martes, 31 de marzo de 2020

Raúl García responde #DesdeCasa

Fuente: Canal YouTube Athletic Club


Jesús Larraza

Hilo de Twitter publicado por el twittero Athletic El Txistu @athletitxistu el 29/03/2020

Vamos a contar la historia de una leyenda del Athletic: Jesús Larraza. Y el motivo por el cual tiene en Lezama un monumento en las Instalaciones de Lezama. Se colocó allí en 1976 por decisión del presidente Eguidazu que lo trasladó de su lugar original en Zaratamo.


Jesús Larraza nació en Basauri (Bizkaia) el 20 de julio de 1903. Era defensa y llegó al Athletic procedente del Basconia en 1922 año en que debutó en el Athletic el 8 de octubre en partido del Campeonato Regional contra el Arenas Club (1-0).

Fue campeón de Copa en 1923 con el Athletic tras ganar la Final al CE Europa 1-0 con el famoso gol de Travieso en L'Corts. Jugó en el Athletic 45 partidos y marcó 14 goles hasta el día de su muerte en accidente de moto en la localidad de Arrigorriaga, concretamente en Zaratamo.

Jesús Larraza fue un jugador completo y un deportista vital. Practicaba todos los deportes. Montaba a caballo, hacia atletismo, montaña, deportes de riesgo. Le gustaba la caza. Sus compañeros le definieron como "un hombre con el corazón más grande que hemos visto"

Murió en Zaratamo cuando derrapó la moto en la que viajaba junto a un futbolista del Basconia el 27 de mayo de 1926. No se sabe si falló la máquina o fallo él. Su muerte represento todo un duelo para la sociedad vizcaína dada su popularidad.

El féretro en su funeral fue llevado a hombros por la plantilla del Athletic y del Basconia. El Athletic encargo un monumento al escultor Higinio Basterra que se situó en el lugar donde se produjo en accidente en Zaratamo.

El paso del tiempo hizo que unas obras de pavimentación en la carretera dejará el monumento aislado y prácticamente escondido por lo que el Presidente del Athletic, José Antonio Eguidazu a petición de algunas peñas del Athletic decidió el traslado del mismo a Lezama.


La inauguración y la colocación del monumento a Jesús Larraza en Lezama se celebró al cumplirse los 50 años del accidente: 27 de mayo de 1976. Se colocó en los jardines de entrada a las instalaciones. Y fue inaugurado y bendecido por el capellán del Club José Arbeo.

Al acto de inauguración asistieron el presidente, directivos y las peñas del Casco Viejo, Palencia, Miranda de Ebro, Logroñesa, entre otras. Y representantes del Ayuntamiento de Bilbao, Arrigorriaga y familiares de Jesús Larraza.

Como bien apuntaba ayer @sietecallero, la importancia histórica de Jesús Larraza llegó a tal que incluso Correos llegó a recordar si figura con un sello conmemorativo.


En Lezama junto a su monumento y para las futuras generaciones de jugadores se puede leer la inscripción: "DIOS QUIERA QUE MEREZCAMOS VESTIR LA CAMISETA DEL ATHLETIC COMO TU"

domingo, 29 de marzo de 2020

La pandemia que no paró el fútbol

Artículo publicado por Jon Rivas en el diario El País el 29/03/2020

A finales de 1974 hubo un brote de gripe en Bilbao con más de 400 muertos, pero se jugó en San Mamés


Madariaga sale al paso de Del Bosque, al que persigue Ángel María Villar.
DIARIO AS

El 29 de diciembre de 1974, el Athletic recibió en San Mamés al Real Madrid. Era la jornada decimocuarta de la Liga. Los vascos, con 11 puntos, estaban a sólo uno de la zona de descenso a Segunda. Su victoria en La Condomina frente al Real Murcia (2-4), les había dado un respiro momentáneo. El equipo madridista llegaba a La Catedral como líder, con cuatro puntos de ventaja sobre el Espanyol, que era segundo.

Días antes del partido, un periódico local publicaba una información en la sección Regional, con un recuadro en la primera página, en la que se titulaba: “La gripe y las alergias al marisco, los dos males de las navidades bilbaínas”. En el texto, se aseguraba que, “aunque no han podido facilitarnos datos concretos, parece ser que en estos días han sido hospitalizados o se han visto obligadas a guardar cama en sus casas, un buen número de bilbaínos de todas las edades, afectados de gripe y enfermedades bronquíticas”, y se apuntillaba: “Sin embargo, el mal es, al parecer, pasajero y se opina que al menos una gran parte puede estar plenamente recuperada para dar la despedida al año”.

Ese día, la Gaceta del Norte publicaba un número inusual de notas necrológicas, lo mismo que el otro diario matutino de Bilbao, El Correo, pero no se explicaba ninguna conexión entre ambas evidencias.

El partido del Athletic contra el líder llenó San Mamés. Casi 45.000 personas se agolparon en la Catedral. En la General de pie, la zona más barata del campo, no cabía un alfiler. El humo de los cigarrillos y los puros habanos se elevaba al cielo cuando saltaron los equipos al campo. En la alineación del Athletic faltaba Iribar, lesionado, y jugó como portero Víctor Marro. Aún así, ganó el Athletic con un gol de Carlos, que acabaría la temporada como Pichichi de la Liga, y rompió la imbatibilidad madridista. La victoria dio un respiro al equipo que dirigía Rafa Iriondo.

Dos días más tarde, otra vez en La Gaceta del Norte, se desvelaba un dato escalofriante: en las dos últimas semanas habían fallecido en Bilbao 420 personas a causa de la gripe, a una media de 30 por día. En una información relegada a las páginas locales, y firmada por Juan José Benítez, quien después se haría escritor superventas con su saga Caballo de Troya, se explicaba: “La verdad es que la cosa resulta pero que muy seria. Nadie, ni los más viejos, recuerdan algo igual. En las dos últimas semanas de diciembre han fallecido en Bilbao más de 420 personas. En la agencia funeraria de la Casa de Misericordia están como locos”.

“No hay tiempo ni para ir a comer”, relataba su gerente. “Una cosa mala, oiga, ni en la gripe de 1952-53 hubo tanto trabajo. En aquellos tiempos, cuentan las crónicas, el promedio alcanzó la escalofriante cifra de 18 cadáveres por día, pero en estas dos semanas, el promedio se ha disparado: ¡30 fallecimientos al día!”

Las autoridades en silencio, las medidas de prevención, inexistentes. San Mamés de bote en bote a pesar de los datos, que no facilitaba ningún alto cargo sanitario, sino el gerente de una funeraria: “Este desastre tendrá alguna justificación”, preguntaba el periodista, y el funerario respondía: “Pues sí, parece que un elevado número de fallecimientos tiene origen en la gripe. Afecta a personas mayores. El promedio señala a mayores de 50 años”.

La noche del 24 al 25, Nochebuena en teoría, fue la que contó más muertos en Bilbao, y el periodista apuntaba: “Ni los servicios de urgencia, ni los centros hospitalarios dan abasto. Y lo malo es que esto sigue…”

Nadie tomó ninguna medida. Ni en Bilbao ni en el resto de España, donde también se dispararon los fallecimientos durante esos días. Los periódicos no informaron apenas de la grave situación. Eran otros tiempos.

Los balcones de Bilbao se tiñeron de Athletic

Artículo publicado por Asís Martín en eldesmarque.com/bizkaia el 29/03/2020

Ha sido un éxito. La iniciativa inspirada sobre la marcha por Txema Carbajo no ha podido ser mejor recibida. Este domingo se cumplía el décimosexto día de confinamiento en casa y las peñas del Athletic Club del barrio bilbaíno de Zorrotza habían preparado un acto especial desde los balcones y ventanas: un aperitivo zurigorri colectivo dominical.

Bajo el lema 'Denot batera, lortuko dugu' ('Todos juntos lo conseguiremos'), las peñas zurigorris Peña Athletic Harrapari, Peña Athletic Zurigorri, Peña Athletic All Iron femenino, Zorrotza Hintxak y Zorrotzako FS, hicieron un llamamiento conjunto a los aficionados del Athletic Club para que este domingo, a las 13.30 horas, saliesen al balcón "con camisetas bufandas y banderas rojiblancas a cantar el himno del Athletic".

Las peñas recomendaban "acompañar con marianito, cerveza, vino, rabas, txopitos,..." este aperitivo zurigorri casero, que pretendía rememorar el 'calentamiento' previo de la afición antes de los partidos a las dos de la tarde tan habituales para el Athletic Club esta temporada.

La mecha prendió rápido. El guiño saltó de Zorrotza a otras partes de la ciudad e incluso de Bizkaia. Nos han llegado fotos y vídeos a ElDesmarque también desde Santutxu, Rekalde, Indautxu, Sestao, Portugalete o Getxo. Mila esker!

Lo han bordado. El llamamiento ha desbordado las previsiones. La gente está deseando tener momentos alegres. La cuarentena por el coronavirus COVID-19 ha dado en estas dos semanas para una cantidad ingente de iniciativas para hacer más llevadero el encierro. Todas se agradecen. ¡Zorionak, Txema!

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Fuente: Twitter Carrusel Deportivo @carrusel

Ainhoa Tirapu responde #DesdeCasa

Fuente: Canal YouTube Athletic Club


Historia del Athletic Club por Tomás Ondarra (II)

Autor de las ilustraciones Tomás Ondarra

Tomás Ondarra publica en sus redes sociales una ilustración en la que refleja el día a día de la cuarentena producida por el virus Covid19 junto a otra relacionada con la historia de nuestro amado Athletic Club, desde su fundación hasta nuestros días.

23/03/2020


24/03/2020


25/03/2020


26/03/2020


27/03/2020


28/03/2020


29/03/2020

jueves, 26 de marzo de 2020

Yuri Berchiche responde #DesdeCasa

Fuente: Canal YouTube Athletic Club


La ilusionante camada del 2000 en el Athletic

Artículo publicado por Ramón Suso en Mundo Deportivo el 26/03/2020

Esta brillante generación rojiblanca atraviesa un gran presente y promete mucho para el futuro. Sancet y Vencedor lideran un nutrido grupo de 15 jugadores que están en el Bilbao Athletic y en el Basconia


Sancet y Vencedor celebran un gol con el Bilbao Athletic
(Foto: Juan Echeverría)

El Bilbao Athletic y el Basconia estaban completando una brillante temporada en sus respectivos grupos de Segunda B y Tercera hasta este parón provocado por la crisis del coronavirus. Valga como mejor ejemplo que ambos conjuntos ocupaban puesto de playoff y a falta de que se conozca si se reanudará la competición, eran serios candidatos a disputar la fase de ascenso.

Gran parte de la destacada actuación de los filiales dirigidos por Joseba Etxeberria y Patxi Salinas se debe, sin duda, al excelente papel que están desempeñando los jóvenes jugadores de ambos conjuntos.

Y un buen número de estos futbolistas son miembros de la generación del año 2000, una camada amplia y que, además de atravesar un presente ilusionante, tiene por delante un futuro muy esperanzador.


Hasta quince son los futbolistas rojiblancos que cumplirán 20 años a lo largo de este 2020 y que están integrados en las plantillas de los dos equipos filiales del Athletic, donde ocupan distintos puestos hasta poder confeccionar con todos ellos un once de garantías.

Sin duda, las cabezas más visibles de este grupo son Oihan Sancet y Unai Vencedor. Mientras el centrocampista navarro ya ha debutado con el primer equipo y ha disputado un total de diez partidos esta campaña a las órdenes de Garitano -ocho en Liga y dos en Copa-, el medio centro de Rekalde también tuvo la oportunidad de estrenarse como león en San Mamés.

Son dos de las ‘perlas’ de Lezama junto a otros jugadores más jóvenes que vienen pegando fuerte, como los juveniles Nico Serrano y Nico Williams, y están llamados a quedarse la próxima temporada en la plantilla del Athletic de forma definitiva.

Junto a ellos aparecen en esta relación nueve jugadores que fueron sus compañeros en el Juvenil de División de Honor que, con Aritz Solabarrieta en el banquillo, completó una gran campaña 2017-18, sumando el título de Liga y llegando hasta las semifinales de Copa.

El rápido lateral derecho Álvaro Núñez, ahora a caballo entre el Basconia y el Bilbao Athletic, y el lateral zurdo Imanol García de Albéniz, un futbolista con mucha profundidad por banda y que es indiscutible en el filial, son dos de los que progresan adecuadamente.

El central Aitor Paredes, capitán de aquel equipo juvenil, va compaginando partidos a las órdenes de Patxi Salinas y Joseba Etxeberria. Junto a él otro de los que formó parte de aquel plantel, el polivalente Xabier Arberas, que cumple bien como central o como pivote.

Uno de los mejores ‘socios’ de Vencedor y Sancet en aquel equipo de hace dos temporadas era el fino centrocampista Gorka Agirre. Busca recuperar su mejor forma en el Basconia tras una grave lesión.

Otros dos de esta ‘cuadrilla’, Juan Artola y Asier Córdoba, prestan en el Bilbao Athletic su habilidad en ataque por las bandas.

Arriba, Ewan Urain trata de superar en el filial una mala racha de lesiones y Jon Cabo aporta su chispa en el Basconia.

Completan este lote otros cuatro jugadores. Los metas del Basconia Julen Agirrezabala y Gorka Campo, que llegaron más tarde que los anteriores a Lezama, al igual que el centrocampista del equipo gualdinegro Jon Guruzeta. Y también es del 2000 el delantero basconista Josu Juste.


El 1 x 1 de la generación del 2000 en el Athletic

JULEN AGIRREZABALA

El portero guipuzcoano llegó a Lezama en 2018 desde el Antiguoko. Tras una campaña en el Juvenil, ha jugado 18 partidos en el Basconia.

GORKA CAMPO

En su primera campaña en Lezama tras fichar desde el Leioa Juvenil, el meta apenas ha disputado un partido en el Basconia.

ÁLVARO NÚÑEZ

El lateral derecho inició la campaña lesionado, pero después se ha hecho indiscutible en el Basconia e incluso ha debutado en el filial.

AITOR PAREDES

El central es uno de los fijos en el esquema de Patxi Salinas, pero ha jugado también seis partidos a las órdenes de Joseba Etxeberria.

XABIER ARBERAS

El futbolista gernikarra hace de la polivalencia su mejor virtud, ya que rinde en el Basconia como central o como medio centro.

IMANOL GARCÍA DE ALBÉNIZ

El gallartino es un lateral zurdo con gran capacidad ofensiva y se ha hecho con la titularidad en el Bilbao Athletic.

UNAI VENCEDOR

El medio centro es un hombre llamado a estar la próxima campaña en la primera plantilla tras debutar ya en el partido ante Osasuna.

GORKA AGIRRE

Después de superar una grave lesión de rodilla, el centrocampista vuelve a contar en el Basconia, donde fue un fijo la pasada campaña.

JON GURUZETA

Jon, el hermano pequeño de Gorka, está teniendo bastantes minutos en el centro del campo del segundo filial del Athletic.

OIHAN SANCET

El navarro apunta a ser importante en el futuro en el centro del campo del primer equipo, con el que ha jugado ya diez partidos.

JUAN ARTOLA

Rápido y escurridizo por la banda derecha del ataque, también pisa área con peligro, como lo demuestran los ocho goles que ha marcado.

ASIER CÓRDOBA

Extremo zurdo como su hermano mayor Iñigo, Asier está teniendo difícil jugar de forma asidua en el filial por la presencia de Morcillo.

EWAN URAIN

El espigado ariete de Durango apenas ha podido jugar con el filial por las lesiones, pero ha marcado tres goles en cinco partidos.

JON CABO

El polivalente atacante está jugando de forma habitual con el Basconia, aunque ya ha podido debutar con el Bilbao Athletic.

JOSU JUSTE

El delantero de Leioa ha sido el autor de cuatro goles en los 21 partidos que ha jugado con el equipo entrenado por Patxi Salinas.

Un siglo y 90 minutos. La leyenda de San Mamés

Fuente: Canal de YouTube Athletic Club

Director: Unai Larrea 2013.
Documental producido por Baleuko, ETB y Canal + con la colaboración del Athletic Club para homenajear el centenario del mítico estadio de San Mamés, donde se mezclan las imágenes de los históricos partidos vividos en La Catedral con entrevistas a más de 80 personas relacionadas con la historia del club y la ciudad.


Iñaki Williams responde #DesdeCasa

Fuente: Canal YouTube Athletic Club


Fred Pentland y los icónicos años de Bilbao

Artículo publicado por Jack Rodway en thesefootballtimes.co el 20/04/2016


El fútbol llegó silenciosamente a las costas españolas a través de trabajadores británicos empleados en la Compañía Minera Rio Tinto en las afueras de Huelva, Andalucía, a fines del siglo XIX. En ese momento, hubiera sido imposible prever el impacto y la popularidad del juego va a tener en la nación hoy.

Los primeros años del fútbol español fueron fuertemente influenciados por el modelo británico, que dependía de la fuerza, la fuerza bruta y el avance del balón lo más rápido posible. No fue hasta que Fred Pentland llegó de Inglaterra para cuestionar este estilo de juego que se ofreció una alternativa real al juego tradicional.

Nacido en Wolverhampton en 1883, Fred Pentland comenzó a trabajar en una fabrica de armas antes de prepararse como futbolista.

Debutó en 1903 como extremo derecho en el equipo del Blackpool FC, y luego jugó para varios clubes ingleses, incluidos Blackburn Rovers, Brentford F.C., Queens Park Rangers, Middlesbrough FC, Halifax Town A.F.C. y Stoke City. Pentland también tuvo una corta carrera como internacional inglés, ganando cinco partidos y ayudando a su país a ganar el Campeonato Nacional de Naciones en 1909. Sin embargo, no tuvo la carrera más distinguida y es olvidado en gran medida en el fútbol inglés, tampoco lo sería su faceta como entrenador ya que la desarrollo lejos de su tierra natal, donde realmente si destacó.

Después de retirarse del fútbol en 1913, fue a Berlín para entrenar al equipo olímpico alemán en 1914. A los pocos meses de su llegada, estalló la Primera Guerra Mundial y fue detenido y llevado al campo de concentración de Ruhleben.

Fue aquí donde ayudó a organizar partidos de fútbol entre los aproximadamente 4.000 detenidos, algunos de los cuales eran ex jugadores profesionales, a saber, el trío inglés Sam Wolstenholme, Steve Bloomer y Fred Spiksley. También ayudó a entrenar al equipo militar alemán y llegó a ser presidente de la Asociación de Fútbol de Ruhleben. Pentland permanecería en Alemania hasta que la guerra terminara en 1918, cuando regresara a Gran Bretaña.

Pentland pasó a ser seleccionador del equipo nacional francés en 1920, llevándolos a la semifinal en los Juegos Olímpicos de Amberes, perdiendo 4-1 ante Checoslovaquia. A pesar de sus males resultados durante los primeros años de gestión, Pentland pronto se dirigiría a España y forjaría un legado como uno de los verdaderos pioneros en el fútbol ibérico.

En 1921 fue nombrado entrenador del Racing Santander. Fue el primer equipo que se beneficiaría de su filosofía de pases cortos. El inglés cambiaría el estilo de sus jugadores del 'chuta y corre' del juego inglés, centrándose en cambio en la habilidad, la valentía en la posesión, los pases cortos y los movimientos rápidos, a menudo denominados "empujar y mover".

Era habitual que los equipos españoles e ingleses se alinearan en una formación 2-3-5, pero Pentland pateó este dogma y adoptó un sistema 2-5-3. Esto se adaptaba a su estilo de juego, permitiendo más creatividad en el centro del campo, ya que sus jugadores superaban en número al contrario. Lo que fue la pérdida de Inglaterra se convirtió rápidamente en ganancia de España.

Después de solo un año en el Racing, se mudó al Athletic Club y comenzó una historia de amor entre el fútbol, ​​los seguidores del Athletic Club y Pentland, y ha perdurado desde entonces. Se hizo cargo del club en dos ocasiones distintas, de 1922 a 1925 y de 1929 a 1933.

Al mudarse a la ciudad en 1922, firmó un contrato por valor de 1.000 pesetas al mes. A su llegada al Athletic Club, encontró un estilo de juego agresivo y de bola larga que habían sido instalados por los anteriores entrenadores ingleses del club. Rápidamente comenzó a revolucionar la forma en que Athletic jugaba fútbol y se convirtió en su entrenador más exitoso hasta la fecha.

Durante su tiempo en Bilbao, los lugareños lo verían como un inglés peculiar. Raramente sin un cigarro, elegantemente vestido y siempre usando su famoso bombín, le ganaría el sobrenombre de El Bombin.

El bombín se convirtió en una especie de símbolo en el club, y el hombre mismo permitió que los jugadores del Athletic Club lo estamparan si lograban un resultado significativo; una forma bastante inusual de celebración. Pero fue esta peculiaridad lo que lo atrajo hacia sus jugadores, seguidores y la ciudad de Bilbao en general.

Pentland fue visto como el primer entrenador en España en implementar la profesionalidad dentro de los entrenamientos, introduciendo códigos de vestimenta e incluso enseñando a sus jugadores cómo atar sus cordones a la manera británica. "Haz las cosas simples bien y el resto seguirá" fue su supuesto lema. Esto no quiere decir que todo fue simple -como todos los innovadores, tuvo sus detractores, pero se apegó a sus principios futbolísticos firmemente arraigados-.

El señor, como era conocido cariñosamente entre sus jugadores, era terco. Si no pudieras jugar de la manera que él quería, te mostrarían la salida. No es que esto fuera algo malo. Se adelantó a su tiempo y España nunca antes había visto a un entrenador como Pentland.

Su primer éxito con el equipo vasco vendría en 1923, ganando la Copa del Rey con una victoria por 1-0 sobre el club catalán Club Esportiu Europa. Después de dos campañas sin trofeos, se iría en 1925 por una disputa sobre el estilo que el Athletic debería estar jugando.

Esta sería una batalla constante que Pentland luchó a lo largo de su carrera, con tantos tradicionalistas en el juego que desconfían de este nuevo enfoque "más suave" del fútbol. Durante sus años de éxito, los adversarios se callaban, pero tan pronto como hubiera un hechizo estéril, las tácticas de Pentland serían criticadas.

El inglés entendió mejor que nadie que sin éxito su filosofía sería atacada por la mayoría de los establecimientos de fútbol. El hecho de que la abrumadora mayoría de los equipos jugara el estilo 2-3-5 de puntapié y puntapié (y falló) parecía perdido para sus detractores.

Tras su paso por Bilbao, Pentland buscó pastos nuevos. Durante un período de cuatro años, manejó el Atlético de Madrid, llevándolos a un Campeonato de Madrid, que fue un logro impresionante en ese momento, y luego al Real Oviedo.

Tal vez lo más famoso en este período, ayudaría a entrenar al equipo nacional español para una victoria de 4-3 sobre Inglaterra. El partido se jugó en el Estadio Metropolitano del Atlético de Madrid, atrayendo a 45,000 espectadores al partido. España en ese momento todavía era una nación futbolística relativamente joven y solo había jugado 32 partidos internacionales. Los españoles eran vistos como un equipo capaz por los ingleses, pero no estaban a la altura de sus estándares. Sin embargo, la importancia de este resultado fue enorme, ya que España se convirtió en la primera selección no británica en derrotar a los ingleses. En retrospectiva, es la más bella de las ironías.

Su regreso a Bilbao en 1929, y su influencia en el equipo nacional español, vería su trabajo extenderse de San Mamés al FC Barcelona, ​​que ganaría la liga nacional inaugural en 1929 con el estilo de Pentland, y al Real Madrid. Pentland continuaría llevando al Athletic a su primer título de Liga, invicto en eso, así como a la Copa del Rey en 1930, convirtiéndose en el primer equipo español en completar el doblete. El hecho de que el fútbol fuera entretenido (según los estándares modernos) lo hace aún más notable.

El doblete se convirtió rápidamente en dos, ya que Pentland retuvo los títulos de liga y Copa del Rey la siguiente temporada. Vale la pena señalar que en esta temporada el Athletic desmanteló por completo el Barcelona 12-1, que sigue siendo la mayor derrota del club catalán en su ilustre historia. Fue un partido en el que el Barcelona usó el estilo de juego Pentland, pero en esta ocasión, el maestro superó al alumno.

Las próximas dos temporadas verían al Athletic reclamar otros dos títulos de la Copa del Rey, y siguen siendo hasta el día de hoy el último club en ganar la competición cuatro años seguidos.

Una disputa contractual vería a Pentland abandonar Bilbao en circunstancias desagradables en 1933. Una vez más, el inglés regresaría al Atlético de Madrid, aunque su período resultaría breve. Con el estallido de la Guerra Civil española, regresaría a Inglaterra, donde se hizo cargo de su único club inglés, el Barrow, en 1938, antes de retirarse dos años después.

El legado de Fred Pentland al Athletic Club es considerado por muchos eterna. Mucho después de su retiro, 'El Bombin' regreso como invitado a San Mamés en 1959 para un partido amistoso contra el Chelsea. Fue en esta ocasión especial que se le otorgaría la medalla de 'Miembro Distinguido' del club. Dió el saque de honor del partido, algo que su hija Angela repetiría en 2010. Lamentablemente, sería la última vez que visitó San Mamés antes de su muerte en 1962. Fue infravalorado y pasado por alto en Inglaterra y en España, y especialmente en Bilbao, se le sigue teniendo aprecio.

Entonces, la próxima vez que escuche los aplausos de todo el mundo por la selección de ensueño de Johan Cruyff y el lado conquistador del Barcelona de Pep Guardiola, piense en un hombre modesto de Wolverhampton que, muchas décadas antes, sentó las bases de estos equipos.

Puede que no haya sido el fútbol rápido y técnico que muchos equipos españoles juegan hoy en día, pero fue revolucionario para la época. Fue el primer ejemplo de profesionalismo entrando en la escena doméstica, de un estilo reinventado. Fred Pentland era un hombre de visión, que fue más allá de sus límites cargados y plantó las raíces del juego moderno; un hombre que casi un siglo después de su primer trabajo en la gestión de clubes de fútbol todavía se adelanta a su tiempo en el juego inglés.

Los trabajadores de las minas de Rio Tinto pueden haber traído el fútbol a España, pero fue Fred Pentland quien les presentó el lado más bello del fútbol.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Dani - Gurpegi. Charla a capitanes

Fuente: Canal YouTube Athletic Club


Telmo Zarra: El hombre ante Messi

Artículo publicado por Feargal Brennan en thesefootballtimes.co el 30/08/2016


El fútbol en su formato contemporáneo está dominado por el desarrollo de la superestrella. Con el deporte convirtiéndose cada vez más en un juego global, está llegando a sus tentáculos en áreas que anteriormente habían estado mucho menos influenciadas por él. Con este crecimiento, se crean constantemente nuevas generaciones de seguidores y se desarrolla una nueva afinidad por el club elegido.

La presencia de una superestrella dentro de un equipo hace que este desarrollo del 'fandom' sea mucho más fuerte; Cristiano Ronaldo, Lionel Messi , Wayne Rooney y Eden Hazard son testimonio de esto, y de los mercados posteriores que han abierto para sus clubes.

Los jugadores en este sentido son conocidos en todo el mundo y los seguidores a miles de millas del estadio de su club pueden sentir el mismo apego a estos jugadores que los locales. Sin embargo, este no era el caso antes de la historia algo reciente del fútbol, ​​y muchos partidarios consideran que preferirían volver a una relación más estrecha y percibida.

Estos jugadores se convirtieron rápidamente en héroes locales, adornando las camisetas de los niños y formando la base de interminables argumentos para los adultos, y su imagen se convirtió en sinónimo del club.

Sin embargo, en el caso de clubes que no tienen un atractivo global significativo, uno en el que su base de admiradores principales generalmente proviene de una población local o nacional, sus héroes a menudo provienen de sus años de gloria durante una época pasada en la que desafiaron a la élite con sus jugadores siendo los mejores.

El equipo español Athletic Club es uno que encaja bien en este perfil, sin un trofeo importante desde su título de Liga en 1984 y con un equipo compuesto exclusivamente por jugadores vascos.

Convierten a sus héroes a nivel local en Bilbao y el más legendario de todos para llamar hogar a San Mamés es Telmo Zarra. Zarra es Bilbao.

Muy a menudo con los héroes en los clubes provinciales, son adorados por su lealtad y reverencia por el equipo, y su talento a veces queda en segundo plano, o en algunos casos se embellece. Con Zarra este no es el caso. Su tiempo en Bilbao fue durante el período más exitoso del club vasco en su historia y su papel fue más que vital.

El Athletic Club siempre ha sido firmemente pro vasco, con el club operando una política de cantera de reclutar solo jugadores de la región vasca, una que ha definido a Los Leones .

Zarra nació en Erandio, Vizcaya, dentro de la comunidad vasca en 1921 y comenzó su carrera juvenil con los locales Asua y Pitaberetxe antes de unirse a SD Erandio a los 16 años.

En el Erandio participó con moderación en sus dos primeras temporadas con el club antes de convertirse en un habitual en el primer equipo. En la temporada 1939-40, logró 12 goles en 20 partidos.

Ese verano se fichó por el Athletic, jugó ocho partidos y marcó seis goles antes de ser llamado para realizar el servicio militar con el ejército español. España había terminado recientemente una guerra civil amarga, que se había cobrado la vida del hermano de Zarra, Domingo, y el talentoso delantero estaba acuartelado en Ceuta.

Regresó a Bilbao después de casi un año, pero sus dotes para marcar goles no se habían resentido, ya que marcó 26 goles en 28 partidos, terminando la temporada como el máximo anotador del club. La temporada 1942-43 iba a seguir el mismo patrón, con 25 goles en tantas partidos ganando con el Athletic Club La Liga y la Copa del Rey. Zarra volvió a terminar como máximo goleador, una hazaña que debía lograr 10 veces en sus 15 temporadas con el club.

A medida que pasaban las temporadas, el Athletic Club rara vez fue una fuerza dominante durante las décadas de 1940 y 1950, ganando cuatro títulos más de la Copa del Rey pero un solitario título de Liga. Sin embargo, su increíble consistencia goleadora continuó y los registros cayeron cuando Zarra alcanzó su mejor momento.

Fue el máximo goleador de la liga española durante tres temporadas consecutivas desde 1944 hasta 1947 y sus 33 goles en la temporada 1946-47 igualaron el récord de La Liga establecido por Pruden del Atlético de Madrid en 1940-41. Zarra rompió este récord en 1950-51 cuando marcó 38 escandalosos goles en 30 partidos de La Liga, un récord que no se rompió hasta 2010-11 con los 40 de Ronaldo.

Una pierna rota a principios de la temporada siguiente, dejó a Zarra fuera de juego durante toda la campaña antes de regresar para su última temporada como máximo goleador de La Liga, con 24 goles en 1952-53.

Era apropiado que Zarra también recibiera el premio Pichichi inaugural y muy codiciado al final de esa temporada, nombrado en honor del ex delantero del Athletic Club Rafael Moreno, otorgado al máximo anotador de la liga.

Las dos estadísticas más conocidas asociadas con Zarra son sus récords de goles en La Liga y Copa del Rey. Su récord de goles en la liga de 251 duró durante 59 asombrosos años entre 1955 y 2014. Finalmente fue roto por Messi, y Ronaldo pasó al segundo lugar en 2015 mientras continuaban su batalla personal.

Sin embargo, Zarra parece listo para retener su corona como goleador récord en la Copa del Rey con 81 goles, con Messi y Ronaldo actualmente en 39 y 21 respectivamente.

Su lugar en el panteón de los grandes españoles está firmemente asegurado, lo que sin duda significa la creación del trofeo Zarra en 2006, otorgado al máximo goleador español en la Liga.

Aunque el perfil de Zarra no es tan conocido como los contemporáneos como Ferenc Puskás y Alfredo Di Stéfano, dos de las primeras superestrellas del fútbol, su récord de goles los supera a ambos. Zarra no era una figura que llamara la atención; su milagroso trabajo con el Athletic Club se realizó en silencio, lo que lo impulsó al apasionado apoyo local.

Si bien es posible que no se lo mencione en los debates sobre el mejor de todos los tiempos, en al menos un rincón del norte de España fue y seguirá siendo el mejor. Su propia superestrella vasca.

Un campo de ingleses en Bilbao

Artículo publicado por Dan Parry en thesefootballtimes.co 05/07/2017


A fines del siglo XIX, los hijos de la revolución industrial británica se dirigieron al País Vasco rico en hierro por miles. La ciudad norteña de Bilbao estaba emergiendo rápidamente como la potencia industrial de la península española y su floreciente industria minera de hierro había llamado la atención del Imperio Británico.

Se produjo una relación simbiótica cuando los barcos zarparon de Portsmouth y Southampton llevando mineros, ingenieros y carbón desde lugares como el noreste de Inglaterra. A su vez, esos mismos barcos regresarían al Reino Unido con el hierro y el acero necesarios para mantener el lugar de Gran Bretaña como la superpotencia preeminente del mundo. Además de esto, los barcos también llevarían a los estudiantes de las familias de clase media de Bilbao para que pudieran estudiar ingeniería en las mejores universidades del Reino Unido. Sin embargo, los británicos no vinieron armados únicamente con carbón; También llegaron con algo más, algo que sería mucho más importante para el País Vasco y España en general. Vinieron con pelotas de fútbol.

El viaje de Portsmouth a Bilbao por mar es agotador, el Golfo de Vizcaya tiene un oleaje terrible que puede poner de rodillas incluso al marinero más ardiente y experimentado que pide tierra firme. Uno solo puede imaginar la emoción de los marineros cuando los barcos se acercaron a la costa vasca y apareció el monte Serantes en Santurtzi.

Los mineros sedientos de tierra, que solo habían visto el mar durante la semana anterior, estaban desesperados por desembarcar y encontrar un parche de hierba para practicar su deporte favorito. Los barcos entrarían en el estuario del río Nervión, pasarían Serantes y se dirigirían más abajo del Nervión hacia el corazón de la ciudad, donde el barco atracaría en Abando frente a la Universidad de Deusto.

Entre los muelles, las fábricas de hierro y los astilleros de construcción naval ponen un campo. Con los años, este campo ha tenido muchos usos: fue el sitio de un cementerio británico hasta 1908, una pista de aterrizaje para aviones y un campo de fútbol. Los marineros de piernas tambaleantes y privados de tierra utilizarían el campo como campo de fútbol, ​​a menudo bajo la mirada vigilante de los jóvenes Bilbainos, algunos de los cuales no sabían nada de este deporte.

Entre el inglés muy acentuado hablado por los jugadores, pudieron distinguir su nombre, 'Fut-Bol'. Finalmente, el campo se convirtió en sinónimo de los británicos que lo usaron y se hizo conocido localmente como La Campa de Los Ingleses , y fue desde este campo que el deporte del fútbol despegó en Bilbao.

Para 1892, la gran cantidad de ingleses que jugaban al fútbol en este campo junto al astillero significaba que tenían que mudarse a un lugar que pudiera acomodar adecuadamente a la creciente población de británicos y su deporte. En 1892, el presidente Henry Jones Bird, del Club Athletic de Astilleros Del Nervión, escribió a las autoridades locales en Lamiako pidiendo permiso para usar la pista de carreras allí como campo de fútbol durante los meses de invierno de noviembre a abril. El permiso fue debidamente otorgado y el hipódromo se convirtió en el nuevo hogar del fútbol organizado en Bizkaia. El interés en el deporte continuó desarrollándose a medida que Bilbainos acudía en masa a Lamiako para ver cómo los equipos de trabajadores migrantes británicos se retaban cada fin de semana.

Dos años después, la popularidad del deporte, junto con los jóvenes estudiantes bilbainos que regresaban de Inglaterra, significaba que incluso los locales comenzaron a participar en el juego semanal. También fue en 1894 que uno de los primeros partidos internacionales de fútbol tuvo lugar cuando un grupo de bilbaino desafió a los ingleses a un partido de Bilbao contra Inglaterra.

El partido se jugó en el hipódromo de Lamiako y los ingleses ganaron por 5-0. Los periódicos locales, aún inseguros de cómo funcionan las reglas del deporte, informaron que los ingleses habían ganado por "cinco puntos". Después del partido, los británicos trajeron al equipo derrotado pollos asados ​​como un consuelo para la gran derrota y un premio por respeto a la audacia del desafío.

El resultado no desanimó a la población local, que continuó con su nueva relación amorosa con el deporte británico. Fue particularmente popular entre los estudiantes vascos que habían regresado del Reino Unido. En 1898, algunos de los estudiantes mencionados que pertenecían a un gimnasio llamado Zamacois decidieron fundar un club no oficial dedicado a jugar y practicar fútbol, ​​y en 1901 los miembros del club celebraron una reunión en el Café García en el centro de Bilbao e hicieron el Club una entidad oficial. Se llamaba Athletic Club.

Dos años después, se formó un club rival en el barrio costero de Algorta llamado Bilbao FC. De vez en cuando, los dos clubes se unían para crear una especie de súper equipo de Bilbao llamado Club Vizcaya de Bilbao, que jugó en la Copa del Rey durante los años formativos del torneo, incluso ganó la edición inaugural, la Copa de la Coronación, en 1902 después de derrotar al FC Barcelona en la final. En 1903, el Bilbao FC se fusionó con el Athletic, y el equipo que surgió de la unificación se llamó Athletic Club de Bilbao.

En los años posteriores a su fundación, todavía era común ver a los ingleses jugando para el Athletic Club, ya que no fue hasta 1912 que el club comenzó a implementar su política solo vasca. En 1913, el club encontró su hogar espiritual cuando se construyó el Estadio de San Mamés en Bilbao, a solo un tiro de piedra de La Campa de Los Ingleses, donde el fútbol había tomado su primer lugar en la ciudad.

Aunque el club comenzó una política de jugar exclusivamente con jugadores locales, siempre se ha mantenido respetuoso con sus raíces británicas. El club ha sido descrito por algunos como anglófilo; Los primeros gerentes del Athletic fueron ingleses y han tenido muchos entrenadores ingleses desde su inicio, el más notable fue Fred Pentland , quien presidió durante un período exitoso para el club durante sus dos períodos como entrenador en las décadas de 1920 y 1930, y Howard Kendall , quien tuvo un reinado menos venerado a finales de los 80.

Se teoriza que la decisión del club de jugar con una camiseta de rayas rojas y blancas fue un guiño a su conexión con los marineros de Southampton y los mineros de Sunderland, aunque también se ha dicho que esto podría ser una leyenda romántica, y más que probablemente usaron la camiseta simplemente porque era la opción más barata en ese momento; sin embargo, la conexión permanece.

Sin embargo, sin duda, el vínculo más firme del club con sus raíces británicas radica en su nombre, Athletic Club, a diferencia del español, Club Atlético. A pesar de que se vieron obligados a cambiar a este último bajo el régimen opresivo del general Franco , los seguidores continuaron refiriéndose al club por su nombre anglicano original y volvieron al Athletic en la primera oportunidad posible después de la muerte de Franco.

En el lapso de dos décadas, el fútbol pasó de ser un desconocido al deporte más popular en Bilbao, y las semillas de este deporte se cosieron en un pequeño campo junto a un ajetreado y lleno de humo a orillas del río. Hoy, el campo, así como los muelles, ya no existen. El colapso de la industria minera a fines de la década de 1980 significó que los viejos muelles y fábricas quedaron obsoletos. La regeneración urbana se llevó a cabo en gran parte de la ciudad en la década de 1990 y los antiguos muelles fueron particularmente los grandes damnificados. Los muelles y las fábricas dieron paso a museos, parques, bares, teatros y un largo paseo marítimo.

Sin embargo, en 2011 se colocó una placa conmemorativa en el lugar de la Campa de los Ingleses original , que contiene un poema sobre los marineros que jugaron a fútbol por primera vez en este campo. Cuenta la historia de cómo la pelota con la que jugaban a menudo terminaría en La Ria, y los marineros tendrían que tirar piedras al agua para crear olas que llevarían la pelota al borde del agua para que podría ser recogido y devuelto al campo de juego.

Así es como el fútbol llegó a Bilbao y España; en las ondas. Comenzó en esos astilleros, se trasladó a esos hipódromos y campos en las afueras de las ciudades, y luego regresó a las ciudades a grandes estadios construidos para este propósito llenos de miles de seguidores. Ola tras ola, tras ola.

La historia de Pichichi. El gran jugador del Athletic Club que vive para siempre

Artículo publicado por Dan Parry en thesefootballtimes.co el 27/09/2017


En la mayoría de las ligas nacionales, el nombre del trofeo otorgado al jugador que anota más goles es simplista y se explica por sí mismo. Golden Boot de Inglaterra, Capocannoniere de Italia, literalmente 'Máximo Goleador'- Gol Krallığı (Rey Gol) de Turquía, y así sucesivamente. Sin embargo, este no es el caso con el título otorgado al máximo goleador de La Liga, ya que su premio lleva el nombre de un hombre llamado Rafael Moreno Aranzadi, más conocido como 'Pichichi'.

Rafael Moreno, que más tarde se hizo más conocido por su apodo, nació en el barrio del Casco Viejo en Bilbao el 23 de mayo de 1892. Proveniente de una familia rica y conocida, su padre era abogado, quien en un momento también se desempeñó como el alcalde de la ciudad, y su madre estaba relacionada con Miguel de Unamuno, uno de los más famosos forjadores de la ciudad.

En la época de su infancia, el fútbol todavía era una novedad para los Bilbaínos, ya que solo había llegado a la ciudad un par de décadas antes, pero un joven Pichichi se enamoró perdidamente del nuevo juego. Su ilustre familia intentó alejarlo del deporte y lo presionó para perseverar en su educación, pero incluso cuando era niño, debe haber sido obvio que una vida académica no era la de Rafael.

Sus maestros en la escuela lo tildaron de travieso, y abandonó la universidad después del primer año cuando no aprobó un solo examen. Desafortunadamente para su familia, el fútbol era la principal prioridad de este joven vasco.

Hay varias teorías diferentes en cuanto a los orígenes de su apodo icónico, que es una derivación de un término vasco de cariño en referencia a su baja estatura.

Algunos creen que su apodo le fue dado por los niños mayores con los que jugaba al fútbol en los callejones empapados de lluvia del Casco Viejo y los primitivos campos de fútbol de Bilbao. Otros especulan que provenía de los vítores de sus admiradores que aparecían semana tras semana para ver cómo Pichichi desgarraba las defensas rivales en La Campa de Los Ingleses. Más dicen que no ganó su notorio nombre hasta que se unió al Athletic Club el equipo de su infancia, donde sus compañeros de equipo mayores lo dieron.

Dejando a un lado las teorías sobre su apodo, lo que se sabía era que era un genio del fútbol. En una época en que el fútbol era un deporte brutal y físico, un joven de poco más de metro y medio de altura tenía una ciudad entera elogiando sus habilidades supremas de regate y su acabado superior. El equipo de su ciudad no tardó mucho en enterarse del hombrecito que estaba tomando La Campa y otros lugares similares por asalto, y en 1911 un Pichichi de 19 años se unió al Athletic Club.

El debut oficial de Pichichi con el Athletic se produjo dos años después contra el Real Madrid en la semifinal de la Copa del Rey. El Athletic ganó el partido 3-0 con gol de Pichichi en su primer partido. Su siguiente gran hazaña se produjo en agosto del mismo año cuando marcó el primer gol en el nuevo estadio de San Mamés, construido especialmente para el Athletic, en una victoria por 2-1 sobre el rival vasco el Real Unión de Irún.

El jugador, fácilmente reconocible gracias al pañuelo blanco que usó durante los partidos, se convertiría en un fenómeno absoluto para el equipo de Bilbao. Durante los siguientes ocho años de su carrera, llevó al Athletic a la cima del fútbol nacional español al ganar cuatro trofeos de la Copa del Rey, incluso anotando un hat-trick contra el Espanyol en la final de 1915, y cinco títulos del Campeonato Regional Vizcaíno.

A lo largo de su carrera en el club, Pichichi anotó 101 goles increíbles en 159 partidos. Pichichi ha sido proclamado por muchos como el mejor jugador de su generación, y en la década de 1910 era el jugador más deseado en Europa, según los informes, las ofertas provenían de todo el continente, pero siempre se negó a dejar a su amado Athletic.

Pichichi también tuvo la suerte de ser seleccionado con la Seleción Española. Participó en los Juegos Olímpicos de 1920, y aunque no jugó como en él era habitual, consiguió tener un papel protagonista en el torneo, jugando cinco partidos y marcando un gol. Ganando con España la medalla de plata. Si bien puede no parecer un montón de internacionalidades, debe tenerse en cuenta que los partidos internacionales no eran la norma en ese momento y estos fueron los únicos juegos en los que participó un equipo nacional español durante toda su carrera, lo que significa que Pichichi tuvo un 100 por 100 de internacionalidades.

Fue la primera superestrella del fútbol de España, una gran celebridad que no rehuyó la atención. Se crecía con la presión y se deleitaba con la adulación de sus seguidores. Pero esto vino con sus inconvenientes. De una manera no muy diferente a la de algunos mesías modernos, Pichichi fue acusado de jugar para sí mismo y de tener un ego sobreinflado.

Cuando regresó de los Juegos Olímpicos, su estrella comenzó a menguar y la multitud de San Mamés se apresuró a atacar a su héroe, culpando a su arrogancia y su pasividad percibida por cada derrota. A menudo, los seguidores del Athletic le daban la espalda a Pichichi cuando recibía el balón, o pedían directamente su retiro.

Finalmente, la mala relación entre Rafael Moreno y los seguidores del Athletic llegó a su punto de ebullición, y él cumplió con su petición. A los 29 años se retiró del fútbol por completo. Quizás lo hizo por despecho, o más probablemente simplemente estaba harto de soportar las burlas de los seguidores que alguna vez lo habían idolatrado. Tal vez Pichichi incluso reconoció algunas verdades en las quejas de los aficionados y se dio cuenta de que sería mejor retirarse en la cima en lugar de vivir un descenso lento y desmoralizador hasta el fondo.

Su carrera como jugador había terminado, pero su amor por el juego nunca disminuyó. Pichichi decidió mantenerse involucrado con el fútbol al convertirse en árbitro. Incluso hizo su debut en el arbitraje en San Mamés, algo que sería inconcebible hoy en día.

En términos de su estilo de juego, se dijo que Pichichi podría vencer a otro hombre con suma facilidad gracias a su habilidad para driblar. En una entrevista que se puede encontrar en YouTube, su ex compañero de equipo Seve Zuazo describe cómo Pichichi solo avanzaría una vez que el balón estuviera en su poder, "nunca a los lados y nunca hacia su propia meta". La prensa nacional lo apodó el 'Rey del lanzamiento' debido a su destreza en el gol y, a pesar de su falta de altura, supuestamente era un fantástico cabeceador. Su excelente movimiento y lectura del juego a menudo le daban oportunidades de anotar con la cabeza.

Desafortunadamente, el 1 de marzo de 1922, pocos meses antes de cumplir 30 años, la vida de Pichichi se vio truncada. Había sucumbido a un brote repentino de tifus, supuestamente el resultado de ingerir ostras contaminadas. Pichichi dejó una esposa e hija, y una ciudad en pena. Los seguidores que abuchearon al hombre durante sus últimos años como jugador quedaron devastados por su pérdida e instantáneamente lamentaron la forma en que habían tratado a su héroe.

En 1926, como una señal de respeto al primer héroe del club de fútbol, ​​el Athletic encargó un busto del jugador para que se convirtiera en parte del estadio. Desde entonces, se les pide a los clubes visitantes por primera vez que respeten el espíritu de Pichichi haciendo que su capitán ponga un ramo de flores junto a su estatua. El busto permanece en el estadio hasta el día de hoy, tras haber sido trasladado solo tres veces desde su erección. Después de la construcción del nuevo San Mamés, el busto fue colocado en la entrada del túnel de vestuarios y la tradición de ofrecer flores aún se mantiene.

A principios de la década de 1950, los periodistas de la revista Marca solicitaron al gobierno español con la esperanza de que permitieran a la Federación Española de Fútbol crear dos premios otorgados por logros sobresalientes en la Liga: uno para el portero menos goleados y otro para máximo goleador.

En 1953, el gobierno autorizó la solicitud. El ganador anual del trofeo por la mayor cantidad de goles marcados ha cambiado varias veces desde entonces: Telmo Zarra , Hugo Sánchez , Alfredo Di Stéfano y Lionel Messi son solo algunos de los magníficos futbolistas que han ganado el honor, pero el nombre del premio sigue siendo sin cambios: Trofeo Pichichi.

martes, 24 de marzo de 2020

Lezama: La piedra angular de una filosofía

Artículo publicado por Dan Parry en The Linesman el 21/10/2018


Galang Kurniawan

El ex entrenador Joaquín Caparrós: "Lógicamente debido a su filosofía, el mejor trabajo de cantera en el país se realiza en el Athletic".

En 1912, después de ser acusado de alinear jugadores extranjeros no elegibles en la Copa del Rey de 1911, el Athletic Club tomó la decisión más importante de su historia. Se decidió que el Athletic Club solo usaría jugadores que hubiesen nacido en una de las siete provincias del País Vasco o que tuvieran alguna conexión familiar tangible con la región. Durante muchos años, Athletic recibió jugadores de clubes más pequeños en Bizkaia y sus alrededores, y la mayoría de las sesiones de entrenamiento se llevaron a cabo en su estadio, San Mamés.

Sin embargo, en 1970, el club se dio cuenta de que para mantener tanto su éxito como su filosofía, tendría que modernizarse y, por lo tanto, adoptar un enfoque diferente para administrar sus asuntos y entrenar a sus jugadores. Algunos años antes que La Masia del Barcelona y Mareo del Sporting Gijón, el Athletic abrió sus propias instalaciones de entrenamiento y academia juvenil de última generación en el pequeño pueblo de Lezama. El trabajo de construcción se completó por completo en 1975, y desde entonces 'Lezama' ha jugado un papel crucial en ayudar al Athletic a mantener su identidad única mientras se mantiene competitivo en un mundo de fútbol verdaderamente globalizado.

Lezama se encuentra a unos seis kilómetros de Bilbao y el centro se extiende a lo largo de 14.760 m2. Las instalaciones incluyen: un estadio con capacidad para dos mil personas, tres canchas de césped natural más, un par de canchas artificiales, un gimnasio, un centro de medios, un centro médico, un estacionamiento subterráneo, un bar y alojamiento para jugadores.

Además de la infraestructura física, hay una gran cantidad de personal; desde entrenadores, médicos y psicólogos hasta jardineros y cocineros. Otra característica sorprendente de Lezama es su apertura. En el fútbol moderno, los campos de entrenamiento pueden parecer más bases militares que centros de fútbol con sus vallas de seguridad y entradas vigiladas, pero este no es el caso en Lezama. El club celebra sesiones de entrenamiento abiertas semanalmente, y no es raro encontrar cientos, si no miles de seguidores, de todas las edades, que asisten a sesiones, especialmente en la pretemporada.

Además, desde su fundación en los años setenta, Lezama ha sufrido varias actualizaciones. Las reformas más recientes completadas más recientes llegaron al final de la temporada 2012/13. Crearon nuevos campos de juego y colocaron el arco icónico del viejo San Mamés en la tribuna del terreno principal de Lezama.

La naturaleza de la filosofía del club y una postura de línea dura sobre las transferencias hace que el Athletic genere enormes ganancias cuando llegue el momento de vender sus productos de la cantera, sin embargo, debido a un mercado limitado, estas ganancias generalmente se reinvierten en Lezama. Por ejemplo, actualmente se está construyendo un nuevo stand en el terreno del Bilbao Athletic, cuyos fondos probablemente provienen de la transferencia de Aymeric Laporte a Man City.

En el Athletic, la Cantera lo es todo. Debido a las obvias restricciones de la política de transferencia, existe una mayor dependencia de atraer a los jugadores a través del sistema juvenil que en cualquier otro club del mundo.

Una de las razones por las cuales el Athletic ha tenido tanto éxito es porque hay un camino claro para el primer equipo. A diferencia de otros equipos de la división superior en Europa, un joven del Athletic puede ver a los jugadores mayores y se dará cuenta de que la mayoría de ellos comenzaron en el mismo lugar, Lezama.

El proceso es más o menos así: los jugadores progresarán a través de los diversos grupos basados ​​en la edad 'cadete' hasta alrededor de los dieciséis años. Una vez que un jugador alcanza este punto, y si ha mostrado suficiente promesa, normalmente, pasa al CD Basconia, que es el equipo C del Athletic.

Un elemento básico de Tercera División, Basconia tiene su sede en el barrio de Basauri, y durante los últimos veintiún años el Athletic ha tenido un acuerdo en el que las filas de Basconia están llenas de jóvenes del Athletic.

Por lo general, un jugador acudirá a Basconia durante una o dos temporadas. Por lo tanto, un jugador puede acumular casi cuarenta apariciones en la cuarta división de España contra una oposición profesional endurecida. La mayoría de los cuales no desearían nada más que asegurarse una historia sobre cómo convirtieron a una superestrella del Athletic cuando era un cachorro.

Después de su paso por el Basconia, las nuevas estrellas podrían ser promovidas al Bilbao Athletic. Formado en 1964 con Piru Gainza como primer entrenador, el Bilbao Athletic es visto como uno de los pasos más vitales en el desarrollo de cualquier jugador joven en el club.

El Bilbao Athletic (cuyo nombre es un homenaje al Club de Fútbol de Bilbao, uno de los dos equipos que se fusionaron para formar el Athletic Club actual) suele competir en la Segunda División B, aunque en varios puntos también formaron parte de la Segunda División, incluyendo tan recientemente como 2015/16.

Un jugador pasará alrededor de dos o tres temporadas en esta categoría antes de dar el salto al primer equipo, cederlo a otro club para obtener más experiencia o desprenderse de el para crear espacio para la próxima generación de talento.

Todo esto asegura que para cuando un jugador llegue al equipo superior, ya podría haber acumulado alrededor de cien partidos profesionales.

También debe mencionarse que no es solo el juego masculino el que se nutre en Lezama. El Athletic Club también ha hecho grandes avances en el lado femenino del juego. El equipo femenino tiene acceso a las mismas instalaciones que los hombres, también entrenan y juegan sus partidos como locales en Lezama. Desde su fundación en 2002, el equipo ganó cinco títulos de SuperLiga.

El desarrollo del jugador es supervisado por el actual Director de Fútbol del Athletic, el ex jugador Rafa Alkorta, así como por el resto del numeroso personal técnico basado en el sitio. En este momento, de los veintiocho jugadores en el equipo actual de alto nivel del Athletic (según lo publicado en el sitio web oficial del club) veintitrés comenzaron sus carreras en Lezama. En su primer partido de la temporada, una victoria por 2-1, contra el CD Leganés, nueve de los once titulares fueron producto de Lezama, ningún otro equipo en una liga europea de primer nivel comenzó con tantos jugadores que habían pasado por su propio equipo juvenil.

Aunque el Athletic Club ha sido y sigue siendo pionero en el arte de desarrollar jugadores juveniles, no es el único club que cuenta con instalaciones de entrenamiento de última generación. Pero, son el único club en el mundo cuya existencia y pura esencia, para el caso, dependen completamente de que su cantera sea capaz de producir profesionales de alta calidad. El papel de Lezama en esto no puede ser exagerado, no es solo una academia o centro de capacitación, sino que es el corazón del club.

Javier Clemente y el último de los campeones

Artículo publicado por Dan Parry en The Linesman el 26/10/2018


Marisol Vaz

"Sarabia o yo" , dijo Javier Clemente, que nunca pierde las palabras. El ultimátum, una de muchas de esas declaraciones, fue entregado a sus superiores en octubre de 1985. Fue un intento mal calculado para salir del caos que surgió de su pelea pública con el jugador estrella, Manuel Sarabia López.

Clemente, con tan solo treinta y seis años en este momento, probablemente nunca creyó que sería despedido. Después de todo, en cuatro años y medio en el trabajo había ganado dos títulos de liga consecutivos, una Copa del Rey, una Supercopa, y estaban bien posicionados para terminar entre los tres primeros. Lamentablemente, Clemente se equivocó. El ultimátum fue un momento destacado en una serie de eventos extraños y dañinos sobre él y Sarabia que amenazaron con destrozar el club. Y como algo de un drama de Shakespeare, dividió la ciudad en dos facciones rivales: los clementistas y los sarabistas.

Además de su mitad de la ciudad, Clemente contó con el apoyo de su joven escuadrón, todos los cuales, excepto Sarabia, habían mantenido una reunión con el entrenador en su casa junto con un médico especialista del Partido Nacionalista Vasco y el obispo de Bilbao donde le ofreció su lealtad. Sin embargo, los movimientos políticos de ajedrez, las filtraciones de prensa y el drama se volvieron demasiado para la jerarquía del Athletic Club, que sintió que Clemente estaba comenzando a sobrepasar los límites de su papel. Todo esto lo llevó a perder a su aliado más importante, el presidente del club, Pedro Aurtenetxe, cuya confianza en el joven entrenador se había erosionado por completo cuando lo despidió.

El Athletic estaba en una posición sólida en la liga, tenían un equipo talentoso y la mejor cantera del país. Aurtenexte podría haber sido perdonado por creer que deshacerse de Clemente no tendría demasiadas consecuencias, y que el club, gracias a las bases hechas por Javier, simplemente seguiría teniendo éxito, independientemente de quién lo dirigiera. Él también se equivocó, salvo una Supercopa en 2015, el Athletic no ha podido ganar un solo trofeo importante desde que se separó de 'El Rubio del Barakaldo'.

Los años del casi

Antes del primer título de liga de la era de Clemente en 1982/83, el Athletic no había ganado la Liga desde 1956. La espera de veintisiete años debe haber parecido una eternidad para los fanáticos del club histórico. Hubo un segundo y tercer lugar en la liga, un par de Copas del Rey en 69 y 73, y el subcampeonato ante la Juventus en la final de la Copa de la UEFA de 1977.

A pesar de estos logros, el Athletic había caído muy, muy lejos de las alturas de los años veinte y treinta cargados de trofeos de Pichichi y Mr Pentland, y la exitosa generación de posguerra dirigida por Telmo Zarra, Piru Gainza y Raimundo Lezama.

A medida que la década de los ochenta levantaba la cabeza, había mucho miedo entre el Athleticzale. La partida de jugadores clave, como José Ángel Iribar, Ángel María Villar y Javier Irureta a la jubilación, José Ramón Alexanko a Barcelona, ​​así como las decepcionantes actuaciones hacia finales de los setenta, hacen que algunos se preocupen de que los mejores días de Rojiblanco puedan han estado detrás de ellos en lugar de adelante

Corazones rotos y piernas rotas

El viaje de Javier Clemente con el Athletic Club comenzó mucho antes de su nombramiento como entrenador. De hecho, en un momento se suponía que él sería la próxima gran estrella del club. Cuando era niño, jugó para el equipo de su escuela antes de inscribirse en el club de su ciudad natal, CD Barakaldo, y un par de años después fichó por el Athletic Club. Se abrió paso entre las filas y se le dio su debut con solo dieciocho años de edad. Era un maravilloso por dentro con mucho potencial. Era hábil, tácticamente astuto, podía pasar bien y a menudo aparecía con excelentes esfuerzos de largo alcance. Su posición, cabello rubio y los éxitos del Manchester United significaron que a menudo se lo conocía como el 'Bobby Charlton español'.

Era el chico de oro de su tiempo, los jóvenes fanáticos querían crecer para jugar como él y los mayores esperaban que él marcara el comienzo de otro período de gloria para el Athletic. Desafortunadamente, en 1969, a mitad de su segunda campaña con el club, Javier sufrió una terrible lesión. En un partido de liga contra Sabadell en un campo terriblemente fangoso, a solo cinco minutos del partido, estaba en el extremo receptor de un fuerte desafío del defensor Ramón Marañón. El barro atrapó momentáneamente su pierna que, junto a la entrada de Marañón, terminó rompiendo su tibia y peroné. Aunque podría tener muchas razones para hacerlo, Clemente nunca se quejó del desafío ni culpó a Marañón por terminar prematuramente su carrera. De su entrevista con Jotdown.es :

"Entró con sus tacos levantados, tuve la mala suerte de que mis tacos se atascaran en el barro y me rompió la pierna, un tacle y mala suerte".

Después de varias operaciones fallidas y algunas remontadas fallidas para el filial del Athletic Club, incluido uno que resultó en otra ruptura de pierna, Clemente se retiró en 1975. Se le dio la despedida de un héroe jugando contra el Borussia Monchengladbach.

Continuando, el estilo Ipswich

Muchas personas podrían haberse hundido en una depresión, darse a la bebida, recurrir a las drogas o algo peor después de perder el tipo de carrera que Clemente iba a tener. Pero como testimonio de su personaje, Clemente no se permitió revolcarse en la autocompasión, perseveró lo mejor que pudo. Al principio, combinó un trabajo diario como vendedor ambulante para Adidas con un puesto de medio tiempo como entrenador del equipo de la liga inferior, Arenas de Getxo, donde en su primer año los promovió de nuevo a Tercera División. Fue su trabajo en Arenas lo que lo llevó a obtener un puesto de tiempo completo en el club afiliado del Athletic, el Basconia.

Aunque significaba que tendría que renunciar a su trabajo como vendedor y ganar la mitad del dinero, Javi estaba encantado de volver a involucrarse en su querido club. Pasó cuatro años con el Basconia y una temporada más con el Athletic Club. Mientras estuvo allí como aprendiz de entrenador, se familiarizó con los jóvenes estelares del club, muchos de los cuales no eran mucho más jóvenes que él, y comenzó a desarrollar una filosofía futbolística particular. Era un estilo nacido de su amor por el fútbol británico y las realidades de jugar fútbol en los campos empapados de lluvia y mal mantenidos en todo el País Vasco.

Clemente le tenía cariño al equipo Ipswich de los años setenta de Sir Bobby Robson. De hecho, estaba tan fascinado con el sistema de marcado zonal de Ipswich, que no se usaba en España en ese momento, que hizo dos viajes separados a Ipswich para estudiar con Robson. Describió las tácticas defensivas de Robson como eficientes mientras permitía incisivos momentos de contraataque. Perfecto para un escuadrón de vascos físicamente poderosos.

A lo largo de su carrera como entrenador, las tácticas de Clemente a menudo han sido etiquetadas como demasiado defensivas. Y, como la mayoría de los gerentes con mentalidad defensiva, Javier se ha vuelto loco con su fútbol etiquetado como 'ruta uno'. A diferencia de su rival de la Real Sociedad, Alberto Ormaetxea, Clemente buscó construir una identidad basada en los valores clásicos vascos, el escuadrón a su disposición y la ciudad industrial de la que provenía. El objetivo era ser fuerte, disciplinado y feroz en defensa, clínico en ataque y, sobre todo, en trabajo en equipo.

Nadie era más importante que el equipo. Si no trabajaras duro para el equipo, te encontrarías en la banca. En términos de ataque, su principal básico siempre ha sido que es mucho más probable que un lado anote cuando la pelota está en el campo contrario, pero no hay necesidad de perder el tiempo para subirla. Especialmente, cuando el juego se juega en un campo mojado y embarrado. Clemente lo expresó mejor durante su entrevista con Jotdown.es :

"Entrar en el área del rival diez veces conducirá a más oportunidades que llegar allí tres veces ... y nuestras condiciones permitieron este estilo, no olvidemos que el césped de San Mamés no era la alfombra que es ahora".

Llevar al trabajo superior como una barcaza a un río

A la edad de treinta y un años, doce años después de su lesión que puso fin a su carrera, Javier Clemente recibió los reinados en el Athletic Club. Tras su ascenso al puesto más alto, Clemente declaró que sus intenciones eran crear un equipo atlético que sería temido nuevamente. Con esto en mente, inmediatamente comenzó a reponer el equipo con jugadores prometedores del sistema juvenil. El portero Andoni Zubizarreta, el central Iñigo 'Rocky' Liceranzu y el centro-medio José Ramón Gallego estuvieron entre una serie de jóvenes que ingresaron al primer equipo.

Al mismo tiempo, se dio una nueva oportunidad de vida a los jugadores establecidos del primer equipo, incluyendo: Andoní Goioketxea, un duro central cuyos precisos balones largos y liderazgo desde la parte posterior se volvieron esenciales; goleador y atacante, Dani Ruiz-Bazán; y el supremamente talentoso Manu Sarabia, un centrocampista de ataque escuálido bendecido con una habilidad sublime, quien podría decirse que fue el jugador más talentoso en llegar a las filas en décadas. Con todo, la primera temporada a cargo de Clemente fue un éxito rotundo. Terminaron en el cuarto lugar mientras anotaron sesenta y tres goles, solo el segundo clasificado Barcelona anotó más.

La temporada 1981-82 proporcionó la plataforma, pero en la próxima campaña el Athletic mejoró aún más. Como entrenador, Clemente logró lo que algunos creían que estaba destinado a hacer como jugador: trajo el éxito a Bilbao. En una temporada apretada, el Athletic ganó un título inesperado de la liga terminando un punto por delante del Real Madrid. Se creía que el título sería disputado entre el Real Madrid y Barcelona, ​​que habia fichado a Maradona durante el verano batiendo el récord mundial en la operación, pero Clemente y sus chicos arruinaron la fiesta.

A lo largo de la temporada, el Athletic estuvo cerca de los líderes de la liga. Pero no fueron los favoritos en la carrera por el título. De hecho, con la excepción de una semana solitaria en septiembre, el Athletic no ocupó el primer lugar hasta marzo. Fue por esta época cuando todos se dieron cuenta de que los vascos no iban a abandonar. Una victoria sobre el Racing de Santander, mientras que tanto el Real Madrid como el Barcelona empataban, le permitió al Athletic seguir adelante en la liga.

En abril, el Barça y el Athletic Club jugaron un partido crucial en San Mamés. Fue su segundo encuentro de la temporada, pero el primero entre Javier y su pronto archienemigo, el recientemente contratado, César Luis Menotti. Su floreciente rivalidad vio al juego tomar una dimensión extra. Al final, el Athletic quedó en el top 3-2 gracias a los goles de los delanteros Dani y Sarabia. Ambos estaban en la plenitud de sus carreras, contribuyendo con treinta y cinco goles combinados a los setenta y uno anotados por el Athletic en el transcurso de la temporada. La victoria casi mató las esperanzas de título del Barcelona, ​​lo que significa que con tres partidos restantes, fue una carrera de dos caballos hasta el final entre el Athletic y el Real Madrid.

Mientras el Athletic se dirigía a las Islas Canarias para enfrentarse a Las Palmas para el partido final de la campaña, el Real Madrid fue recibido por un Valencia de Koldo Aguirre, el mismo entrenador que llevó al Athletic a la final de la Copa de la UEFA seis años antes. En las circunstancias más intrigantes, ambos clubes de distancia necesitaban una victoria para convertirse en campeones, y los equipos locales necesitaban una victoria para evitar el descenso.

Las Palmas hizo la primera sangre, un gol en propia puerta de Miguel de Andrés les dio una ventaja de 1-0 en el tercer minuto. En el minuto duodécimo, Sarabia el mago, que se había convertido en el jugador más emocionante de la liga, devolvió el golpe para el Athletic y cinco minutos antes del descanso su compañero Dani, igualmente hábil, los adelantó. Solo un minuto antes en Mestalla, Madrid había caído 1-0. Mientras que el equipo de la capital nunca logró recuperarse, el Athletic derrotó absolutamente a Las Palmas 1-5 en su camino a ganar su primer campeonato durante veintisiete años. El hombre del momento Sarabia inició un procedimiento en el minuto 57 antes de que el juego se completó con los goles de Estanislao Argote y el centrocampista Ismael Urtubi.

Para celebrar la victoria, que los ciudadanos de Bilbao habían estado esperando durante tanto tiempo, el club y el ayuntamiento decidieron que el mejor método para celebrarlo sería alquilar un barco para transportar al equipo por el río Nervión de la ciudad. El movimiento se inspiró en una canción que representa a un grupo de jugadores que se dirigen hacia el Nervión en una barcaza y eventos similares que ocurrieron en 1924 cuando el Acero Club de Olabeaga, un barrio de Bilbao, llevó una barcaza al río después de vencer a Osasuna. Título de la Serie B. Las imágenes del escuadrón navegando por el Nervión a bordo de 'La Gabarra' (La barcaza) y los millones de seguidores que pululaban por la orilla del río para vislumbrar a sus héroes se han vuelto icónicas.

Doble problema

La siguiente campaña fue el pico de la era de Clemente. Como el entrenador había predicho, y a pesar de la creencia común, el Athletic superó sus logros de 82/83. En una temporada de morderse las uñas llena de fuego y furia, lograron ganar un doble histórico. También fue durante esta temporada que Clemente comenzó a desarrollar su escuadrón. El experimentado delantero Dani se encontró siendo eliminado gradualmente a favor de José María Noriega, que había sido utilizado casi exclusivamente como suplente de antemano, y en menor grado lo mismo ocurrió con Sarabia y el jugador de escuadrón Endika. Además, la campaña también vio la aparición de los hermanos Salinas, el central Patxi y el delantero Julio. También hubo un cambio en el enfoque táctico y mental de Clemente para el juego a medida que se puso cada vez más a la defensiva.

En septiembre, el Athletic fue derrotado por 4-1 por el Barcelona en el primero de muchos encuentros acalorados que se jugarían entre los clubes en el transcurso de la temporada. El momento más importante del partido fue un desafío extremadamente robusto de Andoni Goikoetxea sobre Maradona, que dejó al argentino con una fractura de tobillo y al defensor con el apodo "El carnicero de Bilbao".

Hubo otros dos juegos de alta puntuación desde el principio también, una victoria en casa por 6-3 sobre UD Salamanca y una derrota por 4-1 ante Sevilla. El juego contra Salamanca es visto como el punto de inflexión en la filosofía de Clemente. Después del partido, prometió a su equipo que nunca más enviarían tres goles en San Mamés mientras él era el entrenador. Era una promesa que cumplió.

Después del choque de 4-1 a manos de Sevilla a principios de octubre, el Athletic no concedió más de dos goles en un juego de liga durante toda la temporada y no probarían la derrota nuevamente hasta enero, cuando Maradona se vengó al marcar dos goles en una victoria por 2-1 en el Barcelona. A medida que se desarrolló la carrera por el título, el Athletic se volvió casi imposible de vencer, no ganaban mucho pero tampoco perdían. Por lo tanto, cada vez que los rivales Real Madrid o Barcelona perdieron puntos, el Athletic simplemente apretó el agarre.

Al final del año, y después de una victoria por 1-0 contra la Real Sociedad en San Sebastián, los Rojiblancos estaban a solo un punto del Real Madrid. Una semana después, capitalizaron una derrota del Real Madrid ante el Real Betis y subieron al primer puesto. A partir de aquí, el campeonato se convirtió en una carrera de tres caballos, el Athletic y el Real Madrid se disputaron el primer puesto, mientras un resurgente Barcelona liderado por un Maradona ahora recuperado se aferró a su querida vida en el tercer lugar. El momento crucial para el Athletic llegó a principios de mayo cuando lograron vencer a Madrid por 2-1. Dani salió de la banca para anotar el más importante de los goles en el minuto 87.

El Athletic cayó en la semana siguiente con una derrota por 2-0 ante el Betis, pero afortunadamente el golpe de Dani contra el Madrid les había dado una ventaja de un gol sobre sus rivales en la diferencia de goles.

Al entrar en el último fin de semana, todo quedaba por jugar. El Athletic y el Real Madrid estaban en cuarenta y siete puntos separados por el más mínimo margen, mientras que el Barcelona estaba solo un punto por detrás en el tercer lugar y aún podía tomar el título si ambos lados perdían. Era un conjunto intrigante de accesorios. Real Madrid fue a Barcelona para jugar contra el Espanyol y Barcelona fue a Madrid para jugar contra el Atlético de Madrid, mientras que el Athletic recibía a la Real Sociedad.

Era el tipo de escenario que los fanáticos sueñan o temen. Cualquier cosa menos que una victoria sería inútil si el Real Madrid superara al Espanyol o al Barcelona hiciera lo mismo contra el Atlético de Madrid. Todo esto, más la diferencia de goles, o la falta de ella, significaba que era una situación precaria para todos. Para el Athletic Club, una pérdida fue absolutamente impensable. No hay peor manera de perderse un título que perder ante sus rivales regionales en su propio campo.

El Atlético y el Barcelona iniciaron los procedimientos, un gol temprano del Barcelona les dio un atisbo de esperanza antes de que el Atlético igualara poco después. Mientras tanto, el Athletic consiguió la ventaja en el minuto 18 cuando Liceranzu abrió el marcador.

San Mamés estaba ansioso. Tal como estaban las cosas, serían campeones. Las orejas estaban firmemente fijadas a las radios mientras los fanáticos vigilaban lo que sucedía en Barcelona y Madrid. Siete minutos después, Lobo Carrasco lo abrió de nuevo cuando puso a Barcelona por delante nuevamente. En el 55, el Espanyol se adelantó.

De vuelta en Bilbao, este peculiar juego del título de patata caliente continuó. La Real Sociedad comenzó a jugar con los nervios de sus rivales vascos. Después de un período de posesión sostenida, un movimiento de pase hacia la izquierda vio un cruce perfecto hacia adelante Peio Uralde en el segundo palo, quien lo dirigió obedientemente más allá de Zubizarreta. El título ahora pertenecía a Barcelona ... por el gran total de dos minutos. En Barcelona, ​​Emilio Butragueño equilibró las cosas con un penalti. Los tres lados estaban empatados por puntos en la parte superior, pero Los Blancos se llevaban el título a casa gracias a los enfrentamientos cara a cara.

"¡Athletic, Athletic, Athletic!" Los fanáticos dentro de San Mamés corearon, instando a sus héroes hacia adelante. Diez minutos después, el Athletic volvía a estar al frente. Liceranzu superó a todos para anotar de nuevo con un fantástico cabezazo desde una esquina, poniendo así a los Bilbaínos 2-1 por delante.

Hubo una enorme erupción de júbilo dentro del estadio. Tal como estaban las cosas, mientras la Real Sociedad no obtuviera un empate, el Athletic ganaría un segundo campeonato consecutivo. Butragueño convirtió otro penalti contra el Espanyol, pero no hizo ninguna diferencia.

Fueron diez minutos finales tensos y nerviosos, pero el Athletic aguantó mientras los cánticos de "Campeones" resonaban en La Catedral y la ciudad de Bilbao. Los fanáticos que ondeaban banderas a rayas rojas y blancas junto con Ikurriñas no perdieron el tiempo en invadir el campo. Habían ganado su segundo título consecutivo en casa contra sus rivales más cercanos, y por cuarto año consecutivo, La Liga pertenecía al País Vasco.

La Gabarra podría hacer funcionar sus motores, pero aún no pudo zarpar. Todavía quedaba un partido por jugar ... esperaba una final de la Copa del Rey contra el Barcelona.

Quizás, el partido de fútbol más infame en la historia española, el juego se ha vuelto más conocido por la pelea posterior al partido, donde Maradona eliminó a un par de jugadores, en lugar de lo que ocurrió durante el juego real.

Fue la culminación de la mala sangre entre los dos lados que comenzó la temporada anterior cuando los olos opuestos Menotti y Clemente se involucraron en un combate verbal. Menotti acusó a Clemente de ser tácticamente regresivo, mientras que Clemente vio a Menotti como un "hippie pretencioso". Menotti, después de haber ganado el Mundial con Argentina, prometió revolucionar el fútbol español con Maradona y Barcelona, ​​pero en realidad había fracasado en su objetivo. La final de la copa fue su última oportunidad para rescatar algo de los restos relativos de la temporada 83/84 de Barcelona.

Fueron lo suficientemente desafortunados como para enfrentarse al Athletic recientemente coronado y extremadamente confiado, que estaban decididos a no perder y traer el doblete a Bilbao. En lo que sería el juego final de los argentinos, el Athletic fue feroz y agresivo, a los ojos de muchos, en su esfuerzo por evitar que el Barcelona juegue su juego natural. Por ejemplo, cada vez que Maradona recibiera la pelota, sería bombardeado por una lluvia de rojo y blanco.

En el minuto catorce, el equipo vasco aprovechó la ocasión cuando un centro desde la izquierda aterrizó a los pies del sustituto de Sarabia, Endika, quien marcó el gol de la victoria. Sin duda fue un juego feo, después del partido Menotti declaró que "el fútbol había muerto ", pero sus comentarios no molestaron a los fanáticos del Athletic. El doblete era de ellos y La Gabarra golpeó las olas una vez más.

La temporada del descontento

En 84/85, el Barcelona, ​​reemplazó a Menotti por Terry Venables, consiguiendo el título de la liga. Pero no fue un completo desastre para el Athletic, terminaron terceros en la liga y lograron otra final de la Copa del Rey. Esta vez perdió 2-1 ante el Atlético de Madrid en un juego un poco menos caótico que el año anterior.

Sin embargo, también fue durante esta campaña que se sembraron las semillas del descontento entre Clemente y Sarabia. Aunque Sarabia acababa de jugar un papel importante en la carrera de España hacia la final de la Euro 84, tenia cada vez menos protagonismo en la alineación inicial de Clemente, el entrenador prefirió comenzar con Endika menos mágico pero más disciplinada y luego llevar a Sarabia como un suplente.

Al principio, Clemente argumentó que su decisión fue táctica. Expuso el caso de que, a veces, los once que vieron un juego eran más importantes que los que comenzaron. Afirmó que estaba utilizando a Sarabia como suplente porque fue más efectivo al llegar en los últimos treinta minutos y jugar contra defensores con las piernas muertas.

Pasando a la campaña 85/86 y con la Copa Mundial 86 en el horizonte, Sarabia se preocupó cada vez más por la falta de tiempo de juego que afectaba sus posibilidades de formar parte del equipo del torneo. Clemente se mantuvo desafiante, negándose a iniciar al talentoso delantero a pesar de las llamadas de los fanáticos, la prensa y el propio Sarabia. Durante un partido contra el Hercules FC en enero del 86, mientras el Athletic empataba 0-0, los fanáticos en San Mamés comenzaron a cantar por la inclusión de Sarabia. Clemente, siempre el contrario, descuidó sus deseos. La respuesta de Javier a la solución fue no volver a poner nunca más a Sarabia, algo que decidió declarar públicamente.

El resultado de la declaración de Clemente fue profundo. Hubo reuniones con jugadores (y obispos), una carta de apoyo de los jugadores y una grieta social en general. También condujo a consultas sobre el liderazgo del club. Muchos fanáticos responsabilizaron al presidente y a los directores. En lo que a ellos respectaba, a Clemente se le había permitido convertirse en una especie de dictador. Y cuando el liderazgo de un club se decide por votación, las cuestiones de autoridad no parecen demasiado buenas para los presidentes. En consecuencia, Clemente fue relevado de su cargo.

No se puede negar que las consecuencias entre un entrenador y un jugador, que se habían traído tanto al club y al éxito, parecían ilógicas. Desde entonces, muchos periodistas y fanáticos se han esforzado por encontrar la razón en la locura. Con explicaciones y teorías que van desde lo psicológico a lo sensacionalista. Algunos afirmaron que Clemente se había puesto celoso de las alabanzas y adoración de Sarabia, una mentalidad causada por su corta carrera. Clemente demandó a otro periodista, Luis Del Olmo, por sugerir que todo se reducía a una especie de triángulo amoroso.

El asunto se convirtió en uno de los temas más discutidos en la nación. La prensa enfrentó la pelea como entrenador autoritario versus futbolista de espíritu libre, y la gente se dividió en dos campos, usted era Clementista o Sarabista. Patxo Unzueta citando al escultor Jorge Oteiza en un artículo para El País sugirió que la psique vasca y la historia fracturada de la región tenían un papel vital en la intensificación del problema: "Cada vasco lleva un carlista (conservador) y un abuelo liberal en su mochila".

A raíz de esto, Clemente ha declarado que se trataba de "Disciplina, disciplina pura". En primer lugar, Sarabia no pudo llevar a cabo instrucciones tácticas en el campo, como contra Las Palmas en el segundo partido de la temporada 85/86, donde Sarabia no logró marcar a su oponente. Además, en su opinión, Sarabia rompió una regla cardinal del Athletic Club: nadie tiene un reclamo automático de un lugar en el club. Llegó al extremo de desafiar al jugador en el tema frente al resto del equipo, exigiendo que Sarabia explicara a sus compañeros de equipo por qué debería jugar delante de uno de ellos.

Sarabia, obviamente todavía dolorido por los recuerdos, ha permanecido con los labios apretados. Solo ofreciendo que, en su opinión, las acciones de Clemente no solo causaron daños graves a sus respectivas reputaciones, sino también al club.

La realidad probablemente se encuentra en algún lugar entre el caos y los numerosos factores complejos que fueron responsables de la ruptura. En esencia, se redujo a dos personalidades muy decididas y ganadoras que amaban a su club y querían tener éxito, pero tenían diferentes visiones sobre cómo se debería lograr ese objetivo. La ironía es que, a pesar de todas sus diferencias y de toda la controversia, y por mucho que no les guste, una ya no puede separarse de la otra. Este período de sus vidas ha unido irrevocablemente sus historias por la eternidad.

Las secuelas

Una vez que Clemente partió, José Ángel Iribar tomó el control como entrenador interino, llevando al equipo a un respetable tercer puesto, antes de ser reemplazado por Howard Kendall. Bajo Kendall, Sarabia jugó otras dos temporadas en el Athletic, pero pronto se encontró convirtiendo en un jugador poco importante una vez más. Nadie lo reprendió cuando se fue al CD Logroñes en el 88, y todavía es venerado como uno de los jugadores con más talento natural que jamás se haya puesto la famosa camiseta roja y blanca.

Clemente pronto se hizo cargo del trabajo principal en el Espanyol, donde estuvo cerca de agregar trofeos europeos a su sala de trofeos, solo para ser frustrado por penaltis en la final contra el Bayer Leverkusen en 88. Volvióael Athletic dos veces más, ambos en una temporada, posteriormente fue seleccionador español durante seis años en los noventa. Hacia el final de su carrera, se convirtió en un entrenador de tipo nómada, a menudo siendo nombrado como un cuasi-bombero. Los clubes lo traerían cuando esté peligrosamente cerca del descenso con la esperanza de que su naturaleza exigente y su enfoque táctico organizado puedan encender un cohete debajo de los jugadores agitados y salvar su temporada.

Para el Athletic Club, los años ochenta fueron años difíciles. Debido a las desatinadas salidas de jugadores clave, como Zubizarreta, Goikoetxea, Julio Salinas y otros, el club luchó para competir como lo había hecho con Clemente.

Hasta el día de hoy, algunos fanáticos aún se preguntan qué pudo haber sido. Si Clemente hubiera sido respaldado, o por el contrario, colocado correctamente en su lugar, ¿podría haber podido construir una dinastía en forma de Sir Alex Ferguson en Man Utd? ¿O es tan probable que hubieran seguido más consecuencias?

A lo largo de toda su carrera, Clemente fue, y sigue siendo, un contraria disciplinario y directo. Nunca tiene miedo de decir lo que piensa, siempre ha provocado controversia. Los enfrentamientos con jugadores, presidentes y periodistas fueron parte integral de la experiencia de Clemente. Divide la opinión en todo el país debido a sus opiniones directas, pero en Bilbao y sus alrededores todavía hay algo de reverencia por él. Al final del día, le guste o no, esté de acuerdo con él o no, como la mayoría de los grandes ganadores, simplemente no le importa.

Clemente tardó veintisiete años en llegar y devolver la gloria al club de su ciudad natal. La espera para el próximo título ahora suma treinta y cuatro años largos y desesperados. Año tras año, los fanáticos del Athletic pueden hacer poco más que conformarse con la esperanza y los recuerdos de un tiempo pasado.

La saga Clementistas vs Sarabistas sigue siendo un tema candente de debate en muchas de las famosas largas discusiones posteriores a la cena de Bilbaino. Pero no hay duda de que todos los fanáticos, incluidos Javier Clemente y Manu Sarabia, permanecen unidos en su amor por el club y su deseo de ver a La Gabarra retumbando en el Nervión una vez más.