miércoles, 28 de febrero de 2018

Contrastes

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 28//02/2018


Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso y recuerdo importante.

Si en el anterior articulo hablaba de las emociones básicas, en el partido del pasado domingo en San Mamés posiblemente se dieron todas. Fue un encuentro de contrastes. Primero por el ambiente previo, tenso. En La mente el recuerdo de los tristes acontecimientos producidos el pasado jueves. Después el minuto de silencio, la reacción de unos y otros al mismo, el primer gol del Málaga, la remontada del Athletic, la mala segunda parte de los rojiblancos, la muestra de disconformidad de la grada con el juego del equipo, y a pesar de todo eso, la victoria final del equipo.

Seis jornadas llevaba el Athletic sin ganar en Liga, concretamente desde el primer partido de 2018 frente al Alavés. Superar al Málaga parece que tampoco supuso una gran inyección de confianza en la parroquia rojiblanca -otro contraste-. Algo que si puede suceder hoy, si se vence al Valencia, porque lo cierto es que el Athletic está a cinco puntos del séptimo puesto, y en octavos de final de la Europa League. Nuevo contraste: juego pobre, malos síntomas, desunión con la grada, pero con posibilidades de poder hacer algo importante.

No parece que la sintonia entre equipo y afición pase por su mejor momento, pero esta claro que los dos se necesitan. Esto ya no es un contraste, es una evidencia. El equipo para coger confianza, la afición para ilusionarse. Hoy, ¿quien debe empezar primero a dar algo al otro? Pues creo que cuando el árbitro pite el inicio del partido, ambos por igual. Esto es el Athletic, es o debe ser una familia, y cuando toca arrimar el hombro, nadie se esconde. Toca actuar. Después el desarrollo del encuentro, y sobre todo el final, dictará sentencia, pero que no sea de inicio.

Y si alguien sabe de arrimar el hombro es don José Ángel Iribar, que mañana cumplirá 75 años y prácticamente ha dedicado toda su vida al Athletic.

Son muchos los años que he tenido la fortuna de coincidir con él. Le he visto pasar todo tipo de cargos. Desde entrenador principal en categorías inferiores, Bilbao Athletic y primer equipo, a preparador de porteros, representación institucional del club y ahora como 'embajador' del club. Su presencia en cualquiera de ellas ha sido, es y será todo un lujo para el Athletic.

Es un placer ver cómo se le quiere vaya donde vaya. Su calidad humana, siempre dispuesto a atender a todos, a recibir con una sonrisa a todo el que se le acerque, es un ejemplo de los valores que el Athletic tiene que transmitir día a día. Eskerrik Asko José Ángel por ser un espejo donde mirarse y del que siempre aprender.

¡ZORIONAK CHOPO, LA LEYENDA CONTINUA!

martes, 27 de febrero de 2018

La historia de "Garras" y Maialen

Fuente: @Gol


lunes, 26 de febrero de 2018

Iribar: "Tuve una oferta del Madrid pero le dije al presidente Ni lo muevas"

Entrevista publicada por Luis Villarejo y Ramón Arosa en el diario Deia el 26/02/2018


José Ángel Iribar, el legendario exportero internacional del Athletic, cumple 75 años. Lo hará este 1 de marzo y con ese motivo ha concedido una entrevista a Efe en la que aborda su fidelidad al club, hasta el punto de rechazar siquiera valorar una oferta recibida del Real Madrid cuando ya pasaba la treintena.

Iribar ha recibido a Efe en las Instalaciones de Lezama, donde se encuentra ahora el Arco de San Mamés, lo que en su día fue un icono de Bilbao coronando el viejo campo y donde vivió muchas de sus tardes de gloria el mito más grande del histórico club vasco y uno de los más trascendentes del fútbol español.

A la altura de su figura, a la que en su día apodaron 'El Chopo', están sus reflexiones sobre cualquier tema que rodea al fútbol y especialmente sobre un club al que llegó con 19 años, en el que todavía sigue como embajador permanente y al que su corazón ya pertenecía mucho antes de recalar en él tras impactar en el Basconia, de Basauri. Esa permanencia en la entidad, su simbiosis con ella, es uno de sus grandes legados.

Aunque en su época existía derecho de retención, ¿tuvo ocasión de estudiar ofertas de otro club que no fuese el Athletic?

El derecho de retención marcaba mucho, pero sí hubo ofertas. Siendo ya treintañero, en un partido de pretemporada en Mallorca se me acercó el presidente (José Antonio) Eguidazu y me dijo que tenían una oferta del Madrid, que qué me parecía. Le dije: 'Ni lo muevas, yo estoy fenomenal aquí y me gustaría terminar aquí. Creí que lo sabías'. Y seguí jugando hasta los 37 años.

No fueron esas las únicas ofertas, ¿no?

Antes de fichar por el Athletic ya tuve tres importantes, del Valencia, el Atlético de Madrid y el Barça. Me quedé en el Athletic porque era mi equipo. Y estaba encantado porque tanto yo como mi aita y como mis tíos éramos muy del Athletic. Para mí fue fantástico firmar por el Athletic y no me he arrepentido, la verdad.

En ese sentido, ¿el fútbol ha cambiado para mejor o para peor?

Lo de ahora es lo democrático y lo normal. Lo nuestro era anormal, totalmente anormal. Que si fichas una vez estés en manos de alguien durante toda tu vida, dependiendo de lo que él diga, eso es la dictadura. Lo que sí podría es haber medidas ante este desmadre de dinero. Eso desnaturaliza la Liga. La UEFA se tendría que plantear algo. En cuanto a la libertad, siempre con ella.

¿Como lleva ser un mito toda la vida?

Lo llevo bien porque voy por todos los sitios con toda la tranquilidad y la naturalidad del mundo. Si alguien me reconoce y me habla, hablo con él sin ningún problema. Además te suelen hablar de cosas agradables. Sigo viajando con el equipo y la gente me conoce, me recibe muy bien y con mucho cariño. Y eso se agradece mucho.

Desde esa posición, en un mundo tan globalizado, ¿como le explicaría a alguien que no lo conozca, a un asiático o a un norteamericano por ejemplo, que es el Athletic?

El Athletic es una gran familia. Así, de verdad. Es un club que se vive en cada casa, sobre todo en Bizkaia, pero también en muchos sitios de Euskal Herria. Es segundo equipo de gente de otras muchas ciudades que tiene la diferencia de que compite durante toda su historia, que son ya 120 años, de una manera muy cercana a cuando surgió el fútbol. Y eso le da un valor añadido a lo que hace. Explicándolo así se quedarían un poco sorprendidos, pero yo les diría que vengan aquí y nos conozcan. Es la mejor manera de entender el Athletic y el sentimiento Athletic.

Recordando su carrera ¿Quienes fueron los jugadores del Athletic que más le impactaron siendo sus compañeros?

Ha habido varios, pero la aparición de Fidel Uriarte y de Txetxu Rojo, tan jóvenes, con tanta presencia en el campo y con tantas virtudes futbolísticas, han sido los que más estando yo en el equipo más me han impresionado.

¿Y de los que no ha coincidido con ellos?

Esa gente joven que surge de una manera tan espontánea, como Julen Guerrero o Joseba Etxeberria. Gente que ha nacido para el fútbol y que lo han hecho muy bien desde el primer día. Y de los anteriores a mí, Piru Gainza. Jugando donde jugaba -de extremo izquierda- los goles que metía. Fue capaz de marcar 8 goles al Celta. Increíble. Como le pegaba a la pelota, que olfato de gol tenía y cómo las ponía. Y lo listo que era. Tenía un poco de todo.

Como portero y referencia de los porteros que es, y más en el Athletic, ¿como ve a Kepa Arrizabalaga y a Iago Herrerín?

Tenemos dos porteros buenos. Uno, Iago Herrerín, que lo está haciendo muy bien, y luego la irrupción de Kepa, que es una de esas apariciones como Julen, Uriarte o Rojo, que ya de entrada se ganan a la afición y al equipo. Y es muy importante ganarse primero al equipo y al entrenador.

¿Le gusta que a Kepa le llamen el nuevo Iribar?

Tiene que ser él mismo y si puede aportar algo más, fenomenal.

Al respecto, ¿cómo ha vivido el asunto Kepa?

Lo vives con normalidad. Lo que no quiere decir que no tengas cierta preocupación hasta que él decida. Pero es muy importante que él decida. Siempre decimos aquí que el que quiere quedarse se queda, ha decidido quedarse y estamos encantados.

Una buena noticia.

Muy buena noticia, muy buena. En general, yo me alegro muchísimo cuando se renueva a los jugadores.

Durante la conversación ha salido el nombre de Iker Casillas, ¿le hubiera gustado que hubiera jugado en el Athletic?

Hombre, Iker es un nombre vasco 100 por cien. Todos los muy buenos son bien acogidos, pero siempre hemos estado contentos con los porteros que hemos tenido.

¿Le pidió consejo alguna vez?

No. Por la edad habrá tenido más contacto con Andoni Zubizarreta, otro gran portero que hemos disfrutado nosotros durante cinco años antes de que luego hiciese la gran carrera que hizo en el Barça y en la selección.

Otra buena noticia es la brillante época que está viviendo el equipo, prácticamente todos los años en Europa cuando el fútbol va en un camino muy distinto al que propone el Athletic incluso en la manera de entender el juego. ¿Le sorprende?

Sorprenderme no, aunque llevamos unos años fantásticos. Pero en los años que llevo aquí ha habido grandes camadas y ritmo e intensidad los hemos tenido siempre. Y creo que debemos seguir teniéndolos porque aquí, aunque buscamos los talentos que hay, estamos limitados y se puede ser eficaz con ese juego.

Independientemente de su trayectoria, que está ahí y habla por sí sola de su alcance, lo que sorprende es su amor al juego. ¿Por qué ese amor al juego, qué es lo que le llama la atención?

Jugar es increíblemente bonito y atractivo. A lo que sea, a las canicas también. Desde que el hombre es hombre ... ya hay referencias de Atapuerca de que allí ya le pegaban patadas al algo.

¿Y por qué el fútbol?

Es que el fútbol es maravilloso.

domingo, 25 de febrero de 2018

Un gesto de Zarra

Fuente: http://www.twistoriadelmalaga.com

Era un 9 de Octubre de 1949 cuando recibíamos al Athletic Club de Bilbao por primera vez en la historia del Málaga. Un CD Málaga recién ascendido por vez primera a la división de honor, entrenado por el ilustre, Ricardo Zamora, "El Divino".

El partido transcurría con normalidad, aunque con la intensidad propia de un partido de gran trascendencia, en una Rosaleda abarrotada. Se produjo un lance de juego en el que los jugadores malaguistas Arnau y Maciá, sufrieron un duro encontronazo, quedando el primero inconsciente sobre el césped. La pelota cayó a pies de Zarra, la estrella del Athletic, quien emprendió la carrera, situándose en una inmejorable posición para marcar. Pero repentinamente, Zarra se paró y observó al jugador del Málaga siendo atendido por algunos compañeros, con lo que el bilbaino, se dio la vuelta y mandó la pelota fuera del campo, renunciando a un gol más que seguro. La Rosaleda premió el gesto de Zarra con una sonora ovación y hasta el mismo Ricardo Zamora, salió al campo para estrecharle la mano. Fue un gran gesto de Zarra. La derrota malaguista en este partido quedó en un segundo plano.

En el partido de vuelta en San Mamés, el CD Málaga, premió a Zarra con la insignia de oro y brillantes del club, ya se sabe que de bien nacidos es ser agradecidos.

Emociones básicas

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 25//02/2018


Tristeza. Los acontecimientos acaecidos en los prolegómenos del partido contra el Spartak han dejado un profundo dolor en la familia rojiblanca y en el mundo del fútbol. Otra vez volvemos a ver imágenes propias de otras épocas, y esta vez las vivimos en primera persona. Una batalla campal bajo la excusa del fútbol. La sensación de sinrazón, de sinsentido, la gratuidad de esta violencia entristece aún más el corazón de las personas de bien tanto del Athletic como del Spartak.

La pérdida de vidas en actos como los del jueves no tiene reparación posible para las familias, que ya nunca encontrarán una solución, en este caso, a la muerte del ertzaina Inocencio Alonso.

Miedo. El que vivieron cientos de personas que acudían a ver un partido de fútbol -si, he dicho bien: un partido de fútbol- el jueves. Y más aún, los días previos bajo advertencias continuadas de peligro, amenaza, riesgo... que van calando en el inconsciente colectivo e individual generando una sensación de inseguridad, provocada por las imágenes de los seguidores del equipo ruso en otros partidos o en sus entrenamientos para la batalla. La información, necesaria, por otro lado, resuena en cada individuo de una manera diferente. Su impacto es incontrolable. En cualquier. En cualquier caso, si ir a ver un partido supone una amenaza para la integridad personal tendremos que plantearnos si realmente ese riesgo merece la pena. Bilbao y el Athletic -y creo que ninguna ciudad ni equipo- pueden permitirse ni merecen vivir una situación como la del jueves.

Cantaba Ismael Serrano: "Mi vida, no hay derecho a salir con miedo a la calle". Eso es lo que ocurrió.

Enfado. Todos sobre aviso. No había duda de que venían y en Bilbao se iba a montar gorda. Por algunos de los que venían, sin duda. Por algunos de los que están, también. Todos sabíamos que venia el lobo y que aquí no todos somos corderos. Y aún así, se lió. Y así aumenta el sentimiento de no entender, de injusticia por algo sobre lo que ya estábamos avisados. ¿No se podía hacer nada más? ¿hemos de resignarnos como sociedad a sufrir este tipo de situaciones? ¿Dónde está el germen de esta violencia? ¿Es simplemente la raza humana que se devora a si misma como fruto de su propia condición? ¿Es fruto de una sociedad -La suya, la nuestra, la de ambas- que genera como efecto colateral individuos inadaptados a vivir en armonía?

La UEFA, entidad privada que organiza competiciones donde los equipos llegan por su clasificación en ligas domésticas y que tiene reservado el derecho de admisión, debería ser mucho más estricta con aquellos equipos que mantiene, permiten o alimentan la supervivencia de colectivos cuyo único fin es la exterminación de otros. Y cada club, en su propia responsabilidad, no debería delegar ésta en la propia UEFA. Ambos, UEFA y clubes, deberán estar al tanto de propiciar cuidado. A veces el animal se vuelve tan grande que acaba por ser incontrolable y se devora a si mismo.

Alegría. De la misma manera que cuando la alegría parece ser completa siempre hay algo que atenta contra ella, ocurre a la inversa. La oscura noche del jueves nos dejó el paso del Athletic a octavos de final de la Europa League. Un elemento de alegría en el escenario de debió ser protagonista y acabó ocupando un papel insignificante.

¿Cuál fue nuestra emoción predominante? ¿Cuál ha sido con el paso de los días? Las emociones hablan de nosotros de cómo estamos constituidos. El fútbol como excusa es un escenario idóneo para vivirlas. Hoy lo harán, en otro nivel, Athletic y Málaga. Disfrutar, sentir, reír, llorar -de alegría, emoción o tristeza por los logros alcanzados, o los que se quedaron por el camino-. Todo forma parte de la pasión del fútbol, del deporte... Vivámoslo con respeto y educación.

Desde estas lineas quisiera mandar un afectuoso abrazo a la familia de Don Inocencio Alonso y sus compañeros de la Ertzaintza. El minuto de silencio antes del encuentro nos debe hacer reflexionar a todos, y debe ser una muestra al mundo de lo que significa el Athletic.

sábado, 24 de febrero de 2018

In Memoriam

Inocencio Alonso.

Descanse en Paz. Goian Bego


viernes, 23 de febrero de 2018

jueves, 22 de febrero de 2018

Partido trampa

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 22//02/2018


Hace una semana comentaba la posibilidad de encontrar una luz a la que agarrarse a través de la Europa League; afortunadamente esa luz apareció en Moscú, aunque el pasado domingo frente al Atlético de Madrid volvió a perder fuerza.

El Athletic, en un partido práctico y sobre todo efectivo, consiguió una ventaja en tierras moscovitas que debería ser suficiente para pasar la eliminatoria con tranquilidad, pero que tal y como está yendo la temporada, más acostumbrados a sustos que a alegrías, bien haría en no confiarse.

Es posible que los jugadores del Spartak se encuentren en un mejor punto de forma en el partido de hoy. Hace una semana, después de dos meses sin competir, se les notó mucho la inactividad, sobre todo en la primera parte, que es donde los rojiblancos aprovecharon para encarrilar el partido y la eliminatoria.

Para el Athletic, a pesar de tener una gran ventaja en el marcador, es un encuentro con trampa y doble exigencia, por la trayectoria que está llevando. El aficionado sabe que lo importante es pasar a la siguiente ronda, y eso se da prácticamente por hecho, ya que hoy no hace falta ni ganar, ni arriesgar -el Spartak tiene que hacer mínimo tres goles para superar o igualar la eliminatoria-. Pero existe el riesgo de creer que algo que no tienes definitivamente es tuyo antes de comenzar, y el Athletic no debería caer en ese error.

La afición quiere ver a un Athletic que proponga, que ilusione, que aparezca un estilo donde verse reflejado. Donde pasar la eliminatoria no solo sea un respiro, dentro de la irregular imagen que están ofreciendo, sino que encuentre algo positivo a lo que agarrarse para el resto de la temporada.

El gran resultado en la ida debería permitir jugar para disfrutar y ayudar a conectar con una afición muy necesitada de gestos. Sería bueno aprovechar la ocasión para corregir algunas situaciones que no son las que San Mamés demanda, como por ejemplo, llegar a la portería contraria y generar ocasiones con claridad.

Jugar en San Mamés siempre ha sido un signo de seguridad, y el de hoy es el primero de los tres partidos que el Athletic tiene que disputar seguidos en casa -Málaga el domingo y Valencia el miércoles serán los siguientes-. Deberían ser tres encuentros para, primero, asegurar el pase a los octavos de final de la Europa League, y segundo, intentar sacar los seis puntos en Liga, reconducir la situación, y quien sabe si engancharse a la pelea por jugar en Europa la siguiente temporada.

Pero sobre todo debería ser para encontrar unión. Las diferencias entre lo que el aficionado pide y el equipo ofrece parecen enormes en estos momentos, y sería muy importante buscar un punto de encuentro donde ambos puedan ir de la mano, juntos, el resto de la temporada. Lo cierto es que todavía hay tiempo para hacer muchas y buenas cosas, pero otra mala noche no ayudaría para que el equipo coja confianza, y mucho menos, para ilusionar a la afición.

martes, 20 de febrero de 2018

Sabias que...

...el 3 de marzo de 1924 el capitán del Haro Sport Club fue quien por primera vez homenajeó a Pichichi. Tres años después el MTK de Budapest retomó la tradición de homenajear a Pichichi en su primera visita a San Mamés.


...Luis Bergareche fue el primer goleador del Athletic Club en el campeonato de Liga. Fue en la temporada 29/30 en el derbi que le enfrentó a la Real Sociedad en Atocha.


...Juan Urquizu fue entrenador del Athletic Club después de haber defendido la zamarra zurigorri al igual que otros 17, pero lo que le diferencia del resto es que fue el único en haber ganado títulos de Liga y Copa como jugador y entrenador. (Jugador: 3 Ligas, 4 Copas. Entrenador: 1 Liga, 3 Copas)


(Fuente: www.athletic-club.eus)

...Piru Gainza en mayo de 1947 marcó ocho de los doce goles que el Athletic Club le endosó al Celta en unos cuartos de final de la Copa.

Entrevista a Erika Vázquez

Fuente: Canal de YouTube de Athletic en Femenino


Otras secciones deportivas del Athletic Club

Fuente: El mejor equipo del Mundo. Historias del Athletic Club


Corría la temporada 22/23 y el Athletic estaba inmerso en la celebración de su XXV aniversario bajo la presidencia de José Mª Villalonga. Su mandato fue breve, apenas un año, pero suficiente como para potenciar las bases de otras secciones deportivas del Club -impulsadas a finales de 1921- paralelas a la actividad principal que, por supuesto, seguía siendo el fútbol.

Como señalaba la prensa de la época, "el Athletic podía permitirse el lujo de dedicar su atención a otros deportes que no fueran fútbol, sin que esto suponga quebranto alguno para su caja".

En esto contexto colaborativo entre diferentes deportes, el Athletic tuvo durante algunos años secciones de alpinismo, ciclismo, atletismo, remo, pelota, hockey hierba y natación. Los socios se podían apuntar a las nuevas divisiones que estaban regidas por comisiones.

Pronto destacó la sección de atletismo, a la que el Athletic acostumbraba a ceder el campo de San Mamés para el desarrollo de distintas competiciones, como los cross que se celebraban anualmente desde 1925, de las que incluso fue organizador. En la primera edición, el corredor del Athletic Germán Campo quedó en segundo lugar, siendo recibido con una gran ovación a su entrada en San Mamés. Estas actividades duraron hasta 1930, año en el que la división de atletismo puso fin a su andadura.

También tuvo mucha importancia la sección ciclista, aparecida en 1924 y de la que formaron parte corredores como Domingo Gutiérrez, Cesáreo Sarduy o Federico Ezquerra, considerado el primer gran ciclista vasco de la historia, que compitieron defendiendo el maillot del Athletic, blanco con una linea horizontal roja donde destacaba el escudo del Club.

De la misma manera que con el atletismo, el Athletic se convirtió en promotor de competiciones como la primera edición de la Vuelta al País Vasco, organizada por el periódico bilbaíno "Excelsior" en 1924 y apoyada entre otros por el presidente del Athletic, el conde de Villalongam o el Gran Premio Vizcaya de Ciclismo, cuya primera edición data de 1925 y en la que participaron 13 corredores, siendo ganador Demetrio del Val de la Real Sociedad.

Los ciclistas, sin medios económicos pero con mucho tirón popular, apenas recibían un par de zapatos por correr en el Club, además de los premios que conseguían en las carreras. En 1928, coincidiendo con la época en la que el ciclismo se empezaba a profesionalizar con la aparición de carreras promovidas por la prensa, el Athletic abandonó su presencia en este deporte.

El resto de secciones no tuvieron tanta importancia, pero resulta curioso recordar la de montaña, que duró seis años desde 1924 hasta 1930. "La Gaceta del Norte" destaca la primera subida al Gorbea de "aproximadamente un millar de alpinistas con motivo de la expedición organizada por el Athletic", celebrada el 6 de julio de 1924. Hubo una misa y mucha niebla, por lo que muchos no llegaron a la cruz.

El club rojiblanco también se animó a crear una sección de remo en 1925, iniciativa secundada por clubes como el Arenas de Getxo, con el que participó en pruebas nacionales. En el Campeonato de España de 1928, la embarcación del Athletic Club compuesta por Careaga, Córdoba, Amachitia, Gárate y Cosme Duñabeitia, quedó en cuarta posición tras el Ur-Kirolak de San Sebastián, el Real Sporting Club de Regatas de Bilbao y el Club Marítimo del Abra.

También se creó la sección de pelota vasca, la de natación, y a finales de 1926 la de hockey hierba, que jugaba en San Mamés cuando el fútbol se lo permitía y que se mantuvo activa durante varios años.

Quizás la alta ocupación de San Mamés por el equipo de fútbol, además de que el campo no contaba con pista de atletismo, fue el principal motivo por el que el resto de secciones del Club, especialmente el atletismo y el hockey hierba no llegaran a cuajar.

El empuje del fútbol era imparable y el Club decidió concentrar ahí sus esfuerzos.

domingo, 18 de febrero de 2018

Athletic: Jugando al despiste

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 18//02/2018


La luz apareció en Moscú. El Athletic por fin vivió un partido tranquilo, manejado gracias a la efectividad en las primeras ocasiones de las que dispuso, y gana -además del partido de ida- confianza a través de la Europa League. Ahora toca volver a la Liga, y si hay un rival que se le ha atragantado al Athletic en los últimos años, ese es el Atlético de Madrid.

Todo empezó en aquella fatídica final en Bucarest en Mayo del 2012. Desde entonces, ganar al Atlético se ha convertido en un imposible, que evidentemente hay que buscar romper este domingo. No obstante, el Athletic no afronta el partido en las mejores condiciones. Las bajas por acumulación de amonestaciones de Aduriz y Raúl García, dejan al equipo muy mermado. No sólo en lo que al juego se refiere, sino también a la participación de dos jugadores muy necesarios por su carácter y experiencia en este tipo de partidos.

Ziganda tendrá que echar mano de su imaginación para preparar un partido donde poder hacer daño al equipo colchonero, aunque lo normal sería jugar con Williams como jugador mas adelantado. También está la opción de jugar con Sabin Merino en esa posición; jugó los últimos minutos en Moscú, y quizá sea una señal de que Ziganda le tiene en mente para hoy. Lo prioritario, con estas premisas, sería resolver la cuestión de a qué se quiere jugar. Una vez resuelta, aparecerán los nombres.

El Atlético no te va a engañar, su propuesta es muy reconocible, llevan muchos años jugando de la misma manera. Estudian bien al contrario e inciden donde consideran que el rival tiene más debilidad. Guste más o menos, sacan mucho rendimiento; sólo ha perdido un partido en toda la Liga y ahora mismo es el único equipo que puede disputar el título al Barça.

Normalmente los experimentos esta temporada no han salido bien. El último, en Girona, con el cambio de sistema, no funcionó. Pero en esta ocasión, debido a las bajas mencionadas, no va a quedar más remedio que hacer algo diferente a lo que el equipo está acostumbrado.

Probar con tres centrales de nuevo, frente a un rival que juega a la contra con dos delanteros específicos, no parece una idea descartable. Reforzar el centro del campo, con tres medios centros, es algo que se ha hecho con algo mas de frecuencia; en Moscú se acabó jugando así. Es posible que haya más alternativas para contrarrestar defensivamente al Atlético de Madrid, que buscar soluciones en ataque.

Los colchoneros son un equipo que no se desespera si el resultado está igualado. Al revés, sigue esperando el fallo del rival sin preocuparse del paso de los minutos. Juega más al despiste, o perdida de concentración del contrario, que a exponerse, y ahí habrá que estar listos. Si se ponen por delante, es muy complicado darle la vuelta al marcador.

Quizá sea un buen momento para jugarles a la espalda de sus defensas. Con equipos que han sido contundentes defensivamente, cerrando bien los espacios y reduciendo las distancias entre líneas, y buscándoles los espacios a la contra, han sufrido mucho. Es una forma de jugar a la que el Athletic no está acostumbrado, ya que le gusta más apretar arriba y sentirse mas protagonista en el juego, pero es una alternativa que también habrá que ir sabiendo manejar. Con Williams arriba, adelantando la posición a De Marcos y la movilidad de Susaeta, se puede buscar el desorden del Atlético. Ellos juegan al despiste. ¿Por qué no hacer lo mismo?

sábado, 17 de febrero de 2018

Sentimiento rojiblanco de la mano de Manolo Delgado y Kepa Junkera

Artículo publicado por Alberto García en el diario Mundo Deportivo el 16/02/2018

Mañana presentarán en Bilbao un proyecto de animación en la sede de la Peña Athletic Karajo en Bilbao


Manolo Delgado y Kepa Junkera (Peña Athletic Karajo)

Otra gran ‘producción’ de la Peña Athletic Karajo. En otras ocasiones ha fomentado la solidaridad, unida al sentimiento rojiblanco, que es el que cobra mayor protagonismo en esta ocasión. Mañana, a partir de las 19.00 horas, tendrá lugar en su sede bilbaína del Bar la Oveja Negra (Doctor Areilza 42) de un proyecto de animación creado por Kepa Junkera y Manolo Delgado Meco.

Los anfitriones, una asociación fundada en 2012, extienden la invitación a todos, en una fiesta que contará con pintxopote y música. También prometen “alguna sorpresa”. La Ikastola Lauro también tiene su papel en esta acción emotiva. Un vídeo con Manolo Delgado, con el 5 a la espalda de su camiseta rojiblanca de los 80, recuerda al grabado por el preparador físico con los leones hacer años en Lezama. No tiene desperdicio. Corazón e ilusión.


jueves, 15 de febrero de 2018

Buscando una luz a la que mirar

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 15//02/2018


La Europa League da un respiro hoy al Athletic, que podrá desconectar de la inquietante inercia negativa liguera de las últimas jornadas y centrarse en una competición diferente que le permita encontrar una luz a la que mirar. El sorteo deparó que tuviera que viajar a tierras rusas en pleno invierno, donde le esperan temperaturas muy bajas, incluso por debajo de los -10 grados a la hora del encuentro.

El Spartak de Moscú es uno de los cuatro clubes rusos en los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League, después de acabar tercero en un grupo liderado por el Liverpool y con el Sevilla en segundo lugar. No obstante, el Athletic deberá tener cuidado ya que el equipo hispalense perdió por un rotundo 5-1 en Moscú.

Su entrenador es el italiano Massimo Carrera, que estuvo en la Juventus como ayudante de Antonio Conte y con quién también trabajó en la selección italiana. Después paso a hacerse cargo del Spartak para llevarlo a ganar la liga rusa en su primera campaña, la 2016-2017.

Hay viejos conocidos en el equipo moscovita, como el centrocampista croata Mario Pasalic, cedido por el Chelsea, que jugó la temporada 2014-2015 en el Elche. También Fernando y Luiz Adriano, quienes jugaron frente al Athletic en el Shakhtar Donetsk en la fase de grupos de la UEFA Champions League 2014-2015.

No tengo dudas de que jugadores y cuerpo técnico ven en esta competición una posibilidad de dejar un buen sabor de boca en la actual temporada. En la Liga parece difícil que el Athletic pueda meterse en la pelea por los puestos europeos, aunque tiempo hay para seguir intentándolo.

También puede servir para ver a jugadores que están teniendo menos minutos en estos momentos. Córdoba y Beñat, si tienen la oportunidad de jugar, deben aprovechar esta competición para reivindicarse y pedir mas protagonismo en el equipo. Más si cabe cuando el Athletic sigue mostrándose atascado en la elaboración del juego y necesita buscar alguna alternativa para salir del atolladero en el que se encuentra. También para que San José, que lleva varias jornadas sin jugar, dé un paso al frente y pueda meterse otra vez en la dinámica del equipo, si no quiere caer en el ostracismo.

El Spartak jugó su último partido en la liga rusa el 10 de diciembre. Lleva dos meses sin disputar un encuentro oficial y es algo que tiene que saber manejar el Athletic. Volver a la competición, después de tanto tiempo, so suele ser sencillo. Sobre todo, en los primeros minutos extrañas el ritmo del partido, las distancias y los primeros esfuerzos. Tampoco es habitual aguantar físicamente bien los 90 minutos. Los equipos rusos afrontan esta segunda parte de la temporada como el final de su pretemporada. Es parecido a los partidos de finales de agosto en nuestra Liga. Lo habitual es que una vez llegado el parón de diciembre los jugadores descansen durante tres o cuatro semanas y después viajen a diferentes zonas de Europa durante un mes. Allí disputan un alto numero de partidos, pero ni la intensidad ni las dinámicas se asemejan a la competición real. Y eso es algo de lo que el Athletic debe sacar partido.

Marcar algún gol en Moscú tiene que ser un objetivo que le puede facilitar al Athletic el pase a la siguiente ronda. En el último cuarto de hora se debe notar que los rojiblancos están en plena competición y aprovechar la inactividad de los moscovitas para maniobrar según los intereses que se tengan en esos momentos.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Iraola: “El Athletic somos nosotros contra el mundo y es una idea exportable”

Artículo publicado por Iñaki Ugalde en el diario El Mundo Deportivo el 14/02/2018

El exleón, ponente junto a Gaizka Mendienta en una charla en el WFS Bilbao Industry, defiende la idea de una filosofía única en un mundo global


“¿Os imagináis dentro de 10 o 20 años que hubiera un Athletic en San Diego solo con jugadores de California, otro en Inglaterra solo con futbolistas de una zona concreta de Inglaterra, otro en Asia de similares características? No estoy hablando de fichar extranjeros porque nosotros tenemos una filosofía que es única. El Athletic somos nosotros contra el mundo y me parece una idea exportable”.

La pregunta y reflexión en cuestión las llevó esta tarde a cabo Andoni Iraola en el transcurso de una charla con Gaizka Mendieta, el exjugador de Valencia y Barça, entre otros clubes, y el periodista Santi Segurola bajo el título genérico de ‘Football Players: Una industria global del fútbol desde la cantera’. Esta charla quedaba asimismo englobada dentro de la programación del ‘World Football Summit Bilbao Industry’, certamen que se inauguró hoy por la tarde en el Palacio Euskalduna y continuará a lo largo de la jornada de mañana.

Esta primera jornada también contó con la presencia, entre otros, de Martin Kallen, director de la Eurocopa 2020. Este representante de la UEFA disertó junto a otros ponentes en torno a ‘¿Cómo sacar el máximo rendimiento?’, en referencia al evento que tendrá Bilbao entre otras sedes dentro de dos años. Juan Mari Aburto, alcalde de la villa, también tomó parte en el acto inaugural junto a distintos patrocinadores y autoridades.

Iraola sorprendió a propios y extraños con la que fue, según propias palabras, su primera intervención de estas características en público. El exrojiblanco disertó sobre distintos aspectos de su etapa como futbolista en Estados Unidos, con continuas referencias y ejemplos en torno a cómo entienden los americanos el negocio del deporte. Un modelo que, a tenor de la exposición posterior de Mendieta sobre el fútbol inglés, se parece en poco o nada al que se estila por estos lares.

“Lo que no vemos en los medios, no nos llega. El Athletic es como ese tío que corre la maratón, pero sin marca. El deporte americano, en cambio, se basa en crear incertidumbre para que llegue más dinero: limite salarial, draft, play off... Que no haya un ganador seguro, que todo el mundo pueda ganar”.

El exleón diferenció incluso entre el modelo americano y el europeo a nivel de fútbol. “En Europa hay diez o doce clubes que dominan cada vez más. Allí se busca el equilibrio competitivo y, al revés que aquí, tienden a colectivizar todos los derechos. Con el fútbol es no casa bien”.

Al ser preguntado por qué cosas aprendió en el Athletic para enseñar al mundo, Iraola comenzó por saludar a Manolo Delgado, presente en la sala, y dijo que “hay mucha gente en Lezama que modela bien el jugador. El futbolista del Athletic, talento al margen, siempre es apreciado. Tiene una serie de valores, hábitos, nivel de entrenamiento”.

Mendieta, por su parte, destacó que “en Inglaterra se admira al Athletic porque el fútbol inglés viene de ahí: escuela, formación, pasión por unos colores. Se le admira no solo cuando tiene éxito y se le respeta por lo que ha conseguido con los recursos que tiene. El Athletic es un club que exporta deporte y valores”.

Carlos Ruiz: “No sé si era la KGB o no, pero nos seguían”

Artículo publicado por Pako Ruiz en el diario Deia el 14/02/2018

Carlos Ruiz, expichichi del Athletic, relata el primer viaje a Moscú en 1973, en plena era soviética: “tuve un broncoespasmo, nunca lo había pasado tan mal”


Txetxu Rojo, Antón Arieta, Félix Zubiaga, Ángel Rojo, ‘Txule’ Villar, José Mari Igartua y
Txutxi Aranguren, en Moscú. (Foto: Athletic Club)

La expedición del Athletic aterrizó ayer en Moscú. Lo hizo 34 años y cuatro meses después de que el conjunto rojiblanco jugara por primera vez en la capital rusa. Hubo una segunda, hace seis años, y que supuso el inicio de un bello recorrido hasta la final de Bucarest. Entre aquella primera vez y la actual se ha pasado de siglo y la ciudad moscovita ya no es el centro de operaciones de la antigua Unión Soviética, que se dio por expirada en 1991. Aquel septiembre de 1973, el Athletic voló a Moscú en plena guerra fría, lo que generó cierta excitación e incertidumbre por la farragosa burocracia que podría entrañar y por el matiz sociopolítico que ofrecía, además de suponer el estreno de la extinta Recopa europea esa campaña, con el duelo de ida de los dieciseisavos de final frente al Torpedo Moscú. Los dirigidos por Milorad Pavic sacaron un empate sin goles, para rematar la faena quince días después en San Mamés gracias a los tantos de Astrain y Lasa.

Carlos Ruiz (Bilbao, 7 de junio de 1948) fue uno los rojiblancos partícipes en aquella eliminatoria ante el Torpedo Moscú, un conjunto que a día de hoy vive tiempos de decadencia y que milita en la Division 2 rusa (la equivalente a la Segunda B), “del que no teníamos ni una sola referencia, no sabíamos prácticamente nada de él, porque como es obvio no había los medios interactivos que existen a día de hoy”. El que es el último pichichi del Athletic (lo conquistó en la campaña 1974-75 con una tarjeta de 19 goles) compareció en el tramo final del duelo en el Estadio Central Lenin, denominado así en la época soviética para rebautizarse en la actualidad como Estadio Olímpico Luzhniki (curiosamente donde jugó el Athletic de Marcelo Bielsa seis años atrás frente al Lokomotiv), y recuerda el duelo como “un partido muy duro, muy físico, porque ellos tenían mucha pinta de atletas, lo que nos generaba cierta incertidumbre. Eran también futbolistas con buenas cualidades técnicas. Lo positivo es que fuimos capaces de aguantar pese a no jugar bien y resolvimos en Bilbao”.

Aquel viaje, sin embargo, ofreció muchos más alicientes al margen del futbolístico. Se trataba de un destino muy atractivo, “muy sugerente por lo que representaba”, rememora el exdelantero centro rojiblanco, que tras colgar las botas se dedica a la medicina. “Recuerdo que había mucha expectación en el vestuario”, dice Carlos Ruiz, que posteriormente ha regresado a la capital rusa en dos ocasiones más, como médico de la selección española de balonmano para disputar los Juegos de la Amistad en 1984, organizados por el bloque del Este que boicoteó los Juegos Olímpicos de Los Ángeles; y en un viaje de placer con su esposa. “El club tuvo que hacer frente a un largo papeleo, del que estuvimos al margen. Sí tuvimos, en cambio, libertad de movimiento para visitar los puntos más turísticos, como la Plaza Roja, en la que posamos muchos compañeros, pero también es cierto que nos sentíamos vigilados, no sé si por la KGB o no, pero nos seguían. Nos decían que te podían parar y pedir el pasaporte, que no nos descuidáramos”.

Carlos Ruiz remarca que “hacía mucho frío, aunque fuera septiembre y creo recordar que había una especie de aire polar”. Se queda, entre otros detalles, con el hecho de que el “mercado negro era lo que se estilaba. Salíamos beneficiados con el cambio de pesetas a rublos. Pasamos por él creo que toda la expedición, con compras económicas. Yo, al margen de las típicas matrioskas (muñecas tradicionales rusas), me hinché a comprar vinilos de música clásica, que estaban tirados de precio. Tampoco recuerdo que nos pusieran restricciones a la hora de comprar. Sí nos llamaba la atención el valor icónico de los puntos de mayor interés en Moscú y no notamos una hipotética hostilidad de la gente por aquello de los bloques de la Europa del Este y la del Oeste”.

Broncoespasmo

El encuentro en el Estadio Central Lenin ocupa un lugar llamativo en el álbum profesional del exgoleador. No porque llegara a batir a Rakudkin, portero del Torpedo, sino porque sufrió “uno de mis peores momentos de salud en un campo de fútbol”. Carlos, que en aquel 1973 ya cursaba estudios de Medicina tras abandonar los de Ingeniería, lo rememora ese instante: “Salí al campo en el último tramo del partido (minuto 63) después de chupar mucho frío en el banquillo. Apenas había calentado, si bien corrí mucho para entrar en calor. Pero cuando volví al vestuario tuve un broncoespasmo por la entrada de aire frío en los pulmones, que causó una irritación. Me tuve que agarrar al lavabo, tenía una tos fuerte y ganas de vomitar. Se me pasó al cuarto de hora. Nunca lo había pasado tan mal”.

La plantilla de José Ángel Ziganda aterrizó ayer en Moscú, cuyos termómetros avisaban de temperaturas gélidas, entre 8 y 9 grados bajo cero, aunque la sensación térmica era aún más heladora. Carlos subraya que en aquel otoño de 1973 el frío no era tan acusado en la capital rusa, pero sí recalca que “los tejidos actuales, como la ropa térmica o el GoreTex, te permiten combatir mucho mejor el frío”. “En nuestra época no existían y las equipaciones estaban hechas incluso de lana. La camiseta pesaba más cuanto te mojabas, te quedabas como una mojarra. En la caseta tomábamos café con unas gotas de coñac para entrar en calor”, detalla el expichichi rojiblanco, al que este Athletic no le transmite buenas sensaciones: “No soy optimista, pero espero fallar en mis previsiones. El hecho de jugar la vuelta en San Mamés podría entenderse como una plusvalía, pero quizá no lo sea después de que tampoco lo está haciendo bien en casa. Son situaciones que generan dudas, porque no hay una idea clara de juego y el equipo no está nada bien”.

martes, 13 de febrero de 2018

Erika Vázquez, corazón de leona

Artículo publicado en el diario As el 12/02/2018

Este curso ya suma nueve tantos y en total son 246 en 341 partidos de rojiblanco. Con la camiseta del Athletic sólo Zarra (336 goles) la supera.


(Fotografía: JOSÉ MARI MARTÍNEZ)

Erika Vázquez (Iruña, Navarra, 16-02-1983), lleva trece años defendiendo la camiseta del Athletic. Llegó con 21 años al conjunto rojiblanco y, salvo una temporada que jugó en el Espanyol (2010-11), con 34 sigue marcando goles. Un idilio que ya dura años y le ha convertido en la jugadora con más tantos de la historia del club bilbaíno.

La delantera navarra volvió a ser vital ayer ante el Atlético. Su golazo de falta directa lo podría firmar el mismísimo Messi. Un toque sutil por encima de la barrera en una demostración más de la calidad de Erika. Porque, además del gol, la delantera forzó un penalti y fue un dolor de cabeza constante para la defensa contraria. Este curso ya suma nueve tantos y en total son 246 en 341 partidos de rojiblanco. De hecho, con la camiseta del Athletic sólo Zarra (336 goles) la supera. Los siguientes son Bata (208), el mítico Dani (199). Una institución en el Athletic que tiene tres títulos ligueros y sabe lo que es jugar en Europa. En la UEFA marcó siete goles en un sólo partido, al Birkirkara de Malta.

domingo, 11 de febrero de 2018

sábado, 10 de febrero de 2018

viernes, 9 de febrero de 2018

No es un partido más

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 09//02/2018


Después de ganar consecutivamente al Betis en Sevilla, último partido de 2017, y al Alavés en San Mamés, primer partido del 2018, parecía que el equipo iniciaba una inercia positiva. Quizá no por su juego, que seguía ofreciendo dudas y falta de continuidad, pero ganar dos partidos seguidos debería haber dado mucha confianza, más si cabe en el momento en el que se produjo, y sobre todo estabilidad para consolidar una idea de juego.

Pero lo que se ha ido desarrollando posteriormente ha sido todo lo contrario. Tres sufridos empates frente al Espanyol, Getafe y Eibar y la desconcertante derrota en Girona dejan un pobre balance de tres puntos conseguidos de los 12 últimos disputados. Y lo que quizá sea peor, un equipo que parece sigue sin encontrarse.

Muy criticado ha sido el cambio de sistema en el último partido. A mi la búsqueda de soluciones no me parece mala, incluso si esto conlleva un cambio de planteamiento. Es mucho mejor eso que no dar señales de vida y dejar pasar el tiempo. el cambio de sistema no creo que sea relevante para el aficionado, pero si lo sería ver a un Athletic alegre, combativo y con soluciones defensivas y ofensivas.

El problema es que todavía no se sabe si el equipo, cuando no tiene el balón, quiere presionar arriba o replegarse más atrás. Y cuando lo tiene, si quiere salir con el balón jugado -cuando inicia la jugada-, o avanzar con desplazamientos más en largo, por poner dos ejemplos. Es algo que ha perseguido al Athletic a lo largo de la temporada y la indefinición está levando al aficionado a la desesperación.

Es cierto que cada planteamiento puede ser diferente dependiendo de los jugadores que tengas en el campo. Si juega Aduriz en punta es un error alejarle mucho de la portería, incluso del área. Le viene bien que el equipo haga una presión alta. Pero si el que juega arriba es Williams, de características totalmente diferentes, necesita espacio para correr, poder encarar y aprovechar su potencia. Quizá no sea malo replegarse y que tenga recorrido para aprovechar sus cualidades. Lo importante es que el equipo sepa aprovechar lo que tiene en el campo cada momento.

A todo esto llega el Las Palmas a San Mamés con la moral alta después de ganar al Málaga en la última jornada. A tres puntos del Levante, que es el que marca los puestos de descenso, poco a poco va viendo la luz al final del túnel. Son muchos los cambios que ha hecho en este periodo invernal, empezando por el entrenador, y poco o nada se parece al equipo que inició la temporada y que ha estado deambulando por los campos en la primera vuelta.

Así y todo, el balance del Las Palmas fuera de casa es desolador. Esta temporada solo ha conseguido cuatro puntos en los 11 partidos disputados, y aunque es un equipo que está en progresión ascendente, San Mamés no debería ser el campo donde inicie su recuperación lejos de su casa.

Independientemente del equipo que tocase hoy, el Athletic, y más en San Mamés, necesita ganar y convencer. El aficionado esta esperando un golpe de efecto a la imagen que está mostrando el equipo y es necesario que se vea a un Athletic reconocible, ambicioso y que marque el camino desde el primer minuto. La recuperación de De Marcos es una gran noticia. Su movilidad, su dinamismo y la alegría que muestra en su juego suelen contagiar al resto del equipo y puede ser una inyección de energía para todos. También parece segura la vuelta de Kepa. En este caso hay que agradecer y aplaudir el nivel de Iago Herrerín durante todo el periodo de inactividad del portero de Ondarroa.

¿A que juega? ¿Cómo lo quiere desarrollar? ¿Hacia dónde se dirige esta temporada? Son algunas de las preguntas a las que el aficionado del Athletic parece necesitar respuesta después de este partido. No es un partido más.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Aritz Aduriz, Mejor Jugador de LaLiga Santander en enero

Fuente: www.laliga.es 07/02/2018

El delantero del Athletic ha recibido esta distinción tras su gesto en el partido ante el Eibar, en el que negaba la existencia de un penalti y pedía a la afición respeto por la decisión arbitral.


Aritz Aduriz, delantero del Athletic, ha sido galardonado con el Premio al Mejor Jugador de LaLiga Santander en enero. El futbolista guipuzcoano fue un ejemplo para todos, al negar la existencia de un penalti y pedir a la afición respeto por la decisión arbitral.

Su gesto dio la vuelta al mundo. En el minuto 52 del Athletic - Eibar, Aduriz caía dentro del área del Eibar. El colegiado del encuentro no señaló nada y Aduriz se levantó rápidamente. El delantero del Athletic se dirigió a su afición para negar la existencia del penalti y pedir respeto por la decisión arbitral. Un gesto de juego limpio y respeto.

LaLiga, fiel defensora del juego limpio, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, no quiso pasar por alto este gran gesto y le entrega a Aritz Aduriz este galardón.

Esta temporada, la entrega del Premio al Mejor Jugador del mes toma una nueva dimensión para estar más cerca de los aficionados de la mejor liga del mundo. Por ello, recogerá el premio ante el público de San Mamés en los instantes previos al partido entre el Athletic y la UD Las Palmas, el próximo 9 de febrero.

lunes, 5 de febrero de 2018

El león que nunca fue cachorro

Artículo publicado por Bruno R. Iglesias en www.panenka.org el 05/02/2018


Finales de verano de 2016. En Lezama seguían preguntándose quién iba a ser el cuarto central del plantel. En primer lugar estaba Aymeric Laporte, un central que de un verano a otro podía abandonar la disciplina bilbaína para unirse a las filas de un equipo poderoso en Europa. En segundo lugar, Xabier Etxeita, que iba a ir alternándose en la titularidad con Eneko Bóveda. Viendo que no había prisa por tener un jugador maduro, confiaron en el plantel. Ahí había dos centrales entre los que escoger: Óscar Gil y Yeray Álvarez. La oportunidad era para el segundo.

El bueno de Yeray tenía por delante una ardua tarea. Sabía que su papel no iba a ser, ni mucho menos, imprescindible. De hecho, rezaba para poder gozar de minutos suficientes para poder demostrar algo. Viendo a Laporte como indiscutible, sus duelos debían ser con Etxeita y Bóveda. Lamentablemente, una lesión del segundo le dio la oportunidad de debutar un 15 de septiembre en la Città dei Tricolore, ante el Sassuolo. Pero todo había empezado mucho antes.

Sus inicios competitivos empezaron en el fútbol sala. De ahí que destaque su técnica y su salida de balón, con buen regate y la pelota pegada al pie. Tras pasarse dos años en una pista de futbito, y tres en una de fútbol siete, pasó al Barakaldo, donde estaría dos años más.

Tal como destacó en La Inmaculada, también lo iba a hacer en Barakaldo, donde en su último año iba a entrenar en Ortuella. En uno de esos entrenamientos, el Danok Bat, se enamoró de él. La mejor escuela de fútbol formativo de toda Euskal Herría lo llamaba. Quería seguir adelante. Pero no duraría mucho ahí. Tras un año de alevín en la temporada 07-08, se mudaría a Lezama.

Hacer carrera no le ha sido nada fácil. Su estatura hacía que los entrenadores, de buenas a primeras, no lo quisieran en sus equipos. Le costaba Dios y ayuda convencer a los técnicos de que se podía ser un gran central con 183 centímetros de altura. Ante esta dificultad, se sobrepuso y entrenó más duro. Hasta tal punto, que desarrolló un sentido de la anticipación que le hace ganar muchos balones por arriba sin ser muy alto. Tan ducho por arriba como por abajo. Un vago recuerdo a Puyol viene a la cabeza de muchos cuando lo ven jugar: “es un honor que me comparen con Puyol”, dijo en su día. “Lo hacen porque dicen que voy con todo. Siempre es el defensa que más me gustó”. Pues eso.

Valverde se deshacía en elogios hacia él. El actual entrenador azulgrana dijo tras ganar 5-3 al Genk que era “un fenómeno. No se aprecia su juventud, se atreve con el balón y está muy fuerte en las disputas. Parece que lleva jugando mucho tiempo”. Como si nunca hubiese sido un cachorro.

Toda esa fortaleza, serenidad y pelear hasta el último suspiro lo aprendió antes de la gran disputa. El día 22 de diciembre de 2016 el joven barakaldés no entraba en la convocatoria del partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. La gente se preguntaba a santo de qué el central, que venía completando 6 partidos en su totalidad, causaba baja. Al día siguiente entendían por qué.

Su nombre copaba todas las portadas y abría todos los noticiarios deportivos: “Yeray Álvarez, el joven jugador del Athletic, tiene un tumor en el testículo”. Duro golpe para un chaval que debutaba hacía algo más de tres meses y que se había consolidado en el once titular del equipo del ‘Txingurri’. Sin embargo, toda la camada de leones se volcaba con él. Llovían mensajes de apoyo a espuertas. Recibía el cariño de su familia, del club y del resto del panorama futbolístico español. Por entonces, se paraba La Liga por Navidad. Pero el club vasco no dejó pasar el siguiente partido en casa. Debían ganar. Por él. Se lo merecía.

Llegaba el día de Reyes y el Nuevo San Mamés le iba a rendir un homenaje a Yeray en el minuto 27, que por entonces era el dorsal que lucía su zamarra. Él, mientras tanto, lo iba a ver en la grada al lado de Óscar de Marcos. En el pasto, y tras un intercambio de centros y posesiones, en el minuto 25 Iturraspe interceptaba un pase de Iniesta. Recogía San José el balón, que cedía a Aduriz. Tras una breve conducción sin oposición alguna y con Jordi Alba recogiendo amapolas, abría para Raúl García, que centraba al segundo palo donde se encontraba, cómo no, el bueno de Aritz más solo que la una. El partido no había podido empezar mejor.

Dos minutos más tarde, la parroquia ovacionaba a Yeray. Todos sacaban papeles con mensajes de apoyo al baraka con frases como “Zurekin Gaude” o “Eutsi Yeray” y el partido dejaba de ser importante porque su cachorro (que ya no lo era tanto) estaba pasando un momento difícil. A su vez, en el césped, Alba sacaba un centro a Iniesta, que se la devolvía para que se deshiciera de ella. Iturraspe, otra vez, interceptaba el balón con un testarazo hacia delante que caía a Aduriz, que cedía de espuela a Iñaki Williams y, de primeras, perforaba el arco que defendía Ter Stegen. En San Mamés estallaba el júbilo y la cámara iba directa a Yeray, que aplaudía a rabiar y sonreía como un aficionado más. El resto del partido ya no importa. El Athletic había conseguido la victoria.

Pasaba un mes de recuperación y Yeray volvía jugar. Casualmente, contra el Barcelona, jugaba 90 minutos en el día de su vuelta. Desde ahí hasta el final de temporada, solo se perdería dos partidos más, ayudaría a Los Leones a acabar séptimos en la tabla y entrarían así en la Europa League. A ver si en 2018, por lo menos, pasaban de dieciseisavos.

Acabada la competición doméstica, Yeray estaba concentrado con la selección española sub’21 y esperaba ser titular ante Macedonia en el debut de la Eurocopa de Polonia. No obstante, el destino cambiaba sus planes en un control médico rutinario programado por los médicos para el seguimiento de la evolución de su tumor testicular: Yeray debía abandonar la selección y regresar de urgencia a casa. Había recaído. El tiempo estimado de baja era de 3 meses, pero nadie quería ponerse plazos antes de hora. Debía hacerse el tratamiento complementario de quimioterapia para acabar con el tumor. Tocaba remar.

La Rojita luchó hasta el final para ofrecerle el campeonato europeo, pero cayeron rozando la copa y llevándose la medalla de plata. La plantilla rojiblanca al completo, por su lado, al comenzar la pretemporada tomaba una decisión que iba a darle un empujón más al joven central. Se cortaban todos el pelo al cero para decirle que no estaba solo. Eso dejaba patente la unión del vestuario. El león iba a por todas y lucharía por volver al verde cuanto antes.

Iban pasando los días y los tres meses que le daban de baja se convertían en cuatro. Después en cinco. Llegaba el 2018 y Yeray solo había podido volver a sentirse jugador en un partido jugado en la Premier U23 en Gales ante el Swansea, en una cita prevista para que el central fuera fogueado al debut en la Liga. Era un paso, pero no es lo mismo.

Empezaba el 2018 y en el primer partido del año, en casa y ante el Alavés, Yeray Álvarez era convocado otra vez. En el minuto 64 Aduriz marcaba el 2-0 y Yeray salía a calentar. Pasaban los minutos y no entraba. Primero Beñat. Minutos más tarde Lekue. Al final, dejan de calentar todos y el cuarto árbitro, en el minuto 90, saca el cartelón. La parroquia bilbaína esperaba con ansias que el número 5 apareciese en él. Sin embargo, es el 19. Sabin Merino entra por Aduriz y el central se queda sin jugar. Los pitos que suceden a la noticia trocaban en aplausos para su delantero. Pero la palabra tristeza envolvía el ambiente. Querían volver a ver a Yeray en su propio jardín, en San Mamés. Tocaría esperar.

Pasaban las semanas y Yeray seguía sin debutar. Se cerraba el mercado de traspasos con un cambio importante: Laporte ponía rumbo a Manchester con Pep y llegaba Íñigo Martínez, previo pago de la cláusula de rescisión. Un cambio serio que tomaba la titularidad de Montilivi el día 4 de febrero. Día Mundial Contra el Cáncer. La derrota por 2-0 y el final de una racha de diez partidos sin perder dejaba de importar cuando se veía a Yeray sobre el césped. El motivo de felicidad era la sonrisa del león, que parece ser que nunca fue cachorro, y que volvió 259 días después para rugir con más fuerza que nunca.

Un portaaviones en San Mamés

Artículo publicado por Jon Rivas en www.fiebrerojiblanca.com el 04/02/2018


Merodio, capitán del Athletic, junto al trío arbitral y el capitán del equipo del
portaaviones 'Ocean', en el césped de San Mamés. / ARCHIVO ATHLETIC CLUB

En noviembre de 1957, la gente andaba preocupada por la perrita Laika. La Unión Soviética había lanzado al espacio una cápsula con el animal en su habitáculo, y había anunciado a bombo y platillo que estaba en condiciones de enviar un cohete a la Luna con viaje de regreso incluído, pero las noticias sobre Laika no eran optimistas. Mucho menos después de que Radio Moscú anunciara que la perra, instalada en la Sputnik II, estaba condenada a muerte «como un sacrificio a la ciencia». Item más: «Por muy tristes que nos sintamos, debemos pensar antes que nada en la tremenda contribución que está haciendo a la ciencia». Para alivio del pueblo soviético, la emisora estatal anunciaba también que «la perra Laika se encuentra a bordo del satélite, lo más cómodamente posible».

En esos días de guerra fría y discursos calientes de Franco, en los que los periódicos estaban obsesionados por las noticias que llegaban del otro lado del telón de acero, -Zukov, destituído-, titulaba La Gaceta del Norte, apareció por Bilbao un portaaviones de la marina de su graciosa majestad británica. El HSM Ocean era el primer barco de ese tipo que navegó por aguas del Abra. Es más, a las 9.15 horas del viernes 1 de noviembre, el buque, de la clase Colossus, se adentró por la Ría, y llevado con habilidad por las maniobras del práctico, Cecilio Alday, que movió con precisión las 18.000 toneladas del portaaviones y guió los movimientos de los remolcadores Ayala y Ariñ, pasó bajo el Puente Colgante y atracó en la dársena de Galdames, -donde permaneció cinco días-, mientras los marineros formaban en la cubierta y la banda de música del barco tocaba marchas militares.

Tenían ganas de estirar las piernas los marineros del Ocean, que llegaban desde Gibraltar tras cumplir una misión en el Canal de Suez, así que se pusieron en contacto con el Athletic para jugar un partido en San Mamés. Tenían mono de balón ya que en un portaaviones pese a tener una superficie, tal como indicaban los periódicos, de dos veces el terreno de juego rojiblanco, es difícil montar un partido sin riesgo de que el balón se pierda en el mar.

Así que esa misma tarde, un grupo de escogidos tripulantes del navío, de entre las mil personas que trabajaban a bordo, fueron rebajados de servicio para acudir con sus mejores galas deportivas a enfrentarse a los suplentes del Athletic. Los titulares habituales jugaban dos días más tarde en el recién inaugurado estadio Camp Nou del Fútbol Club Barcelona, «con un césped infame», tal como anunciaban los periódicos. Cayeron por 3-0 frente a los azulgrana.

Los suplentes jugaron un partido «interesante», según las crónicas. No sólo se alinearon los no habituales en el equipo rojiblanco, sino también algunas promesas del fútbol vizcaíno. El choque sirvió, sobre todo, para observar el estado de forma de Merodio, que salía de una lesión, y que jugó un partido excelente, además de oficiar de capitán del Athletic.

A las cuatro de la tarde de aquel 1 de noviembre, las gradas de San Mamés presentaban una buena entrada -como se puede observar parcialmente en la fotografía-, y los capitanes se intercambiaron regalos. Merodio entregó al marinero que ejercía como tal en el equipo del Ocean, un banderín conmemorativo de la visita; El británico, una metopa con el escudo del barco. «Lo mejor fue constatar la buena forma de Merodio, de Beitia y de Gorostiza, que fueron los elementos más destacados», apuntaban los periódicos, que llegaron a titular: «Por poco hunden al Ocean», después de los cinco goles de la primera parte y del que marcaron los rojiblancos en la segunda.

Sin embargo, lo mejor de aquella tarde fría fue la actuación de la banda de música del portaaviones, que deleitó a los aficionados con su música y sus movimientos por el césped. Ganó el Athletic 6-0 sin hacer demasiada sangre con los ingleses que llegaban de la guerra de Corea, y después, sus jugadores fueron invitados a la fiesta de gala que organizó el comandante del Ocean R68 a bordo del barco, y a la que también asistieron las autoridades «civiles y militares».

Los cinco días que pasaron los miembros de la marina británica en Bilbao fueron de lo más aprovechados, sobre todo para los más deportistas del barco, puesto que además del partido en San Mamés, jugaron otro de hockey en Jolaseta, donde fueron agasajados con un cóctel, y otro más de baloncesto en la cancha del colegio San Agustín de Las Arenas.

Para completar el cartel, los marineros amantes del boxeo tuvieron la oportunidad de presenciar una velada en los locales del Club Deportivo de Bilbao. Los tripulantes del barco del capitán Smallwood también pudieron acudir a un festival de pelota que en su honor se organizó en Santurtzi, y los católicos del buque, alrededor de 150, fueron a la misa que un sacerdote bilbaino, Antonio Uriarte, celebró en perfecto inglés. La mayoría de los feligreses debía tener algún pecadillo escondido, puesto que sólo tres se acercaron a comulgar: dos oficiales y un marinero. En fin: San Mamés ha visto pasar a centenares de equipos de diverso pelaje, pero sólo una vez pisaron su césped los futbolistas de un portaaviones.

domingo, 4 de febrero de 2018

La esencia de un club

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 04//02/2018


Las cláusulas de rescisión existen por algo y tienen su objetivo. Normalmente, en el fútbol no es otro que el de blindar a sus estrellas. Esta cantidad no es en absoluto arbitraria y responde a diferentes criterios, siendo el salario del jugador uno de los más importantes. Club y jugador, jugador y club, negocian una cantidad que se estipula en el contrato por la cual el jugador puede abandonar su equipo siempre que abone el precio marcado.

Estas cantidades no siempre serán las deseadas por ambas partes, pero en cualquier caso es un acuerdo entre adultos y los acuerdos están para ser aceptados y respetados en toda su dimensión. Cuesta entender por qué, en ocasiones, el club pone en el disparadero al jugador arrojándolo a la opinión pública como si de un proscrito se tratase, cuando éste viene con el dinero correspondiente y decide cambiar de aires. Quien otrora era vitoreado como héroe, se convierte en traidor a la causa en cuestión de minutos. ¿Acaso no está cumpliendo con lo que está pactado y firmado?

De igual forma, tampoco son aceptables las pataletas de algunos jugadores que, firmando un contrato por el que estaban encantados y aparecían sonrientes en el momento del acuerdo, exigen al club que rebaje la cláusula de rescisión y negocien con quien quiere hacerse con sus servicios. Una cosa es pedir e intentar llegar a un acuerdo -la mayoría de las veces se encuentra una solución positiva para todas las partes implicadas- y otra muy distinta es querer eludir tus responsabilidades, algunas de las cuales fueron precisamente adquiridas en el momento de la firma.

Estos gélidos días han venido acompañados por un mercado invernal frenético, calentito y poco habitual por estos lares. La renovación de Kepa parecía que iba a traer tranquilidad, pero la repentina marcha de Laporte al City ha acarreado unos últimos días de enero intensos, que han finalizado con la contratación de Iñigo Martínez y con el intento de fichar también a Mikel Merino. Este último es posible que en el pasado verano hubiese salido mucho más barato que a día de hoy. El tiempo dirá si hay un interés real por él y el coste de dicha operación, si finalmente fructifica.

Iñigo Martínez, en su presentación, calificó al Athletic como «un grandísimo club que ha peleado por títulos y que siempre está arriba, siempre ha dado guerra y lo va a seguir haciendo» y en el que «no vale quedar a mitad de tabla, sino que hay que ser ambiciosos y hay que ir siempre a intentar estar en la tabla lo más arriba posible».

Me alegra oír estas palabras de un jugador recién incorporado a la disciplina rojiblanca. Y no es algo que el primer día se lo hayan dicho o enseñado. Es una característica del Athletic forjada a lo largo de todos los años de existencia, que hay que seguir remarcándola y, como siempre se puede un poco más, mejorándola. El club que pierde ambición, cada cual con su filosofía, características y consciente de sus límites está perdiendo una parte muy importante de su identidad. El conformismo y la resignación no deben tener cabida en el Athletic, y es bueno que ese punto de exigencia nazca en origen de los jugadores y marque la esencia de la entidad.

El partido de hoy frente al Girona es un buen momento para hacer acopio de lo dicho. El catalán es un equipo que, a pesar de ser su estreno en Primera División, se está mostrando con la ambición necesaria para ser protagonista de la Liga. El equipo que prepara Machín lleva años trabajando en una línea que le permite tener un estilo claro y reconocible por todos sus miembros, incluidas las nuevas incorporaciones.

Sus penurias en aquellos fatídicos play-off de ascenso puede que fueran necesarias para llegar de una manera distinta a Primera. Además, el club, con una fuerte inversión, quiere consolidar su estructura de base y no convertirse en un equipo ascensor. De momento tienen un punto más que el Athletic en la clasificación y su temporada merece ser reconocida.

Sin duda, han llegado para quedarse.

sábado, 3 de febrero de 2018

Érase una vez: Julen Guerrero

Artículo publicado por Theoscar Mogollón (@Theo_Mogo) en www.thelinebreaker.co el 26/01/2018


Fidelidad. ¿Qué es eso? La fidelidad es una noción que en su nivel más abstracto implica una conexión verdadera con una fuente, algo que está vinculado con la lealtad y la atención al deber. Eso, sin duda, aplica tanto en la vida como en el fútbol. Pero ¿cuántos ejemplos de fidelidad han dejado una huella imborrable en los fanáticos del balompié? Érase una vez un león que supo conquistar a toda una manada en tierras vascas: Julen Guerrero.

En Bilbao se vive el fútbol de una manera totalmente diferente. El Athletic tiene una filosofía muy especial, pues con ellos solo pueden jugar futbolistas provenientes de las categorías inferiores. Es por ello que “Los Leones” son considerados más que un club de fútbol: es un sentimiento de fidelización hacia una institución de la que todos los vizcaínos y gran parte del resto de los vascos sienten parte suya.

La historia rojiblanca es tan rica y numerosa como su afición. Grandes nombres han quedado con el pasar del tiempo, y cómo no va a ser así con un club que en más de cien años de vida no ha descendido nunca y es el más ganador de la Copa del Rey. Leyendas como Pichichi -nombre con el que se reconoce al máximo goleador del torneo español- y Zarra -tercer máximo goleador en la historia de LaLiga- salieron de la fábrica Bizkaia.

El Rey León de los 90’s

Nacido en la localidad vizcaína de Portugalete, cerca de Bilbao, Julen Guerrero comenzó a dar sus primeros pasos dentro del club con apenas 8 años. Habría que revisar los libros de historia para saber cuántos futbolistas han estado ligados a un club durante tanto tiempo. El mediapunta fue abriéndose paso por las inferiores con un ascenso increíble, algo nunca visto en tierras vascas.

Poco a poco fue quemando etapas. En un año bastante rápido para él, pasó de jugar con los juveniles a ser parte del Bilbao Athletic -en aquel entonces jugaban en Segunda División A-, todo durante la misma temporada. Pocos meses después, en el verano de 1992, Julen hizo pretemporada con el primer equipo a sus 18 años. “La perla de Lezama” estaba lista para encarar su primera campaña en Primera División.

El 20 de septiembre de ese mismo año, anotó su primer gol con los rojiblancos en la victoria 4-2 sobre el Rayo Vallecano. Julen fue una de las sensaciones de la temporada, convirtiéndose en un mediapunta con bastante olfato goleador, pues en 37 partidos movió las redes en 10 ocasiones. En cuestión de cuatro meses, pasó de la Sub-21 a la Selección Absoluta de España. Contaba con 19 años recién cumplidos.

Su mejor marca goleadora en LaLiga la consiguió en su segunda temporada, 93/94, registrando 18 tantos. Llegar al doble dígito fue una constante en ese joven león que ya era amado por la afición en San Mamés. Goles iban y venían, sin importar el estadio. En abril del 94 fue capaz de anotar hasta en cuatro oportunidades en la victoria 7-0 del Bilbao sobre el Sporting Gijón.

Ya en 1995, Julen era uno de los futbolistas españoles mejor cotizados del momento. Barcelona, Lazio, AC Milan estaban dispuestos a pagar su cláusula de recisión, hasta el Real Madrid le ofreció un cheque en blanco. Pero ¿qué pasó? El León prefirió quedarse en casa y firmó un contrato histórico que lo ligaba con la institución hasta 2007. El equipo de sus amores lo mantendría, prácticamente, de por vida.

El inesperado declive

Julen siguió haciendo lo suyo dentro del campo. Con la Selección Española no tuvo tanto éxito, pues solo jugó tres partidos entre los mundiales del 94 y del 98. Los aplausos y las alegrías seguían estando en San Mamés, con su gente. Y así fue. Anotar un gol contra el Deportivo La Coruña que significó la clasificación a Europa o los tantos ante la Juventus y el Galatasaray en la misma Champions, fueron de los recuerdos más bonitos que dejó a la afición.

¿Y qué cualidades presentaba el eterno “8” para ser un jugador tan mediático para la época? Era un ambidextro muy hábil, con un gran desborde de cintura y una gran pegada a portería, tanto en el remate como a balón parado. ¡Cuántos goles llegó hacer de tiro libre! En Bilbao se recuerda mucho aquel que le convirtió al Real Madrid, en el estreno de un tal Iker Casillas como profesional.

Temido por los rivales una vez que entraba al área. Iba bien por arriba y anotaba muchos goles. Era un jugador que siempre estaba enfocado y, cuando más lo pedía el partido, aparecía para echarle una mano al equipo. Sus cualidades técnicas fueron cambiando a medida que pasaban los años, si bien fue perdiendo calidad en las jugadas individuales, la pelota parada fue su punto fuerte.

Desafortunadamente, la estrella que había en Julen Guerrero fue apagándose de manera inesperada. Fue en la temporada 99/00 cuando Luis Fernández, entrenador de aquel momento, comenzó a relegarlo al banco de suplentes. Con apenas 26 años, uno de los mejores mediapuntas de Europa comenzaba a tener fuertes altibajos en su rendimiento.

La debacle se acentuó más para el 2002, pues no se le veía tanto en las convocatorias y cuando entraba era directo al banquillo. En esos más de cuatro años, disputó 76 partidos y solo 22 como titular. Sin importar la escasez de minutos, Julen fue capaz de seguir dando alegrías en San Mamés. Culminó una remontada de 0-3 ante el Osasuna, anotó su gol 100 de tiro libre y hasta un gol olímpico mal anulado por el principal. El “8” era el único capaz de levantar aplausos solo con salir a calentar.

La emotiva despedida

A pesar de que aún le quedaba una temporada para finalizar su contrato, Julen anunció su retiro de las canchas el 11 de julio de 2006, cuando solo tenía 32 años. En su carrera deportiva, completó 14 temporadas con el equipo rojiblanco, jugando 430 partidos en total y marcando 116 goles -101 de esos en la Primera División de España-.

“Creo que era el momento de dejarlo, por las circunstancias que sean. Yo creo que le va a ir muy bien al Athletic y que todos vamos a salir mejor”, dijo Julen entre lágrimas durante una de las ruedas de prensa más emotivas nunca vistas en España.

¿Y cómo es que un jugador tan fiel a unos colores termina saliendo de tal manera? Mucho se habló y especuló sobre lo realmente sucedido. Ya fuese por la cobardía de los entrenadores o la miserable actuación de algunos de sus compañeros, la envidia más insana que se pueden imaginar fue la que finalmente se cargó a una de las estrellas españolas con mayor proyección del momento.

La salida de Julen fue triste, dejó tanto al Athletic como al fútbol con un baño de lágrimas desbordantes. Lo sufrió y bastante, pero no tuvo más remedio. El Guerrero se cansó de luchar y batallar, de aguantar tanto daño, y por eso prefirió salir con dignidad. Tomó la difícil decisión de no quedarse con aquellos que no le querían y así no hacer daño él. ¿Cabe mayor ejemplo de bondad humana en un deportista? Julen renunció a eso que más amó para no perjudicar al Athletic.

El Nuevo Guerrero

Luego de retirarse, Julen cambió el balón de Primera División por el balón de las juveniles. Se encargó de las filiales del Bilbao por un par de temporadas, donde entrenó a jugadores como Mikel San José o Ander Iturraspe. Del País Vasco pasó a tierras andaluzas, desempeñándose en el mismo rol con las inferiores del Málaga CF, pero por pocos meses.

Para el 2015 obtuvo la licenciatura en Periodismo. El León ahora ruge en los medios, colaborando con algunas cadenas de televisión, además de tener una columna para un diario. A su vez, es vicepresidente de la Asociación Española de Futbolistas Internacionales, la cual se encarga de ayudar económica y moralmente a todos los futbolistas que han defendido a la Selección española de fútbol.

Ya sea por las calles de Bilbao o en las gradas de San Mamés, los aficionados siguen recordando a ese jugador que marcó un antes y un después en la historia del Athletic. Y es que hablar de Julen Guerrero es hablar de talento, entrega y, sobre todo, de fidelidad.

jueves, 1 de febrero de 2018