viernes, 9 de febrero de 2018

No es un partido más

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 09//02/2018


Después de ganar consecutivamente al Betis en Sevilla, último partido de 2017, y al Alavés en San Mamés, primer partido del 2018, parecía que el equipo iniciaba una inercia positiva. Quizá no por su juego, que seguía ofreciendo dudas y falta de continuidad, pero ganar dos partidos seguidos debería haber dado mucha confianza, más si cabe en el momento en el que se produjo, y sobre todo estabilidad para consolidar una idea de juego.

Pero lo que se ha ido desarrollando posteriormente ha sido todo lo contrario. Tres sufridos empates frente al Espanyol, Getafe y Eibar y la desconcertante derrota en Girona dejan un pobre balance de tres puntos conseguidos de los 12 últimos disputados. Y lo que quizá sea peor, un equipo que parece sigue sin encontrarse.

Muy criticado ha sido el cambio de sistema en el último partido. A mi la búsqueda de soluciones no me parece mala, incluso si esto conlleva un cambio de planteamiento. Es mucho mejor eso que no dar señales de vida y dejar pasar el tiempo. el cambio de sistema no creo que sea relevante para el aficionado, pero si lo sería ver a un Athletic alegre, combativo y con soluciones defensivas y ofensivas.

El problema es que todavía no se sabe si el equipo, cuando no tiene el balón, quiere presionar arriba o replegarse más atrás. Y cuando lo tiene, si quiere salir con el balón jugado -cuando inicia la jugada-, o avanzar con desplazamientos más en largo, por poner dos ejemplos. Es algo que ha perseguido al Athletic a lo largo de la temporada y la indefinición está levando al aficionado a la desesperación.

Es cierto que cada planteamiento puede ser diferente dependiendo de los jugadores que tengas en el campo. Si juega Aduriz en punta es un error alejarle mucho de la portería, incluso del área. Le viene bien que el equipo haga una presión alta. Pero si el que juega arriba es Williams, de características totalmente diferentes, necesita espacio para correr, poder encarar y aprovechar su potencia. Quizá no sea malo replegarse y que tenga recorrido para aprovechar sus cualidades. Lo importante es que el equipo sepa aprovechar lo que tiene en el campo cada momento.

A todo esto llega el Las Palmas a San Mamés con la moral alta después de ganar al Málaga en la última jornada. A tres puntos del Levante, que es el que marca los puestos de descenso, poco a poco va viendo la luz al final del túnel. Son muchos los cambios que ha hecho en este periodo invernal, empezando por el entrenador, y poco o nada se parece al equipo que inició la temporada y que ha estado deambulando por los campos en la primera vuelta.

Así y todo, el balance del Las Palmas fuera de casa es desolador. Esta temporada solo ha conseguido cuatro puntos en los 11 partidos disputados, y aunque es un equipo que está en progresión ascendente, San Mamés no debería ser el campo donde inicie su recuperación lejos de su casa.

Independientemente del equipo que tocase hoy, el Athletic, y más en San Mamés, necesita ganar y convencer. El aficionado esta esperando un golpe de efecto a la imagen que está mostrando el equipo y es necesario que se vea a un Athletic reconocible, ambicioso y que marque el camino desde el primer minuto. La recuperación de De Marcos es una gran noticia. Su movilidad, su dinamismo y la alegría que muestra en su juego suelen contagiar al resto del equipo y puede ser una inyección de energía para todos. También parece segura la vuelta de Kepa. En este caso hay que agradecer y aplaudir el nivel de Iago Herrerín durante todo el periodo de inactividad del portero de Ondarroa.

¿A que juega? ¿Cómo lo quiere desarrollar? ¿Hacia dónde se dirige esta temporada? Son algunas de las preguntas a las que el aficionado del Athletic parece necesitar respuesta después de este partido. No es un partido más.