lunes, 8 de febrero de 2021

La mayor goleada en la historia de la Liga cumple 90 años

Artículo publicado por Jon Rivas en el diario El País el 08/02/2021

El 8 de febrero de 1931, el Athletic ganó por 12-1 al Barcelona, con siete goles de Bata


Aurora Redondo, actriz de larguísima trayectoria, y su marido Valeriano León se despidieron de Bilbao el 8 de febrero de 1931, donde habían alcanzado un gran éxito en el teatro Campos Elíseos con su obra titulada “Viva Alcorcón que es mi pueblo”. En el Coliseo Albia se anunciaba el estreno de la película El Beso, de Greta Garbo, y los periódicos recordaban que al día siguiente comenzaba la semana blanca en los almacenes Simeón, en el número 4 de la calle Cruz.

A la hora en la que los bilbaínos salían de sus casas para comprar la prensa, los directivos del Athletic, reunidos en las oficinas de Hurtado de Amézaga, se asomaban preocupados a las ventanas para observar el tiempo, pero las nubes que amenazaban lluvia y, por tanto, auguraban una caída de la recaudación en la visita del FC Barcelona a San Mamés, se retiraron enseguida y dieron paso al sol, que lució durante toda la mañana.

Así que a la hora del partido, las tres y media de la tarde, el campo, que por entonces estaba casi en las afueras de Bilbao, presentaba un aspecto formidable, totalmente lleno para el choque que se había convertido ya en un clásico frente al equipo azulgrana. Frederick Beaconsfield Pentland decidió que en la alineación del Athletic compareciera Agustín Sauto, conocido desde pequeño como Bata, desde que un día se le ocurrió bajar a jugar un partido de fútbol con sus amigos, vestido con un guardapolvos de su madre.

Bata no era el titular, pero Unamuno, el delantero centro habitual, estaba lesionado, así que Pentland le dio la oportunidad. Agustín había nacido en la calle más emblemática de Barakaldo, la de Los Fueros, el 11 de mayo de 1908. Era hijo de una ama de casa y de un maestro de productos reversibles en la megafactoría de Altos Hornos. Empezó a jugar al fútbol en las campas del Barracón, hasta que fueron engullidas por la ampliación de la fábrica en la que trabajaba su padre. Después fichó por el Unión Sport, del barrio de San Vicente. Empezó a coger fama por sus goles, y en verano se trasladaba a la cercana localidad cántabra de Castro Urdiales, donde le pagaban 50 pesetas por cada tanto que conseguía en el equipo local.

Fichó por el Barakaldo, fundado por Nicolas Redondo, padre del sindicalista de la UGT, abuelo del político socialista, y seguía haciendo bolos. Marcó goles lucrativos con el Valladolid o el Huesca. El Real Madrid le tentó, pero fichó con suspense por el Athletic, porque hubo un tira y afloja por el traspaso. Mil pesetas de diferencia entre lo que el Barakaldo quería cobrar y el Athletic pretendía pagar. Al final los bilbaínos abonaron 4.000 pesetas y jugaron un partido amistoso en Lasesarre. Bata empezó a cobrar 750 pesetas al mes.

Y aquel 8 de febrero de 1931, se cumplen hoy 90 años, se salió. Le marcó siete goles al Barça en el resultado más escandaloso y nunca superado en la historia de La Liga: Athletic, 12; Barcelona, 1. Los rojiblancos jugaron con Ispizua en la portería, Castellanos y Urquizu en la defensa, el centro del campo con Pichi, Muguerza y Roberto, y la delantera que formaban Lafuente Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza. Diez vizcaínos y un guipuzcoano de Eibar, José Muguerza, tío de quien años después sería goleador del Atlético de Madrid, José Eulogio Garate.

El protagonista fue Bata, pero también Nogués, el portero del Barcelona, a quien marcó siete goles. “Pero le vi la cara y estaba desesperado”, confesaba el delantero años después. “Me dio pena. Si no, le meto doce”. Por el Athletic marcaron además Gorostiza, Lafuente, Pichi, el barcelonista Sastre en propia puerta y Josetxu Iraragorri. El tanto azulgrana lo consiguió el navarro Goiburu. La clave del partido, aseguraban en Barcelona, fue la lesión de Martí en el minuto 18, que dejó a su equipo con diez jugadores, en tiempos en los que no había cambios.

Bata perteneció a la plantilla del Athletic de preguerra que ganó cuatro ligas y cuatro copas, pero renunció después de la Guerra Civil, cuando el club le llamó para que se incorporara. Decidió no hacerlo:”Tenía un bar, un trabajo en Altos Hornos, una mujer y una hija”. Jugó en el. Barakaldo, sin cobrar. Había sido internacional una vez con España. Marcó 105 goles en 118 partidos con el Athletic, pero su mejor día fue el 8 de febrero de 1931. Se cumplen 90 años.