La final de Copa inundó de los colores del Athletic Club los comercios, bares, restaurantes y hoteles de Bilbao, con jornadas ya inolvidables el 6 y el 11 de abril
EL mes pasado vivimos unos días de emoción, sentimiento, ilusión, alegría y pasión en torno al Athletic y la final de Copa ganada en Sevilla al Mallorca a los penaltis. El entusiasmo, la fiesta y la euforia se contagiaron a todas y cada una de las esferas de la sociedad bilbaina y vizcaina. Y, cómo no, los comercios y la hostelería se volcaron para decorar sus locales con los colores
rojiblancos y, con su creatividad, arropar así al Athletic. Desde semanas antes de la gran y esperada final, ya se veían banderas, globos, bufandas, escudos, pañuelos, vestidos rojiblancos, photocalls, dibujos, leones, lazos, abanicos, proclamas y todo tipo de decorados, diseños e invenciones originales en los distintos establecimientos de la Villa. Cada comercio se las ingenió para sorprender a sus clientes y visitantes.
viernes, 3 de mayo de 2024
Devoción rojiblanca
Artículo publicado por J. A. Pérez Capetillo en el número de Mayo de 2024 del periodico Bilbao
Ingenio y originalidad
Por ejemplo, en la entrada de la Librería Cámara se colocaron sobre una mesa ejemplares del libro Únicos en el mundo –con ilustraciones de nuestro colaborador Tomás Ondarra– y unas ensaimadas mallorquinas. En esos previos del partido decisivo, la Asociación de Comerciantes bilbaoDendak organizó un concurso de escaparates en el que los comercios lucieron sus espacios con motivos athleticzales. Los hubo de todo tipo y condición. Por su lado, hubo otra campaña en la que participaron los comercios asociados a BilbaoCentro. Se trasladó así la implicación de los comerciantes y hosteleros ante acontecimientos tan deseados como es una final de Copa del Athletic. Cada sector, cada uno con sus características y singularidades, desarrolló iniciativas como
otro certamen de escaparates con decenas de participantes. Además, las pastelerías y heladerías artesanas presentaron sus peculiares creaciones con motivos rojiblancos: desde la trainera, el forofo, la camiseta o la propia Copa, entre otros motivos creados al efecto en carolinas, palmeras y otros pasteles... Algunas floristerías también contribuyeron con sus creaciones florales de ‘temática Athletic’.
Sin mesas ni cañeros
Además, la mayoría de la hostelería bilbaina se atavió con la camiseta del Athletic, transmitió su devoción rojiblanca y decoró sus bares y restaurantes para, el sábado 6 de abril, recibir a los miles de aficionados que no se desplazaron en el peregrinaje a Sevilla y vivieron la final en Bilbao, que también tuvo “un color especial”. Los hosteleros y hoteleros bilbainos echaron el resto el día del partido definitivo y, unos días después, también en el del recibimiento con la presencia de la gabarra en la Ría cuarenta años después. Muchos locales se quedaron sin mesas, y algunos sin cañeros, en ese par de días para la historia en el que sus facturaciones resultaron superiores a las de los mejores días de Aste Nagusia o de Santo Tomás. Aquel sábado 6 y el jueves 11 de abril fueron jornadas imperecederas de avalancha de clientes en las que los bares y restaurantes se vieron totalmente desbordados. Todos coincidieron en que fue “una locura y algo increíble”. Fueron un par de días de fiesta rojiblanca en la ciudad sin apenas sitios libres para comer o cenar. Los gastos de compra también crecieron en las grandes superficies y en bastantes comercios. Eso sí, hubo quien, en el pequeño comercio, bajó la persiana el día de la gabarra porque todo Bilbao estaba en los
márgenes de la Ría.
Sin descanso
El Ereaga de la calle Villarías fue uno de los ejemplos del non stop de la hostelería de la ciudad durante todo el imborrable jueves de la gabarra. Edu y Jon atendieron la barra sin un segundo de descanso para echar cerveza y otros brebajes “con algunas rondas de catorce en catorce”, hasta agotar también sus formidables embutidos y comprobar como la amatxu de Edu, Elena, no paró de elaborar centenares de bocadillos. Un dato de este local: el Ereaga no abrió el sábado de la final. Desde enero de 2024, cuando el Athletic aún no había jugado los octavos, lucían un par de carteles en su histórico establecimiento: “Cerrado el 6 de abril por acudir a la final de Copa”. Fue su particular profecía. Cumplida. Ya saben: “Tiene Bilbao un gran tesoro que admira y mima con gran pasión…”.