Los leones recibieron la mayor goleada de su historia en San Mamés, 2-9, en un partido contra el Slavia de Praga hace más de un siglo
Se trataba de un amistoso, no era un partido oficial, pero en aquellas épocas este tipo de compromisos tampoco eran considerados como meros trámites, se tomaban con más seriedad que en la actualidad. Y el Athletic Club era el vigente campeón de Copa tras ganar en la final al CE Europa por 2-1 (entonces no existía aún la Liga) y su entrenador no era otro que el mítico Mister Pentland, eso sí, en la primera de sus dos etapas rojiblancas, la menos brillante, ya que el equipo que dirigió en los años 30 del pasado siglo fue el mejor Athletic de todos los tiempos. A pesar de su potencial, el campeón copero recibió un fuerte varapalo que se vio reflejado en la prensa de la época con frases lapidarias: “…ostentando el más alto honor del foot-ball nacional, recibe una grave derrota, la mayor sin duda de toda su larga y brillante vida deportiva”.
viernes, 25 de octubre de 2024
La mayor derrota en San Mamés
Fuente: Boletín del partido Athletic Club - SK Slavia Praha (24/10/2024)
El 23 de diciembre de 1923 nos visitaba el Slavia de Praga, de gira por el Estado español, con jugadores de mucha calidad que dos años después iban a conquistar la liga de su país por encima del potente Sparta, también de la capital checa. Llegó a Bilbao con su prestigioso técnico, el escocés John William Madden, que era toda una institución en Checoslovaquia. Permaneció 25 años en el cargo y fue el primer entrenador en la historia del club y de toda la liga checa. Y los eslavistas aterrizaron con la lección bien aprendida. Tal y como se cuenta en una de las crónicas del susodicho partido (del que más tarde daremos cuenta), “los checos no saben castellano, pero al llegar a Bilbao lo primero que dijeron fue: ‘¡Serrano, no!’; es decir que con ese señor que arbitra llamado Serrano, no estaban conformes en que arbitrase sus matchs (sic). ¿Por qué? ¿Quizá el Sparta?”.
En concreto, el periodista suponía que se referían al navarro Pelayo Serrano de la Mata, que realizó un polémico arbitraje en San
Mamés en un amistoso del Athletic contra el Sparta de Praga el 8 de enero de 1922. El tal Serrano pitó un penalti a favor de los leones que fue protestado airadamente por los checos, con expulsión de su capitán incluido, e incluso amagaron con marcharse del campo. Aquel choque acabó con triunfo bilbaino por 3-2. Sea lo que fuere, el Slavia, rival eterno del Sparta, se acordaba del apellido del colegiado… ¡Casi dos años después! Por cierto, dos días antes de aquel controvertido partido, el Sparta había superado a los rojiblancos en su primer amistoso por 0-4, y el trencilla de entonces fue… ¡Pichichi!
En cualquier caso, no fue el navarro Serrano quien se encargó de dirigir la contienda contra el Slavia, sino el bilbaino Angel Pedro Torre Charroalde… y lo hizo en un día negro para el Athletic, porque el resultado fue de ¡2-9!, la mayor paliza sufrida por nuestro equipo en toda su historia en La Catedral, si bien se trataba de un amistoso. Así rezaba una de las crónicas: “…Y con un 9 a 2 terminó este partido que si fue fatídico para los locales, nos permitió saborear verdaderas exquisiteces del foot-ball extranjero y grandes amarguras del local, que no pudo hacerlo peor”.
El Slavia, con John Madden en el banquillo, contaba con futbolistas de primera clase, tales como su máximo goleador, Jan Vaník, que hizo un ‘hat trick’ en San Mamés, o Josef Capek, autor de seis goles en aquella tarde de infausto recuerdo. “Fue un club checo que vino a realizar una exhibición de juego, a enseñarnos, si ustedes quieren, pero, caray, no podíamos sospechar lo hicieran con tanta ironía, ya que dejaron a los nuestros en verdadero ridículo (…) De la catástrofe se salvó Rousse y Germán. Los demás no jugaron nada”, se puede leer. El estilo de juego, basado en combinaciones, maravilló a la parroquia bilbaina: “Es un pase corto realizado con una rapidez y una velocidad pasmosa, como jamás vimos hacerlo, a no ser el Vienne Amateur”. Algo se aprendió de aquel severo correctivo porque dos días más tarde, los mismos contendientes empataron a cuatro en San Mamés.