El mítico zurdo del Athletic falleció en su casa de Leioa tras una enfermedad degenerativa a los 75 años’
Las navidades del Athletic se han visto convulsionadas por el fallecimiento de José Francisco Rojo Arroita (Bilbao, 28 de enero de 1947), conocido como Rojo I o Txetxu Rojo, una de las leyendas más grandes de la historia del club rojiblanco, el segundo jugador con más partidos, solo por detrás del único José Ángel Iribar. “Un once inolvidable, el One Club Man por excelencia, que vinculó toda su carrera como futbolista al Athletic.
Un ejemplo para todos nosotros”, le dedicó el Athletic en su web.
martes, 3 de enero de 2023
Un aplauso para Txetxu
Artículo publicado por G.E. en el número de Enero de 2023 del periodico Bilbao
Txetxu Rojo recaló en el Athletic, proveniente del Firestone y, poco después, ganó la Copa Juvenil en 1965. Ya con dieciocho años, Gainza le reclamó para el primer equipo, donde jugaría 541 partidos repartidos en diecisiete temporadas, desde 1965 hasta 1982. Compartió algunos de esos años, por cierto, con su hermano pequeño, Rojo II. En su trayectoria rojiblanca marcó 68 goles y ganó dos finales de Copa (1969 y 1973). Perdió otras tres de Copa y la Copa de la UEFA en 1977. También estuvo cerca de ganar la Liga de 1970 y tampoco pudo disfrutar de las últimas Ligas del Athletic, en 1983 y 1984, ya que se retiró en 1982 a pesar de que le quedaba un año de contrato.
Como entrenador, llegó a dirigir al primer equipo en dos épocas, las temporadas 1989/90 y la 2000/01, aunque no igualó su éxito como jugador. Durante la segunda ocasión, curiosamente, su segundo técnico era Ernesto Valverde. Además del Athletic, Rojo dirigió a Celta, Osasuna, Lleida, Salamanca y Zaragoza, también en dos etapas diferentes. Sus mayores éxitos los logró en Vigo, donde fue finalista de Copa en 1994, y en Zaragoza, donde llegó a pelear la Liga en 1999. En 2013, compartió banquillo con Iñaki Sáez dirigiendo a la selección de Bizkaia en la despedida de San Mamés.
Mucha clase
Rojo pertenece a una larga extirpe de míticos extremos izquierda en el club rojiblanco, formada antes que él por Gorostiza y Gainza y más tarde por Argote. De él se destaca su facilidad para el regate y su gran golpeo; era un futbolista de mucha clase que huía de las carreras estériles. Él se definía como “tímido y serio”, pero su actitud práctica se confundía con desdén y la grada, que estimaba más a los jugadores corajudos, tendía a regañar al extremo, quien lejos de achicarse, no tardaba en revolverse y encararse. Y es que Rojo era un tipo de carácter, lo que le valió el mote de Polvorilla en la caseta.
La primera plantilla masculina, con José Ángel Iribar a la cabeza, le tributó un minuto de silencio en un entrenamiento y una semana después, los jugadores portaron brazalete negro frente al Betis en Sevilla. Finalmente, el siguiente encuentro en San Mamés frente a Osasuna, será la afición rojiblanca quien le rinda un homenaje algo inusual. “A petición de Txetxu, no será minuto de silencio, sino de aplausos. Es su agradecimiento al club y a toda la afición zurigorri por todo lo que le dieron en vida”, declaraba el presidente Jon Uriarte. Un aplauso para Txetxu, pues.