miércoles, 27 de mayo de 2015
Salirse del guion para hacer el trayecto a la final de Copa
Por carretera, por aire o en transporte ferroviario son las opciones para viajar a Barcelona. La gran mayoría se decantarán por los medios más tradicionales organizados por las compañías de viaje u optarán por acudir a la capital catalana en sus vehículos habituales. Mientras, un pequeño grupo de aficionados rojiblancos ha decidido hacer algo diferente, algo extraordinario en un día para recordar. Un viaje a la gloria en un formato único. Esa gente que opte por alternativas inusuales dará un color especial a los caminos hacia la Ciudad Condal y convertirán las rutas en una auténtica fiesta rojiblanca antes incluso de arribar a su objetivo. Uno de estos particulares viajes estará organizado por Euskadiko Citroenaren Lagunak, que una vez más volverán a viajar a la final en sus coches clásicos. Por su parte, el grupo de estudiantes a cargo de la empresa Igloo Bilbao quiere convertir el trayecto en autobús a Barcelona en una Athletic Hiria andante para que los ánimos empiecen a sonar desde la salida de Bilbao.
La caravana de coches clásicos Citroën, todos ellos llenos de banderas rojiblancas e ikurriñas. A la cabeza, un DS, uno de los símbolos automovilísticos de la época y también conocido como Tiburón, con una enorme copa sobre su techo. Una imagen que se dio en la última final del Athletic y en el enfrentamiento de los bilbainos ante el Oporto en la Champions League. Los culpables de todo esto son Euskadiko Citroenaren Lagunak, que este año volverán a desempolvar sus automóviles, prepararlos con mimo y lanzarse en una aventura; esta vez directos a Barcelona. “Queríamos hacer algo distinto y como nos gustan los coches clásicos decidimos ir en su día a Madrid con once Citroën. Ahora, tres años más tarde, volveremos a hacer lo mismo, aunque esta vez solamente podremos ir cinco”, explica Josu Andikoetxea, cabeza visible de esta iniciativa.
El viaje con los Citroën no es uno de los más placenteros. La baja velocidad media y las propias condiciones del coche hacen que el trayecto se haga mucho más largo. A pesar de todo, estos amantes del coche francés disfrutan muchísimo cada vez que se suben a su Tiburón o a su 11 ligero, entre otros modelos clásicos de la marca francesa. Convierten las carreteras en “nuestra fiesta” y hacen que los otros conductores viajen en el tiempo por unos instantes. “Nos lo pasamos muy bien y el resto de viajeros con los que nos cruzamos también. Al ir tan despacio nos pasan todos los coches y los autobuses. Estos nos pitan, sacan fotos y graban vídeos. Es una gran juerga aunque a veces es un poco lío”, relata Josu.
La salida de este convoy sesentero está programada el viernes a las nueve de la mañana. Un día anterior a la final para así poder solucionar cualquier problema inesperado. “En principio no hay motivo para que pase nada, pero al ir con unas medias de velocidad de ochenta, salir el mismo día podría hacer que llegáramos demasiado justos”, comenta Josu, que reconoce que teme algo por encima de todo: “Lo peor que nos puede pasar es que un coche nos deje tirados. Nosotros mismos sabemos meterle mano con un destornillador y una llave inglesa, pero ante la falta de recambios no podemos hacer nada”. Otros inconvenientes podrían ser las normas de circulación. Unas pequeñas limitaciones que Euskadiko Citroenaren Lagunak conocen de primera mano ya que en su anterior viaje a Madrid les pusieron una multa por ir “demasiado lento”. Diferentes problemas que tratarán de evitar, sobre todo, en la ida ya que lo “importante es llegar y a la vuelta, si es necesario llamar a la grúa no pasa nada”. Un retorno a casa lento con la copa de cartón en el techo y, si es posible, el verdadero título de Copa en el recuerdo.
Viaje interactivo
Más novedoso que el viaje con los Citroën es el organizado por Igloo Bilbao. Garazi Uriarte, Jon Ansoleaga, Lander Iraragorri, Ángela del Río y Asier de Miguel son estudiantes del grado Liderazgo, Emprendedor e Innovación. Unos estudios diferentes a los convencionales en los que los alumnos crean su propia empresa real y la gestionan. Así, estos jóvenes han decidido centrar sus objetivos en la final de la Copa y han organizado una expedición en autobús a Barcelona muy diferente. “Uno de nosotros estuvo en Madrid y nos comentó que el viaje había sido muy aburrido. Entonces, decidimos hacer algo diferente al resto para diferenciarnos”, explica Asier.
El Bus La Gabarra saldrá el sábado a las cinco de la mañana de la Plaza Moyua y los aficionados rojiblancos que han decidido optar por este modo de viaje no tendrán momento para el aburrimiento. “Para empezar les ofreceremos un desayuno y pondremos un vídeo interactivo, en el que nosotros haremos de actores, para romper un poco el hielo. Luego, después de la primera parada obligatoria, veremos la final de Copa del 84 y comenzarán los cánticos. Todo para que la gente se sienta como si estuviera en la Athletic Hiria”, comenta Asier.
Hasta ahora la idea ha calado y los estudiantes de Igloo Bilbao han podido llenar un autocar de 55 personas. “Estamos muy satisfechos y solo estar en el autobús de camino a Barcelona tiene que ser la leche. Aun así, al principio nos costó bastante empezar a movilizar a la gente, pero con empeño todo nos ha salido muy bien”, reconoce Asier. El siguiente objetivo es conseguir completar otro vehículo de 32 plazas antes del viernes. “Tenemos a varias personas en la lista de espera, pero hasta que no estemos seguros de llenar un bus no lo vamos a coger. El viaje cuesta 55 euros, pero si viene un grupo de diez personas, les regalamos un billete”. Un viaje diferente al resto en el que la diversión del viajero será la prioridad y los aficionados rojiblancos empezarán a respirar el ambiente de la final desde la misma salida de Bilbao.