miércoles, 28 de enero de 2015

Pichichi

Fragmento extraído del libro 'La gran historia del deporte vasco'

En 1911 un joven estudiante de Derecho de la Universidad de Deusto debutaba como titular en el Athletic en un partido contra la Academia de Artillería. Aquel chico de 19 años tuvo la suerte y el buen hacer de marcar un gol de los dos con los que los de Bilbao se impusieron a su rival.

El nombre de aquel chaval era Rafael, de apellido Moreno. Más tarde se le conocería como Pichichi.

Acababa de nacer una leyenda del fútbol vasco. Uno de esos jugadores que parecen tener todo el juego del mundo, tanto en sus pies como en su cabeza.

Con inteligencia e instinto para saber cuándo y cómo. Pichichi perteneció a esa clase de jugadores que nacieron tocados por la sabiduría que el fútbol guarda solamente para unos pocos, los elegidos. Fue el "rey del shoot", el único, el inigualable.


El rey del shoot
Hurtado y Acedo flanquean a Pichichi; y Ochandiano, Urrutia y Zabala aparecen sentados (Foto: Archivo Diputación Foral de Bizkaia)

La vida de Rafael Moreno, Pichichi, estuvo llena de anécdotas. De entre todas ellas, quedó grabada en la memoria de los aficionados la forma en que este genio del fútbol tenía de prepararse para rematar los corners. En la espera del balón, Rafael se agachaba simulando que se ataba el borceguí y, cuando menos lo esperaban los contrarios, saltaba hacia el balón. Al delantero bilbaíno le llovieron ofertas de muchos clubes, entre ellos, varios distinguidos equipos ingleses. Nunca se le pasó por la cabeza salir de Bilbao.

Como escribió Alberto López Echevarrieta, "Pichichi era capaz de cruzar el campo con el balón, perseguido por contrarios que no conseguían arrebatarle el esférico hasta que, en chut perfectamente calculado sobre la carrera, se colaba imparable en las redes de la portería contraria ante las aclamaciones de sus seguidores". Rafael Moreno vivió una de las fases históricas más intensas del Athletic.

El equipo ganó las Copas de 1911, 1914, 1915 y 1916. Estuvo presente en la inauguración del nuevo campo de San Mamés en 1913, el 21 de agosto para ser más exactos, en cuyo partido inaugural ante el Racing de Irún, él fue el autor del primer gol. Aunque, dicen las malas lenguas que el que lo hizo fue otro -Seve Zuazo- y que, por deferencia, se lo adjudicaron a él. Vivió las tiranteces con el entrenador inglés Mr. Barness, aquel que les hacía entrenar a las ocho de la mañana, para quien las victorias comenzaban con un buen entrenamiento y ante el que Pichichi desplegó toda su colección de indisciplinas, pues como todos los genios, hacía lo que le venia en gana. Y además, no jugaba solo. Sus compañeros tambien eran de quitarse el sombrero: Ibarreche, Solaun, Iceta, J.M. Belauste, Eguia, Acedo, Zuazo, Cortadi y Pinillos.


San Mamés, "La Catedral"
En sus inicios, San Mamés tuvo un marcado aire inglés, con el público encima de los jugadores, una tribuna de seis filas de fondo y un terreno de juego rodeado por huertas (Foto: Archivo Diputación Foral de Bizkaia)

Pichichi, que tenía la costumbre de jugar con un pañuelo blanco anudado en la cabeza, concluyó su carrera como jugador en 1921, con sólo 29 años, para convertirse en árbitro de fútbol. Durante sus últimos años como futbolista en activo, ya en declive, fue muy criticado por la afición bilbaína, que pedía su retirada. Falleció un año más tarde, el 1 de marzo de 1922. Se desconoce a ciencia cierta la causa de la muerte. La versión más admitida apunta a un proceso tifoideo, posiblemente por ingerir ostras en mal estado.


La despedida del mito
La recaudación del homenaje a Pichichi fue a beneficio de la esposa e hija del mitico goleador