jueves, 14 de mayo de 2015

Doblete ante el Madrid

Reportaje publicado por K. Txakartegi en el diario Deia el 14/05/2015

Con medio equipo lesionado, el athletic superó en 1930 al conjunto blanco en la prórroga y sumó la copa a la liga


El profesionalismo llegó al Athletic con Manuel de la Sota en la presidencia en una época donde la entidad rojiblanca lloró la doble pérdida de Sesumaga y Larraza. Mientras algunos clubes desaparecían, el bilbaino se fajó en atar a las mejores promesas vascas, tirando de la buena vista de Máximo Royo, su secretario técnico. Así aterrizaron nombres tan ilustres como Urquizu, Bata, Uribe, Unamuno o Gorostiza. A las órdenes del equipo, el nuevo máximo rector, Manuel Castellanos, recurrió otra vez a Pentland, que no titubeó a la hora de dejar el banquillo del Atlético para regresar a Bilbao.

Tras alzarse con la liga sin perder un solo partido (doce triunfos y seis empates, con 63 goles a favor y 28 en contra), en Copa el trayecto fue más exigente. Sobre todo después de que en la primera eliminatoria frente al Racing de Santander los leones se vieran obligados a remontar en San Mamés un 3-0. Obraron la gesta con un 5-1 que les posibilitó medirse a la Real Sociedad en octavos (4-1 en La Catedral y 1-1 en Atocha). Ya en cuartos apeó al Real Unión tras el 3-3 en Irun y el 4-0 en la capital vizcaina, mientras que las semifinales contra el Barcelona necesitaron de un tercer envite: el 2-1 en el feudo rojiblanco fue contrarrestado en suelo azulgrana con un 4-3. El desempate, librado en Zaragoza, se resolvió con un contundente 4-0 a favor del Athletic.

Esperaba el Real Madrid en la final... y el doblete. Sucedió en Montjuic la tarde del 1 de junio de 1930, con la importante baja en las filas bilbainas de Roberto Etxebarria, pero los pupilos de Pentland solo necesitaron 38 segundos para adelantarse con un gol de Unamuno. La felicidad no fue completa, ya que el delantero de Bergara se lesionó y tuvo que permanecer sobre el campo todo el partido porque todavía no existían los cambios. Lazcano igualó para los blancos e Iraragorri situó de nuevo en ventaja a los leones. Para colmo, este último también cayó dolorido, lo mismo que su compañero Lafuente, por lo que el Athletic encaró gran parte de la segunda mitad prácticamente con ocho jugadores, circunstancia que el Real Madrid no desaprovechó y empató por medio de Triana cuando todavía faltaban 25 minutos para la conclusión.

Gorostiza se lastimó el tobillo y la empresa se transformó ya en hazaña en la prórroga. Con apenas Bata sano en el terreno de juego, la resistencia dio sus frutos en el minuto 115. Nadie sabe cómo, pero Unamuno sacó fuerzas de flaqueza para asistir un balón a Lafuente, quien, aturdido, lo depositó en la red entre la consternación y la desolación madridista. Cuentan que el genial extremo rojiblanco pudo aguantar en pie gracias a una inyección de estricnina que solicitó a los médicos, lo que sirvió para que su derechazo se colara en la meta de Vidal. La colosal refriega entre Chirri II y Prats hizo que el árbitro les mandara retirarse a modo de expulsión.

El éxito, además de deportivo, lo fue igualmente en el apartado económico. El beneficio de la finalísima ascendió a 150.504 pesetas, de las que el 30% correspondió al Athletic, lo que no dejaba de ser un gran pellizco. La fiesta volvió a las calles de Bilbao para recibir a los campeones con dos bailes populares en aquellos tiempos, La Cirila y Al Uruguay, hasta que a las 10.00 de la noche se suspendió la romería por parte de la autoridad competente. La Diputación le regaló una Copa al club vizcaino, mientras que el Ayuntamiento le entregó una corbata para la bandera.

El 22 de junio se celebraron fiestas para conmemorar la doble victoria en Liga y en el torneo del K.O., con una solemne misa en la basílica de Begoña en la que cantó la Sociedad Coral. Después, bailaron los espatadantzaris del Club Deportivo y, por la tarde, se bendijo la primera piedra de la Torre Madariaga. Emergió una de las plantillas más brillantes de la historia del Athletic, denominada como La Saga de los Invencibles.

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ATHLETIC 3 - REAL MADRID 2

ATHLETIC: Blasco, Castellanos, Urkizu, Garizurieta, Muguerza, Chirri II, Lafuente, Iraragorri, Unamuno I, Bata y Gorostiza.

REAL MADRID: Vidal, Torregrosa, Quesada, Prats, Esparza, Peña, Lazcano, Triana, Gaspar Rubio, Cosme y Luis Olaso.

Goles: 1-0: Min. 1; Lafuente. 1-1: Min. 15; Lazcano. 2-1: Min. 45; Iraragorri. 2-2: Min. 65; Triana. 3-2: Min. 115; Lafuente.

Árbitro: Comorera.

Incidencias: Montjuïc. 1 de junio de 1930.