domingo, 6 de noviembre de 2016

En el cuerpo de Peter Pan

Artículo publicado por C. Ortuzar en el diario Deia el 05/11/2016

Una preparación metódica e integral velan por el organismo de Aduriz, un delantero sin edad


Aritz Aduriz con el balón con el que marcó los 5 goles (Oskar M. y J.M.M.)

Peter Pan nunca quiso crecer. Aduriz, tampoco. Formidable el donostiarra, inagotable su fútbol cuando otros caminan hacia el ocaso. La puesta de sol no sombrea el impacto del delantero, más fiable que nunca. “Llegados a este punto, con Aduriz se trata de retrasar el envejecimiento físico y muscular mediante la combinación de distintas actuaciones”, establecen las voces de Aritz Altadill y Aritz Arberas, preparadores físicos de deportistas de élite, cuando se les cuestiona sobre las claves del rendimiento de Aritz Aduriz, un delantero infinito, capaz de derribar la historia y escribir su propia leyenda en rojo y blanco. En el éxito del donostiarra confluyen, según los expertos, numerosos factores que han logrado ralentizar el desgaste propio de la edad, la oxidación del andamiaje, para que Aduriz luzca su versión más fotogénica.

“Además de disponer de un físico genéticamente privilegiado, el resto tiene que ver con su aportación. Su rendimiento tiene que ver con la determinación de la que es capaz de cuidarse a todos los niveles. Se trata de una combinación de nutrición, fortalecimiento, propiocepción, descanso...”, argumenta Altadill, uno de los responsables de Zentrum. “Hay que ser muy profesional para poder dar ese rendimiento porque el deporte de élite quema mucho. No solo hablamos del aspecto físico sino también del psicológico o motivacional. Muchos deportistas no soportan ese estrés de competir continuamente. Seguro que Aduriz maneja muy bien ese estrés que a más de uno le ha agotado a la hora de competir. Mantener la motivación es vital”, dice Aritz Arberas.

Tanto a la gestión psicológica como a la táctica -el aprendizaje y la experiencia sobre el campo hacen que sea mucho más eficaz, decisivo y sutil en el juego-, se le debe añadir una respuesta física extraordinaria que le mantiene en la cúspide. “Tendrá una gestión de las cargas muy controlada y supervisada. Eso conlleva la economización de esfuerzos para ser eficaz cuando toca. Es fundamental”, añade Arberas. Retrasar el reloj biológico se antoja prioritario para sostener un rendimiento fabuloso. “Hay que tener en cuenta que a partir de los 32-34 años el nivel de las hormonas anabólicas (testosterona y hormona del crecimiento) desciende lo que conlleva la pérdida de fuerza y explosividad. Es el envejecimiento natural del cuerpo. A partir de la treintena cuesta más recuperar y es cuando se aprecia una pérdida de explosividad y fuerza en el deportista”, destaca Arberas. Para limitar la pérdida de exuberancia física, los expertos coinciden en que se debe programar “trabajo de fuerza y potencia pero con las cargas muy bien definidas y adaptadas. En eso, cada uno es un mundo, pero es imprescindible para mantener una respuesta adecuada a las exigencias”. Además de ralentizar ese desgaste, en Aduriz el trabajo de propiocepción, diseñado para la prevención de lesiones, es básico. “Cualquier lesión resulta más dañina a estas edades, por lo que conviene anticiparse y prevenir mediante ejercicios de propiocepción”. El resto lo pone Aduriz, en el cuerpo de Peter Pan, delantero centro.