Anécdotas de Raimundo Pérez LEZAMA

Fuente: Revista Athletic Club nº 67

Las vivencias de Lezama están repletas de situaciones curiosas que enriquecen su hoja de ruta en el mundo del fútbol.

En la final de Copa de 1943, disputada en el estadio Metropolitano contra el Real Madrid, Lezama coincidió con Sabino Barinaga, aquel durangarra que tuvo como compañero en el Southampton. De todos modos, el meta barakaldotarra protagonizó una curiosa imagen en aquel partido que acabó con triunfo por gol de Zarra en la prórroga, ya que se atrevió a driblar a un delantero blanco mientras el técnico Juanito Urquizu se llevaba las manos a la cabeza. A posteriori, con la edad ya avanzada, el propio Lezama reconoció que aquella final, con sus decisivas intervenciones, había sido su mejor recuerdo.

En otro choque copero, esta vez ante el Alcoyano, Raimundo mandó deshacer la barrera y el balón se lo colaron. Con 2-0 en el marcador, no pudo después el Athletic remontar la eliminatoria en 1946. En su único partido internacional con la selección española, el 26 de enero de 1947 ante Portugal en Lisboa, se colgó del travesaño en un balón bombeado y el árbitro inglés le reprochó su conducta, desconociendo que Lezama sabía su propio idioma: “Disculpe, no lo volveré a hacer. Gracias por advertírmelo”, le contestó ante la sorpresa del trencilla.

El barakaldotarra fue el guardameta menos goleado en la Liga de 1946/47, un logro que desde 1959 se reconoce con la entrega del Trofeo Zamora. Quien le iba a decir al propio Ricardo Zamora. Raimundo había acudido en su día a hacerse unas pruebas con el Atlético de Aviación (antiguo nombre del Atlético de Madrid), entonces dirigido por el mítico portero catalán, que le recomendó dedicarse a cualquier cosa que no fuera el fútbol.

El día exacto del cuarto aniversario de su fallecimiento, el 23 de julio de 2011, el azar quiso que el Athletic jugara un amistoso contra el Southampton (su primer equipo) en el Saint Mary’s Stadium, que concluyó con triunfo bilbaino por 0-2 (Igor Martínez, Iraola).

Como curiosidad final, en 2006, el entonces alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna le nombró Ilustre de Bilbao, siendo el primer futbolista al que se le otorga dicho reconocimiento.