martes, 28 de enero de 2014

Nunca lo olvidaré

Artículo publicado por Juan Pablo Martín en el diario El Correo el 27/05/2013

A sus 80 años, Eusebio Arriaga, seguidor del Athletic, presenció su primer partido en San Mamés, un hola y adiós cargado de emotividad


Eusebio Arriaga accedió, junto con su mujer, pronto a San Mamés donde nunca antes había estado

En el último partido oficial que albergó San Mamés hubo lágrimas por la despedida, pero también de felicidad. A sus 80 años, Eusebio Arriaga cumplió un sueño. Invitado por El Correo, vio por primera vez un partido del Athletic en La Catedral. El equipo de sus amores al que muchas tardes desde su juventud siguió por la radio y que, posteriormente, la televisión le permitió ponerle imágenes, pero con el que nunca había compartido el calor que desprende en su estadio y su afición. Y más en un partido tan significativo como el de ayer. "Emocionante. Impresionante". Así definió Arriaga lo vivido a la conclusión del encuentro. Nunca imaginó semejante ambiente ni que pudiera disfrutar tanto viendo un choque en directo. "Nunca lo olvidaré", añadió.

Fue una jornada especial para él. Ya llevaba algunos días con cierto cosquilleo en el estómago a medida que se acercaba la fecha. Acompañado de su mujer y su hijo llegaron pronto desde Markina, localidad en la que reside desde hace 49 años, y no perdió detalle de todo lo que aconteció en las inmediaciones del campo. Habían pasado 65 años desde que estuvo la última vez cerca del campo. Entonces tenía 15 y era un chaval que llegó para estudiar en los Jesuitas. Ahí tuvo su primer contacto con el conjunto rojiblanco porque en el caserío Iruta de la pequeña localidad de Bolibar en el que nació no había noticias del fútbol. Era el segundo de doce hermanos y su infancia estuvo marcada por los años de la postguerra. Todavía recuerda el paso de los aviones de la Legión Cóndor que bombardearon Gernika y que incluso lanzaron un proyectil en la huerta junto a su casa "que hizo temblar todo".

En una rendija

A los 13 años comenzó a trabajar, y dos más tarde recaló en la capital vizcaína para estudiar. Estuvo cinco meses. Aquí comenzó a saber de las andanzas de Zarra, Gainza, Carmelo... "Los domingos nos acercábamos hasta el campo, que era más pequeño que ahora, para tratar de ver algo de los partidos por unas rendijas que había entre unos tablones. No había dinero para comprar entradas por lo que nos teníamos que conformar con eso", señaló.

Ayer, 65 años después, hizo prácticamente lo mismo pero con las obras de San Mamés Barria. Como muchos aficionados, no se resistió a mirar entre los huecos existentes en las lonas que cubren los trabajos en la calle Pichichi. Vio la llegada de los jugadores del Levante y le llamó la atención el "número de personas que se reúne para recibir al Athletic". Luego se encaminó al interior del estadio.

Entró pronto y pudo presenciar la tranformación que sufre el campo con la llegada de los aficionados. La salida del equipo a calentar. El himno. El salto del once al campo. Los gritos de apoyo de la grada... Fue un partido de sensaciones intensas. Bastante más que las que ha sentido a lo largo de los muchos años que ha seguido los encuentros de los rojiblancos por la radio. A los veinte años tuvo la primera. Y desde entonces fue su inseparable compañera para seguir los duelos de los rojiblancos. "Una vez llegué a romper una del disgusto por una derrota", recordaba ayer.

Era la primera vez que veía jugar al Athletic en directo. A los jugadores del equipo ganador de la temporada 1982-1983, sin embargo, los vio en el homenaje que se le tributó en la Casa de Juntas de Gernika. Fue expresamente con un amigo, "Clemente, Sarabia y Goiko...". El central rojiblanco fue su jugador favorito: "El chato, por su poderío y la fuerza que transmitía". Y es que Arriaga practicó el levantamiento de piedra y fue en ocho ocasiones campeón de Bizkaia, además de carretero en pruebas de arrastre. Ayer, en las inmediaciones del campo se encontró con José Ángel Iribar y se sacó una foto para el recuerdo con el mítico portero.

Carne de gallina

Arriaga es un defensor acérrimo de su equipo. Que se lo pregunten a los tres seguidores de la Real Sociedad que formaban parte del grupo con los que iba a cazar, con los que se jugó 5000 de las antiguas pesetas con cada uno a que los rojiblancos terminaban por delante de los blanquiazules al final de la liga, a pesar que en ese momento iban varios puntos por debajo. "El Athletic terminó con 52 y la Real Sociedad con 48", rememora. Hoy presumirá con todas las fotos que ayer le hicieron en San Mamés su mujer y amables aficionados.

Durante el partido disfrutó "una barbaridad. Esto no es nada parecido a lo que se ve en la televisión. Nunca he visto algo así", relató. Vivió el choque con intensidad, sufrió con las ocasines perdidas por los rojiblancos y no pudo ver ganar a su equipo en el último partido oficial en San Mamés. Pero los actos posteriores al encuentro "termniaron por ponerme carne de gallina. No sabía qué hacer de la emoción".