Artículo publicado por Juan Carlos Grande en el diario Deia el 29/04/13
Contra el Barça, el domingo a las 12.00 en San Mamés
Como ya se sabía antes de la disputa del derbi de Zubieta, será el choque entre el Athletic y Barcelona el que decida, finalmente, el equipo que se alce con el título de esta competitiva y emocionante liga en su última jornada. Y será el domingo, a las 12 horas en San Mamés. En el mejor escenario posible, para una cita en mayúsculas y con el Athletic mirando desde lo más alto del liderato, puesto que lo ostenta desde la primera jornada. Por supuesto que también será una oportunidad para que las jugadoras del Athletic femenino se despidan del mítico escenario tras su década exitosa de existencia. A las rojiblancas también les sirve el empate para decir su adiós con un título. El entrenador rojiblanco, Juan Luis Fuentes, opina que no se puede renunciar a vestirse de corto en una final de liga en San Mamés. "Particularmente, para mí, el escenario perfecto sería San Mamés. Una futbolista no puede renunciar a tener la oportunidad de jugar un partido tan importante en un lugar tan emblemático. Puede que haya gente que notaría más la presión pero yo, si analizas lo grande que puede ser…. Si juegas en Lezama, puedes ganar o perder y lo mismo en San Mamés pero tener esa opción y renunciar a ella…".
lunes, 29 de abril de 2013
domingo, 28 de abril de 2013
Duelos inolvidables
(Fuente: Boletín distribuido en San Mamés en el partido Athletic Club - R. Madrid 14/04/13 y en el partido Athletic Club - F.C. Barcelona 27/04/13)
El Real Madrid visita por última vez La Catedral, un campo en el que ha jugado encuentros épicos ante los leones
En la primera Liga (1928/29), el Real Madrid visitó Bilbao en la última jornada. Los leones se impusieron por 2 a 0 (Unamuno I y Carmelo) y Lafuente (Athletic Club) y Quesada (R. Madrid) fallaron un penalti cada uno. El 1 de febrero de 1970, los nuestros endosaron un rotundo 5-0 a los madrileños. Uriarte, Igartua y Zubiaga, éste en tres ocasiones, pusieron la diferencia en el césped. El Athletic acabó segundo ese año, a sólo un punto del campeón, el Atlético de Madrid.
El último gran duelo ante los de Chamartín fue en 1984. Ambos se jugaban la Liga, ya que restaban pocas jornadas. Stielike enmudeció San Mamés con su gol, pero un cabezazo de raza de Goikoetxea y un tanto oportunista de Dani en las postrimerías del choque desataron la locura en la grada, proclamándose el Athletic campeón unas semanas después. En San Mamés, el bagaje con el Real Madrid es de 37 triunfos rojiblancos, 16 empates y 28 derrotas.
Un total de 82 veces se han enfrentado en San Mamés el Athletic Club y el FC Barcelona en Liga
Son los dos únicos clubes, junto al Real Madrid, que siempre han militado en Primera. El balance en casa es favorable para los leones, que han ganado 41 partidos, empatados 19 y perdido 22. En el capítulo goleador, los locales han hecho 160 tantos y los culés 119.
De entre todos los partidos disputados en Bilbao, recordaremos dos de losmás significativos. En 1956, el Athletic recibio al Barça de Kubala en una Liga marcada por la igualdad. Los rojiblancos se impusieron por 1-0 (Maguregi), triunfo que fue decisivo para ganar la Liga: 48 puntos sumó el Athletic, uno más que el cuadro catalán. En otra Liga conquistada por el Athletic, la de 1982/83, La Catedral vivió un gran duelo que se resolvió por un favorable 3-2, Dani (2) y Sarabia adelantaron al Athletic y Urbano y Maradona acortaron distancias en los minutos finales. Además, el actual himno rojiblanco sonó por primera vez en San Mamés en una eliminatoria copera ante el Barça (1983).
El Real Madrid visita por última vez La Catedral, un campo en el que ha jugado encuentros épicos ante los leones
En la primera Liga (1928/29), el Real Madrid visitó Bilbao en la última jornada. Los leones se impusieron por 2 a 0 (Unamuno I y Carmelo) y Lafuente (Athletic Club) y Quesada (R. Madrid) fallaron un penalti cada uno. El 1 de febrero de 1970, los nuestros endosaron un rotundo 5-0 a los madrileños. Uriarte, Igartua y Zubiaga, éste en tres ocasiones, pusieron la diferencia en el césped. El Athletic acabó segundo ese año, a sólo un punto del campeón, el Atlético de Madrid.
El último gran duelo ante los de Chamartín fue en 1984. Ambos se jugaban la Liga, ya que restaban pocas jornadas. Stielike enmudeció San Mamés con su gol, pero un cabezazo de raza de Goikoetxea y un tanto oportunista de Dani en las postrimerías del choque desataron la locura en la grada, proclamándose el Athletic campeón unas semanas después. En San Mamés, el bagaje con el Real Madrid es de 37 triunfos rojiblancos, 16 empates y 28 derrotas.
Un total de 82 veces se han enfrentado en San Mamés el Athletic Club y el FC Barcelona en Liga
Son los dos únicos clubes, junto al Real Madrid, que siempre han militado en Primera. El balance en casa es favorable para los leones, que han ganado 41 partidos, empatados 19 y perdido 22. En el capítulo goleador, los locales han hecho 160 tantos y los culés 119.
De entre todos los partidos disputados en Bilbao, recordaremos dos de losmás significativos. En 1956, el Athletic recibio al Barça de Kubala en una Liga marcada por la igualdad. Los rojiblancos se impusieron por 1-0 (Maguregi), triunfo que fue decisivo para ganar la Liga: 48 puntos sumó el Athletic, uno más que el cuadro catalán. En otra Liga conquistada por el Athletic, la de 1982/83, La Catedral vivió un gran duelo que se resolvió por un favorable 3-2, Dani (2) y Sarabia adelantaron al Athletic y Urbano y Maradona acortaron distancias en los minutos finales. Además, el actual himno rojiblanco sonó por primera vez en San Mamés en una eliminatoria copera ante el Barça (1983).
Sedes
(Artículo publicado por K-Toño Frade (hijo), en el libro "Susedidos botxeros y bilbainos selebres y txirenes")
Son muchas las consultas que los amantes de la historia de nuestro Athletic me hacen con relación al lugar que ocuparon las diferentes sedes que tuvo el Club. Sedes que siempre tuvieron peso específico en el devenir de la vida botxera.
Lo que no tiene duda es que el fútbol en Bilbao se fraguó en la sociedad "Zamacois" en l os últimos alientos del pasado siglo XIX. Esta sociedad estaba dedicada a todos los "sports" que se practicaban en aquella época. El edificio estaba ubicado donde hoy se encuentra el hotel López de Haro,y para su construcción derribaron (¿era necesario?) un coqueto frontón, aprte del viejo edificio que ocupó el diario "Hierro". La primera junta del Athletic, como es sabido, se celebró en el café "García" (Gran Vía esquina con Berastegui) en 1901. En el mismo año se ratificó el acuerdo juntero ya en la primera sede oficial del Club, en los locales de la Calle Nueva, esquina con La Ribera, encima del desaparecio "Café Donostiarra", en los locales que hoy ocupa el Club Cocherito. Hoy una placa así nos lo recuerda colocada por la "Peña Athletic Casco Viejo" por idea de K-Toño (padre) y desvelos de su expresidente D. Pedro Alonso, y que creo recordar que descubrió Telmo Zarra. Pues en este local se dió la anécdota txirene que los socios, para poder sobrevivir, consintieron juegos "poco edificantes", cuestión que motivaba frecuentes visitas de los chineles. Como la cuota no alcanzaba a cubrir gastos, el embargo de los acreedores no se hizo esperar, llevándose todo lo que encontraron, a excepción del primer trofeo conseguido por el Athletic: la copa de la coronación de Alfonso XIII, conseguida en 1902 y que Alejandro Acha habñia guardado en su casa oliéndose la situación. En 1906 pasa el Club a la calle Jardines, parece ser que en permuta con el Club Cocherito. Allí permanecieron hasta 1912, año en que para siempre cruza el Club la Rñia y se instal en el Ensanche, en unos locales cedidos por la sociedad de caza "La Venatoria" de la Gran Vía, en el solar que hoy ocupa el Banco de España. Duró la sede dos años en este lugar y pasó en 1914 a la "Casa de la Petaca" en la calle Hurtado de Amézaga, junto al café "La Alcazaba" regentado por la popular familia Jauregizar. De este local, donde hoy está el "Koky", no se movieron durante veinticinco años, pues terminada la guerra se ubicaron en el mismo edificio, pero en Ayala número dos, para ocupar el piso superior, el famoso "Cuartito".
En 1941 nuestro Club pasó a denominarse Atlético de Bilbao por decreto dictatorial. Con este nombre ocupó la nueva sede de Bertendona en 1950. Mi memoria infantil me traslada a aquel lugar, cuando contemplaba embelesado la prepleta vitrina de trofeos, entre el restallar de las fichas de dominó en las acristaladas mesas del bar, bajo la mirada atenta de Eusebio. Allí se reunía mi padre con su cuadrilla, "La Peña Botxera", compuesta por tremendistas bilbainos: Germán Echebarria, Manolo Travieso, Pedro Aburto, Jesús Frade, Jacinto Elkoro, Gabin Seijó, Arenzana, Imaz, etc. Para pertenecer a la peña había que observar dos requisitos: amar al Athletic con pasión y ponerse barba postiza cuando el equipo tenía negativos. Aderezados por éstas y otras notas txirenes, allí permanecieron hasta 1975. En los años 80 se instalaron en el segundo piso de la Alameda Rekalde nº 34, en esa maravilla de edificio, construido en 1899 por el arquitecto D. Luis Aladrén, joya del modernismo vasco.
Por fin, el 31 de diciembre de 1986, el Athletic Club compró la "Casa de la Sota". El palacio "Ibaigane" fue incautado por "delitos de opinión" a la familia propietaria en 1938. Allí estuvo durante el franquismo el "Gobierno Militar de Vizcaya" (¡Jopé! tampoco habremos hecho guardias los zortzis de Garellano en el viejo palomar del patio, hoy desaparecido). Curiosamente esta obra del arquitecto Ibarretxe se empezó a construir en 1898. Me parece que vi hace tiempo, que existe un proyecto de local social en los jardines, promesa de varias directivas anteriores y supongo que de la actual. Porque una sociedad como nuestro Athletic Club es de todos; de los directivos, de los jugadores, de los exjugadores, de los de "los fondos", de los de las Peñas y de los txapelgorris, y creo, (pero no me hagan mucho caso, porque en esto soy un zoquete) que también las sociedades son de los socios. Pero ya les digo que no me hagan caso. Son cosas mías.
(Artículo originariamente publicado en 1998 en el periodico 'Bilbao')
-------------
Información sobre el autor:
K-Toño Frade, hijo
Juan Antonio Frade Villar, "K-Toño Hijo" nace en Indautxu en 1945. Es hijo de Juan Antonio Frade "K-Toño" (Bilbao 1914 - 1992) conocido pintor, cartelista, dibujante y periodista.
Cursa los estudios de Primaria y Bachiller en el Colegio Francés y el Instituto Miguel de Unamuno, y posee el título de Deliniante Proyectista de Arquitectura.
Desde los dieciseis años alterna su trabajo en estudios de arquitectura, donde se especializa en perspectivas de edificios con sus dibujos humorísticos en diversas revistas.
Como cartelista ha ganado varios primeros premios y ha realizado los carteles de varios congresos de Peñas del Athletic Club. Destaca como ilustrador y caricaturista. En el mundo de la publicidad es conocido por el diseño de cátalogos e infinidad de logotipos.
Trabajó como deliniante durante los siete años que duró el Plan General de Ordenación Urbanística de Bilbao. Al finalizar éste, se dedica profesionalmente a la pintura, especializándose en temas costumbristas vascos y marítimos. Como escritor de temas locales y costumbristas bilbainos, colaboró en el periódico "Bilbao" (1993-2007).
Ha sido nombrado "Bilbaino del año" por el Alcalde de la Villa en la "Aste Nagusia 2007".
Son muchas las consultas que los amantes de la historia de nuestro Athletic me hacen con relación al lugar que ocuparon las diferentes sedes que tuvo el Club. Sedes que siempre tuvieron peso específico en el devenir de la vida botxera.
Lo que no tiene duda es que el fútbol en Bilbao se fraguó en la sociedad "Zamacois" en l os últimos alientos del pasado siglo XIX. Esta sociedad estaba dedicada a todos los "sports" que se practicaban en aquella época. El edificio estaba ubicado donde hoy se encuentra el hotel López de Haro,y para su construcción derribaron (¿era necesario?) un coqueto frontón, aprte del viejo edificio que ocupó el diario "Hierro". La primera junta del Athletic, como es sabido, se celebró en el café "García" (Gran Vía esquina con Berastegui) en 1901. En el mismo año se ratificó el acuerdo juntero ya en la primera sede oficial del Club, en los locales de la Calle Nueva, esquina con La Ribera, encima del desaparecio "Café Donostiarra", en los locales que hoy ocupa el Club Cocherito. Hoy una placa así nos lo recuerda colocada por la "Peña Athletic Casco Viejo" por idea de K-Toño (padre) y desvelos de su expresidente D. Pedro Alonso, y que creo recordar que descubrió Telmo Zarra. Pues en este local se dió la anécdota txirene que los socios, para poder sobrevivir, consintieron juegos "poco edificantes", cuestión que motivaba frecuentes visitas de los chineles. Como la cuota no alcanzaba a cubrir gastos, el embargo de los acreedores no se hizo esperar, llevándose todo lo que encontraron, a excepción del primer trofeo conseguido por el Athletic: la copa de la coronación de Alfonso XIII, conseguida en 1902 y que Alejandro Acha habñia guardado en su casa oliéndose la situación. En 1906 pasa el Club a la calle Jardines, parece ser que en permuta con el Club Cocherito. Allí permanecieron hasta 1912, año en que para siempre cruza el Club la Rñia y se instal en el Ensanche, en unos locales cedidos por la sociedad de caza "La Venatoria" de la Gran Vía, en el solar que hoy ocupa el Banco de España. Duró la sede dos años en este lugar y pasó en 1914 a la "Casa de la Petaca" en la calle Hurtado de Amézaga, junto al café "La Alcazaba" regentado por la popular familia Jauregizar. De este local, donde hoy está el "Koky", no se movieron durante veinticinco años, pues terminada la guerra se ubicaron en el mismo edificio, pero en Ayala número dos, para ocupar el piso superior, el famoso "Cuartito".
En 1941 nuestro Club pasó a denominarse Atlético de Bilbao por decreto dictatorial. Con este nombre ocupó la nueva sede de Bertendona en 1950. Mi memoria infantil me traslada a aquel lugar, cuando contemplaba embelesado la prepleta vitrina de trofeos, entre el restallar de las fichas de dominó en las acristaladas mesas del bar, bajo la mirada atenta de Eusebio. Allí se reunía mi padre con su cuadrilla, "La Peña Botxera", compuesta por tremendistas bilbainos: Germán Echebarria, Manolo Travieso, Pedro Aburto, Jesús Frade, Jacinto Elkoro, Gabin Seijó, Arenzana, Imaz, etc. Para pertenecer a la peña había que observar dos requisitos: amar al Athletic con pasión y ponerse barba postiza cuando el equipo tenía negativos. Aderezados por éstas y otras notas txirenes, allí permanecieron hasta 1975. En los años 80 se instalaron en el segundo piso de la Alameda Rekalde nº 34, en esa maravilla de edificio, construido en 1899 por el arquitecto D. Luis Aladrén, joya del modernismo vasco.
Por fin, el 31 de diciembre de 1986, el Athletic Club compró la "Casa de la Sota". El palacio "Ibaigane" fue incautado por "delitos de opinión" a la familia propietaria en 1938. Allí estuvo durante el franquismo el "Gobierno Militar de Vizcaya" (¡Jopé! tampoco habremos hecho guardias los zortzis de Garellano en el viejo palomar del patio, hoy desaparecido). Curiosamente esta obra del arquitecto Ibarretxe se empezó a construir en 1898. Me parece que vi hace tiempo, que existe un proyecto de local social en los jardines, promesa de varias directivas anteriores y supongo que de la actual. Porque una sociedad como nuestro Athletic Club es de todos; de los directivos, de los jugadores, de los exjugadores, de los de "los fondos", de los de las Peñas y de los txapelgorris, y creo, (pero no me hagan mucho caso, porque en esto soy un zoquete) que también las sociedades son de los socios. Pero ya les digo que no me hagan caso. Son cosas mías.
(Artículo originariamente publicado en 1998 en el periodico 'Bilbao')
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Información sobre el autor:
K-Toño Frade, hijo
Juan Antonio Frade Villar, "K-Toño Hijo" nace en Indautxu en 1945. Es hijo de Juan Antonio Frade "K-Toño" (Bilbao 1914 - 1992) conocido pintor, cartelista, dibujante y periodista.
Cursa los estudios de Primaria y Bachiller en el Colegio Francés y el Instituto Miguel de Unamuno, y posee el título de Deliniante Proyectista de Arquitectura.
Desde los dieciseis años alterna su trabajo en estudios de arquitectura, donde se especializa en perspectivas de edificios con sus dibujos humorísticos en diversas revistas.
Como cartelista ha ganado varios primeros premios y ha realizado los carteles de varios congresos de Peñas del Athletic Club. Destaca como ilustrador y caricaturista. En el mundo de la publicidad es conocido por el diseño de cátalogos e infinidad de logotipos.
Trabajó como deliniante durante los siete años que duró el Plan General de Ordenación Urbanística de Bilbao. Al finalizar éste, se dedica profesionalmente a la pintura, especializándose en temas costumbristas vascos y marítimos. Como escritor de temas locales y costumbristas bilbainos, colaboró en el periódico "Bilbao" (1993-2007).
Ha sido nombrado "Bilbaino del año" por el Alcalde de la Villa en la "Aste Nagusia 2007".
Planeta Lezama
Artículo publicado por Juanma Mallo en el diario El Correo el 21/04/13
Clubes de todo el mundo acuden a la factoría bilbaína para estudiar la metodología y el funcionamiento de la cantera del Athletic y exportarlo a sus centros de formación
Lezama es un espejo planetario. Clubes de varios rincones del mundo visitan con frecuencia la factoría para estudiar el funcionamiento de la cantera del Athletic. Para analizar al detalle una metodología de trabajo que se ha convertido en un ejemplo para múltiples equipos. Se trata de una destacada labor pedagógica. Técnicos y responsables de las categorías inferiores de escuadras inglesas, alemanas, francesas, noruegas y estadounidenses, entre otros puntos, han acudido en los últimos tiempos a las instalaciones rojiblancas para absorber y exportar las enseñanzas de los responsables de la fábrica vizcaína. Atraídos por un modelo único, y por la especial y exitosa filosofia de un cuadro que sólo cuenta con un número reducido de productos para nutrirse, preparadores extranjeros recorren hasta 9500 kílometros y se sumergen en la actividad diaria de este centro de entrenamiento.
El proceso arranca con una solicitud enviada, normalmente por correo electrónico, por parte del club interesado en conocer a fondo Lezama, sus estructuras, sus métodos, la relación con los futuros valores del Athletic... A partir de ahí se buscan fechas, se cuadran calendarios, para que los equipos se sumerjan en Bizkaia alrededor de una semana. Durante este tiempo, mantienen reuniones con el 'staff' de la cuna de talentos, en especial con Edorta Murua -segundo del direcor deportivo , José María Amorrortu-, Vicente Gómez -técnico del Basconia y encargado de la parcela de 'especificidad'- y María Ruiz de Oña, psicóloga y responsable del área de desarrollo personal y profesional, 'espian' las prácticas del primer equipo, asisten a las sesiones de las escuadras de la cantera, desde los más pequeños hasta el Bilbao Athletic. E incluso se cuelan en los vestuarios de los jóvenes para observar las charlas ofrecidas por el 'mister' a sus pupilos. El club sólo impone dos condiciones: por un lado, que los enviados redacten un informe con sus conclusiones al regresar a sus cuarteles; y en la mayoría de los casos, que vistan con ropa deportiva mientras siguen los entrenamientos de los 'cachorros'.
Em suma, una tarea ingente, intensa e intensiva, que los dirigentes del Athletic no quieren publicitar. Este periódico ha solicitado en varias ocasiones conocer de primera mano este proyecto, pero todas las peticiones han sido denegadas. Por este motivo, El Correo ha contactado con varios conjuntos y asociaciones que se han pasado por Lezama desde hace algo más de año y medio. Y la conclusión extraída tras mantener estas conversaciones es que la factoría goza de una excelente salud, y que es ejemplo y modelo de desarrollo y diligencia. "He tenido la oportunidad de estar con muchos grandes equipos de Europa, de Sudamérica... Y el Athletic está a su nivel. Estaría muy arriba en el ránking. Tiene todo lo necesario para trabajar en el día a día. Igual las instalaciones no son tan espectaculares como las de Valdebebas, del Real Madrid, pero en lo funcional están muy bien. Y lo primordial es el conocimiento de la gente que trabaja allí", asevera Alfonso Mondelo, director deportivo de la estadounidense Major League Soccer (MLS), un baracaldés que salió de Euskadi en 1971, hace 42 años, en plena adolescencia.
Intensidad y psicología
Esta apreciación coincide con la de los responsables de otras cuatro entidades (se han confirmado una veintena pero ha habido más) que han invertido su tiempo en Lezama. Los visitantes del Friburgo alemán, el Toulouse francés, el Chivas USA, el Ullern IL, uno de los conjuntos noruegos que mejor trabaja el fútbol base, según un responsable de la Federación de ese país, con 800 chavales bajo su manto, y la citada MLS, se quedaron "impactados" por la "intensidad" de las sesiones con los chavales. También se "sorprendieron" por la estrecha relación entre los jóvenes y sus técnicos -"se establece una conversación, un intercambio de opiniones", aporta Sacha van der Most Spijk, un holandes encargado en el Chivas USA del desarrollo de los técnicos de las categorías inferiores y de la red de ojeadores-, y la alta trascendencia de la parcela psicológica en el desarrollo de los futuros integrantes de la primera plantilla. "Nunca lo habíamos visto en otros lugares", acepta Johan Egil Rudi, técnico de la escuadra Sub'14 del Ullern IL y coordinador de la cantera, que mantiene una estrecha relación con el Ajax de Amsterdam, uno de los prototipos de la excelencia en la base.
Junto a su compañero Alexander Bendiksen y un psicólogo, acudió a Bilbao en noviembre de 2011 -"vimos el partido entre el Athletic y el Barcelona"-, hechizado por la historia, por el patrón "único", de los vizcainos. "Nuestra teoría era que para sobrevivir en la Liga tanto tiempo, con gente de la casa, el desarrollo del jugador debía ser de la máxima calidad", expone Egil. Y acertaron, él mismo lo destaca, aunque les chocó el "escaso conocimiento de inglés de los técnicos. Eso sí, el personal nos integró como uno más en el día a día y nos ofreció una muy buena y detallada visión del trabajo del club". También les extrañó "lo tarde que se entrena".
Sin embargo, degustaron las enseñanzas y los sistemas de Lezama: "Nos asombró la intensidad, y que todos los ejercicios estuvieran centrados tanto en la defensa como en el ataque, que se entrenara a la vez", considera Egil Rudi. La responsable de la escuela del Friburgo, Stefanie von Mertens, también destaca este factor, y sobre todo la 'fusión' entre futuros profesionales y preparadores. "Lo que más nos impactó fue la pasión y la intensidad con la que todos trabajan. No hay rutina. Es un verdadero proyecto común. Además, los entrenadores no solo se dedican a sus equipos. También asisten a las sesiones de otros conjuntos. Y la formación es muy completa: desde pequeños aprenden la técnica y la táctica. En el Friburgo, la formación táctica viene más tarde. Y nos ha impresionado cómo el 'mister' integra a sus jugadores y les anima a hacer preguntas sobre los contenidos del entrenamiento", destaca esta formadora, que presenció el partido de Copa en Ipurua contra el Eibar con otros dos enviados germanos, Martin Schweizer y Sebastian Gunkel.
En ese punto se detiene el 'administrador' de la cantera de Chivas USA, sucursal yanqui del Chivas de Guadalajara, un cuadroque sólo alinea a mexicanos. "Me gustó mucho que los jóvenes tengan tanta responsabilidad en su desarrollo. Los jugadores son parte del proceso. No sólo los entrenadores les dicen lo que tienen que hacer, sino que los futbolistas forman parte de las decisiones. Se establece una conversación", destaca Van der Most Spijk. Mondelo, responsable de la MLS, explica por qué sorprende a los estadounidenses este asunto. "Nosotros venimos de una sociedad en la que el entrenador dirige, organiza y lo lleva todo. Pero ver ese compromiso que hay entre técnico y jugador es algo muy positivo para llegar a esas metas que quieren conseguir juntos. Es un compromiso por ambas partes", expone el baracaldés, inmerso en un proyecto de implementar las "fuerzas básicas" -así se denomina a las categorías inferiores en EE UU- de los equipos de la MLS.
Seriedad en el trabajo
Hasta ahora, explica, la profesionalización de los jóvenes no era una prioridad. Esta estrategia ha cambiado. "Hemos obligado a todas las escuadras a que desarrollen su cantera. Pero nos hemos dado cuenta de que no tenemos entrenadores, gente que esté capacitada en el desarrollo de los chavales. Para mejorarlo, hemos llegado a un acuerdo con la Federación francesa. Y dentro de ese pacto, cuatro directores deportivos de cuatro franquicias de la MLS estuvieron en Lezama", explica el vizcaino. Pasaron por la factoría rojiblanca Chivas USA, Seattle Sounders, Chicago Fire y Real Salt Lake. Y los otros grupos acudieron a otros enclaves de "primer nivel mundial", como las fábricas del Sttutgart, del Madrid, del PSG y el Lyon. "Es muy interesante para nosotros la forma de trabajo de Lezama -razona Mondelo-, porque los equipos en EE UU están obligados a contar con chavales de un radio de 120 kilómetros. Es decir un modelo muy parecido al del Athletic. Deben, por tanto, desarrollar el talento local, el talento propio y nadie lo ha hecho mejor que el Athletic, que es capaz de mantenerse en Primera con este talento local. Además, hay que 'copiar' su seriedad en el trabajo, su metodología, no sólo la pedagogía de enseñanza, también la intensidad: en Bilbao no se pierde un minuto de desarrollo, porque es un minuto que no regresa. Eso es muy positivo y todos los que estuvieron allí lo tienen muy presente", se felicita Mondelo, en línea con el resto de visitantes.
Porque, aseguran, una semana en Lezama servirá para asentar el futuro de sus clubes, de equipos de todo el mundo. "He aprendido mucho -conviene Stephane Lasbatx, doce años de experiencia en el Toulouse francés- sobre la metodología de trabajo del Athletic, de la cantera. Y lo que más me gustó es que el jugador esté en el centro del proyecto, con estructuras funcionales. Trabajo, disciplina, las instruciones detalladas... Y los gestores y entrenadores gozan de una alta calificación para la enseñanza". Un espejo en el que se mira el planeta fútbol.
Clubes de todo el mundo acuden a la factoría bilbaína para estudiar la metodología y el funcionamiento de la cantera del Athletic y exportarlo a sus centros de formación
Lezama es un espejo planetario. Clubes de varios rincones del mundo visitan con frecuencia la factoría para estudiar el funcionamiento de la cantera del Athletic. Para analizar al detalle una metodología de trabajo que se ha convertido en un ejemplo para múltiples equipos. Se trata de una destacada labor pedagógica. Técnicos y responsables de las categorías inferiores de escuadras inglesas, alemanas, francesas, noruegas y estadounidenses, entre otros puntos, han acudido en los últimos tiempos a las instalaciones rojiblancas para absorber y exportar las enseñanzas de los responsables de la fábrica vizcaína. Atraídos por un modelo único, y por la especial y exitosa filosofia de un cuadro que sólo cuenta con un número reducido de productos para nutrirse, preparadores extranjeros recorren hasta 9500 kílometros y se sumergen en la actividad diaria de este centro de entrenamiento.
El proceso arranca con una solicitud enviada, normalmente por correo electrónico, por parte del club interesado en conocer a fondo Lezama, sus estructuras, sus métodos, la relación con los futuros valores del Athletic... A partir de ahí se buscan fechas, se cuadran calendarios, para que los equipos se sumerjan en Bizkaia alrededor de una semana. Durante este tiempo, mantienen reuniones con el 'staff' de la cuna de talentos, en especial con Edorta Murua -segundo del direcor deportivo , José María Amorrortu-, Vicente Gómez -técnico del Basconia y encargado de la parcela de 'especificidad'- y María Ruiz de Oña, psicóloga y responsable del área de desarrollo personal y profesional, 'espian' las prácticas del primer equipo, asisten a las sesiones de las escuadras de la cantera, desde los más pequeños hasta el Bilbao Athletic. E incluso se cuelan en los vestuarios de los jóvenes para observar las charlas ofrecidas por el 'mister' a sus pupilos. El club sólo impone dos condiciones: por un lado, que los enviados redacten un informe con sus conclusiones al regresar a sus cuarteles; y en la mayoría de los casos, que vistan con ropa deportiva mientras siguen los entrenamientos de los 'cachorros'.
Em suma, una tarea ingente, intensa e intensiva, que los dirigentes del Athletic no quieren publicitar. Este periódico ha solicitado en varias ocasiones conocer de primera mano este proyecto, pero todas las peticiones han sido denegadas. Por este motivo, El Correo ha contactado con varios conjuntos y asociaciones que se han pasado por Lezama desde hace algo más de año y medio. Y la conclusión extraída tras mantener estas conversaciones es que la factoría goza de una excelente salud, y que es ejemplo y modelo de desarrollo y diligencia. "He tenido la oportunidad de estar con muchos grandes equipos de Europa, de Sudamérica... Y el Athletic está a su nivel. Estaría muy arriba en el ránking. Tiene todo lo necesario para trabajar en el día a día. Igual las instalaciones no son tan espectaculares como las de Valdebebas, del Real Madrid, pero en lo funcional están muy bien. Y lo primordial es el conocimiento de la gente que trabaja allí", asevera Alfonso Mondelo, director deportivo de la estadounidense Major League Soccer (MLS), un baracaldés que salió de Euskadi en 1971, hace 42 años, en plena adolescencia.
Intensidad y psicología
Esta apreciación coincide con la de los responsables de otras cuatro entidades (se han confirmado una veintena pero ha habido más) que han invertido su tiempo en Lezama. Los visitantes del Friburgo alemán, el Toulouse francés, el Chivas USA, el Ullern IL, uno de los conjuntos noruegos que mejor trabaja el fútbol base, según un responsable de la Federación de ese país, con 800 chavales bajo su manto, y la citada MLS, se quedaron "impactados" por la "intensidad" de las sesiones con los chavales. También se "sorprendieron" por la estrecha relación entre los jóvenes y sus técnicos -"se establece una conversación, un intercambio de opiniones", aporta Sacha van der Most Spijk, un holandes encargado en el Chivas USA del desarrollo de los técnicos de las categorías inferiores y de la red de ojeadores-, y la alta trascendencia de la parcela psicológica en el desarrollo de los futuros integrantes de la primera plantilla. "Nunca lo habíamos visto en otros lugares", acepta Johan Egil Rudi, técnico de la escuadra Sub'14 del Ullern IL y coordinador de la cantera, que mantiene una estrecha relación con el Ajax de Amsterdam, uno de los prototipos de la excelencia en la base.
Junto a su compañero Alexander Bendiksen y un psicólogo, acudió a Bilbao en noviembre de 2011 -"vimos el partido entre el Athletic y el Barcelona"-, hechizado por la historia, por el patrón "único", de los vizcainos. "Nuestra teoría era que para sobrevivir en la Liga tanto tiempo, con gente de la casa, el desarrollo del jugador debía ser de la máxima calidad", expone Egil. Y acertaron, él mismo lo destaca, aunque les chocó el "escaso conocimiento de inglés de los técnicos. Eso sí, el personal nos integró como uno más en el día a día y nos ofreció una muy buena y detallada visión del trabajo del club". También les extrañó "lo tarde que se entrena".
Sin embargo, degustaron las enseñanzas y los sistemas de Lezama: "Nos asombró la intensidad, y que todos los ejercicios estuvieran centrados tanto en la defensa como en el ataque, que se entrenara a la vez", considera Egil Rudi. La responsable de la escuela del Friburgo, Stefanie von Mertens, también destaca este factor, y sobre todo la 'fusión' entre futuros profesionales y preparadores. "Lo que más nos impactó fue la pasión y la intensidad con la que todos trabajan. No hay rutina. Es un verdadero proyecto común. Además, los entrenadores no solo se dedican a sus equipos. También asisten a las sesiones de otros conjuntos. Y la formación es muy completa: desde pequeños aprenden la técnica y la táctica. En el Friburgo, la formación táctica viene más tarde. Y nos ha impresionado cómo el 'mister' integra a sus jugadores y les anima a hacer preguntas sobre los contenidos del entrenamiento", destaca esta formadora, que presenció el partido de Copa en Ipurua contra el Eibar con otros dos enviados germanos, Martin Schweizer y Sebastian Gunkel.
En ese punto se detiene el 'administrador' de la cantera de Chivas USA, sucursal yanqui del Chivas de Guadalajara, un cuadroque sólo alinea a mexicanos. "Me gustó mucho que los jóvenes tengan tanta responsabilidad en su desarrollo. Los jugadores son parte del proceso. No sólo los entrenadores les dicen lo que tienen que hacer, sino que los futbolistas forman parte de las decisiones. Se establece una conversación", destaca Van der Most Spijk. Mondelo, responsable de la MLS, explica por qué sorprende a los estadounidenses este asunto. "Nosotros venimos de una sociedad en la que el entrenador dirige, organiza y lo lleva todo. Pero ver ese compromiso que hay entre técnico y jugador es algo muy positivo para llegar a esas metas que quieren conseguir juntos. Es un compromiso por ambas partes", expone el baracaldés, inmerso en un proyecto de implementar las "fuerzas básicas" -así se denomina a las categorías inferiores en EE UU- de los equipos de la MLS.
Seriedad en el trabajo
Hasta ahora, explica, la profesionalización de los jóvenes no era una prioridad. Esta estrategia ha cambiado. "Hemos obligado a todas las escuadras a que desarrollen su cantera. Pero nos hemos dado cuenta de que no tenemos entrenadores, gente que esté capacitada en el desarrollo de los chavales. Para mejorarlo, hemos llegado a un acuerdo con la Federación francesa. Y dentro de ese pacto, cuatro directores deportivos de cuatro franquicias de la MLS estuvieron en Lezama", explica el vizcaino. Pasaron por la factoría rojiblanca Chivas USA, Seattle Sounders, Chicago Fire y Real Salt Lake. Y los otros grupos acudieron a otros enclaves de "primer nivel mundial", como las fábricas del Sttutgart, del Madrid, del PSG y el Lyon. "Es muy interesante para nosotros la forma de trabajo de Lezama -razona Mondelo-, porque los equipos en EE UU están obligados a contar con chavales de un radio de 120 kilómetros. Es decir un modelo muy parecido al del Athletic. Deben, por tanto, desarrollar el talento local, el talento propio y nadie lo ha hecho mejor que el Athletic, que es capaz de mantenerse en Primera con este talento local. Además, hay que 'copiar' su seriedad en el trabajo, su metodología, no sólo la pedagogía de enseñanza, también la intensidad: en Bilbao no se pierde un minuto de desarrollo, porque es un minuto que no regresa. Eso es muy positivo y todos los que estuvieron allí lo tienen muy presente", se felicita Mondelo, en línea con el resto de visitantes.
Porque, aseguran, una semana en Lezama servirá para asentar el futuro de sus clubes, de equipos de todo el mundo. "He aprendido mucho -conviene Stephane Lasbatx, doce años de experiencia en el Toulouse francés- sobre la metodología de trabajo del Athletic, de la cantera. Y lo que más me gustó es que el jugador esté en el centro del proyecto, con estructuras funcionales. Trabajo, disciplina, las instruciones detalladas... Y los gestores y entrenadores gozan de una alta calificación para la enseñanza". Un espejo en el que se mira el planeta fútbol.
viernes, 26 de abril de 2013
Mucho animo para José Iragorri
La última rueda de prensa ofrecida por Carlos Gurpegi en Lezama tuvo un recuerdo muy especial para José Iragorri, jefe de deportes de la emisora Radio Popular-Herri Irratia y narrador de los encuentros del Athletic, que atraviesa por un delicado estado de salud.
El futbolista rojiblanco se detuvo un instante y recordó a quien ha convertido el 'bacalao, bacalao' con el que canta los goles en el grito de los aficionados. «Quiero dar un fuerte abrazo a vuestro compañero de parte de toda la plantilla, que ojalá pase pronto y tenga una pronta recuperación».
El futbolista rojiblanco se detuvo un instante y recordó a quien ha convertido el 'bacalao, bacalao' con el que canta los goles en el grito de los aficionados. «Quiero dar un fuerte abrazo a vuestro compañero de parte de toda la plantilla, que ojalá pase pronto y tenga una pronta recuperación».
El arco de San Mamés
Artículo publicado por el arquitecto Iñaki Uriarte en el diario Deia el 25/04/13
Hace casi un siglo, el 21 de agosto de 1913, se inauguró el campo de football, del Athletic Club de Bilbao, un terreno de juego perimetralmente vallado con una tribuna de madera proyectada por el insigne arquitecto Manuel María Smith. Situado en las afueras de una villa que empezaba a expandirse desde su centro histórico hacia el otro lado de la ría por la anteiglesia de Abando, junto al edificio de la Santa Casa de Misericordia (1871) y el hospital de Basurto (1908).
Posteriormente, en 1924, ya se ampliaron dos laterales y se hizo una primera grada, la de Capuchinos. En 1953, se construyó la tribuna principal con su amplia cubierta soportada por el gran arco, poco después, en 1961, la tribuna norte de Misericordia; y en 1972 la tribuna este, que permanecerá en la última remodelación de 1982 para el Campeonato Mundial de Fútbol ya con una capacidad de 46.000 espectadores. Actualmente, solo alguna institución culta y sensible podría evitar la tragedia cultural e identitaria que supone la destrucción del arco de la tribuna de San Mamés.
En 1950, en plena dictadura, el club entonces Atlético de Bilbao, siendo presidente Enrique Guzmán, convocó acertadamente un concurso de ampliación y reforma de San Mamés. Resultó ganador el equipo formado por los destacados arquitectos: José Antonio Domínguez Salazar, Ricardo Magdalena Gayán, Carlos de Miguel González y el prestigioso ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Carlos Fernández Casado, artífice del cálculo estructural.
Los autores del proyecto (1951) plantearon que la tribuna fuese el elemento fundamental del conjunto, de modo que dominara y definiese la arquitectura del futuro campo evitando lógicamente los pilares de apoyo intermedios. Pretendieron algo funcional, audaz y original: construir la cubierta como una superficie cilíndrica organizada en losas curvas de hormigón armado apoyadas en arcos del mismo tipo y que sería la más grande del mundo en aquella época. Pero la situación económica de la todavía posguerra aportó la sensatez necesaria para reflexionar y volver a la solución inicialmente descartada: una estructura metálica.
La obra se inició el 23 de enero de 1952 e incluso en su transcurso se modificaron algunos aspectos importantes, muestra de la capacidad técnica y compresiva de sus autores y las empresas participantes. Era la primera vez que se empleaba la tipología de arco o bowstring en una estructura deportiva. En su realización, con difíciles condiciones de todo tipo, desde meteorológicas hasta de medios auxiliares, intervinieron empresas vascas: desde el acero suministrado por Altos Hornos de Vizcaya a la S. A. Basconia de Basauri, que hizo la estructura metálica cuya instalación realizó la Sociedad Ibérica de Montajes Metálicos S. L. de Bilbao y la constructora Isidro Castellanos S.A., que acometió el resto de la obra.
El resultado fue excelente, demostrando experiencia y técnicas sobresalientes, especialmente en el caso de los soldadores por la dificultad de su trabajo y en el de una ejecución del hormigón armado muy esmerada por lo que se abujardó en la fachada principal como acabado definitivo. El complejísimo montaje se completó el 13 de marzo de 1953 y la tribuna, con todas sus localidades, se ocupó el 12 de abril, en el partido del entonces Atlético contra el Oviedo (3-3), aunque la inauguración oficial se hizo el 8 de noviembre con un extraño encuentro entre dos selecciones extranjeras: Suecia y España. San Mamés surgió con el don de la belleza.
Dada la proeza tecnológica de esta genial estructura es necesario describirla con la máxima precisión. Esencialmente está constituida por elementos metálicos soldados construidos con almas y platabandas de 8, 10 y 12 mm., además de los perfiles convencionales. Aunque habitualmente se referencia figurativamente como el arco de la tribuna de San Mamés, en realidad se trata de dos enormes arcos atirantados paralelos de 115 metros de longitud, separados 6,60 metros y arriostrados entre sí por cruces de San Andrés de 578 x 180 mm. apoyados en sus extremos, con articulación fija en uno y de libre deslizamiento el otro. El canto de cada uno es constante, 1,74 m. y 0, 50 m. de base, y en su centro alcanzan una altura de 16,28 m. sobre la base de los tirantes horizontales.
Desde ellos se suspende un amplio techo inclinado hacia la fachada del recinto. Este tablero de la cubierta, constituido con perfiles metálicos cada 6 metros en sección de doble T de 28 metros de ancho y canto variable de 350 a 1320 mm., se sustenta en tres apoyos: uno empotrado en los pilares de la fachada y dos en los largos tirantes longitudinales bajo los arcos, siendo el último tramo en voladizo de 7,40 m. Sobre ella, transversalmente están las correas, perfiles doble T de 10 cm. y el revestimiento inicialmente de uralita por el exterior y de tablero en el interior. Los tirantes son sostenidos cada 6 m. por las péndolas, las barras verticales de 40 mm que penden de los arcos. La racionalidad del cálculo se expresa a su vez en su sencillez geométrica.
El arco es la expresión final, formal y consecuentemente figurativa de una colosal estructura metálica minuciosa y austeramente calculada, excelentemente fabricada y brillantemente montada, propia de una ingeniería docta y refinada y paradigma de una cultura del hierro sobria y eficaz, por lo que el resultado era, y es, genuinamente espléndido, arquitectónicamente bello y paisajísticamente sublime.
Esta estructura, junto con el Puente de Bizkaia (1893) y el Muelle De Hierro (1887), son las grandes obras en hierro de Euskal Herria relativas únicamente al ámbito de Bilbao, referenciadas en importantes publicaciones técnicas internacionales. Sus dimensiones y forma le otorgan una elegancia que junto con el ascensor de Mallona, El tigre de Deustu y la grúa Carola constituyen destacados hitos celestiales del horizonte bilbaino.
El arco y Tribuna de San Mamés es un bien de interés cultural por su valor histórico, tecnológico, paisajístico y social que en el vigente Plan General de Bilbao de 1994 estaba catalogado como de Protección Especial Nivel A, el máximo, pero en la reunión de la Comisión de Patrimonio de Bilbao de 12 de mayo de 2006, aprobaron que se rebajara su grado al de Conservación Básica nivel D, lo que facilitaba su demolición.
Solamente intervino en defensa del arco Herria Aurrera, que presentó al acuerdo plenario del 25 de mayo de 2006 la siguiente alegación: "Mantener el actual nivel de protección (A) del Arco de San Mamés y de tener que proceder a su traslado al nuevo campo de fútbol se haga con todas las garantías de conservación de toda su estructura". Los colegios profesionales de arquitectos e ingenieros se mantuvieron en silencio. Los compromisarios de los socios no han dicho apenas nada, únicamente la Peña Deusto ha tenido la sensibilidad, dignidad, acierto y éxito no solo de reivindicar su permanencia sino incluso de organizar una recogida de firmas que ha llegado a unas 20.000.
En 1996, el alcalde Josu Ortuondo admitía la posibilidad de ampliar el campo en su propio emplazamiento y en marzo de dicho año el Athletic, siendo entonces presidente Jose Mª Arrate, por su cuenta y sin consenso municipal alguno -el Plan de Abandoibarra ya estaba desarrollándose- procedió a la presentación consecutiva, los días 7 y 11, con una enorme expectación mediática, de dos anteproyectos de nuevo campo encargados a los arquitectos Santiago Calatrava y Norman Foster en un emplazamiento junto al puente de Deusto. El 25 de febrero de dicho año, el entonces concejal de EA José Manuel Uribarri ya presentó la idea precursora de la actual situación: "Girar el campo 90º trasladando hacia atrás el arco".
En todo este proceso no ha existido debate, ni desde un ámbito urbanístico arquitectónico, ni patrimonial ni económico sobre este propósito, empezando en primer lugar por si era necesario un campo nuevo o se podía ampliar el actual. Se ha esperado al centenario del inicial para una obra nueva que no ha suscitado apenas críticas. Además, al margen del arco, es seguro que el nuevo campo hubiese sido mucho más acertado de haberse manejado otros proyectos, tanto por experiencia de los participantes como por un proyecto de ejecución resultante que recogiese aspectos interesantes y mejorables de los otros concurrentes. La arquitectura ha quedado relegada por su opresivo entorno. Es decir, una obra costosa para contener además de un terreno de juego y gradas todas las imposiciones que los socios de la empresa San Mames Barria exigen y los socios del club no reclaman.
En definitiva, ha sido una gran oportunidad desperdiciada para hacer ciudad habiendo construido en lugar adecuado considerando el dinero derrochado y la relevancia social de lo deportivo, una obra de gran calidad arquitectónica, que es algo más que funcional y espectacular, paisajística y simbólicamente interesante.
La desaparición por destrucción del arco de San Mamés o su emplazamiento compasivo en un sitio sin relación con el nuevo campo ni relevancia paisajística, además de una denuncia por la desidia de los responsables políticos en asuntos de cultura, es la demostración palpable de un pueblo sin autoestima identitaria, una frivolidad social, un rotundo fracaso colectivo, la renuncia a una de sus más destacadas e importantes creaciones, en definitiva una dolorosa derrota cultural.
Hace casi un siglo, el 21 de agosto de 1913, se inauguró el campo de football, del Athletic Club de Bilbao, un terreno de juego perimetralmente vallado con una tribuna de madera proyectada por el insigne arquitecto Manuel María Smith. Situado en las afueras de una villa que empezaba a expandirse desde su centro histórico hacia el otro lado de la ría por la anteiglesia de Abando, junto al edificio de la Santa Casa de Misericordia (1871) y el hospital de Basurto (1908).
Posteriormente, en 1924, ya se ampliaron dos laterales y se hizo una primera grada, la de Capuchinos. En 1953, se construyó la tribuna principal con su amplia cubierta soportada por el gran arco, poco después, en 1961, la tribuna norte de Misericordia; y en 1972 la tribuna este, que permanecerá en la última remodelación de 1982 para el Campeonato Mundial de Fútbol ya con una capacidad de 46.000 espectadores. Actualmente, solo alguna institución culta y sensible podría evitar la tragedia cultural e identitaria que supone la destrucción del arco de la tribuna de San Mamés.
En 1950, en plena dictadura, el club entonces Atlético de Bilbao, siendo presidente Enrique Guzmán, convocó acertadamente un concurso de ampliación y reforma de San Mamés. Resultó ganador el equipo formado por los destacados arquitectos: José Antonio Domínguez Salazar, Ricardo Magdalena Gayán, Carlos de Miguel González y el prestigioso ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Carlos Fernández Casado, artífice del cálculo estructural.
Los autores del proyecto (1951) plantearon que la tribuna fuese el elemento fundamental del conjunto, de modo que dominara y definiese la arquitectura del futuro campo evitando lógicamente los pilares de apoyo intermedios. Pretendieron algo funcional, audaz y original: construir la cubierta como una superficie cilíndrica organizada en losas curvas de hormigón armado apoyadas en arcos del mismo tipo y que sería la más grande del mundo en aquella época. Pero la situación económica de la todavía posguerra aportó la sensatez necesaria para reflexionar y volver a la solución inicialmente descartada: una estructura metálica.
La obra se inició el 23 de enero de 1952 e incluso en su transcurso se modificaron algunos aspectos importantes, muestra de la capacidad técnica y compresiva de sus autores y las empresas participantes. Era la primera vez que se empleaba la tipología de arco o bowstring en una estructura deportiva. En su realización, con difíciles condiciones de todo tipo, desde meteorológicas hasta de medios auxiliares, intervinieron empresas vascas: desde el acero suministrado por Altos Hornos de Vizcaya a la S. A. Basconia de Basauri, que hizo la estructura metálica cuya instalación realizó la Sociedad Ibérica de Montajes Metálicos S. L. de Bilbao y la constructora Isidro Castellanos S.A., que acometió el resto de la obra.
El resultado fue excelente, demostrando experiencia y técnicas sobresalientes, especialmente en el caso de los soldadores por la dificultad de su trabajo y en el de una ejecución del hormigón armado muy esmerada por lo que se abujardó en la fachada principal como acabado definitivo. El complejísimo montaje se completó el 13 de marzo de 1953 y la tribuna, con todas sus localidades, se ocupó el 12 de abril, en el partido del entonces Atlético contra el Oviedo (3-3), aunque la inauguración oficial se hizo el 8 de noviembre con un extraño encuentro entre dos selecciones extranjeras: Suecia y España. San Mamés surgió con el don de la belleza.
Dada la proeza tecnológica de esta genial estructura es necesario describirla con la máxima precisión. Esencialmente está constituida por elementos metálicos soldados construidos con almas y platabandas de 8, 10 y 12 mm., además de los perfiles convencionales. Aunque habitualmente se referencia figurativamente como el arco de la tribuna de San Mamés, en realidad se trata de dos enormes arcos atirantados paralelos de 115 metros de longitud, separados 6,60 metros y arriostrados entre sí por cruces de San Andrés de 578 x 180 mm. apoyados en sus extremos, con articulación fija en uno y de libre deslizamiento el otro. El canto de cada uno es constante, 1,74 m. y 0, 50 m. de base, y en su centro alcanzan una altura de 16,28 m. sobre la base de los tirantes horizontales.
Desde ellos se suspende un amplio techo inclinado hacia la fachada del recinto. Este tablero de la cubierta, constituido con perfiles metálicos cada 6 metros en sección de doble T de 28 metros de ancho y canto variable de 350 a 1320 mm., se sustenta en tres apoyos: uno empotrado en los pilares de la fachada y dos en los largos tirantes longitudinales bajo los arcos, siendo el último tramo en voladizo de 7,40 m. Sobre ella, transversalmente están las correas, perfiles doble T de 10 cm. y el revestimiento inicialmente de uralita por el exterior y de tablero en el interior. Los tirantes son sostenidos cada 6 m. por las péndolas, las barras verticales de 40 mm que penden de los arcos. La racionalidad del cálculo se expresa a su vez en su sencillez geométrica.
El arco es la expresión final, formal y consecuentemente figurativa de una colosal estructura metálica minuciosa y austeramente calculada, excelentemente fabricada y brillantemente montada, propia de una ingeniería docta y refinada y paradigma de una cultura del hierro sobria y eficaz, por lo que el resultado era, y es, genuinamente espléndido, arquitectónicamente bello y paisajísticamente sublime.
Esta estructura, junto con el Puente de Bizkaia (1893) y el Muelle De Hierro (1887), son las grandes obras en hierro de Euskal Herria relativas únicamente al ámbito de Bilbao, referenciadas en importantes publicaciones técnicas internacionales. Sus dimensiones y forma le otorgan una elegancia que junto con el ascensor de Mallona, El tigre de Deustu y la grúa Carola constituyen destacados hitos celestiales del horizonte bilbaino.
El arco y Tribuna de San Mamés es un bien de interés cultural por su valor histórico, tecnológico, paisajístico y social que en el vigente Plan General de Bilbao de 1994 estaba catalogado como de Protección Especial Nivel A, el máximo, pero en la reunión de la Comisión de Patrimonio de Bilbao de 12 de mayo de 2006, aprobaron que se rebajara su grado al de Conservación Básica nivel D, lo que facilitaba su demolición.
Solamente intervino en defensa del arco Herria Aurrera, que presentó al acuerdo plenario del 25 de mayo de 2006 la siguiente alegación: "Mantener el actual nivel de protección (A) del Arco de San Mamés y de tener que proceder a su traslado al nuevo campo de fútbol se haga con todas las garantías de conservación de toda su estructura". Los colegios profesionales de arquitectos e ingenieros se mantuvieron en silencio. Los compromisarios de los socios no han dicho apenas nada, únicamente la Peña Deusto ha tenido la sensibilidad, dignidad, acierto y éxito no solo de reivindicar su permanencia sino incluso de organizar una recogida de firmas que ha llegado a unas 20.000.
En 1996, el alcalde Josu Ortuondo admitía la posibilidad de ampliar el campo en su propio emplazamiento y en marzo de dicho año el Athletic, siendo entonces presidente Jose Mª Arrate, por su cuenta y sin consenso municipal alguno -el Plan de Abandoibarra ya estaba desarrollándose- procedió a la presentación consecutiva, los días 7 y 11, con una enorme expectación mediática, de dos anteproyectos de nuevo campo encargados a los arquitectos Santiago Calatrava y Norman Foster en un emplazamiento junto al puente de Deusto. El 25 de febrero de dicho año, el entonces concejal de EA José Manuel Uribarri ya presentó la idea precursora de la actual situación: "Girar el campo 90º trasladando hacia atrás el arco".
En todo este proceso no ha existido debate, ni desde un ámbito urbanístico arquitectónico, ni patrimonial ni económico sobre este propósito, empezando en primer lugar por si era necesario un campo nuevo o se podía ampliar el actual. Se ha esperado al centenario del inicial para una obra nueva que no ha suscitado apenas críticas. Además, al margen del arco, es seguro que el nuevo campo hubiese sido mucho más acertado de haberse manejado otros proyectos, tanto por experiencia de los participantes como por un proyecto de ejecución resultante que recogiese aspectos interesantes y mejorables de los otros concurrentes. La arquitectura ha quedado relegada por su opresivo entorno. Es decir, una obra costosa para contener además de un terreno de juego y gradas todas las imposiciones que los socios de la empresa San Mames Barria exigen y los socios del club no reclaman.
En definitiva, ha sido una gran oportunidad desperdiciada para hacer ciudad habiendo construido en lugar adecuado considerando el dinero derrochado y la relevancia social de lo deportivo, una obra de gran calidad arquitectónica, que es algo más que funcional y espectacular, paisajística y simbólicamente interesante.
La desaparición por destrucción del arco de San Mamés o su emplazamiento compasivo en un sitio sin relación con el nuevo campo ni relevancia paisajística, además de una denuncia por la desidia de los responsables políticos en asuntos de cultura, es la demostración palpable de un pueblo sin autoestima identitaria, una frivolidad social, un rotundo fracaso colectivo, la renuncia a una de sus más destacadas e importantes creaciones, en definitiva una dolorosa derrota cultural.
jueves, 25 de abril de 2013
Un traspaso para la historia
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 24/04/13
La venta de Jesús Garay al Barça por 5,5 millones de pesetas sirvió para construir la Tribuna Norte
Existen ventas cuyas consecuencias van más allá de los vaivenes propios de un mundo tan complejo como el fútbol. Cambios de aires que suponen un antes y un después, un nuevo marco en el que afrontar el futuro y que llevan a la memoria, irremediablemente, traspasos como el que en 1960 tuvo como trío de protagonistas al Athletic, al fallecido Jesús Garay (Bilbao, 1930-1995) y al Barcelona.
Tres partes de un pasaje que perdurará de por vida en la memoria de los aficionados rojiblancos más veteranos y de un San Mamés que pasará a formar parte de la historia para convertirse en leyenda al cierre de la presente temporada. Porque aquel primer año de la década de los 60 resultó tan traumático como inesperado para la parroquia bilbaina, al ver cómo el Athletic perdía a uno de sus principales baluartes, abrumado por la rutilante maquinaria económica del Barcelona. Garay, considerado por muchos el mejor central de la historia del Athletic, fue traspasado al club catalán por la entonces astronómica cantidad de 5,5 millones de pesetas, toda una fortuna en aquella época, a pesar de que hoy en día, traducido en euros (33.000), suenen a mera calderilla.
Una fortuna acorde a la categoría futbolística de uno de los once aldeanos que lograron derrocar al todopoderoso Real Madrid de Di Stéfano en la final de Copa de 1958 en el mismísimo Santiago Bernabéu, que sirvió para que el club de Ibaigane pasase a construir, bajo el mandato de Javier Prado, la Tribuna Norte, también conocida como la Tribuna Garay o de Misericordia, tan solo un año después de materializarse el traspaso, en 1961. Fue así como nació y de donde emergieron los fondos necesarios para construir una parte de La Catedral -con el consiguiente aumento en el número de socios-, que desde entonces camina ligada al apellido de un defensa cuyo impacto como león jamás se verá borrado.
Y es que además de dar forma y nombre a una tribuna a través de su sonada venta, Garay logró dejar una imborrable huella en la afición rojiblanca, que se quedó huérfana de un central de semejante calibre. Un inexpugnable defensa provisto de una asombrosa calidad técnica que se había convertido en una de las piezas clave del Athletic campeón de la década de los 50. No en vano, una vez convertido en león en 1948 y antes de abandonar la entidad bilbaina para irse al Barcelona doce años después de su debut como rojiblanco, a Garay le dio tiempo para dejar huella con soberbias actuaciones en los 292 partidos que defendió la camiseta del Athletic a lo largo de diez largas temporadas. Casi 300 compromisos oficiales como rojiblanco a los que hay que sumar los 28 que disputó con la selección estatal y que hicieron de su figura un deseado y cotizado objetivo.
Las claves del traspaso
Su venta al Barcelona, que provocó una gran tormenta en Bilbao debido al adiós de un ídolo -el rojiblanco Gonzalo Beitia también fichó por el Barça- y a una posterior temporada en blanco, en la que el Athletic llegó a ocupar el puesto de farolillo rojo mientras Garay trataba de acoplarse al entorno barcelonista -a pesar de que los inicios en Barcelona no fueron fáciles, acabó conquistando también a la hinchada culé-, tuvo lugar sin producirse el característico tira y afloja en las negociaciones.
Garay pidió al Athletic un contrato de cinco años y 400.000 pesetas de ficha por temporada, a lo que el club respondió con una contraoferta de tres años por ese mismo dinero. El Barça decidió apostar fuerte y le ofreció también tres años de contrato, pero una ficha que ascendía a las 700.000 pesetas anuales, a lo que el jugador acabó accediendo. "La vida del futbolista es corta y se me presenta una gran oportunidad", afirmaría el propio Garay, protagonista de un traspaso para la historia.
La venta de Jesús Garay al Barça por 5,5 millones de pesetas sirvió para construir la Tribuna Norte
Existen ventas cuyas consecuencias van más allá de los vaivenes propios de un mundo tan complejo como el fútbol. Cambios de aires que suponen un antes y un después, un nuevo marco en el que afrontar el futuro y que llevan a la memoria, irremediablemente, traspasos como el que en 1960 tuvo como trío de protagonistas al Athletic, al fallecido Jesús Garay (Bilbao, 1930-1995) y al Barcelona.
Tres partes de un pasaje que perdurará de por vida en la memoria de los aficionados rojiblancos más veteranos y de un San Mamés que pasará a formar parte de la historia para convertirse en leyenda al cierre de la presente temporada. Porque aquel primer año de la década de los 60 resultó tan traumático como inesperado para la parroquia bilbaina, al ver cómo el Athletic perdía a uno de sus principales baluartes, abrumado por la rutilante maquinaria económica del Barcelona. Garay, considerado por muchos el mejor central de la historia del Athletic, fue traspasado al club catalán por la entonces astronómica cantidad de 5,5 millones de pesetas, toda una fortuna en aquella época, a pesar de que hoy en día, traducido en euros (33.000), suenen a mera calderilla.
Una fortuna acorde a la categoría futbolística de uno de los once aldeanos que lograron derrocar al todopoderoso Real Madrid de Di Stéfano en la final de Copa de 1958 en el mismísimo Santiago Bernabéu, que sirvió para que el club de Ibaigane pasase a construir, bajo el mandato de Javier Prado, la Tribuna Norte, también conocida como la Tribuna Garay o de Misericordia, tan solo un año después de materializarse el traspaso, en 1961. Fue así como nació y de donde emergieron los fondos necesarios para construir una parte de La Catedral -con el consiguiente aumento en el número de socios-, que desde entonces camina ligada al apellido de un defensa cuyo impacto como león jamás se verá borrado.
Y es que además de dar forma y nombre a una tribuna a través de su sonada venta, Garay logró dejar una imborrable huella en la afición rojiblanca, que se quedó huérfana de un central de semejante calibre. Un inexpugnable defensa provisto de una asombrosa calidad técnica que se había convertido en una de las piezas clave del Athletic campeón de la década de los 50. No en vano, una vez convertido en león en 1948 y antes de abandonar la entidad bilbaina para irse al Barcelona doce años después de su debut como rojiblanco, a Garay le dio tiempo para dejar huella con soberbias actuaciones en los 292 partidos que defendió la camiseta del Athletic a lo largo de diez largas temporadas. Casi 300 compromisos oficiales como rojiblanco a los que hay que sumar los 28 que disputó con la selección estatal y que hicieron de su figura un deseado y cotizado objetivo.
Las claves del traspaso
Su venta al Barcelona, que provocó una gran tormenta en Bilbao debido al adiós de un ídolo -el rojiblanco Gonzalo Beitia también fichó por el Barça- y a una posterior temporada en blanco, en la que el Athletic llegó a ocupar el puesto de farolillo rojo mientras Garay trataba de acoplarse al entorno barcelonista -a pesar de que los inicios en Barcelona no fueron fáciles, acabó conquistando también a la hinchada culé-, tuvo lugar sin producirse el característico tira y afloja en las negociaciones.
Garay pidió al Athletic un contrato de cinco años y 400.000 pesetas de ficha por temporada, a lo que el club respondió con una contraoferta de tres años por ese mismo dinero. El Barça decidió apostar fuerte y le ofreció también tres años de contrato, pero una ficha que ascendía a las 700.000 pesetas anuales, a lo que el jugador acabó accediendo. "La vida del futbolista es corta y se me presenta una gran oportunidad", afirmaría el propio Garay, protagonista de un traspaso para la historia.
lunes, 22 de abril de 2013
sábado, 20 de abril de 2013
El Athletic de Guinea Bissau ya tiene sus camisetas
Artículo publicado por Javier Ortiz de Lazcano en el diario El Correo el 20/04/13
La peña AC Beti Zurekin entrega 25 prendas al equipo de Jamada Porto después de que el club se las negara
Sahna Crina (46 años, domiciliado desde hace 25 años en Euskadi, los últimos 15 en Algorta) está emocionado. «La peña del Athletic de Gamiz-Fika ha recibido muchísimas comunicaciones de gente que deseaba que nos trasladaran su apoyo», explica entusiasmado tras recoger en la tarde de ayer en el bar Ametsa, situado en la bilbaína calle Henao, las 25 camisetas y dos banderas que la peña Beti Zurekin le ha entregado para su club, el único que lleva el nombre de la entidad rojiblanca en África, el Athletic Club de Jamara Porto, en Guinea Bissau.
Crina se puso seis meses atrás en contacto con la Fundación Athletic. En 1998 y 2006, el club le había facilitado equipaciones para su escuadra, que juega en la que sería la tercera división del país africano. Pero esta vez le han dicho que no. «Los tiempos están muy difíciles», relata que le explicaron.
La situación fue revelada por este periódico el jueves y desde entonces muchas las personas han estudiado la manera de echarles una mano. Gonzalo Jiménez, de la peña AC Beti Zurekin (un año de antigüedad y en torno a 50 afiliados), dio un paso al frente. Se puso en contacto con Ricardo Alonso, de la agrupación de Gamiz-Fika, y llegó a Crina a través de él. Junto al vicepresidente, Alberto Prado, y otros cuatro miembros de su agrupación le hicieron entrega ayer de las 25 equipaciones, que ellos venden a diez euros para financiar los gastos de la asociación.
No es la camiseta del Athletic. Es roja, con un león que sujeta un balón con un pie y debajo el nombre de la peña AC Beti Zurekin. «Son de algodón», se excusó Jiménez. A Crina, con la sensibilidad a flor de piel, le parece un presente maravilloso. «A nosotros todo nos viene bien. Son fantásticas» respondió.
Viaje a África
Su resumen de la situación es gratificante. «Este episodio me ha demostrado que la gente del Athletic es fantástica. He comunicado a la gente de mi país que ya nos ha dado las camisetas y están muy contentos», zanja Crina. El episodio ha servido para colocar sobre la mesa un proyecto. La peña de Gamiz-Fika y Crina se han propuesto organizar un viaje de aficionados del Athletic al país. «Para ellos ver un partido en pleno África con banderas rojiblancas e ikurriñas celebrando goles será muy emocionante», avanza.
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(Artículo publicado en El Correo el 26/04/13)
Esta semana, en el bar Alberto de Basauri, el presidente de la peña Bidebieta, Tomás Briones; su tesorero, Joseba Tellería, y otros peñistas entregaron a Crina un lote de 36 camisetas para niños y mayores "en reconocimiento a su amor por el Athletic en una tierra tan distante de nuestro querido Bilbao".
La peña AC Beti Zurekin entrega 25 prendas al equipo de Jamada Porto después de que el club se las negara
Sahna Crina (46 años, domiciliado desde hace 25 años en Euskadi, los últimos 15 en Algorta) está emocionado. «La peña del Athletic de Gamiz-Fika ha recibido muchísimas comunicaciones de gente que deseaba que nos trasladaran su apoyo», explica entusiasmado tras recoger en la tarde de ayer en el bar Ametsa, situado en la bilbaína calle Henao, las 25 camisetas y dos banderas que la peña Beti Zurekin le ha entregado para su club, el único que lleva el nombre de la entidad rojiblanca en África, el Athletic Club de Jamara Porto, en Guinea Bissau.
Crina se puso seis meses atrás en contacto con la Fundación Athletic. En 1998 y 2006, el club le había facilitado equipaciones para su escuadra, que juega en la que sería la tercera división del país africano. Pero esta vez le han dicho que no. «Los tiempos están muy difíciles», relata que le explicaron.
La situación fue revelada por este periódico el jueves y desde entonces muchas las personas han estudiado la manera de echarles una mano. Gonzalo Jiménez, de la peña AC Beti Zurekin (un año de antigüedad y en torno a 50 afiliados), dio un paso al frente. Se puso en contacto con Ricardo Alonso, de la agrupación de Gamiz-Fika, y llegó a Crina a través de él. Junto al vicepresidente, Alberto Prado, y otros cuatro miembros de su agrupación le hicieron entrega ayer de las 25 equipaciones, que ellos venden a diez euros para financiar los gastos de la asociación.
No es la camiseta del Athletic. Es roja, con un león que sujeta un balón con un pie y debajo el nombre de la peña AC Beti Zurekin. «Son de algodón», se excusó Jiménez. A Crina, con la sensibilidad a flor de piel, le parece un presente maravilloso. «A nosotros todo nos viene bien. Son fantásticas» respondió.
Viaje a África
Su resumen de la situación es gratificante. «Este episodio me ha demostrado que la gente del Athletic es fantástica. He comunicado a la gente de mi país que ya nos ha dado las camisetas y están muy contentos», zanja Crina. El episodio ha servido para colocar sobre la mesa un proyecto. La peña de Gamiz-Fika y Crina se han propuesto organizar un viaje de aficionados del Athletic al país. «Para ellos ver un partido en pleno África con banderas rojiblancas e ikurriñas celebrando goles será muy emocionante», avanza.
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(Artículo publicado en El Correo el 26/04/13)
Esta semana, en el bar Alberto de Basauri, el presidente de la peña Bidebieta, Tomás Briones; su tesorero, Joseba Tellería, y otros peñistas entregaron a Crina un lote de 36 camisetas para niños y mayores "en reconocimiento a su amor por el Athletic en una tierra tan distante de nuestro querido Bilbao".
viernes, 19 de abril de 2013
El saharaui preso ya tiene la camiseta
Artículo publicado en elcorreo.com el 19/04/13
Un observador internacional, Juan Soroeta, pidió la prenda al Athletic. Ante el silencio del club, Iker Balerdi, concejal del PNV en Berango y socio, se encargó del asunto
El activista saharui Abdeljalil Larusi, quien cumple cadena perpetua en Rabat, ya tiene en su celda la camiseta del Athletic firmada por los jugadores.
Un observador internacional, Juan Soroeta, pidió la prenda al Athletic. Ante el silencio del club, Iker Balerdi, concejal del PNV en Berango y socio, se encargó del asunto.
La compró, se la llevó a los futbolistas para que la firmaran y se la entregó a Soroeta. Éste se la hizo llegar a la madre de Larusi, que se la llevó a su hijo a la prisión.
<< Ver su historia >>
Un observador internacional, Juan Soroeta, pidió la prenda al Athletic. Ante el silencio del club, Iker Balerdi, concejal del PNV en Berango y socio, se encargó del asunto
El activista saharui Abdeljalil Larusi, quien cumple cadena perpetua en Rabat, ya tiene en su celda la camiseta del Athletic firmada por los jugadores.
Un observador internacional, Juan Soroeta, pidió la prenda al Athletic. Ante el silencio del club, Iker Balerdi, concejal del PNV en Berango y socio, se encargó del asunto.
La compró, se la llevó a los futbolistas para que la firmaran y se la entregó a Soroeta. Éste se la hizo llegar a la madre de Larusi, que se la llevó a su hijo a la prisión.
<< Ver su historia >>
Los 25.000 'arqueros' de San Mamés
Artículo publicado por Macu Briones en marca.com el 19/04/13
Los arquitectos de Vizcaya respaldan la exitosa recogida de firmas que está llevando a cabo la Peña Deusto
"El arco de San Mamés es un símbolo centenario de la gloriosa Catedral y es expresión de pregnancia del Bilbao elegante y osado. Su pérdida deja una ciudad amputada, un rostro defectuoso y una historia urbana cuya realidad quedará mal contada para las generaciones futuras". Así concluye el comunicado que los arquitectos de Vizcaya hicieron público con intención de sumarse a la campaña popular que intenta evitar la destrucción del arco emblemático cuando el actual campo del Athletic sea demolido.
Ante la celebración del Día Mundial del Patrimonio, los miembros de la Comisión de Patrimonio de los Arquitectos de Bizkaia, COAVN, hicieron un alegato del carácter exclusivo de La Catedral: "Ante la inminente demolición de San Mamés, habría que justificar como ejercicio ético de futuro, el por qué en su renovación se ha perdido la esencia del lugar: aquella que le distinguía de otros estadios, es decir su bellísimo y emblemático arco", señalan.
Desde COAVN se recuerda que la construcción del nuevo San Mamés no implicaba la demolición o incierto traslado del arco. "Ello supone su descontextualización, una reconversión en atracción de feria o un simple ornamento tras la mutilación cometida a este elemento del patrimonio monumental de Bilbao. Se habrá malversado el patrimonio arquitectónico si 60 años después, y con muchos mas medios ingenieriles, no se ha preservado el arco como símbolo de una evolución, despojado ya de toda función estructural, pero con el sensible respeto a la tradición, a la sobria eficacia de sus líneas, a la silueta distintiva de Bilbao".
El comunicado de los arquitectos vizcaínos supone un nuevo empuje a la ardua tarea que desde la Peña Deusto del Athletic se lleva realizando desde hace varios años para preservar el arco de San Mamés. Desde 2007, esta agrupación de peñistas recoge firmas para defender que este emblema de la ciudad de Bilbao no acabe como chatarra tras la demolición del campo. Hasta el momento, han recogido "cerca de 25.000 firmas", según explicó a MARCA el presidente de la Peña Deusto, Joseba García, tras la última recogida llevada a cabo en el hermanamiento de peñas de Gamiz-Fika este pasado fin de semana.
Silencio del Athletic
Para Joseba García, el comunicado de los arquitectos vizcaínos supone un respaldo importante, pero también considera que llega tarde. "Tras ocho años luchando con este tema nadie nos ha apoyado. Seguiremos insistiendo, pero nos tememos que no servirá de nada y el arco acabará destruido", lamentó.
En este sentido, lo que más entristece al máximo representante de la Peña Deusto, que está preparando un emotivo vídeo sobre el arco y su significado, es el silencio que están obteniendo por respuesta: "El Athletic y los demás estamentos involucrados no han tenido nunca voluntad de sentarse a hablar para tratar el destino del arco. Están dejando pasar el tiempo", añadió.
Los arquitectos de Vizcaya respaldan la exitosa recogida de firmas que está llevando a cabo la Peña Deusto
"El arco de San Mamés es un símbolo centenario de la gloriosa Catedral y es expresión de pregnancia del Bilbao elegante y osado. Su pérdida deja una ciudad amputada, un rostro defectuoso y una historia urbana cuya realidad quedará mal contada para las generaciones futuras". Así concluye el comunicado que los arquitectos de Vizcaya hicieron público con intención de sumarse a la campaña popular que intenta evitar la destrucción del arco emblemático cuando el actual campo del Athletic sea demolido.
Ante la celebración del Día Mundial del Patrimonio, los miembros de la Comisión de Patrimonio de los Arquitectos de Bizkaia, COAVN, hicieron un alegato del carácter exclusivo de La Catedral: "Ante la inminente demolición de San Mamés, habría que justificar como ejercicio ético de futuro, el por qué en su renovación se ha perdido la esencia del lugar: aquella que le distinguía de otros estadios, es decir su bellísimo y emblemático arco", señalan.
Desde COAVN se recuerda que la construcción del nuevo San Mamés no implicaba la demolición o incierto traslado del arco. "Ello supone su descontextualización, una reconversión en atracción de feria o un simple ornamento tras la mutilación cometida a este elemento del patrimonio monumental de Bilbao. Se habrá malversado el patrimonio arquitectónico si 60 años después, y con muchos mas medios ingenieriles, no se ha preservado el arco como símbolo de una evolución, despojado ya de toda función estructural, pero con el sensible respeto a la tradición, a la sobria eficacia de sus líneas, a la silueta distintiva de Bilbao".
El comunicado de los arquitectos vizcaínos supone un nuevo empuje a la ardua tarea que desde la Peña Deusto del Athletic se lleva realizando desde hace varios años para preservar el arco de San Mamés. Desde 2007, esta agrupación de peñistas recoge firmas para defender que este emblema de la ciudad de Bilbao no acabe como chatarra tras la demolición del campo. Hasta el momento, han recogido "cerca de 25.000 firmas", según explicó a MARCA el presidente de la Peña Deusto, Joseba García, tras la última recogida llevada a cabo en el hermanamiento de peñas de Gamiz-Fika este pasado fin de semana.
Silencio del Athletic
Para Joseba García, el comunicado de los arquitectos vizcaínos supone un respaldo importante, pero también considera que llega tarde. "Tras ocho años luchando con este tema nadie nos ha apoyado. Seguiremos insistiendo, pero nos tememos que no servirá de nada y el arco acabará destruido", lamentó.
En este sentido, lo que más entristece al máximo representante de la Peña Deusto, que está preparando un emotivo vídeo sobre el arco y su significado, es el silencio que están obteniendo por respuesta: "El Athletic y los demás estamentos involucrados no han tenido nunca voluntad de sentarse a hablar para tratar el destino del arco. Están dejando pasar el tiempo", añadió.
jueves, 18 de abril de 2013
El Athletic de Guinea Bissau necesita camisetas
Artículo publicado por Javier Ortiz de Lazcano en el diario El Correo el 18/04/13
«Pedimos la colaboración de los hinchas, porque el club se niega a dárnoslas», indica su presidente
Sanha Crina (46 años, 10 de ellos afincado en Bilbao y los últimos 15 en Algorta) es un carpintero y encofrador que preside desde su fundación en 1998 el Athletic Club de Jamada Porto, ciudad de 14.000 habitantes de Guinea Bissau. Junto a otros cuatro miembros de la colonia de su país en Euskadi, formada por alrededor de 400 personas, acudieron hucha en mano el pasado domingo al hermanamiento de peñas de Gamiz-Fika.
Recaudaban dinero para comprar el trofeo que entregarán al campeón del distrito de Quinara, del que forma parte este equipo que juega en la tercera división de su país. Pero lo que más urge a Crina son las camisetas. En 1998 el exjugador Daniel Ruiz-Bazán les entregó equipaciones rojiblancas en nombre del club. En 2006 recibieron un segundo lote. «Están destrozadas, cosidas y recosidas», explica el presidente del único club que lleva el nombre del Athletic en África.
Se dirigió a Ibaigane hace seis meses. «Hablé con una persona de la fundación. Me prometió que me las daba, pero tres meses después me dijo que no, que las cosas estaban muy difíciles. Les dijimos que no nos importaba que fueran usadas, pero no ha podido ser», relata Crina.
Un duro golpe. «Allí no hay dinero. De hecho, hay ocasiones en las que los futbolistas tienen que ir andando 25 kilómetros para llegar al campo en el que se disputa el partido».
Crina está apenado. «Allí nadie cobra. En nuestro equipo juegan por el orgullo de hacerlo con la camiseta del Athletic. Saltar con esas camisetas es un lujo en un equipo que no tiene posibilidad de llevar botas y en el que su único calzado en una suela sujeta a los pies. Nuestra afición siente mucho a ese equipo. En cada partido se reúnen entre 500 y 1.000 personas y muchos de ellos llevan banderas rojiblancas, ikurriñas y enseñas de Guinea Bissau».
Colaboración de Gamiz-Fika
La Peña de Gamiz-Fika colabora con los guineanos. «Les queremos echar una mano», indicó ayer su presidente, Ricardo Alonso. Con la cuestación en el hermanamiento de peñas y en las taquillas recaudaron en torno a 400 euros. «Ya tenemos para el trofeo (de casi setenta centímetros de altura). Ahora sólo nos queda resolver el asunto de las camisetas».
Si alguien quiere colaborar con el equipo africano debe ponerse en contacto con la peña de Gamiz-Fika. En sus conversaciones con Crima han planteado incluso la posibilidad de organizar un próximo viaje de peñistas a Guinea Bissau para conocer al Athletic de aquel país. «Llevarles las camisetas sería algo muy bonito», se esperanza Alonso.
«Pedimos la colaboración de los hinchas, porque el club se niega a dárnoslas», indica su presidente
Sanha Crina (46 años, 10 de ellos afincado en Bilbao y los últimos 15 en Algorta) es un carpintero y encofrador que preside desde su fundación en 1998 el Athletic Club de Jamada Porto, ciudad de 14.000 habitantes de Guinea Bissau. Junto a otros cuatro miembros de la colonia de su país en Euskadi, formada por alrededor de 400 personas, acudieron hucha en mano el pasado domingo al hermanamiento de peñas de Gamiz-Fika.
Recaudaban dinero para comprar el trofeo que entregarán al campeón del distrito de Quinara, del que forma parte este equipo que juega en la tercera división de su país. Pero lo que más urge a Crina son las camisetas. En 1998 el exjugador Daniel Ruiz-Bazán les entregó equipaciones rojiblancas en nombre del club. En 2006 recibieron un segundo lote. «Están destrozadas, cosidas y recosidas», explica el presidente del único club que lleva el nombre del Athletic en África.
Se dirigió a Ibaigane hace seis meses. «Hablé con una persona de la fundación. Me prometió que me las daba, pero tres meses después me dijo que no, que las cosas estaban muy difíciles. Les dijimos que no nos importaba que fueran usadas, pero no ha podido ser», relata Crina.
Un duro golpe. «Allí no hay dinero. De hecho, hay ocasiones en las que los futbolistas tienen que ir andando 25 kilómetros para llegar al campo en el que se disputa el partido».
Crina está apenado. «Allí nadie cobra. En nuestro equipo juegan por el orgullo de hacerlo con la camiseta del Athletic. Saltar con esas camisetas es un lujo en un equipo que no tiene posibilidad de llevar botas y en el que su único calzado en una suela sujeta a los pies. Nuestra afición siente mucho a ese equipo. En cada partido se reúnen entre 500 y 1.000 personas y muchos de ellos llevan banderas rojiblancas, ikurriñas y enseñas de Guinea Bissau».
Colaboración de Gamiz-Fika
La Peña de Gamiz-Fika colabora con los guineanos. «Les queremos echar una mano», indicó ayer su presidente, Ricardo Alonso. Con la cuestación en el hermanamiento de peñas y en las taquillas recaudaron en torno a 400 euros. «Ya tenemos para el trofeo (de casi setenta centímetros de altura). Ahora sólo nos queda resolver el asunto de las camisetas».
Si alguien quiere colaborar con el equipo africano debe ponerse en contacto con la peña de Gamiz-Fika. En sus conversaciones con Crima han planteado incluso la posibilidad de organizar un próximo viaje de peñistas a Guinea Bissau para conocer al Athletic de aquel país. «Llevarles las camisetas sería algo muy bonito», se esperanza Alonso.
martes, 16 de abril de 2013
Once inicial con historia
Video perteneciente a la sección 'Once inicial con historia' del programa de Canal + 'El Día Después'
Mítico Athletic de la temporada 1983/84 que logró el doblete (Liga y Copa), ¿se acuerdan los seguidores de su once inicial?
Mostramos a los aficionados del Athletic la foto de una alineación de su equipo en la temporada 72-73. ¿A cuántos jugadores reconocerán?
Mítico Athletic de la temporada 1983/84 que logró el doblete (Liga y Copa), ¿se acuerdan los seguidores de su once inicial?
Mostramos a los aficionados del Athletic la foto de una alineación de su equipo en la temporada 72-73. ¿A cuántos jugadores reconocerán?
Se busca reportero, con Quique González
Video perteneciente a la sección 'Se busca reportero' del programa de Canal + 'El Día Después'
lunes, 15 de abril de 2013
Dani y Carlos: héroes del gol en San Mamés
Artículo publicado por Alfredo Varona en mediapunta.es el 05/04/13
Cien años de historia están a punto de agotarse en San Mamés. Cien años de los que han formado parte dos futbolistas como Dani y Carlos que hicieron del gol un amuleto. Un espléndido recuerdo que nunca pasará de moda. “Antes, jugábamos siempre con tres delanteros y ganábamos casi siempre en casa”
Se aproxima el final de San Mamés, de una vida y de una filosofía de vida en la que Dani siempre se sintió como pez en el agua. Jugaba con el número 7, “que era como mi amuleto” y que protegía a un futbolista intuitivo como casi ninguno en el área. Tenía esa habilidad para triunfar por arriba y por abajo con apenas 170 centímetros. En primera línea figuran sus estadísticas, 199 goles en 402 partidos con el Athletic en 12 temporadas en las que el fútbol no era como ahora. “Antes, jugábamos siempre con tres delanteros y era raro que en San Mamés no tuviésemos 20 ó 25 ocasiones de gol”. De ahí que un delantero centro como Carlos se sintiese en su hábitat. Fue el pichichi de la Liga en la temporada 1974-75 en la que el Athletic apelaba a la épica, al barro y a los balones por los aires. “Todo eso, que formaba parte de nuestro destino, ahora parece que está mal, porque el Barcelona juega de otra manera. Sin embargo, yo me pregunto: ¿qué daño hizo ese estilo al fútbol? Creo que todos son estilos válidos y que no hay que menospreciar a ninguno. En mi época, yo también recuerdo que había equipos que se cerraban en San Mamés y te ganaban 0-1 y, sin embargo, éramos nosotros los que teníamos casi todo el tiempo la pelota. ¿Acaso lo hacíamos feo? No, sólo era nuestra forma de jugar”.
Carlos ya no sabe si Bielsa hubiese cuajado en aquel Athletic. “Desde luego, nuestra forma de jugar era otra”. Por eso Dani no plantea lo imposible. “Ha cambiado tanto el fútbol que es innecesario buscar comparación. Son dos épocas. Son dos mundos. Yo estaba acostumbrado a que Urtubi o De Andrés me tirasen el balón a media altura para que lo protegiese cerca del área, donde trabajaba mi intuición. Ahora, el que veo que más se aproxima a eso es Llorente por su manera de proteger el balón o de bajarlo con el pecho. El resto del tiempo, incluso en el Athletic, consiste en dar toques”, añade Dani, que ha sabido acostumbrarse al nuevo escenario.
Desde que se retiró en el año 86, habrá faltado “una o dos veces”, en la grada de San Mamés, “y tal vez ni eso” en la tribuna principal alta, “justo encima del banquillo del Athletic”, donde está su localidad de socio. Allí sólo se encuentra con un problema. “Todavía hago movimientos y remates como los que hacía antes, pero la diferencia es que ahora soy espectador. A veces, me enojo tanto que debo pedir disculpas al socio que tengo debajo”. Es la eterna tentación del futbolista con el que también convive Carlos. “Pero yo ya no hablaría de nostalgia. La nostalgia es diferente, la nostalgia es no entender que la vida sigue y que, aunque no juegues, tú puedes seguir siendo tan feliz como antes”. Fue la consecuencia que recogió de sus años de futbolista. “Siempre tuve claro que no podía hipotecar toda mi vida por jugar al fútbol”. Por eso no renunció nunca a los estudios en un vestuario en el que Ángel María Villar también apelaba a la cultura. “Él estudiaba Derecho en Deusto”. Cuando no existía Lezama Dani, el menor de tres hermanos, tampoco fue un gran soñador en su infancia. “No era mi forma de ser. Además, de niño apenas iba a San Mamés. Ahora mismo, no recuerdo siquiera la primera vez que fui al estadio. Vivía en el pueblo, en Sodupe, y tampoco era fácil. La afición de mi padre estaba, sobre todo, en la pelota vasca. Pero por esas cosas que pasan en los pueblos me fui aficionando al fútbol. Cuando me quise dar cuenta ya andaba por ahí diciendo que Iribar o Txetxu Rojo eran mis ídolos”. Otra cosa era la de anticiparse al futuro. “¿Cómo iba a pensar algún día que yo sería el pichichi del Athletic?”, se pregunta Carlos. “Ni en sueños se me ocurría”.
Su vida era más prosaica en aquellos años. “En casa éramos y, de momento, somos diez hermanos. Al ser tantos, siempre entendimos que la vida era difícil”. Su infancia estuvo en el barrio de Zabalbide. “Tendría yo 10 u 11 años cuando empecé a ir a San Mamés, sobre todo a la General, donde nos colocábamos los niños en primera línea, y como todavía no éramos muy altos, no estorbábamos a los señores mayores que se ponían detrás”. Fue así como se creó un sentimiento que se hizo mayor cuando pasó del Güetxo al Bilbao Athletic. “Fue algo grande. Aquel Athletic, que había ganado la Copa del 69, tenía a Iribar, Chechu Rojo, Aranguren… Yo, que no tenía más de veinte años, vi que podía hacer algo en el fútbol”. San Mamés vivió su esplendor en aquellos años “en los que era como un fortín”, insiste Carlos. “Los partidos de casa los ganábamos casi todos”. Había un sentimiento imperial. “Éramos todos vascos”. Tampoco existía Lezama. “Íbamos a entrenar muchas veces al campo del Guetxo para no destrozar el césped”. Jamás olvidará el señorío de aquellos años en la grada. “Al equipo contrario siempre se le aplaudía”.
Dani también se hacía mayor en esos años. Había pasado del Barakaldo al Athletic. “Me hice hombre en el fútbol de abajo, porque pasé por todas las categorías. No me salté ninguna”. Aquel San Mamés tampoco era como el de ahora. “Me acuerdo de que los equipos salían al campo por las esquinas de los córners y que las generales eran localidades de pie, en las que se vivía un gran ambiente”. Son cosas que se perdieron con el tiempo, aunque a cambio se registraron otras como el aumento de la mujer en la grada. “No fue mi caso”, rebate Dani, “porque conocí a mi esposa cuando estuve cedido en el Llodio, pues resulta que ella era una gran aficionada. Y fue para toda la vida. Luego, nos casamos en el 76 y fue un acontecimiento en la ciudad. A fin de cuentas, yo era un jugador del Athletic”. Se aproximaron también días grandiosos como la final de la UEFA del 77 ante la Juventus, aquel partido de vuelta grabado a fuego en La Catedral. Carlos fue uno de los delanteros de ese Athletic. “La diferencia de aquellas dos finales con las del año pasado es que el Athletic las jugó y las compitió. A pesar de la derrota, dejó un encanto memorable”. Para entonces, Carlos ya se había licenciado en Medicina. “Empecé estudiando en la escuela de Ingeniería, lo que ya era mucho en una familia de diez hermanos. Pero una vez que pasé del Güetxo al Bilbao Athletic entendí que me podía costear la de Medicina”. Luego, marchó al Espanyol, donde jugó hasta el 83. Al fondo quedaron 115 goles con el Athletic y, sobre todo, esos memorables cabezazos que cambiaron tantas veces el destino. “Nunca olvidaré los dos que hice a la Real Sociedad en San Mamés que me dieron el Pichichi y que nos alejaron el descenso”, recuerda ahora desde su consulta de Medicina Deportiva en Las Arenas. “No me puedo quejar de nada. Llegué a ganar la Copa del 73 con el Athletic. El recibimiento en Bilbao no lo olvidaré jamás”. Dani, que pertenecía a una generación más joven, aguantó hasta el 86 en activo, “hasta ese día en el que San Mamés se llenó para despedir a un solo futbolista”. Mereció la pena.
Dani hizo toda su carrera en el Athletic a pesar de que el Barcelona trató de ficharle demasiadas veces. Por eso su legado se registró en las dos ligas de los ochenta en las que el Athletic seguía jugando con tres delanteros que casi siempre eran Dani, Sarabia y Argote. La lluvia seguía gustando muchísimo. “Sobre todo, en esos partidos al anochecer, a partir de las ocho. También es verdad que entonces llovía más”. Por eso Dani, que ya es abuelo, no se encierra en el pasado. “No creo que llore en mi último día en San Mamés. Sé que el cambio es para mejor, a un estadio más moderno, que nos beneficiará a todos”. Por lo tanto, no habrá nostalgia que valga. “En todo caso”, rebate Carlos, “agradecimiento a lo que se vivió”.
Cien años de historia están a punto de agotarse en San Mamés. Cien años de los que han formado parte dos futbolistas como Dani y Carlos que hicieron del gol un amuleto. Un espléndido recuerdo que nunca pasará de moda. “Antes, jugábamos siempre con tres delanteros y ganábamos casi siempre en casa”
Se aproxima el final de San Mamés, de una vida y de una filosofía de vida en la que Dani siempre se sintió como pez en el agua. Jugaba con el número 7, “que era como mi amuleto” y que protegía a un futbolista intuitivo como casi ninguno en el área. Tenía esa habilidad para triunfar por arriba y por abajo con apenas 170 centímetros. En primera línea figuran sus estadísticas, 199 goles en 402 partidos con el Athletic en 12 temporadas en las que el fútbol no era como ahora. “Antes, jugábamos siempre con tres delanteros y era raro que en San Mamés no tuviésemos 20 ó 25 ocasiones de gol”. De ahí que un delantero centro como Carlos se sintiese en su hábitat. Fue el pichichi de la Liga en la temporada 1974-75 en la que el Athletic apelaba a la épica, al barro y a los balones por los aires. “Todo eso, que formaba parte de nuestro destino, ahora parece que está mal, porque el Barcelona juega de otra manera. Sin embargo, yo me pregunto: ¿qué daño hizo ese estilo al fútbol? Creo que todos son estilos válidos y que no hay que menospreciar a ninguno. En mi época, yo también recuerdo que había equipos que se cerraban en San Mamés y te ganaban 0-1 y, sin embargo, éramos nosotros los que teníamos casi todo el tiempo la pelota. ¿Acaso lo hacíamos feo? No, sólo era nuestra forma de jugar”.
Carlos ya no sabe si Bielsa hubiese cuajado en aquel Athletic. “Desde luego, nuestra forma de jugar era otra”. Por eso Dani no plantea lo imposible. “Ha cambiado tanto el fútbol que es innecesario buscar comparación. Son dos épocas. Son dos mundos. Yo estaba acostumbrado a que Urtubi o De Andrés me tirasen el balón a media altura para que lo protegiese cerca del área, donde trabajaba mi intuición. Ahora, el que veo que más se aproxima a eso es Llorente por su manera de proteger el balón o de bajarlo con el pecho. El resto del tiempo, incluso en el Athletic, consiste en dar toques”, añade Dani, que ha sabido acostumbrarse al nuevo escenario.
Desde que se retiró en el año 86, habrá faltado “una o dos veces”, en la grada de San Mamés, “y tal vez ni eso” en la tribuna principal alta, “justo encima del banquillo del Athletic”, donde está su localidad de socio. Allí sólo se encuentra con un problema. “Todavía hago movimientos y remates como los que hacía antes, pero la diferencia es que ahora soy espectador. A veces, me enojo tanto que debo pedir disculpas al socio que tengo debajo”. Es la eterna tentación del futbolista con el que también convive Carlos. “Pero yo ya no hablaría de nostalgia. La nostalgia es diferente, la nostalgia es no entender que la vida sigue y que, aunque no juegues, tú puedes seguir siendo tan feliz como antes”. Fue la consecuencia que recogió de sus años de futbolista. “Siempre tuve claro que no podía hipotecar toda mi vida por jugar al fútbol”. Por eso no renunció nunca a los estudios en un vestuario en el que Ángel María Villar también apelaba a la cultura. “Él estudiaba Derecho en Deusto”. Cuando no existía Lezama Dani, el menor de tres hermanos, tampoco fue un gran soñador en su infancia. “No era mi forma de ser. Además, de niño apenas iba a San Mamés. Ahora mismo, no recuerdo siquiera la primera vez que fui al estadio. Vivía en el pueblo, en Sodupe, y tampoco era fácil. La afición de mi padre estaba, sobre todo, en la pelota vasca. Pero por esas cosas que pasan en los pueblos me fui aficionando al fútbol. Cuando me quise dar cuenta ya andaba por ahí diciendo que Iribar o Txetxu Rojo eran mis ídolos”. Otra cosa era la de anticiparse al futuro. “¿Cómo iba a pensar algún día que yo sería el pichichi del Athletic?”, se pregunta Carlos. “Ni en sueños se me ocurría”.
Su vida era más prosaica en aquellos años. “En casa éramos y, de momento, somos diez hermanos. Al ser tantos, siempre entendimos que la vida era difícil”. Su infancia estuvo en el barrio de Zabalbide. “Tendría yo 10 u 11 años cuando empecé a ir a San Mamés, sobre todo a la General, donde nos colocábamos los niños en primera línea, y como todavía no éramos muy altos, no estorbábamos a los señores mayores que se ponían detrás”. Fue así como se creó un sentimiento que se hizo mayor cuando pasó del Güetxo al Bilbao Athletic. “Fue algo grande. Aquel Athletic, que había ganado la Copa del 69, tenía a Iribar, Chechu Rojo, Aranguren… Yo, que no tenía más de veinte años, vi que podía hacer algo en el fútbol”. San Mamés vivió su esplendor en aquellos años “en los que era como un fortín”, insiste Carlos. “Los partidos de casa los ganábamos casi todos”. Había un sentimiento imperial. “Éramos todos vascos”. Tampoco existía Lezama. “Íbamos a entrenar muchas veces al campo del Guetxo para no destrozar el césped”. Jamás olvidará el señorío de aquellos años en la grada. “Al equipo contrario siempre se le aplaudía”.
Dani también se hacía mayor en esos años. Había pasado del Barakaldo al Athletic. “Me hice hombre en el fútbol de abajo, porque pasé por todas las categorías. No me salté ninguna”. Aquel San Mamés tampoco era como el de ahora. “Me acuerdo de que los equipos salían al campo por las esquinas de los córners y que las generales eran localidades de pie, en las que se vivía un gran ambiente”. Son cosas que se perdieron con el tiempo, aunque a cambio se registraron otras como el aumento de la mujer en la grada. “No fue mi caso”, rebate Dani, “porque conocí a mi esposa cuando estuve cedido en el Llodio, pues resulta que ella era una gran aficionada. Y fue para toda la vida. Luego, nos casamos en el 76 y fue un acontecimiento en la ciudad. A fin de cuentas, yo era un jugador del Athletic”. Se aproximaron también días grandiosos como la final de la UEFA del 77 ante la Juventus, aquel partido de vuelta grabado a fuego en La Catedral. Carlos fue uno de los delanteros de ese Athletic. “La diferencia de aquellas dos finales con las del año pasado es que el Athletic las jugó y las compitió. A pesar de la derrota, dejó un encanto memorable”. Para entonces, Carlos ya se había licenciado en Medicina. “Empecé estudiando en la escuela de Ingeniería, lo que ya era mucho en una familia de diez hermanos. Pero una vez que pasé del Güetxo al Bilbao Athletic entendí que me podía costear la de Medicina”. Luego, marchó al Espanyol, donde jugó hasta el 83. Al fondo quedaron 115 goles con el Athletic y, sobre todo, esos memorables cabezazos que cambiaron tantas veces el destino. “Nunca olvidaré los dos que hice a la Real Sociedad en San Mamés que me dieron el Pichichi y que nos alejaron el descenso”, recuerda ahora desde su consulta de Medicina Deportiva en Las Arenas. “No me puedo quejar de nada. Llegué a ganar la Copa del 73 con el Athletic. El recibimiento en Bilbao no lo olvidaré jamás”. Dani, que pertenecía a una generación más joven, aguantó hasta el 86 en activo, “hasta ese día en el que San Mamés se llenó para despedir a un solo futbolista”. Mereció la pena.
Dani hizo toda su carrera en el Athletic a pesar de que el Barcelona trató de ficharle demasiadas veces. Por eso su legado se registró en las dos ligas de los ochenta en las que el Athletic seguía jugando con tres delanteros que casi siempre eran Dani, Sarabia y Argote. La lluvia seguía gustando muchísimo. “Sobre todo, en esos partidos al anochecer, a partir de las ocho. También es verdad que entonces llovía más”. Por eso Dani, que ya es abuelo, no se encierra en el pasado. “No creo que llore en mi último día en San Mamés. Sé que el cambio es para mejor, a un estadio más moderno, que nos beneficiará a todos”. Por lo tanto, no habrá nostalgia que valga. “En todo caso”, rebate Carlos, “agradecimiento a lo que se vivió”.
viernes, 12 de abril de 2013
Una emotiva fiesta rojiblanca
Artículo publicado por A. Martínez en el diario Deia el 10/04/13
Varios centenares de aficionados del Athletic llenarán el sábado Gamiz-Fika
Gamiz-Fika acogerá el sábado una nueva edición del hermanamiento de peñas del Athletic, que este año se celebrará por décimo cuarto año consecutivo. Llegados desde diversos puntos del Estado, los aficionados, a los que les une la pasión por unos colores, el rojo y el blanco, disfrutarán de una jornada festiva en un ambiente de total fraternización.
Tal y como señala Rikardo Alonso, presidente de la peña Gamiz-Fika Tzibi Taldea, "las perspectivas son muy buenas". Y es que año a año, el hermanamiento va contando con más adeptos. "Todavía quedan varios días para que llegue la cita, pero apenas nos quedan unas pocas plazas libres para la comida", añade Alonso, que se muestra contento porque "en principio, parece que el tiempo nos va a acompañar, por lo que podremos disfrutar de los txistularis y los zanpantzarras".
Aunque a estas alturas todavía no haya habido confirmación por parte del club, los dirigentes de la peña Gamiz-Fika esperan contar, como viene siendo habitual, con la presencia del presidente Josu Urrutia, de José Ángel Iribar, así como de algunos de los componentes de la Junta Directiva del Athletic. "Todavía no sabemos nada, pero no dudamos de que Urrutia y varios directivos estarán presentes el sábado", señala Rikardo Alonso.
Homenajes
Al hermanamiento, tras la ausencia de la temporada pasada, acudirán los albaceteños de la peña La Bota de Hellín -acompañados por sus tambores- que, junto a varios representantes de la peña Gamiz-Fika, han sido los ideólogos del homenaje que se realizará a Charles, el que fuera presidente de esta peña y que falleció el año pasado. En su honor se descubrirá una placa y se bailará un aurresku. Por otra parte, se desplegará una pancarta en recuerdo de Iñigo Cabacas, el aficionado del Athletic que falleció hace un año tras recibir el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza. Además, estará presente una peña de Guinea Ecuatorial.
Varios centenares de aficionados del Athletic llenarán el sábado Gamiz-Fika
Gamiz-Fika acogerá el sábado una nueva edición del hermanamiento de peñas del Athletic, que este año se celebrará por décimo cuarto año consecutivo. Llegados desde diversos puntos del Estado, los aficionados, a los que les une la pasión por unos colores, el rojo y el blanco, disfrutarán de una jornada festiva en un ambiente de total fraternización.
Tal y como señala Rikardo Alonso, presidente de la peña Gamiz-Fika Tzibi Taldea, "las perspectivas son muy buenas". Y es que año a año, el hermanamiento va contando con más adeptos. "Todavía quedan varios días para que llegue la cita, pero apenas nos quedan unas pocas plazas libres para la comida", añade Alonso, que se muestra contento porque "en principio, parece que el tiempo nos va a acompañar, por lo que podremos disfrutar de los txistularis y los zanpantzarras".
Aunque a estas alturas todavía no haya habido confirmación por parte del club, los dirigentes de la peña Gamiz-Fika esperan contar, como viene siendo habitual, con la presencia del presidente Josu Urrutia, de José Ángel Iribar, así como de algunos de los componentes de la Junta Directiva del Athletic. "Todavía no sabemos nada, pero no dudamos de que Urrutia y varios directivos estarán presentes el sábado", señala Rikardo Alonso.
Homenajes
Al hermanamiento, tras la ausencia de la temporada pasada, acudirán los albaceteños de la peña La Bota de Hellín -acompañados por sus tambores- que, junto a varios representantes de la peña Gamiz-Fika, han sido los ideólogos del homenaje que se realizará a Charles, el que fuera presidente de esta peña y que falleció el año pasado. En su honor se descubrirá una placa y se bailará un aurresku. Por otra parte, se desplegará una pancarta en recuerdo de Iñigo Cabacas, el aficionado del Athletic que falleció hace un año tras recibir el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza. Además, estará presente una peña de Guinea Ecuatorial.
martes, 9 de abril de 2013
lunes, 8 de abril de 2013
Un proyecto por un arco
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 08/04/13
El bilbaino y futuro ingeniero Erik Sandonis no ha dudado en realizar el proyecto final de carrera sobre las opciones de mantener con vida el arco de San Mamés
Unido al Athletic a través del afecto, de esos sentimientos que emanan desde lo más profundo para emerger en clave rojiblanca, el bilbaino Erik Sandonis, nacido en Cruces en 1988, decidió ir más allá el pasado mes de agosto para poner al servicio de una causa unos amplios conocimientos relacionados con la ingeniería. Y es que, a escasos meses de convertirse en ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, este joven aficionado rojiblanco no ha dudado en enfocar el proyecto final de carrera en torno al inminente porvenir de algo más que un símbolo para el Athletic y San Mamés: su arco, ese veterano arco que tantas batallas ha presidido desde las alturas. "Se trata de un símbolo y, como tal, sería una gran noticia que se pudiera seguir disfrutando de él, por lo que, vista la información que ya había al respecto y el interés del tema, decidí presentarlo como proyecto para estudiar cómo podría bajarse de allí arriba, fraccionarlo y trasladarlo hasta un lugar en el que poder mantenerlo a salvo", apunta Erik, que confiesa acto seguido que la idea gustó notablemente a sus profesores en Alicante, su lugar de estudio, y a sus amigos en Bilbao, quienes "me apoyan y me dicen que vaya hasta el final".
Unos ánimos disfrazados de deseos por seguir disfrutando del arco más allá del final de la presente temporada, que no hacen sino reforzar la fe y las ganas de trabajar de Erik, cuyo tutor, para más inri, no es otro que un antiguo alumno del ilustre Carlos Fernández Casado, el catedrático que calculó e ideó el propio arco de San Mamés, inaugurado en 1953, pero nacido a través de un proyecto en 1950. "Por los cálculos que vienen de la década de los 50 y los que yo mismo he hecho, el arco pesa alrededor de 200 toneladas, mide 115 metros y tiene ya 60 años de recorrido a sus espaldas, lo cual no quiere decir que esté en malas condiciones, pero para según qué funciones podría no ser muy viable su utilización debido al coste que acarrearía la oportuna reparación", reflexiona Erik, que se refiere con dicha teoría a la posibilidad de utilizar el arco como pasarela. Una opción que según sus cálculos sería "posible", pero que podría traer consigo un elevado coste económico en pos de una reparación que no deberían conllevar otras hipotéticas utilizaciones. Y es que a fin de dar con la tecla que pudiera contribuir a que tan señalado arco continúe vigente, visible, en algún punto de Bizkaia, una posibilidad que haría "muchísima ilusión" a este joven estudiante de ingeniería, Erik apunta algunos de los lugares que, según sus cálculos, podrían dar cobijo a tan preciado inquilino.
"Zorrozaurre, el Parque Etxebarria, Artxanda o incluso Lezama podrían ser lugares que podrían albergar el arco, que si fuese a reutilizarse como estructura, lo ideal sería partirlo lo menos posible, haciéndolo solo en dos partes, ya que seguirían siendo dos cachos de aproximadamente 60 metros. Cortarlo en más fracciones supondría seccionar partes principales y ello dificultaría el poder montarlo, aunque tampoco resultaría imposible", comenta el propio Erik, que también informa en su blog personal elarcodesanmamés.wordprerss.com sobre cuestiones como el modo en el que fue construido y proyectado un arco que "al principio no iba a ser metálico, sino de hormigón, aunque posteriormente se cambió de idea".
Con la Peña Deusto
El blog, que cuenta ya con cerca de 3.000 visitas con apenas una semana de recorrido en la red, sirve además para enlazar con la propuesta de recogida de firmas impulsada por la Peña Deusto en busca de salvaguardar al arco de su desaparición. "Yo me puse en contacto con ellos para ayudar en lo que pudiese al ver su iniciativa de recogida de firmas", confiesa Erik acerca de la trascendencia y el impacto que va adquiriendo la iniciativa, que cuenta ya con 24.000 firmas en pos de la supervivencia del mítico arco de La Catedral.
No en vano, en el tradicional Hermanamiento de Peñas que tendrá lugar el sábado en Gamiz Fika, la Peña Deusto portará una pancarta de grandes dimensiones bajo el lema Sí al arco de San Mamés baietz, además de la intención de realizar una multitudinaria foto junto a la pancarta a las 13.00 horas en el campo de futbito. Se trata, en definitiva, de propuestas en pos de no decir adiós a un símbolo de San Mamés y del Athletic, un elemento de unión sobre el que avisa que seguirá trabajando el bilbaino Erik, cuyo proyecto deberá estar finalizado en junio. "Al ser un proyecto de final de carrera no puedo contar con todos los recursos posibles, pero espero que todo vaya bien y si además sirve para ayudar a que el arco siga vivo, sería increíble", reflexiona Erik, un futuro ingeniero con arqueado corazón rojiblanco.
El bilbaino y futuro ingeniero Erik Sandonis no ha dudado en realizar el proyecto final de carrera sobre las opciones de mantener con vida el arco de San Mamés
Unido al Athletic a través del afecto, de esos sentimientos que emanan desde lo más profundo para emerger en clave rojiblanca, el bilbaino Erik Sandonis, nacido en Cruces en 1988, decidió ir más allá el pasado mes de agosto para poner al servicio de una causa unos amplios conocimientos relacionados con la ingeniería. Y es que, a escasos meses de convertirse en ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, este joven aficionado rojiblanco no ha dudado en enfocar el proyecto final de carrera en torno al inminente porvenir de algo más que un símbolo para el Athletic y San Mamés: su arco, ese veterano arco que tantas batallas ha presidido desde las alturas. "Se trata de un símbolo y, como tal, sería una gran noticia que se pudiera seguir disfrutando de él, por lo que, vista la información que ya había al respecto y el interés del tema, decidí presentarlo como proyecto para estudiar cómo podría bajarse de allí arriba, fraccionarlo y trasladarlo hasta un lugar en el que poder mantenerlo a salvo", apunta Erik, que confiesa acto seguido que la idea gustó notablemente a sus profesores en Alicante, su lugar de estudio, y a sus amigos en Bilbao, quienes "me apoyan y me dicen que vaya hasta el final".
Unos ánimos disfrazados de deseos por seguir disfrutando del arco más allá del final de la presente temporada, que no hacen sino reforzar la fe y las ganas de trabajar de Erik, cuyo tutor, para más inri, no es otro que un antiguo alumno del ilustre Carlos Fernández Casado, el catedrático que calculó e ideó el propio arco de San Mamés, inaugurado en 1953, pero nacido a través de un proyecto en 1950. "Por los cálculos que vienen de la década de los 50 y los que yo mismo he hecho, el arco pesa alrededor de 200 toneladas, mide 115 metros y tiene ya 60 años de recorrido a sus espaldas, lo cual no quiere decir que esté en malas condiciones, pero para según qué funciones podría no ser muy viable su utilización debido al coste que acarrearía la oportuna reparación", reflexiona Erik, que se refiere con dicha teoría a la posibilidad de utilizar el arco como pasarela. Una opción que según sus cálculos sería "posible", pero que podría traer consigo un elevado coste económico en pos de una reparación que no deberían conllevar otras hipotéticas utilizaciones. Y es que a fin de dar con la tecla que pudiera contribuir a que tan señalado arco continúe vigente, visible, en algún punto de Bizkaia, una posibilidad que haría "muchísima ilusión" a este joven estudiante de ingeniería, Erik apunta algunos de los lugares que, según sus cálculos, podrían dar cobijo a tan preciado inquilino.
"Zorrozaurre, el Parque Etxebarria, Artxanda o incluso Lezama podrían ser lugares que podrían albergar el arco, que si fuese a reutilizarse como estructura, lo ideal sería partirlo lo menos posible, haciéndolo solo en dos partes, ya que seguirían siendo dos cachos de aproximadamente 60 metros. Cortarlo en más fracciones supondría seccionar partes principales y ello dificultaría el poder montarlo, aunque tampoco resultaría imposible", comenta el propio Erik, que también informa en su blog personal elarcodesanmamés.wordprerss.com sobre cuestiones como el modo en el que fue construido y proyectado un arco que "al principio no iba a ser metálico, sino de hormigón, aunque posteriormente se cambió de idea".
Con la Peña Deusto
El blog, que cuenta ya con cerca de 3.000 visitas con apenas una semana de recorrido en la red, sirve además para enlazar con la propuesta de recogida de firmas impulsada por la Peña Deusto en busca de salvaguardar al arco de su desaparición. "Yo me puse en contacto con ellos para ayudar en lo que pudiese al ver su iniciativa de recogida de firmas", confiesa Erik acerca de la trascendencia y el impacto que va adquiriendo la iniciativa, que cuenta ya con 24.000 firmas en pos de la supervivencia del mítico arco de La Catedral.
No en vano, en el tradicional Hermanamiento de Peñas que tendrá lugar el sábado en Gamiz Fika, la Peña Deusto portará una pancarta de grandes dimensiones bajo el lema Sí al arco de San Mamés baietz, además de la intención de realizar una multitudinaria foto junto a la pancarta a las 13.00 horas en el campo de futbito. Se trata, en definitiva, de propuestas en pos de no decir adiós a un símbolo de San Mamés y del Athletic, un elemento de unión sobre el que avisa que seguirá trabajando el bilbaino Erik, cuyo proyecto deberá estar finalizado en junio. "Al ser un proyecto de final de carrera no puedo contar con todos los recursos posibles, pero espero que todo vaya bien y si además sirve para ayudar a que el arco siga vivo, sería increíble", reflexiona Erik, un futuro ingeniero con arqueado corazón rojiblanco.
sábado, 6 de abril de 2013
Una emotiva visita a las entrañas de San Mamés
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 01/04/13
El recorrido guiado por el interior de 'La Catedral' alcanza su punto álgido ante la inminente demolición del viejo campo
Una visita al interior de San Mamés, un campo de casi cien largos años de vida que pronto llegarán a su fin, no puede entenderse como una mera actividad. Se trata de mucho más. Significa viajar al corazón de un santuario con innumerables batallas y conquistas a sus espaldas, un lugar en el que poder respirar el auténtico aroma que desprende el fútbol.
A pesar de no haber partido alguno de por medio, toda ocasión es buena para despedirse de La Catedral. "Supone una experiencia muy emotiva poder realizar esta visita guiada por todo lo que supone y ha supuesto este campo", apuntaba desde el césped el portugalujo Francisco, socio del Athletic desde hace 45 años. Acompañado por su familia, incluida su nieta Izaro de apenas año y medio de edad, Francisco fue uno de los innumerables visitantes que abrieron bien los ojos durante el fin de semana para no perderse ningún detalle en un viaje tan especial. La visita guiada a San Mamés, con el museo como punto de partida y el césped -solo se puede pisar por fuera- como meta, se ha convertido en un plan casi obligatorio en una Semana Santa en la que turistas de numerosos lugares alejados de Euskadi han querido visitar el mausoleo rojiblanco.
Con tandas repletas de gente dispuesta a comprar una entrada en pos de disfrutar de un espectáculo de algo menos de una hora de duración, La Catedral se ha erigido en la última semana en un lugar en el que dar forma a las vacaciones, independientemente del lugar de procedencia y de los colores que cada uno defienda semana tras semana. Es el caso, por ejemplo, de los catalanes Raúl, Loli y Axel, de siete años de edad. Aficionados del Barcelona y con Donostia como lugar elegido para pasar las vacaciones de Semana Santa, no dudaron en acercarse hasta Bilbao para rendir su particular visita al viejo campo. "Estamos acostumbrados al Camp Nou, pero nadie puede obviar lo que significa y ha significado siempre este campo, por lo que para nosotros es muy emotivo y especial poder estar aquí, viéndolo por dentro, antes de que lo derriben a final de temporada", reflexionaba Raúl, quien tras pasar por el museo, el antepalco, palco, sala de prensa y vestuario del Athletic se quedaba con la posibilidad de haber podido posar para la posteridad a pie de campo en tamaño recinto deportivo.
Visitas también desde madrid
Una posibilidad, "un lujo", que también colmó de alegría y satisfacción al madrileño Jorge y a su hijo de ocho años, quienes, cámara en mano como el resto de visitantes, se apuntaron a la experiencia de haber podido acceder al palco y haber visto in situ el león del antepalco, respectivamente, como los otros lugares más emotivos de una visita guiada que completaron junto al deriotarra Xabier.
Él, aficionado rojiblanco y guía particular de los suyos, prefería quedarse con el eterno recuerdo de las largas escaleras que dan acceso al césped desde la zona de vestuarios. "Toda la visita, cada parte de ella es especial, pero si tuviera que elegir una zona, me quedo con ese tramo que hay desde los vestuarios hasta el césped", resaltaba Xabier una vez que el recorrido llegaba a su fin. Un viaje por las entrañas del viejo y eterno San Mamés, que hasta el día de su derribo continuará atrayendo a un extenso listado de aficionados al fútbol con un único objetivo: despedirse de La Catedral de la mejor manera posible, que no es otra que emprendiendo una corta pero intensa visita a sus partes más íntimas, donde en un siglo de historia se han cocinado las páginas más gloriosas de un Athletic que siempre llevará tatuada la imagen de San Mamés.
Las fotos, protagonistas
Tanto es así, que a sabiendas del significado de la visita y del momento, prácticamente nadie quiso perderse la posibilidad de inmortalizar las distintas situaciones y oportunidades que se presentaron en el camino hacia el esqueleto de La Catedral. Con los pasillos abarrotados de turistas y el campo con el botón desabrochado para mostrar sus lindezas, los rostros llenos de ilusión y las cámaras adquirieron el papel de principales protagonistas del evento.
Independientemente de la hora y de la climatología, ya fuera con lluvia o con el cielo calmado, los flashes se disparaban para guardar momentos tan inolvidables como la visita al vestuario del Athletic. Allí donde se cambian los rojiblancos, donde Bielsa imparte la última charla previa a cada envite, pudieron fotografiarse y sentarse todos y cada uno de los felices visitantes.
Con las ya mencionadas vacaciones de Semana Santa como oportunidad de lujo y ataviados de todo tipo de complementos rojiblancos y de otros clubes, fueron y continúan siendo muchos quienes, cual futbolistas, no dudan en sentarse bajo el abrigo de cada taquilla tratando de ocupar por un instante la posición de cada jugador rojiblanco. Una búsqueda de sensaciones, que va aún más allá cuando de acceder al césped se trata. "El recorrido hasta el césped es impresionante; dan ganas de bajar las escaleras corriendo y volver a subirlas para ver qué se siente", comentaba uno de los numerosos visitantes que no quisieron perderse la oportunidad de ver con sus propios ojos las entrañas de un campo ligado a la leyenda.
Y es que, pese a la cada vez más cercana demolición del viejo San Mamés, el santuario rojiblanco sigue demostrando que posee en su interior una llama imposible de apagar y que siempre acompañará al Athletic.
El recorrido guiado por el interior de 'La Catedral' alcanza su punto álgido ante la inminente demolición del viejo campo
Una visita al interior de San Mamés, un campo de casi cien largos años de vida que pronto llegarán a su fin, no puede entenderse como una mera actividad. Se trata de mucho más. Significa viajar al corazón de un santuario con innumerables batallas y conquistas a sus espaldas, un lugar en el que poder respirar el auténtico aroma que desprende el fútbol.
A pesar de no haber partido alguno de por medio, toda ocasión es buena para despedirse de La Catedral. "Supone una experiencia muy emotiva poder realizar esta visita guiada por todo lo que supone y ha supuesto este campo", apuntaba desde el césped el portugalujo Francisco, socio del Athletic desde hace 45 años. Acompañado por su familia, incluida su nieta Izaro de apenas año y medio de edad, Francisco fue uno de los innumerables visitantes que abrieron bien los ojos durante el fin de semana para no perderse ningún detalle en un viaje tan especial. La visita guiada a San Mamés, con el museo como punto de partida y el césped -solo se puede pisar por fuera- como meta, se ha convertido en un plan casi obligatorio en una Semana Santa en la que turistas de numerosos lugares alejados de Euskadi han querido visitar el mausoleo rojiblanco.
Con tandas repletas de gente dispuesta a comprar una entrada en pos de disfrutar de un espectáculo de algo menos de una hora de duración, La Catedral se ha erigido en la última semana en un lugar en el que dar forma a las vacaciones, independientemente del lugar de procedencia y de los colores que cada uno defienda semana tras semana. Es el caso, por ejemplo, de los catalanes Raúl, Loli y Axel, de siete años de edad. Aficionados del Barcelona y con Donostia como lugar elegido para pasar las vacaciones de Semana Santa, no dudaron en acercarse hasta Bilbao para rendir su particular visita al viejo campo. "Estamos acostumbrados al Camp Nou, pero nadie puede obviar lo que significa y ha significado siempre este campo, por lo que para nosotros es muy emotivo y especial poder estar aquí, viéndolo por dentro, antes de que lo derriben a final de temporada", reflexionaba Raúl, quien tras pasar por el museo, el antepalco, palco, sala de prensa y vestuario del Athletic se quedaba con la posibilidad de haber podido posar para la posteridad a pie de campo en tamaño recinto deportivo.
Visitas también desde madrid
Una posibilidad, "un lujo", que también colmó de alegría y satisfacción al madrileño Jorge y a su hijo de ocho años, quienes, cámara en mano como el resto de visitantes, se apuntaron a la experiencia de haber podido acceder al palco y haber visto in situ el león del antepalco, respectivamente, como los otros lugares más emotivos de una visita guiada que completaron junto al deriotarra Xabier.
Él, aficionado rojiblanco y guía particular de los suyos, prefería quedarse con el eterno recuerdo de las largas escaleras que dan acceso al césped desde la zona de vestuarios. "Toda la visita, cada parte de ella es especial, pero si tuviera que elegir una zona, me quedo con ese tramo que hay desde los vestuarios hasta el césped", resaltaba Xabier una vez que el recorrido llegaba a su fin. Un viaje por las entrañas del viejo y eterno San Mamés, que hasta el día de su derribo continuará atrayendo a un extenso listado de aficionados al fútbol con un único objetivo: despedirse de La Catedral de la mejor manera posible, que no es otra que emprendiendo una corta pero intensa visita a sus partes más íntimas, donde en un siglo de historia se han cocinado las páginas más gloriosas de un Athletic que siempre llevará tatuada la imagen de San Mamés.
Las fotos, protagonistas
Tanto es así, que a sabiendas del significado de la visita y del momento, prácticamente nadie quiso perderse la posibilidad de inmortalizar las distintas situaciones y oportunidades que se presentaron en el camino hacia el esqueleto de La Catedral. Con los pasillos abarrotados de turistas y el campo con el botón desabrochado para mostrar sus lindezas, los rostros llenos de ilusión y las cámaras adquirieron el papel de principales protagonistas del evento.
Independientemente de la hora y de la climatología, ya fuera con lluvia o con el cielo calmado, los flashes se disparaban para guardar momentos tan inolvidables como la visita al vestuario del Athletic. Allí donde se cambian los rojiblancos, donde Bielsa imparte la última charla previa a cada envite, pudieron fotografiarse y sentarse todos y cada uno de los felices visitantes.
Con las ya mencionadas vacaciones de Semana Santa como oportunidad de lujo y ataviados de todo tipo de complementos rojiblancos y de otros clubes, fueron y continúan siendo muchos quienes, cual futbolistas, no dudan en sentarse bajo el abrigo de cada taquilla tratando de ocupar por un instante la posición de cada jugador rojiblanco. Una búsqueda de sensaciones, que va aún más allá cuando de acceder al césped se trata. "El recorrido hasta el césped es impresionante; dan ganas de bajar las escaleras corriendo y volver a subirlas para ver qué se siente", comentaba uno de los numerosos visitantes que no quisieron perderse la oportunidad de ver con sus propios ojos las entrañas de un campo ligado a la leyenda.
Y es que, pese a la cada vez más cercana demolición del viejo San Mamés, el santuario rojiblanco sigue demostrando que posee en su interior una llama imposible de apagar y que siempre acompañará al Athletic.
Iñigo Cabacas
Ayer se cumplió un año de la muerte de Iñigo Cabacas tras la semifinal de la Europa League que enfrentó en San Mamés al Athletic Club y al Schalke 04 como consecuencia del impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza.
¡¡¡JUSTICIA YA!!!
¡¡¡JUSTICIA YA!!!
jueves, 4 de abril de 2013
El día que el San Lorenzo cautivó San Mamés
Artículo publicado por Pedro Ontoso en el diario El Correo el 19/03/13
El equipo del Papa jugó la víspera de Reyes de 1947 contra el Athletic en una gira triunfal por Europa
El pasado 13 de marzo el San Lorenzo de Almagro ganó al potentísimo Milán. Los argentinos doblegaron a los italianos. El equipo del cardenal Bergoglio se impuso al club del poderoso Angelo Scola, el gran derrotado en el cónclave en el que el arzobispo de Buenos Aires salió como Francisco, el primer Papa latinoamericano y jesuita. Fue casi como un ciclón, como el apodo que acompaña a este conjunto fundado el 1 de abril de 1908 por el salesiano Lorenzo Massa, empeñado en sacar a los pibes de la calle y proporcionarles una meta y una misión. Conocidos también como los 'cuervos' -por las sotanas negras de los curas- y los 'santos', recalaron en Bilbao hace ahora 66 años. Bergoglio, hijo de una ama de casa y un ferroviario, todavía no había cambiado de agujas y aspiraba a ser maestro industrial. Tenía 11 años y las escuadras de Don Bosco, en un ambiente educativo copado por las órdenes religiosas, eran un espejo en el que mirarse.
El San Lorenzo acababa de ganar la Liga en Argentina, nada menos que superando a los dos grandes, el River Plate y el Boca Juniors, por lo que inició una gira triunfal que le llevó por varios países. Se lo rifaban en los estadios. En España debutaron el 23 de diciembre de 1946 en un duelo contra el Atlético de Aviación, que luego se convertiría en el Atlético de Madrid. Tras la guerra, en una época de autarquía franquista, el fútbol, más que la religión, era un opio del pueblo. Un escape. El 25 de diciembre jugó contra el Real Madrid y el 1 de enero, ya en 1947, lo hizo contra el Barcelona. Antes de viajar a Oporto y a Lisboa, y jugar en ciudades como Valencia, La Coruña y Sevilla, el San Lorenzo se midió al Athletic. Era la víspera de Reyes, el domingo 5 de enero 1947.
El Correo Español-El Pueblo Vasco dio cuenta del partido en su primera página, el martes 7, puesto que entonces los periódicos no salían los lunes. La noticia competía en portada con el mensaje del presidente Truman al nuevo Congreso de EEUU, en el que ya defendía el liderazgo de su país en el campo de la energía atómica. Había guerra en Vietnam y elecciones en Bolivia. Canarias recibía emocionada los restos de Manuel de Falla.
La única noticia local que se había ganado un hueco en la 'primera' fue el partido entre el Athletic y el San Lorenzo. Era un titular a secas, sin emoción, aunque se apoyaba en tres fotografias del encuentro que firmaba Claudio. Había que leer el texto del pie para saber que se trataba de todo un acontecimiento deportivo y que había acabado en empate (3-3). San Mamés se había quedado pequeño para acoger a tantos espectadores. De hecho, la presencia de los argentinos continuó otros cuatro días en las páginas del periódico.
En el interior, la crónica calificaba de "memorable" el partido. La firmaba J. De la Maza. Por el San Lorenzo jugaron: Blazina, Cresti, Basso, Zubieta, Grecco, Colombo, De la Mata, Silva, Farro, Pontoni y Martino. Estos tres últimos conformaban el 'terceto de oro', según la acuñación de la revista 'El Grafico', muy seguida por los amantes del fútbol en Euskadi. Mientras, el Athletic alineó a Lezama, Fernández, Oceja, Celaya, Bertol, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, Iraragorri (que también jugó dos campañas en el conjunto argentino) y Gainza. Fue un partidazo. Por los visitantes anotaron Pontoni, Farro y Silva, por ese orden. Los goles rojiblancos fueron de Panizo y Zarra (2). El primero fulminó la portería azulgrana por alto, con un disparo imposible. Es curioso, pero cuando el público vio la exhibición de los argentinos muchos exclamaron: ¡Pero si juegan como Panizo! Por fin se le valoraba. Zarra utilizó, como siempre, su soberbia cabeza ara dos remates antológicos. Hubo un cuarto gol por parte de Bilbao, que sustituyó a Gainza, pero el árbitro -Gojénuri- lo anuló.
Un juego "mareante"
Parece que el público disfrutó de lo lindo con un fútbol poco visto por estos lares, donde se ganaba a base de fuerza, coraje y patadón. Entonces no se hablaba del tiqui-taca, sino de juego en corto de los argentinos, que cautivaron al público de San Mamés. "El juego del San Lorenzo -escribió el cronista de El Correo Español-El Pueblo Vasco- es corto, desde luego, pero lo realizan con tal precisión y tal exactitud que sus avances, lejos de ser lentos o premiosos, resultan peligrosísimos debido al mágnifico mecanismo en que están presididos. Es en realidad, la suya, una técnica de lo más depurada en cuanto a precisión, colocación en el campo, dominio de la pelota y hasta malabarismo, que, para ser anulada, tienen que encontrar en frente otra que le supere en los aspectos citados o que la desborde e incapacite con un sentido opuesto de juego".
Todos coincidían que era un gran equipo, de "perfectos atletas", con un juego "mareante". Los periódicos argentinos hablaban de 50000 espectadores en San Mamés, en el que no cabía ni un alfiler. En nuestro periódico, en una sección titulada Desde la Tribuna, 'Monchín' se hacía eco de la gran entrada, pese a ser un día ventoso y frío. El analista hablaba de la gente que llenaba ventanas, a 10 duros (50 pesetas de las de entonces), y muchos tejados, a 7 duros. Nadie se quería perder el juego de aquellos chavales, que hacían bolos por Europa. Esa noche fueron agasajados con una cena en la Sociedad Bilbaína y durmieron en el hotel Carlton. Días después, al referirse al Athletic, el presidente del San Lorenzo comentó la falta de técnica del equipo rojiblanco: "No tiene más que furia, entusiasmo, codicia y tesón", describió Peluffo. Casi nada.
Jugaron en Galdakao
Además de en San Mamés, también jugaron en Galdakao, posiblemente en Zuazo, el campo de La Dinamita al que me llevaba mi padre desde muy pequeño a picar entradas como gorrilla. El campo de Santa Bárbara -patrona de la fábrica de Explosivos- era una cita obligada en cuanto que el capitán del San Lorenzo, Ángel Zubieta, es hijo del pueblo. Zubieta Redondo jugó con 17 años en el Athletic, pero su carrera se vio frenada por la Guerra Civil. Participó en la Selección de Euzkadi para recaudar fondos para los refugiados y realizar una labor de propaganda en favor de la República. La selección tuvo que marchar a América y en esa gira Zubieta fichó por el San Lorenzo. El vizcaino era el capitán cuando ganó la liga argentina en 1946. En Galdakao fue aclamado sin cesar durante un partido que ganaron los locales (4-1), gracias a los tres goles que metió... el delantero centro argentino Pontoni, que se alineó con los de blanco.
El equipo del Papa jugó la víspera de Reyes de 1947 contra el Athletic en una gira triunfal por Europa
El pasado 13 de marzo el San Lorenzo de Almagro ganó al potentísimo Milán. Los argentinos doblegaron a los italianos. El equipo del cardenal Bergoglio se impuso al club del poderoso Angelo Scola, el gran derrotado en el cónclave en el que el arzobispo de Buenos Aires salió como Francisco, el primer Papa latinoamericano y jesuita. Fue casi como un ciclón, como el apodo que acompaña a este conjunto fundado el 1 de abril de 1908 por el salesiano Lorenzo Massa, empeñado en sacar a los pibes de la calle y proporcionarles una meta y una misión. Conocidos también como los 'cuervos' -por las sotanas negras de los curas- y los 'santos', recalaron en Bilbao hace ahora 66 años. Bergoglio, hijo de una ama de casa y un ferroviario, todavía no había cambiado de agujas y aspiraba a ser maestro industrial. Tenía 11 años y las escuadras de Don Bosco, en un ambiente educativo copado por las órdenes religiosas, eran un espejo en el que mirarse.
El San Lorenzo acababa de ganar la Liga en Argentina, nada menos que superando a los dos grandes, el River Plate y el Boca Juniors, por lo que inició una gira triunfal que le llevó por varios países. Se lo rifaban en los estadios. En España debutaron el 23 de diciembre de 1946 en un duelo contra el Atlético de Aviación, que luego se convertiría en el Atlético de Madrid. Tras la guerra, en una época de autarquía franquista, el fútbol, más que la religión, era un opio del pueblo. Un escape. El 25 de diciembre jugó contra el Real Madrid y el 1 de enero, ya en 1947, lo hizo contra el Barcelona. Antes de viajar a Oporto y a Lisboa, y jugar en ciudades como Valencia, La Coruña y Sevilla, el San Lorenzo se midió al Athletic. Era la víspera de Reyes, el domingo 5 de enero 1947.
El Correo Español-El Pueblo Vasco dio cuenta del partido en su primera página, el martes 7, puesto que entonces los periódicos no salían los lunes. La noticia competía en portada con el mensaje del presidente Truman al nuevo Congreso de EEUU, en el que ya defendía el liderazgo de su país en el campo de la energía atómica. Había guerra en Vietnam y elecciones en Bolivia. Canarias recibía emocionada los restos de Manuel de Falla.
La única noticia local que se había ganado un hueco en la 'primera' fue el partido entre el Athletic y el San Lorenzo. Era un titular a secas, sin emoción, aunque se apoyaba en tres fotografias del encuentro que firmaba Claudio. Había que leer el texto del pie para saber que se trataba de todo un acontecimiento deportivo y que había acabado en empate (3-3). San Mamés se había quedado pequeño para acoger a tantos espectadores. De hecho, la presencia de los argentinos continuó otros cuatro días en las páginas del periódico.
En el interior, la crónica calificaba de "memorable" el partido. La firmaba J. De la Maza. Por el San Lorenzo jugaron: Blazina, Cresti, Basso, Zubieta, Grecco, Colombo, De la Mata, Silva, Farro, Pontoni y Martino. Estos tres últimos conformaban el 'terceto de oro', según la acuñación de la revista 'El Grafico', muy seguida por los amantes del fútbol en Euskadi. Mientras, el Athletic alineó a Lezama, Fernández, Oceja, Celaya, Bertol, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, Iraragorri (que también jugó dos campañas en el conjunto argentino) y Gainza. Fue un partidazo. Por los visitantes anotaron Pontoni, Farro y Silva, por ese orden. Los goles rojiblancos fueron de Panizo y Zarra (2). El primero fulminó la portería azulgrana por alto, con un disparo imposible. Es curioso, pero cuando el público vio la exhibición de los argentinos muchos exclamaron: ¡Pero si juegan como Panizo! Por fin se le valoraba. Zarra utilizó, como siempre, su soberbia cabeza ara dos remates antológicos. Hubo un cuarto gol por parte de Bilbao, que sustituyó a Gainza, pero el árbitro -Gojénuri- lo anuló.
Un juego "mareante"
Parece que el público disfrutó de lo lindo con un fútbol poco visto por estos lares, donde se ganaba a base de fuerza, coraje y patadón. Entonces no se hablaba del tiqui-taca, sino de juego en corto de los argentinos, que cautivaron al público de San Mamés. "El juego del San Lorenzo -escribió el cronista de El Correo Español-El Pueblo Vasco- es corto, desde luego, pero lo realizan con tal precisión y tal exactitud que sus avances, lejos de ser lentos o premiosos, resultan peligrosísimos debido al mágnifico mecanismo en que están presididos. Es en realidad, la suya, una técnica de lo más depurada en cuanto a precisión, colocación en el campo, dominio de la pelota y hasta malabarismo, que, para ser anulada, tienen que encontrar en frente otra que le supere en los aspectos citados o que la desborde e incapacite con un sentido opuesto de juego".
Todos coincidían que era un gran equipo, de "perfectos atletas", con un juego "mareante". Los periódicos argentinos hablaban de 50000 espectadores en San Mamés, en el que no cabía ni un alfiler. En nuestro periódico, en una sección titulada Desde la Tribuna, 'Monchín' se hacía eco de la gran entrada, pese a ser un día ventoso y frío. El analista hablaba de la gente que llenaba ventanas, a 10 duros (50 pesetas de las de entonces), y muchos tejados, a 7 duros. Nadie se quería perder el juego de aquellos chavales, que hacían bolos por Europa. Esa noche fueron agasajados con una cena en la Sociedad Bilbaína y durmieron en el hotel Carlton. Días después, al referirse al Athletic, el presidente del San Lorenzo comentó la falta de técnica del equipo rojiblanco: "No tiene más que furia, entusiasmo, codicia y tesón", describió Peluffo. Casi nada.
Jugaron en Galdakao
Además de en San Mamés, también jugaron en Galdakao, posiblemente en Zuazo, el campo de La Dinamita al que me llevaba mi padre desde muy pequeño a picar entradas como gorrilla. El campo de Santa Bárbara -patrona de la fábrica de Explosivos- era una cita obligada en cuanto que el capitán del San Lorenzo, Ángel Zubieta, es hijo del pueblo. Zubieta Redondo jugó con 17 años en el Athletic, pero su carrera se vio frenada por la Guerra Civil. Participó en la Selección de Euzkadi para recaudar fondos para los refugiados y realizar una labor de propaganda en favor de la República. La selección tuvo que marchar a América y en esa gira Zubieta fichó por el San Lorenzo. El vizcaino era el capitán cuando ganó la liga argentina en 1946. En Galdakao fue aclamado sin cesar durante un partido que ganaron los locales (4-1), gracias a los tres goles que metió... el delantero centro argentino Pontoni, que se alineó con los de blanco.