Álex Quintanilla, futbolista e ingeniero
Álex Quintanilla (Bilbao 1990), lleva 32 años yendo y viniendo de su querido Bilbao. A los pocos meses de nacer en la clínica bilbaina de San Francisco Javier, sus aitas Fernando y Teresa se lo llevaron a Málaga. Con seis años, y tras pasar por ciudades como Málaga, Sevilla y Elche, regresó a Bilbao. Estudió primaria en el Colegio Nuestra Señora Del Pilar, y bachillerato en el Instituto De Ciencias de la Educación (ICE) en Deusto.
martes, 5 de abril de 2022
“El Athletic no es solamente un equipo de fútbol”
Artículo publicado por Tomás Ondarra en el número de Abril de 2022 del periodico Bilbao
Muy pronto comenzó a compaginar los estudios con el balón. Entrenamientos en Lezama para intentar conseguir su primer objetivo, ser futbolista profesional y a la vez, terminado el bachillerato, comenzar los estudios de ingeniería en la Escuela de Ingeniería de Bilbao para conseguir su segundo objetivo, ser ingeniero. Y por curioso o excepcional que nos pueda parecer, Álex Quintanilla ha conseguido sus dos metas.
Comenzó su carrera futbolística en el Athletic, fue cedido al Portugalete, volvió al Bilbao Athletic, se marchó al Alavés, Valencia Mestalla, Barakaldo, Almería, Mirandés, Córdoba, Ibiza y Gimnástic de Tarragona, donde lleva jugando desde 2020.
No olvida su salida de Athletic, pero Álex continúa siendo del club rojiblanco, “cuando vives fuera sacas más el orgullo de ser del Athletic”. No puede soportar que le llamen el Bilbao, y reconoce que “el Athletic no es solamente un equipo de fútbol, es algo mucho más grande”.
Recuerda cómo jugando en el segundo equipo del Valencia fue convocado para el primer equipo justo el día que jugaba en San Mamés. Saltó al césped nervioso, al estadio de su Club, pero con un escudo diferente. Se sentó en el banquillo, comenzó el partido y a los seis minutos se lesionó el central. Valverde, entonces entrenador del Valencia, le mandó calentar junto a Angulo. Más nervios, sus aitas y su hermano Ibon estaban en la grada, también sus amigos…, salió Angulo al césped, Álex volvió al banquillo, pero aquellos minutos los tiene muy bien grabados en su memoria.
Como ingeniero, realizó sus primeras prácticas en Enegas (empresa de Redes de Fluidos y Sistemas de Combustión) y a día de hoy es uno de los socios. “No es fácil compatibilizar el trabajo de futbolista con el trabajo como ingeniero, requiere muchísima disciplina”, pero Álex lo ha conseguido. Recuerda sus últimos exámenes de carrera en la Universidad de Valencia y cree que, en los últimos años, las universidades han cambiado. Ahora les facilitan el estudio a aquellos estudiantes que, como él, tienen que vivir en varias ciudades por motivos profesionales.
“Bilbao es mi casa, donde me siento cómodo. Cuando vives fuera te acuerdas de la familia, de la cuadrilla… te has criado con una cultura determinada y, fuera, no la tienes”, pero Álex Quintanilla visita mucho su casa. Cuando viene a Bilbao le gusta cruzar la ciudad, dar unas vueltas para comprobar que todo está en el mismo lugar que la última vez. Una vez instalado, su primer destino es ir a comer unos triángulos del EME y una tortilla en el Salón de Juegos Concha 1. Es inevitable también una cañita en Pozas con los amigos de toda la vida, y una hamburguesa en el Florida. Pero no todo es comer, también le gusta pasear por la Ría y visitar Azkuna Zentroa.
Cuando termine la Liga, se instalará, como lo hace desde niño, con su familia en Górliz. Familia, amigos, playa y su trabajo en Enegas. Álex tiene las cosas claras, cuando deje el fútbol volverá a Bilbao.