticia de su fallecimiento la he recibido con mucha pena, porque tengo muchísimos recuerdos con él. Fue quien apostó por mí en su día y montamos un equipo de trabajo buenísimo”, señala Clemente a DEIA.
El técnico apunta además que Aurtenetxe “siempre nos conseguía a Piru Gainza, Sáez y a mí todo lo que pedíamos, dentro de lo que podía el club. Nos daba todas las facilidades del mundo, porque para aquella junta directiva el tema deportivo era sagrado”. La relación entre ambos, no obstante, iba más allá de lo profesional, toda vez que “comíamos casi todos los días juntos y estábamos muy unidos incluso a nivel familiar, aunque después nos enfadamos, porque me destituyó. Fue un mal trago que muchos años después nunca conseguimos entender por qué se llegó a aquella situación. Solo lo hablamos una vez y me prometí no hablar más de eso con él, porque nos juntamos otra vez y la amistad debía estar por encima de todo”, remarca Clemente, a quien Aurtenetxe optó por retirar de su cargo tras el sonado divorcio entre el entrenador baracaldés y Manu Sarabia.
Los grandes momentos vividos juntos, sin embargo, mandan al olvido aquel episodio entre presidente y técnico. Clemente, no en vano, recuerda que “Pedro y yo vivimos muchas situaciones bonitas e inolvidables juntos, más por lo que supusieron aquellos logros para Bilbao que para nosotros mismos, porque debido a nuestros respectivos puestos estábamos en otra dimensión. Logramos todo aquello gracias a un trabajo bien hecho y pudimos ver cómo disfrutaba la gente”. El de Barakaldo, compungido, lamenta no poder estar presente esta tarde en el funeral de Aurtenetxe, puesto que “me coge de viaje a Túnez, lo cual me da mucha pena”.
“El clásico bilbaino”
Exrojiblancos de la década de los ochenta como Dani Ruiz Bazán, Ismael Urtubi y Andoni Goikoetxea, miembros destacados de aquel Athletic campeón, también expresan su profunda pena por el fallecimiento del expresidente vizcaino. “Es una pérdida muy importante para mí, personalmente, y para toda la familia del Athletic, en general. Con Pedro ganamos los últimos títulos de liga y Copa y yo, como capitán, viví muchas cosas con él. Tuvimos una relación que iba más allá de ser presidente y jugador, puesto que solíamos juntarnos con los matrimonios”, afirma Dani, mientras que Urtubi, quien se enteró ayer de lo sucedido por medio de este periódico, no podía ocultar su lamento.
“Es una noticia muy triste. Consiguió hacer un Athletic grande bajo su mandato, siendo una persona cercana y entrañable en todo momento. En aquella época empezaban los intereses de Barcelona y Real Madrid por fichar a uno y otro y Pedro, dentro de sus posibilidades, pudo aguantar a los jugadores para formar aquel bloque y que rindiéramos durante unos años al máximo nivel”, indica el exjugador rojiblanco, quien añade que “fue presidente al 101% y miró siempre por el bien del club”. La misma opinión tiene Goikoetxea, que advierte que “Pedro ha sido uno de los grandes presidentes que ha tenido el Athletic a lo largo de su historia. Tenía una gran personalidad y fue quien incorporó a Clemente, uno de los entrenadores que más gloria ha tenido en la entidad, pero también el que le destituyó haciendo gala de su personalidad en una acertada o desacertada decisión”.
“Siempre que le veía en eventos demostraba lo cordial y amable que era. Me queda un gran recuerdo de él, porque ante todo era una gran persona”, apunta el propio Goikoetxea, a cuyas palabras se abrazan otros expresidentes que conocían de primera mano a Aurtenetxe. Es el caso de Fernando Lamikiz, quien hace hincapié en la “vitalidad” y en el “optimismo” que caracterizaban la personalidad del vizcaino. “Conocía mucho a Pedro. Era una persona con una gran vitalidad y con una inteligencia increíble. Vivió los mejores momentos de la época moderna del Athletic, hasta el punto de que ha sido el presidente que ha dirigido la etapa más brillante del club en cuanto a títulos en los últimos sesenta años”, destaca Lamikiz, quien asegura que Aurtenetxe “sabía mucho de fútbol y fue un adelantado a su tiempo, porque el club tenía antes las oficinas en un piso de Alameda Recalde y gracias a él pasó a tenerlas en Ibaigane, lo que le ha dado al Athletic ese componente señorial que ha tenido siempre”.
“Le gustaba ganar en todo, hasta a las canicas”, manifiesta el que también fuera expresidente del Athletic, quien recuerda que “Pedro, después de dejar el Athletic, trabajó durante muchos años en la UEFA, lo que demuestra que era un hombre de fútbol”. Bien lo sabe también la expresidenta Ana Urquijo, dolida como no podía ser de otra manera por el agur de un hombre que “tenía mucha relación con mi aita, quien fue vicepresidente del club con Beti Duñabeitia cuando también estaba Pedro, por lo que siempre hemos tenido una amistad”. “Aurtenetxe era como el clásico bilbaino y amante del Athletic. Tuvo la suerte de vivir como presidente los últimos dos grandes éxitos del club y demostró su visión de futuro cuando compró el Palacio de Ibaigane para que se convirtiera en la nueva sede del Athletic. Fue una gran operación de la que todos nos sentimos orgullosos”, valora Urquijo, convencida de que “Pedro pasa a la historia como uno de los presidentes que han tenido una gran incidencia en la vida del Athletic”.
El cariño de Lertxundi y Macua
Quienes tampoco dejaron pasar ayer la oportunidad de recordar la figura de Aurtenetxe fueron José Julián Lertxundi y Fernando García Macua, ambos sabedores de lo que significa desempeñar la función de presidente en el Athletic. “Era un hombre muy inteligente y prudente, a pesar de que su forma de ser era extrovertida y que parecía muy comunicativo, alegre y divertido. Pero todo eso formaba parte de su aspecto exterior, porque en los temas importantes le gustaba obrar de manera muy prudente. Aprendí mucho de él, un hombre unido a la historia del Athletic con letras de oro”, subraya Lertxundi.
Macua, por su parte, recuerda que “su hija Sandra formó parte de mi junta directiva y antes de presentar mi candidatura estuve hablando con él, al igual que con otros expresidentes. Una parte importante de sus anhelos, esfuerzos y desvelos estuvo dirigida al bien del Athletic y nos dio muchas alegrías, por lo que merece la pena el reconocimiento hacia su persona”.
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