jueves, 29 de diciembre de 2011

Zalegoa munduko hobenetarikoa da

Artículo publicado en el número 28 de la revista Athletic Club
(Diciembre 2010)

Oinatz Bengoetxea, Pilotaria/Pelotari


Txikitatik gustatu izan zait futbola, umeetan egunero jokatzen nuen eta asko gustatzen zitzaidan. Horrela, normala da talde baten jarraitzaile izatea.

Ba ni, beti, Athletikekoa izan naiz, kolore horiek ziren gehien gustatzen zitzaizkidanak eta jokalari guztiak euskaldunak izanik, niretzat, xarma berezia du. Ziganda, Urzaiz, Guerrero, Etxeberria,... horiek izan ziren nire umetako gustuko jokalariak ikuskizun ikaragarria ematen bait zuten.

Nik beste bide batzuk hartu nituen, pilota, eta urte batzuetan ez nuen askorik jarraitu ez futbola ezta Athletik ere. Baiña duela bi urte San Mamesera joan nintzen eta hango giroa ikusita, berriro piztu zitzaidan talde honekiko neuzkan sentimentuak. San Mameseko giroa aparta da, beste taldeetako jarraitzaileek aitortzen dutenerako, pentza. Athletik-en zalegoa munduko hobenetarikoa da, jendeak ikaragarri maite bait du taldea eta momento txarretan sekulako bultzada ematen die jokalariei.

Gaur egungo taldea ere asko gustatzen zait, kalitate haundiko jokalariak ditu eta gainera oraindik oso gazteak dira, talde oparoa dugu beraz. Ea zorterik duten eta gauza garrantzitsuak egitea lortzen duten, dudarik gabe merezi dute eta.

Lehoiak beti aurrera!

Aupa Athletic!!!

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La mejor afición del mundo

Desde pequeño me ha gustado el fútbol, de niño jugaba todos los días y me gustaba mucho. Así es normal ser seguidor de un equipo.

Pues yo, siempre, he sido del Athletic, esos colores eran los que más me gustaban y, para mi, siendo todos los jugadores vascos, tiene un encanto especial. Ziganda, Urzaiz, Guerrero, Etxeberria,... esos fueron los jugadores que me gustaban de pequeño por que ellos daban un espectaculo sorprendente.

Yo tomé otros caminos, la pelota, y en varios años no seguí ni el fútbol ni al Athletic. Pero hace dos años fuí a San Mamés y al ver el ambiente de allí, de nuevo se me encendieron los sentimientos que tenía por este equipo. El ambiente de San Mamés es extraordinario, imaginate, para que los jugadores de otros equipos lo reconozcan. La afición del Athletic es la mejor del mundo, por que la gente quiere sorprendentemente al equipo y en los momentos malos les dan un empujón increible a los jugadores.

El equipo de hoy en día tambien me gusta mucho, tiene jugadores de gran calidad y ademas todavia son muy jovenes, por tanto tenemos un equipo esperanzador. A ver si tienen suerte y consiguen hacer cosas maravillosas, ya que sin duda se lo merecen.

Lehoiak beti aurrera!

Aupa Athletic!!!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El zurdazo del hombre tranquilo

Buscando buscando me he encontrado con esta entrevista a cinco leyendas del Athletic Club como son: Iribar, Irureta, Koldo Aguirre, Txetxu Rojo y Lasa con motivo del treinta aniversario de la final de la UEFA disputada frente a la Juventus de Turin.
Cinco años después de esta entrevista, la gesta de llegar a una final europea se vuelve a poner en marcha.

Cinco leyendas del Athletic Club: Iribar, Irureta, Koldo Aguirre, Txetxu Rojo y Lasa
(Articulo publicado por J. AGIRIANO en el diario El Correo el 4 de mayo de 2007)

En las cinco eliminatorias previas se vivieron situaciones inolvidables como el gol de penalti de Madariaga en Milan

- El camino hasta la final fue memorable en San Mamés. Se comenzó con un 5-0 ante el Ujpest Dosza.

Iribar. Ese partido fue muy importante porque nos dio mucha moral.

- Moral para hacer historia ante el Milan, por ejemplo.

Lasa. Sí. Fue una gran eliminatoria. Ellos se adelantaron bastante pronto...

- Con gol de Fabio Capello.

Lasa. No me acordaba. Pero lo que te decía. Se nos adelantaron y luego les dimos un repaso bonito. Les metimos cuatro y el árbitro anuló el quinto a Carlos en el último minuto. Todavía no sabemos qué pito.

- Txetxu lo bordó en ese partido. ¿Fue una de sus mejores actuaciones?

Rojo. Sinceramente, lo que recuerdo es el partido fenomenal que hizo todo el equipo y, como dice Txema, ese quinto gol que nos anularon. Con él hubiéramos sufrido menos en Milán.

- Porque se sufrió de lo lindo.

Lasa. Fue un infierno.

Rojo. Ya llegamos mal. Ángel tuvo que jugar con 40 de fiebre y yo había estado con un flemón.

Koldo. Nunca lo he pasado peor en un banquillo. Siempre he sido pálido, pues mira cómo estaría que el difunto Guillermo Perdiguero me dijo que estaba verde. Piensa que veníamos de perder 5-0 en Donosti y que con 3-0 estábamos eliminados. ¿No podía volver a casa!

- Bendito penalti. Por cierto, ¿lo fue o echó una mano el árbitro?

Irureta. Fue claro. De no serlo nunca lo hubiera pitado. Los árbitros no se meten en esos líos.

Rojo. Fue clarísimo. Ellos estaban tocando la pelota para perder tiempo, porque quedaba muy poco. Le dieron el balón al lateral y se lo quité. Estuve a punto de tirar a gol desde lejos porque Albertosi estaba muy adelantado...

Koldo. Pero el balón se te había quedado a la derecha...

Rojo. Sí. Y decidí seguir. Entré al área y cuando vino el defensa, le recorté y él me barrió. Luego me dijeron que le quemaron el coche después del partido.

Con la zurda

- Quedaban tres minutos y había que tirarlo.

Koldo: Me viene Dani, que estaba en el banquillo, y me dice: 'Si quieres salgo y lo tiro yo'. ¿'Cagüen la puta'!, le digo. Te cambio, sales y fallas y nos tenemos que ir a Siberia los dos.

Rojo. Recuerdo que se me acerca a Madariaga y me dice: 'Yo lo meto'. ¿Pero seguro?, le pregunto. Y él: que sí. La verdad es que le pegaba muy bien al balón. Se va, coloca la pelota en el punto de penalti y veo que se pone para darle con la izquierda. ¿Me entró una cosa por aquí! (Rojo se lleva las manos al gaznate). ¿Era derecho! Cuando metió el gol le pregunté a ver cómo había tirado con la izquierda y me dijo que en el Barakaldo los tiraba así.

- Un hombre tranquilo, Madariaga.

Koldo. Tan tranquilo que después de ese partido no jugó más.

Aquel saque de banda

- De la siguiente eliminatoria, ante el Barça, el protagonista fue Jabo.

Irureta. Tuve la suerte de meter dos goles allí. La verdad es que estaba de racha porque un par de semanas antes les había metido otros dos. En tres semanas marqué cuatro goles en el Nou Camp. Creo que me aprovechaba un poco de todo lo que se movía Neeskens. Tenía tanta fuerza que quería abarcarlo todo y nosotros aprovechábamos bien los espacios para entrar desde atrás. La verdad es que en ningún momento peligró la eliminatoria.

- Y eso que en el Barça estaba Cruyff.

Irureta. Sí, pero en San Mamés remontamos bien el gol de Asensi y allí, aunque Cruyff metió dos goles, fuimos siempre por delante.

Rojo. Lo pasamos peor con el Racing White.

Koldo. Pues el partido en Bélgica, sobre todo la primera parte, ha sido la vez que más he disfrutado en un banquillo. Tuve que poner de titulares en el centro del campo a Oñaederra, Garay y Pekele (Rojo II). Cuando vio el equipo, el gerente me viene y me dice: 'Como ganemos con esto...' Y mira. Tuvimos oportunidades para ganar.

- En San Mamés, sin embargo, hubo que pasar apuros al final.

Rojo. Fue Txema, que quiso darle emoción.

Koldo. Calla, calla. Casi me da un mal.

- En el famoso saque de banda.

Lasa. Como dice Txetxu fue para darle emoción, ja, ja. Estaba un poco frío. Fui a sacar de banda y decido mandársela al Chopo. Cuando me doy cuenta, el balón ya se me ha ido de las manos y veo que llega un belga a toda leche. ¿Joder! Le había dado el balón al mejor delantero del Racing White. Menos mal que se le ocurrió tirársela por encima a Ángel. Y a éste no le metían una de esas.

Iribar. La verdad es que fue un buen susto. Pero en el cómputo de la eliminatoria fuimos superiores.

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Eliminatorias

Ujpest Dozsa 1 Athletic 0
Athletic 5 Ujpest Dozsa 0

Basilea 1 Athletic 1
Athletic 3 Basilea 1

Athletic 4 Milan 1
Milan 3 Athletic 1

Athletic 2 Barcelona 1
Barcelona 2 Athletic 2

Racing White 1 Athletic 1
Athletic 0 Racing White 0

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Las fichas de los partidos de la final de 1977

Juventus 1 - Athletic Club 0

Alineaciones:

Juventus: Zoff, Cuccureddu, Morini, Gentile, Furino, Scirea, Causio, Tardelli, Boninsegna (m. 39, Gori), Benetti y Bettega.

Athletic: Iribar, Oñaederra, Escalza, Villar, Guisasola, Goikoetxea, Dani, Irureta, Churruca, Rojo II y Rojo I.

Árbitro: Charles Cover.

Goles: 1-0 m. 15 (Tardelli).

Fotos del partido

Partido de ida: Juventus 1 Athletic Club 0Partido de ida: Juventus 1 Athletic Club 0

Asi lo recogió el diario El Correo

Portada del diario El Correo tras el partido de idaCrónica del partido de idaCrónica del partido de ida

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Athletic Club 2 - Juventus 1

Alineaciones:

Athletic: Iribar, Lasa (m.63, Carlos), Escalza, Villar, Guisasola, Alexanko, Dani, Irureta, Amorrortu, Churruca y Rojo I.

Juventus: Zoff, Cuccureddu, Morini, Gentile, Furino, Scirea, Causio, Tardelli, Boninsegna (m. 60, Spinosi), Benetti y Bettega.

Árbitro: Linemayer.

Goles: 0-1 m. 6 (Bettega). 1-1, m. 11 (Irureta). 2-1, m. 77 (Carlos).

Fotos del partido

Gol de IruretaGol de Carlos

Asi lo recogió el diario El Correo

Portada del diario El Correo tras el partido de vueltaCrónica del partido de vueltaCrónica del partido de vuelta

Entrevista a: Pedro Aurtenetxe

(Entrevista publicada en el diario Deia el 29 de octubre de 2011 por Jose Luis Artetxe)

Pedro Aurtenetxe: "Lo mejor del himno es el 'geuria' que se corea detrás de 'Athletic': define al club"

Pedro Aurtenetxe, expresidente del Athletic Club
No quiere darse importancia por ser el presidente de los últimos títulos: le tocó así y añade que la suerte, básica en el fútbol, contribuyó lo suyo para arrebatarle al poderoso Real Madrid aquellas dos ligas por márgenes mínimos. Y le gusta el fútbol que ahora se practica con Bielsa

Bilbao. Considera Pedro Aurtenetxe (Bilbao, 1933) que la figura del presidente se ha distanciado de la gente con el paso del tiempo, en parte porque las costumbres de vida en la calle han ido cambiando. Pondera a aquellos salidos de Neguri por su sensibilidad, pese a su ideología, y cataloga a Beti Duñabeitia, quien le pasó el testigo, como su maestro. Remata así su reflexión: "A ver si el de ahora nos borra a todos".

¿Cómo vive hoy el fútbol un expresidente del Athletic?

Lo del cargo es algo que ya está pasado de moda. Me interesa el fútbol en lo que atañe al Athletic. Cada vez me gusta menos ver un partido entre el Manchester United y el Chelsea y más ver un Athletic-Córdoba. Creo que con la edad te haces más a ver a tu equipo que a ver el fútbol en general. El fútbol se está escapando del fútbol porque se ha mercantilizado tanto que la gente ha ido perdiendo la ilusión, por eso digo que te vinculas más a tus colores que al fútbol en sí mismo.

Pero esto de la mercantilización no es de ahora, viene de bastante atrás.

Ya, pero todo esto que rodea ahora al fútbol… Mira qué problemas plantea la distribución de los ingresos, es algo que está completamente hilvanado con lo deportivo. Solo hay dos equipos que no se equivocan, al menos de manera grave, porque siempre traen gente contrastada, mientras que el resto no puede.

Bueno, cuando usted lo presidía el club se saltó esa barrera que establecen los poderosos.

Pero entonces solo había tres extranjeros por equipo, por eso les pudimos. Ahora tienen ocho o diez en la alineación. Estamos rezando para que Platini ponga en marcha eso del 6+5, que es algo que creo que sí se va a hacer y cuando todos estén obligados a jugar con medio equipo de casa… Pero esta norma tampoco les va a afectar tanto a los más poderosos porque mira el caso del Barcelona. Ya no se limitan a comprar en el mercado, ahora los traen con 14 años y los forman, como a Messi. El Bayern Munich tiene por todo Europa distribuidos quince chavales para que se vayan haciendo en clubes de menor nivel.

Pero aquellos tres extranjeros de los ochenta marcaban diferencias.

Sí, Maradona en un lado, Hugo Sánchez en el otro. Pero hoy es más difícil si tú solo vas con la cantera. Encima, los vecinos nos venden más caro para facilitarnos las cosas. No te dejan sembrar dorsales, jugadores sí vas haciendo, pero no dorsales. Quiero decir que no siempre puedes formar lo que necesitas para cada puesto concreto y a veces tienes que mover a alguno de sitio para compensar lo que te falta. Cuando salga una buena camada, un equipo completo, se podrá hacer algo.

Por lo que dice, ve lejos los títulos.

No, la Copa sí la veo. Tú por lo menos vas a ver un par de ellas más. La Liga es un poco más difícil. También hará falta que con los precios actuales tengas la fuerza para sujetar a los mejores. Antes ya se sujetó a gente importante, como Iribar y otros, pero ahora no sé si esto es posible. Por eso igual no nos interesa tener un Pelé y sí unos jugadores con una media de calidad buena.

Usted tuvo un equipo así y ganaron Liga y Copa.

Esto es como un sorteo, te toca una época gloriosa y ya está, sin más. Primero hace falta un elenco profesional bueno y luego que no tengas lesiones, que los árbitros no se equivoquen porque piensa cómo pesan estos factores si ganas ligas por un punto o empatado a puntos con el segundo, que así pasó entonces. Hace falta suerte con las lesiones y los arbitrajes. Otra cosa es ganar el título con siete puntos de ventaja, así nos vamos todos a la romería.

Su mandato se recuerda por los títulos, más a medida que pasan los años y no llegan más, pero todo no sería bonito.

Tienes espinas y flores. Es verdad. Para llegar a la flor tienes que pincharte, en el fútbol como en cualquier orden de la vida.

Empezó en el club como directivo.

Estuve con Beti Duñabeitia de presidente. Estaba en la comisión deportiva, en la que mandaba José Luis Panizo y, ya sabes, a un pelotero como él le tienes devoción. Yo era su recadista. Me mandó que fuese a hablar de sueldos, premios y primas con los jugadores. Los delegados de la plantilla eran Irureta y Villar. Yo hice el recado. Recuerdo que volví a donde Panizo y le dije que no había firmado nada por si éramos campeones de Liga porque no tenía un criterio para eso. "Dales el campo" me contestó. Ese día me di cuenta de la diferencia que hay en la forma de enfocar los temas entre un profesional y alguien que, como yo, no lo era. Se me quedó clavado.

Pues no pasaron tantos años hasta que el Athletic fue campeón.

No porque entramos con Beti en el 77. Entonces creo que los presidentes vivían más en contacto con el pueblo, se hacía más vida en la calle, las costumbres eran las que eran, olían el sentir de la gente, palpaban más lo que pasaba. Por ejemplo, cuando yo era joven recuerdo a Enrique Guzmán como un gran presidente, era un bilbaino que utilizaba el lenguaje del pueblo. Mi padre, por ejemplo, solo hablaba de Luis Casajuana (presidente del club entre 1935 y 1943) y te enterabas de que sabían cuáles eran las raíces del Athletic y ejercían en consecuencia. A Casajuana le pasó que Franco, vía Moscardó, le mandó que dejase San Mamés para aquellos alardes sindicales de la época y el Athletic contestó que no, que iban a joder el campo. Obligaron a que se celebrase el acto y dimitió toda la junta. Esto me lo contaba Urizar, un amigo cuyo padre perteneció a esa directiva. Luego, tengo la sensación de que los presidentes se han ido distanciando del pueblo.

¿Usted en qué grupo de presidentes se incluye?

Yo he sido mucho de calle. He sido discutidor, txikitero, txokero, he tenido los hábitos de los ancestros, de joven me hice a esa política y me iba bien. Pero mi maestro fue Beti. A ver si el que tenemos ahora nos borra a todos.

¿Lo dice por Urrutia?

Dentro de su hermetismo, es sesudo, le da vueltas a las cosas, hace como que no oye, pero lo coge todo. Creo que ha acertado con el entrenador, ahora el equipo hace un fútbol más bonito. El fútbol son logros, sobre eso no hay ninguna duda, pero está el fútbol de ver y el de conseguir. Creo que si hay fútbol bonito tienen que venir los resultados. Casi todos los entrenadores son bastante amarradores, pero este de ahora tiene el desparpajo de jugar igual fuera que en casa. La referencia que yo tenía de Bielsa era el partido de Chile contra España en el Mundial, que si no es porque falló el portero de la Real, Bravo,… Le pregunté a Miguel Gutiérrez por Bielsa y me dijo que era el mejor del mundo. Ha sido un acierto traerle.

¿Por qué dio el paso de convertirse en presidente?

Me quedé solo. Beti terminaba y no iba a seguir, la gente de la junta estaba cansada, entonces no se repetía tanto en estos cargos, diría que la gente era incluso más formal y se marchaba a su casa porque ya había cumplido. Pero dentro empezaron a decirme que siguiera y tiré para adelante. Tampoco se hacían estas campañas electorales que se han hecho después, todo era mucho más sencillo y el tratamiento de los medios era más normalizado. Luego todo esto se ha complicado, bastante además. Son unas semanas muy molestas.

En el gobierno del club hubo un antes y un después que vino a coincidir con su época en la directiva. El Athletic lo llevaba antes la gente de Neguri.

Así era, pero vino una especie de vuelta una vez que la gente se quitó la losa de Franco. Hubo un renacer hasta descarado, todos fuimos descubriéndonos, fue saliendo lo que habíamos vivido en casa y se encendió esa ilusión por querer demostrar qué éramos. En tiempos de Beti ya se puso la ikurriña en San Mamés. Sí, hubo muchos años en que las opciones políticas de los presidentes y del pueblo eran distintas, pero fueron buenos presidentes. Creo que el Athletic siempre ha sido un paraguas en el que todos nos hemos podido sentir identificados. Se decía Aúpa Athletic y se entendía lo que se quería, cada cual podía hacer la interpretación a su gusto. Con Beti se vivió esa transición en el Athletic.

Esa idea del paraguas que comentaba ha sido y es importante.

Ahora mismo esto de ETA al club también le va a venir bien. Lo digo pensando en las Peñas, que las que hay por todos lados fuera de aquí tienen un mérito… Es para darles de comer aparte. Recuerdo cuando ibas, no sé, a Andalucía y te venían unos peñistas a saludar y resultaba que acababan de matar en Somorrostro a un guardia civil del pueblo de al lado al suyo. Lo que tenía que aguantar esa gente por ser del Athletic. Esa nebulosa política le ha hecho mucho daño al club: de ser los más queridos por nuestra filosofía a vernos maltratados porque se nos identificaba con un tema tan feo. En parte también por culpa de la manipulación de los medios que nos metían a todos en el mismo saco. Esto de que todos somos de ETA se ha acabado y de alguna forma el Athletic lo va a agradecer.

Ya que ha sacado el tema, su directiva vivió el secuestro de Juan Pedro Guzmán.

Como comprenderás fue un tema bastante desgraciado. Sabíamos que Juan Pedro tenía un espíritu que le permitiría aguantar un tiempo por lo menos. Pero luego hay gente a la que le quedan secuelas para siempre de una experiencia así. La implicación de todo el Athletic fue tremenda. Fue muy desagradable, se sufrió mucho, pero Juan Pedro lo llevó muy bien y, que yo sepa, no le dejó ningún lastre.

Ante la pregunta de qué otro episodio le marcó negativamente durante su mandato, la respuesta es obvia.

Fue el affaire Clemente-Sarabia. Siempre hay vivencias amargas como aquella y otras que se viven de una forma más interna, que tienes que ir metiendo en la mochila que lleva un presidente.

Las generaciones más jóvenes quizás no sean conscientes de la repercusión que tuvo esta historia.

Dividió bastante a la masa social. La gente tomó partido y eso divide, pero tampoco creo que durase demasiado. A nivel personal, estuve un tiempo sin hablar con Javi, pero luego ya hubo un acercamiento al estar Villar en la Federación. Con Sarabia tengo una gran amistad y hablamos largo y tendido cuando coincidimos en algún sitio. A Javi hace tiempo que no le veo. Le suelo ver más a su hijo, Xabier, que es un chaval excelente y luego me he enterado de que también como profesional es de nota.

¿Cómo tomaron la decisión de darle la dirección del primer equipo a Clemente?

Primero se le fichó porque hacía falta un técnico para el Juvenil y le dimos una vuelta. Había estado en el Basconia y el Arenas, había salido de los dos sitios y llevaba un par de años vendiendo Adidas. La desgracia que tuvo como jugador también influyó para cogerle. Una vez dentro sí le empecé a seguir y vi que hacía una labor bastante buena con el grupo. Luego se le subió al segundo equipo, donde estuvo dos años. Arriba estaba Iñaki Sáez, que también llevaba Lezama y como había un equipo más o menos hecho y Javi conocía de varios jugadores porque los había tenido el en filial, se dio el paso. Y el primer año dejó al equipo en cuarta posición.

Vamos que fue un proceso bastante natural.

Tenía unos riesgos, no cabe duda porque no tenía pedestal para subir al primer equipo. Recuerdo que le mandamos una semana a Inglaterra a que viese cómo se trabajaba allí. Tampoco tenía muchas vivencias del primer equipo porque le lesionaron siendo muy joven. Hablé con Piru Gainza, le comenté que podía ser un soporte importante si se sentaba con él en el banquillo. Piru me dijo que no iba a aceptar, pero sí lo hizo y creo que formaron un tándem muy bueno. Piru le asesoraba y bien además, por todo lo que él conocía del fútbol.

A usted le tocó también lo del traslado a Ibaigane.

No era mi primera opción, pero la Diputación que presidía José Mari Makua se adelantó. La segunda opción era en El Arenal, donde ahora hay un hotel había un solar que tenía por su ubicación un toque más bucólico. La tercera opción era Ibaigane, que por la foto que tenía tuvo más partidarios. Se quisieron meter los de las Juntas Generales, pero ahí se le dijo a Makua que no, que era para el Athletic.

La operación fue un chollo desde el punto de vista económico.

Se compró muy bien, sí. Quedó claro que el jardín sería de usufructo público y el palacio, de uso privado del Athletic. Yo hubiese querido destinar el espacio posterior al edificio para levantar allí un lugar para los socios, pero bueno. Por cierto, nada más hacerse la operación nos vino una compañía americana interesada en montar allí un casino.

Antes hablaba de cercanía al pueblo en relación a los presidentes, pero mayor expresión de eso que la celebración de los títulos en la gabarra…

Nació un poco de que pensábamos en aquellos recibimientos en el autobús que pasaba por los pueblos camino de Bilbao. Fue tremendo, sobre todo por el hambre de títulos que todo el mundo tenía entonces. Era un poco como ahora, en lo del hambre digo, pero no creo que pase mucho tiempo.

Y la guinda de las celebraciones fue el himno.

Se veía la conveniencia de tener un himno que fuera un poco más serio y que fuera en euskera, con otra letra. Se propuso en junta y José Mari Arrate dijo que él se encargaba, empezó hablando con unos curas y terminó con Bernaola y Zubikarai. Ceci Gerrikabeitia también intervino, se grabó en Madrid y quedó un himno muy bonito. Aparte de que todo el mundo se lo sabe, a mí lo que más me gusta, lo mejor de todo es ese `geuria' que se corea detrás de 'Athletic'. Es un término que dice mucho, que define lo que es el Athletic.

No hemos hablado de fútbol, del fútbol que hacía su Athletic campeón.

El equipo nuestro era muy competitivo y eso fue lo que nos dio los logros, pero para mí era más bonito el de Koldo Agirre, el que perdió las dos finales con la Juventus y el Betis, que eso es como hablar con dios, ya si pierdes más es que pierdes hasta la escalera.

¿Por qué dejó la presidencia?

Nunca un directivo había hecho más de ocho años y eso era como una regla. Yo no iba a ser más listo que los demás, había que dejar sitio a otros. Era como una tradición, una ley y me fui por eso. Ocho años son suficientes. Ya sé que hoy ser presidente del Athletic es otra cosa, hay mucho balcón, pero éramos como entendíamos que había que ser.

Lo dejó usted y se desató un clima electoral agrio que ha perdurado hasta hoy.

Sí, además con dos directivos que yo había cogido. A Arrate porque era mi amigo y a Lertxundi porque me lo recomendó Clemente, mira por dónde. Al parecer había colaborado en un homenaje que se le hizo. Y hablando de homenajes, me tocaron dos curiosos, el de Iribar y el de Rojo. A Iribar, que entregó todo el dinero del suyo para un diccionario en euskera, no sabía qué obsequio hacerle. Era el portero más importante que hemos tenido y fui a verle a Chillida, le explique para quién era el regalo y lo dio sin cobrar una peseta. No sé calcular el precio que aquella obra tendrá en la actualidad. Para el de Rojo llamamos a la Federación Inglesa para proponerles un amistoso que les propiciara una mejor acogida en Bilbao, que era la sede que le tocaba en el Mundial. Al principio se negaron porque su selección nunca había jugado contra un club, pero la idea de tener un buen ambiente aquí les gustó. Muchas veces lo que parece imposible es lo más asequible.

martes, 27 de diciembre de 2011

Un escudo envuelto en el misterio

La escasísima documentación impide conocer los criterios y los autores de los diferentes emblemas que han representado al Athletic a lo largo de 114 años, un paseo que DEIA propone a sus lectores

(Articulo publicado por JOSÉ L. ARTETXE en el diario DEIA el Sábado, 22 de Octubre de 2011)

Como corresponde a una entidad cuya fundación se remonta a 1898, el Athletic Club almacena un considerable volumen de documentación y objetos de la más variada índole que constituyen el testimonio tangible de su grandeza. El club, a raíz de la celebración del Centenario, se embarcó en una labor de recopilación y clasificación del máximo número posible de datos, así como información gráfica y material diverso (camisetas, equipaciones, cartas, programas, cromos, álbumes, etc.) que permitan realizar un seguimiento exhaustivo de sus diferentes épocas, incluyendo aquellas más alejadas en el tiempo.

El Museo del Athletic Club, que en la actualidad se halla ubicado en los bajos de la Tribuna Principal de San Mamés, es donde se exponen buena parte de esos tesoros que son fiel reflejo de la evolución y de los éxitos deportivos de la entidad. Sin embargo, las condiciones de espacio hacen que la muestra abierta para los aficionados rojiblancos y curiosos en general, aunque de indudable interés y valor sentimental, sea parcial. Es obvio que el Athletic necesitaría bastantes más metros cuadrados para colocar con orden y concierto todos los objetos y trofeos que ha ido acumulando gracias, en buena medida, a la generosa disposición de exjugadores, exdirectivos y socios en general, que respondieron al llamamiento público que hizo el club para completar su colección.

Halo misterioso

El escudo que, junto a su filosofía única, la camiseta, San Mamés o el himno, sirve para identificar fácilmente y en todo el mundo al Athletic, es sin embargo un elemento que hemos heredado envuelto en una especie de halo misterioso. La información que se ha recopilado sobre el mismo llama la atención por insuficiente. El trabajo de buceo en el pasado de la entidad ha tratado de subsanar las múltiples carencias que había y lo ha logrado en muchos apartados, pero no en el relativo al escudo. De modo que la pequeña historia que ilustraría el origen de cada uno de los escudos oficiales del Athletic en absoluto colma el interés o la curiosidad.

Del repaso de las diversas historias editadas sobre el Athletic o del seguimiento de las primeras décadas de la historia del club a través de la hemeroteca, apenas es posible extraer documentos que ayuden a explicar cuál fue su origen, qué es lo que indujo a los responsables del club en cada momento a confeccionar los escudos de que se ha dotado el club y le han representado a lo largo de su historia. Poco, muy poco o nada se sabe de los motivos que indujeron a introducir en el escudo los diferentes elementos que lo componen o a quién correspondió desarrollar dicha labor.

Este déficit obedece sobre todo a que no se guardaron los libros de actas del club. La ausencia de un archivo imprescindible, donde supuestamente debería constar la intrahistoria del escudo, ha obligado a descubrir lo que se conoce gracias a cartas, fotos, cromos o programas de partidos que se han conservado. También los testimonios orales de futbolistas y dirigentes antiguos han arrojado algo de luz. El primer libro de actas data de 1928 y para entonces el Athletic ya tenía el escudo que está vigente en nuestros días, después de haber utilizado al menos otra media docena.

Por establecer una comparación, sí que cabe conocer con bastante detalle todo lo relativo a los himnos, los dos que la afición ha cantado: quién los promovió, qué personas tomaron parte en su gestación (música y letra), cuál es su vigencia y hasta a quién correspondió su interpretación tal y como ha quedado registrada en el soporte correspondiente. Así, se sabe que son dos y solo el segundo, que nació en 1983, el compuesto por Carmelo Bernaola y Antón Zubikarai, posee carácter de himno oficial del club. El otro, llamado Himno del Atlético Bilbao y que empieza "Tiene Bilbao un gran tesoro", es de 1950 y fue obra de Los Cinco Bilbainos.

El centanario, clave

Cuando en el club arraigó la convicción de que era preciso abordar un proyecto que enriqueciese su patrimonio histórico, la disculpa fue el Centenario. Previamente no existió demanda o conciencia entre los distintos rectores de la entidad para acometer una iniciativa de este calado. Hasta entonces, el Athletic había dispuesto de una sala de trofeos, que fue tal desde que la sede estuvo en Bertendona. Posteriormente, se trasladó a los bajos del Palacio de Ibaigane y luego, aprovechando unas obras iniciadas bajo el mandato de Javier Uria en los bajos de San Mamés, se habilitó un espacio que es el actual Museo, apenas 300 metros cuadrados por los que solo durante el año 2010 pasaron 26.000 visitantes.

Lógicamente, está previsto que el futuro San Mamés acoja el definitivo Museo del Athletic, con una capacidad acorde a la importancia que merece, que por supuesto permita exponer cuanto el club ha ido catalogando desde finales de la década de los noventa, con especial dedicación a la investigación de todo lo más antiguo. A modo de dato orientativo, en la actualidad cuenta el Athletic con una colección de 20.000 fotos.

Como es de suponer, en el marco de ese trabajo, el club se esforzó en identificar y clasificar los escudos que ha tenido el Athletic. La búsqueda resultó frustrante. No había constancia oficial alguna, lo cual orientó la investigación hacia el seguimiento cronológico del material hallado y compilado en forma de fotos, carnés de socios, cromos, banderines y programas de partidos o torneos varios. El resultado final habla de que el Athletic Club ha tenido una decena de escudos, si bien varios de ellos no dejan de ser variaciones de un modelo previo de carácter muy efímero.

El primer escudo documentado es de 1902 y de su diseño se deduce la influencia británica que barnizó toda la vida de la institución desde su misma génesis. El periodista José María Mateos hacía la siguiente descripción de la pieza original: "En el centro en azul y blanco un balón en cuyo centro ven entrelazadas las letras A y C". Esta referencia escrita se apoya en los escasos vestigios que se conservan de aquella época, como son cartas, tarjetas de carné, las fotos de las alineaciones y, en concreto, la camiseta azul y blanca que en 1903, con motivo de un match disputado con el Burdigala de Burdeos, vistió el futbolista Juan Mosser.

Primer escudo documentado que se conoce
De este primer escudo, que tiene forma como de cinturón, no se ha podido establecer cuánto tiempo estuvo en uso, aunque se da por sentado que no más allá de 1910, año en que el Athletic modificó su indumentaria y pasó de la azul y blanca a la roja y blanca. Este significativo cambio en los colores del uniforme condicionó el diseño posterior del escudo para siempre. Poco sentido tenía dar preponderancia al rojo y que el azul mandase en el escudo. El rojo, enlazado con el blanco, pasó a ser común en todo tipo de documentación oficial y pronto se diseñaría un segundo emblema que incluiría la bandera, rojiblanca por supuesto. Se mantuvieron las letras A y C, al igual que en una especie de versión donde aparecía un balón. La bandera rodeaba ese pelotón de color marrón del cuero y con las costuras bien visibles. En 1913 se utilizó este escudo, donde asimismo destacaba el hecho de que el remate del emblema era de color azul, como en los anteriores.

Los colores rojo y blanco toman el relevo al blanco y azulLos colores rojo y blanco toman el relevo al blanco y azul

Con motivo de la inauguración del campo de San Mamés, el 21 de agosto de 1913, se diseñó un escudo especial, donde a las ya clásicas letras A y C, dispuestas al igual que en el primer escudo de la institución, se añaden las divisas de Bilbao y de Bizkaia. La de la Villa con sus elementos característicos del Puente de San Antón y los dos lobos de la casa Lope de Haro, que también figuran en la de la provincia al lado del Árbol de Gernika.

En esta variante se incluyen los escudos de Bilbao y Bizkaia
A finales de la década de 1910 hay constancia de que el Athletic volvió a modificar su escudo porque se ha conservado en trofeos, cromos y otros objetos de uso habitual, como alfileres de corbata. Es un escudo que incorpora las listas rojiblancas, conserva los símbolos de Bilbao y las letras A y C. Este escudo es prácticamente el mismo que distingue al Atlético de Madrid, que en aquella época era un filial del Athletic y se denominaba Athletic Club de Madrid. Eso sí, el club colchonero sustituye luego los símbolos propios de Bilbao y Bizkaia por el Oso y el Madroño, propios de la capital castellana.

Escudo en el que se basa el del Atlético de Madrid
El actual, vigente ya en 1922

Esta versión antecede a la del escudo del Athletic que ha estado vigente hasta nuestros días y del que existe constancia desde el año 1922. Las novedades más significativas del escudo definitivo son que se suplen las iniciales por el nombre completo, gracias a que se gana en anchura con una banda blanca que hace de fondo: Athletic Club figura en la parte alta, mientras que Bilbao queda en la parte baja. Además, se sitúan en la parte alta de ambos laterales las cruces de San Andrés.

Nace el escudo que todo el mundo conoce
Este escudo no experimenta más variaciones a lo largo de noventa años que una ajena a la voluntad del club, impuesta por el régimen de Francisco Franco. El primero de febrero de 1941 entra en vigor un edicto de castellanización de nombres que la Federación Española hace suyo, conminando al Athletic Club a perder su nombre original en favor del de Atlético de Bilbao. Este escudo adulterado por el criterio político imperante durante la dictadura franquista hubo de mantenerse hasta el 26 de julio de 1972, cuando fue posible recuperar el nombre original, que de inmediato y para siempre se incorporó al escudo. También a partir de esta fecha se rescatan las medias negras, cayendo en desuso las rojiblancas.

Escudo impuesto por la dictadura
Por cierto, que el Athletic, aunque solo fuera a nivel de consumo interno, se saltó la normativa franquista, en lo que se antoja un gesto claro de rebeldía: con ocasión del 50 Aniversario del club, en 1948, y a modo de obsequio se entregó a los jugadores un llavero del escudo con la leyenda de Athletic Club.

Hasta aquí la breve e intensa historia oficial del escudo del Athletic, pero durante los casi 114 años de existencia de la entidad son múltiples las anécdotas de las que hay constancia, y seguro que habrá otras cuantas que se han perdido en el olvido. Desde ligeras modificaciones, como que el Puente de San Antón se presenta con uno o dos ojos, según la época, o que el número de listas rojiblancas varía y es posible contabilizar cuatro o cinco en función del grosor de las mismas, hasta la errática utilización del escudo en las camisetas.

Durante bastantes décadas, el uniforme del Athletic estuvo limpio y es en los setenta cuando, gracias al testimonio gráfico, se comprueba que el portero, que era José Angel Iribar, empieza a lucir el escudo en su inolvidable jersey de color negro, mientras que sus compañeros continúan vistiendo la camiseta sin dicho elemento.

La causa de esta omisión se desconoce y resulta extraña por cuanto había muchos equipos que sí cosían su escudo en la camiseta en esos tiempos. En los ochenta, el escudo se convierte en un elemento imprescindible en las equipaciones, como se aprecia en las fotos e imágenes del equipo que obtuvo los dos últimos títulos de Liga y Copa (1982-83 y 1983-84), los años de la gabarra.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Feliz Navidad!!!!!

Una manera original de felicitaros las fiestas navideñas aunque para ello tengamos que hechar mano de nuestros "vecinos" gipuzkoanos.

Un saludo y que paseis unas felices fiestas.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Los Inolvidables: Uriarte

Los periodistas Jon Agiriano y Miguel González San Martín han reunido bajo el titulo 'Los Inolvidables' un conjunto de entrevistas a jugadores historicos del Athletic Club

"Jugando al fútbol quería libertad", recuerda Fidel Uriarte

«Para rematar necesitaba la referencia del defensa. Y luego me aprovechaba de que subíamás que ellos» explica el delantero de Urbinaga



1 de mayo de 2011

JON AGIRIANO, MIGUEL GONZÁLEZ SAN MARTÍN

Desde el salón de la casa de Fidel Uriarte en Castro se domina el mar, pintado esta mañana con penachos de espuma. El viento sopla con fuerza y levanta remolinos de arena en la playa cercana. El legendario león de Urbinaga, uno de los grandes rematadores de la historia del fútbol español, sale a la terraza y respira hondo. Hablando con él, la primera impresión que tienen los visitantes es que destila la misma energía que el propio Cantábrico agitado, y que haría falta un rompeolas para detenerle mientras habla, escucha, se sorprende, recuerda, ríe o llora recordando a su íntimo amigo Txutxi Aranguren. Fidel es una fuerza de la naturaleza, un hombre que mira con los ojos muy abiertos, como un niño impresionado, un espíritu libre, un sentimental irremediable con el que la conversación, inevitablemente, gira fuera de toda convención, caótica, libre, onomatopéyica e inolvidable, como lo fue este extraordinario futbolista en el que miles y miles de niños vizcaínos nacidos entre mediados de los cincuenta y principios de los sesenta se sintieron retratados. Era el guerrero indestructible que todos querían ser.

– Háblenos de sus inicios en el fútbol. Es usted de Sestao, como Panizo, Venancio y Etura. Antaño, su pueblo era uno de los grandes viveros del Athletic.

– Es verdad. Salíamos buenos, ja, ja. Nosotros estábamos siempre con el balón. En la calle, en el patio del colegio... Yo me pasaba todo el día dándole a la bolilla. Entonces no había otra cosa. ¿Qué ibas a hacer? Estuve en el Patronato hasta los 10 años y luego en Los Hermanos. Había partidos durante todo el día y yo me metía en todos los que podía. Con 12 años ya jugaba contra chavales de 15 o 16. Era un deportista total, al fútbol, a mano, a pala... Yo le pegaba a todo.

– Su primer equipo, formado con los amigos, fueron los ‘Boinas’ de Urbinaga. Si no estamos mal informados tenían ustedes una canción que decía así: «Todos con alpargatas y no les tenemos miedo a esos chulos de corbata».

– Eso te lo canto ahora mismo.

(Y Fidel se pone a cantar)

– ¿Y quiénes eran los chulos de corbata?

– Los de Barakaldo, claro.

– ¿Quién era su ídolo de niño?

– Yo no tenía ídolos. Siempre fui por libre. Hasta que me fichó el Athletic nunca tuve un entrenador, que yo recuerde. Nos juntábamos los amigos y a jugar. Contra la Iberia, íbamos por Portu, por Sestao, por Barakaldo...

– ¿Cómo fue su fichaje por el Athletic?

– El Athletic iba a formar su primer equipo juvenil y organizaba torneos por los pueblos para que los ojeadores pudieran ver a los chavales. Y un día me vieron a mí.

– ¿Quién le vio?

– Piru Gainza. Fue Piru el que me dijo que iba a fichar.

– Y usted encantado.

– Imaginaos. Lo malo es que aquella primera temporada no jugamos partidos. Sólo entrenábamos, con José Luis Garay. Él iba haciendo como una selección con chavales de un lado y de otro de Vizcaya. Vino Salsidua, de Zorroza, Fernando Ochoa, al año siguiente Deusto, Zugazaga, Aranguren... Y otros que no me acuerdo. Han pasado 50 años, joder.

– Fueron campeones de España.

– Dos veces. En una final contra el Real Madrid en el Nou Camp marqué dos goles y me anularon otros dos. ¿Ysabéis quién estaba de portero del Real Madrid?

– No.

– ¡Manolo Delgado!

– No se lo perdonaría.

– Sí, hombre. Aquel día le jodí bien, ja, ja, pero Manolo es un chaval extraordinario.

– Su puesto entonces era el de medio centro. Fue años después, ya en Primera, cuando empezó a jugar más arriba.

– Sí. Jugaba de medio centro, aunque tirando más para arriba que para abajo. Yo he jugado de todo. De 6, de 10 y de 8. A mí el número siempre me importó tres cojones.

– De hecho, siendo una de las estrellas del equipo no tuvo ningún problema en jugar con el 8 y dejarle el 10 a Clemente.

– Es que el de Barakaldo quería jugar con el 10 y se lo dejé porque a mí me traía sin cuidado.

– Por cierto, y haciendo un breve inciso con Javier Clemente. Usted fue testigo directo de su lesión. Se cuenta que le gritó para que esquivara la terrible entrada de Marañón.

– Es verdad. Era sobre la línea de banda. Le grité porque veía que le iba a dar, pero no pudo reaccionar. Nos dejó muy jodidos. Al terminar el partido pensamos en ir a matarle a hostias, pero... Fue para meterle en la cárcel. Al final, esa entrada le retiró del fútbol.

Pareja de Mauri

– Con 17 años, Ángel Zubieta le subió al primer equipo. ¿Le supuso una sorpresa o ya se lo imaginaba?

– Sorpresa, ninguna. Es que yo en los juveniles no tenía ya nada que hacer. Zubieta era una buena persona, muy majo. Estuve como Dios con él. A los chavales nos tenía mucho cariño...

– ¿Qué recuerda del debut?

– Fue en Málaga, donde luego me retiré. Iribar también debutó aquel día porque se lesionó Carmelo. Allí empezamos los dos. Hacía un calor tremendo. Del partido no recuerdo mucho. Perdimos, eso sí.

– Jugó haciendo pareja con Mauri. Ni más ni menos.

– Imaginad lo que tuve que correr jugando al lado del cabrón de Mauricio. Él tenía 30 años y yo 17. ¿Quién iba a correr? Venga chico, vete allí y vete allá... No paraba de darme órdenes. Y yo de mandarle a tomar por... ja, ja. Mauri, Mauri... Es un cachondo, una gran persona.

– ¿Estaba nervioso el día de su debut?

– ¿Yo nervioso? Yo me ponía nervioso si no jugaba. Jugando al fútbol, nunca. Cuanto mejor era el rival, mejor. Yo siempre he creído en mí mismo.

– ¿Recuerda alguno de los consejos que le dio Zubieta de cara a su debut?

– Pues no me acuerdo. La verdad es que los entrenadores nunca me dijeron muchas cosas. Eso sí, todos me dieron mucha confianza. En cuanto Zubieta me puso a jugar, ya me quedé de titular.

– Esa confianza se la ganó con su juego. Le dejaban a su aire porque sabían que era la mejor manera de que rindiera.

– Es que yo soy un poquito independiente. Es verdad. Con mis compañeros siempre me he llevado fenomenal, pero a los entrenadores nunca les hice mucho caso. Jugando al fútbol quería libertad. Si alguno me decía algo le decía que sí, pero luego, si yo creía que era lo mejor para el equipo, hacía lo que me salía de los cojones.

– Alguna bronca ya le caería.

– Hombre, si me hubiese caído una buena bronca le hubiese dicho ‘sí, bwana’, pero como jugaba bien y marcaba goles pues no me decían nada.

– ¿No cree que los entrenadores son menos importantes de lo que ellos se creen?

– Y tanto. Mirad, yo estuve en el Athletic doce temporadas, entre 1962 y 1974. Jugué casi 400 partidos y en el 90% de ellos hice lo que yo quería. Pero nunca perjudicando a un compañero. Que conste.

– Los buenos futbolistas deben tener libertad.

– Te tienen que dejar improvisar. Si te dejan y no te agobian es mejor para todos.La mejor orden que puede dar un entrenador, ¿sabéis cuál es?

– Diga

– Haz lo que te salga de los cojones.

– Pero eso sólo vale con los grandes futbolistas.

– Claro. ¿Creéis que nosotros ensayábamos mucho? A nosotros, a Koldo, a Txetxu, a Antontxu y a mí, las jugadas nos salían porque sabíamos jugar al fútbol.

– Nunca le gustaron las órdenes.

– Nunca. Ni en la mili.

– Por cierto, ¿dónde la hizo?

– Al principio en Vitoria. Juré bandera en Araca.

– Sería usted un privilegiado siendo un futbolista del Athletic.

– ¡Qué coño! Estuve siete meses sin jugar. Sólo lo pasé bien cuando vine a Bilbao y me pusieron de machaca en el Gobierno Militar, que entonces estaba en el palacio de Ibaigane, en la sede del Athletic. Los militares vivían en San Ignacio y yo les llevaba a casa en mi coche, les hacía los recados... El problema es que estaban todos descojonados.

– ¿Cómo?

– Sí. Uno cojo, el otro lisiado... Pero eran muy majos. Me llevaban a tomar vinos por Deusto y me dejaban quitarme el uniforme. Eran la leche. Sólo les faltaba llevar la metralleta. Uno iba con un sable grande de esos y yo le decía que se lo quitase, que así no podíamos tomar potes, ja, ja.

Todos amigos

– Cambiando de tema y hablando de la afición de San Mamés. Usted siempre contó con su cariño. Era uno de sus favoritos. Nunca le discutieron, como sí sucedió con otros grandes futbolistas del Athletic.

– Es verdad, y se lo tengo que agradecer. Yo noté hasta el final el cariño del público.

– Creo que en eso influían no sólo su calidad y sus goles sino su carácter, su casta. Koldo Aguirre solía decir que usted irradiaba optimismo.

– Es verdad. Yo siempre pensaba en ganar, jugásemos contra el que jugásemos. Nunca pensaba en que podíamos perder. Todo lo contrario. Mi mentalidad cuando salía al campo era decir: ‘¿Cómo no les vamos a ganar a esos?’.

– Incluso cuando iban perdiendo con claridad no perdía la ilusión. Koldo Aguirre suele recordar aquella remontada al Español en Sarriá después de ir perdiendo por 3-0. En cada gol se apostaban un ‘gin-kas’ a que marcaban otro.

– Sí. ¡Qué bien entraban los ‘gin-kases’ después del partido con la sed que teníamos, ja, ja! Y Koldito marcó cuatro. Era un jugador extraordinario.

– Se entendía muy bien con él.

– Eso era fácil. La verdad es que me entendía muy bien con todos. A mí me encantaba que jugara Larrauri.

– Para que hiciera el trabajo sucio.

– Claro. Cuando jugaba él, sabía que podía irme tranquilo para arriba, que era lo que me gustaba. La verdad es que teníamos un gran equipo. Y teníamos una cosa muy importante.

– Diga.

– Que ante todo éramos amigos. Ninguno quería ser más que los demás. ¡Qué va! Nunca tuvimos problemas. Éramos más majos que la hostia. Ahora me estoy acordando por ejemplo de Antontxu (Arieta). Un partido en Córdoba, que para nosotros era un campo de horror. Vaya banda. Al acabar un partido nos empezaron a dar de hostias en el medio del campo a Antontxu y a mí. Los demás cabrones se habían metido ya a la caseta. Y tuvimos que defendernos los dos. ¡Dimbi! ¡Damba! Ahostia limpia. Acabé con todo el ojo morado. ¡Qué cojones los de Antontxu! ¡Qué duro era! Se le salía la rótula y se la volvía a meter.

– Ganó dos Copas con el Athletic, pero sus dos primeras finales las perdió contra el Zaragoza y el Valencia. ¿Cómo recuerda aquellas derrotas?

– Lo pasas mal, claro. Pero yo tampoco soy de los que se ponen a llorar. Pierdes y ya está. No puedes hacer nada. Me dolía por la gente. De todas formas, lo que más me jodió perder no fueron aquellas Copas sino la Liga con Ronnie Allen. Era el título que nos faltaba. La tuvimos en la mano, pero ya sabéis: el partido contra la Real con las expulsiones de Txetxu y Antontxu, aquella derrota en Valencia de la que no quiero ni oír hablar... Esa espina se me quedó clavada.

– ¿Y qué recuerda de las dos finales ganadas?

– Pues que fueron una maravilla. Entonces sí que lloré. Aquello fue lo más grande que me pasó en la vida. Era la tercera final y estábamos muy presionados, con mucho agobio. No podíamos volver a fallarle a la gente.

– Se sentían en deuda.

– Claro. Es que lo de la gente era increíble. Les veías salir en camiones desde aquí hasta Madrid, todo el pueblo... Era de ‘chapeau’. En el mundo no hay nada igual.

– ¿Cómo vivió el recibimiento en Bilbao?

– Fue tremendo. Recuerdo que me casé al de diez días. Nos casamos unos cuantos después de ganar aquella Copa: Txutxi, Larrauri, Antón Arieta, Zugazaga...

Internacional

– Hablemos de la selección. Siempre se dijo que mereció ir muchas veces más. Incluso siendo el Pichichi de la Liga no le llevaban.

– Ya sabéis lo que pasaba entonces con Franco. Para nosotros era muy difícil ir a la selección. Con uno del Athletic ya valía y llevaban al Chopo, claro, que era el puto amo. Los demás, a ser posible del Real Madrid. De todas formas, cuando íbamos nos trataban muy bien. Eso hay que decirlo. No teníamos ningún problema por ser vascos. Hice grandes amigos como Claramunt, Pirri, Manolo Velázquez... Grandes jugadores.

– Terminó su carrera como futbolista en el Málaga y luego se hizo entrenador. Sin embargo, su carrera como técnico fue muy corta.

– Sí. Tardé unos años en ser entrenador. Lo que hice al dejar el fútbol fue poner unos negocios con mi mujer que ahora tenemos en alquiler. Me hice entrenador, pero no me iba. Estuve en el Bilbao Athletic y luego en el Villarreal, cuando estaba en Segunda. Me llevó Claramunt. También estaba Llaneza. Yo le conocía porque mi hermano había jugado en el Valencia y su padre era el gerente. Pero no valía. Iñaki, Txutxi, Koldo, Txetxu o Clemente sí valían para eso. Yo no.

Participaciones del Athletic Club en Europa (1968 - 69)

COPA DE FERIAS

Athletic 2 – Liverpool 1

Ronda 1/32 Partido de ida

18 de septiembre de 1968

Alineaciones:

Athletic: Iribar, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Koldo Agirre 46', Larrauri, Lavín, Estéfano, Ormaza, Argoitia, Rojo I 46', Zugazaga 46', Clemente 46'

Liverpool: Lawrence, Lawler, Yeats, Walls, Smith, Hughes, Callaghan, Hunt, Evans, St.John, Thompson

GOLES: 1-0 (16') Estéfano; 2-0 (39') Ormaza; 2-1 (63') Hunt

Así lo contó 'El Correo': "Los ingleses atacaron en oleadas constante, pero la moneda clasificó a los bilbaínos. El escenario era el indicado para este drama de la Copa de Ferias que hoy hemos vivido. Casi 50.000 espectadores, exactamente 49.567 en el bonito y sonoro estadio de Anfield Road, donde los gritos resuenan como estallidos. El terreno, verde y húmedo, perfectamente iluminado por los focos. Ambiente de pasión, canciones y emoción en los preliminares. Los hinchas reciben al Liverpool con una increíble ovación, y con otra muy nutrida y cariñosa para el Atlético de Bilbao. Desde luego, aquello parecía San Mamés..."

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Athletic 2 – Liverpool 1
Liverpool 2- Athletic 1

Ronda 1/32 Partido de vuelta

2 de octubre de 1968

Alineaciones:

Liverpool: Lawrence, Lawler, Yeats, Walls, Smith, Hughes, Callaghan, Hunt, Evans, St.John, Thompson

Athletic: Iribar, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Koldo Agirre, Larrauri, Zorriketa, Argoitia, Arieta II, Uriarte, Rojo I

GOLES: 0-1 (30') Argoitia; 1-1 (77') Lawler; 2-1 (87') Hughes

Así lo contó 'El Correo': "Los ingleses atacaron en oleadas constante, pero la moneda clasificó a los bilbaínos. El escenario era el indicado para este drama de la Copa de Ferias que hoy hemos vivido. Casi 50.000 espectadores, exactamente 49.567 en el bonito y sonoro estadio de Anfield Road, donde los gritos resuenan como estallidos. El terreno, verde y húmedo, perfectamente iluminado por los focos. Ambiente de pasión, canciones y emoción en los preliminares. Los hinchas reciben al Liverpool con una increíble ovación, y con otra muy nutrida y cariñosa para el Atlético de Bilbao. Desde luego, aquello parecía San Mamés..."

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Liverpool 2- Athletic 1
Panathinaikos 0 – Athletic 0

Ronda 1/16 Partido de ida

20 de noviembre de 1968

Alineaciones:

Panathinaikos: Ekonomopoulos, Mitropoulos, Athanassapoulos, Kamaras, Dimitriou, Pitichoutis, Rokidis, Domazos, Franzis 70', Gonios, Grammos 73', Papadimitrou 70', Elefterakis 73'

Athletic: Deusto, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Zugazaga, Larrauri 46', Arieta II, Argoitia, Ormaza, Uriarte, Rojo I, Zorriketa 46'

GOLES: -

Así lo contó 'El Correo': "El Atlético perdió la gran oportunidad de noquear al Panathinaikos. El aficionado bilbaíno saldrá ganando porque el Atlético ha dejado para San Mamés lo que muy bien pudo resolver aquí. Sinceramente, el Atlético debió ganar hoy en Atenas tranquilamente, como quien lava, y pasar desde ahora a los octavos de final de la Copa de Ferias."

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Panathinaikos 0 – Athletic 0
Athletic 1 – Panathinaikos 0

Ronda 1/16 Partido de vuelta

27 de noviembre de 1968

Alineaciones:

Panathinaikos: Ekonomopoulos, Mitropoulos, Athanassapoulos, Kamaras, Dimitriou, Sourpis, Grammos 72', Pithijoutis, Filakouris 77', Domazos, Frantjis, Konstantino 72', Rokidis 77'

Athletic: Deusto, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Zugazaga, Larrauri 46', Arieta II, Argoitia, Ormaza, Uriarte, Rojo I, Zorriketa 46'

GOLES: Goles: 1-0 (43') Rojo I

Así lo contó 'El Correo': "Aquellos polvos trajeron estos lodos... Advertí después del partido de Atenas que el Atlético había dejado escapar la gran oportunidad de eliminar al Panathinaikos a las primeras de cambio, sin esperar al segundo partido. Advertí que no tendría perdón de Dios el Atlético si, por cualquier causa, en el partido de vuelta se le complicaban las cosas y quedaba en la cuneta. Y vaya si se han complicado las cosas. Larrauri, enfermo, con 38 de fiebre, era baja de última hora, dejando el puesto a Betzúen, que no está rodado, como es lógico, por su falta de partidos. (Y a ver quién puede explicar por qué este chico no tiene un puesto en el equipo)."

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Athletic 1 – Panathinaikos 0
Athletic 1 – Eintracht 0

Ronda 1/8 Partido de ida

8 de enero de 1969

Alineaciones:

Athletic: Iribar, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Igartua, Zugazaga, Estéfano, Argoitia, Arieta II, Clemente, Uriarte

Eintracht: Tilkowski, Wirth, Ceifler, Lidner, Huberts, Lutz, Kolb, Grabowski, Beehtold, Niekel, Kraus

GOLES: Goles: 1-0 (26') Uriarte

Así lo contó 'El Correo': "Expectación en San Mamés. Y casi un lleno para presenciar el primer encuentro de los octavos de final de la Copa de Ciudades de Feria entre el Eintracht de Francfort y el Atlético de Bilbao. Victoria minima del Atlético, corta ventaja para su próximo viaje a Francfort (donde jugará el 29 de enero), pero gol espléndido el de Uriarte. La revista «France Football” concedía recientemente al fútbol alemán el primer puesto en Europa. Tal vez se haya excedido la citada revista francesa, pero, desde luego, creo que tiene muchísimas más razones para hacer tal catalogación que las noticias recibidas por otros conductos hablándonos de la lentitud de los germanos."

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Athletic 1 – Eintracht 0
Eintracht 1 – Athletic 1

Ronda 1/8 Partido de vuelta

29 de enero de 1969

Alineaciones:

Eintracht: Kunter, Wirth, Lutz, Huberts, Schammer, Kolb, Bellut, Grabowski, Abbe, Nicel, Lotz 64', Hölzenbein 64'

Athletic: Iribar, Zugazaga, Etxeberria, Sáez, Igartua, Larrauri, Argoitia 46', Uriarte, Arieta II, Clemente, Rojo I 46'

GOLES: Goles: 1-0 (5') Lotz; 1-1 (7') Igartua

Así lo contó 'El Correo': "Noche muy fría en el Walstadion de Francfort, y victoria atlética en la eliminatoria al empatar contra el Eintracht ante una escasa concurrencia cuya mayoría era española. El arbitraje del suizo señor Haylen ha sido descaradamente casero, silbó todas y cada una de las faltas cometidas por los jugadores rojiblancos y, sin embargo, a los alemanes les permitió manejar la estaca."

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Eintracht 1 – Athletic 1
Rangers 4 – Athletic 1

Ronda 1/4 Partido de ida

19 de marzo de 1969

Alineaciones:

Glasgow Rangers: Martin, Johansen, McKinnon, Matheson, Creig, Smith, Endersson, Peckman, Stein, Ferguson 75', Johnstone, Pearson 75'

Athletic: Iribar, Zugazaga, Etxeberria, Sáez, Igartua, Larrauri, Argoitia 46', Uriarte, Arieta II, Clemente, Rojo I, Betzuen 46'

GOLES: Goles: 1-0 (6') Ferguson; 2-0 (26') Peckman; 2-1 (30') Clemente; 3-1 (86') Pearson; 4-1 (87') Stein

Así lo contó 'El Correo': "En su crónica de ayer desde Glasgow, nuestro enviado especial hablaba de una quiniela que habían hecho sobre el resultado de anoche en Ibrox Park varios miembros de la Directiva del Atlético y del grupo de enviados especiales. Recordamos a nuestros lectores que cuatro apostaban por el triunfo del Atlético, incluso con algún tanteo sensacional, como un 4-3; otros cuatro apostantes se inclinaron por el empate, y los seis restantes se mostraron pesimistas; pesimismo que llegaba como máximo hasta el 4-1 favorable al Rangers. Estos últimos han sido los que acertaron, porque aunque se llegó al minuto cuarenta de la segunda parte con solo un 2-1 en contra, a última hora, los escoceses lograron dos goles más."

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Rangers 4 – Athletic 1
Athletic 2 – Rangers 0

Ronda 1/4 Partido de vuelta

19 de marzo de 1969

Alineaciones:

Athletic: Iribar, Betzuen 80', Etxeberria, Sáez, Igartua, Larrauri, Estéfano, Ibáñez, Arieta II, Uriarte, Rojo I

Glasgow Rangers: Martín, Johansen, McKinnon, Matheson, Watson, Creig, Endersson, Peckman, Stein, Smith, Johnstone 80'

GOLES: Goles: 1-0 (12') Estéfano; 2-0 (55') Ibáñez

Así lo contó 'El Correo': "Aunque parezca mentira después del 4-1 encajado en Escocia, el Atlético estuvo a punto de eliminar al temible Glasgow Rangers, de la competición europea de la Copa de Ferias. Los chicos de Iriondo, que hicieron un gran partido, estuvieron a un gol del éxito total a partir del minuto cincuenta y cuatro, en que Ibáñez consiguió el 2-0, que sería definitivo."

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Athletic 2 – Rangers 0

¿Ibaigane sede de una secta?

El pasado martes viendo el programa de ETB "La noche de.." descubrí con asombro como la sede de nuestro querido Athletic Club habia sido sede de una secta, pero que sea el propio Felix Linares (presentador del programa) quien nos saque de dudas.

Los Inolvidables: Sarabia

Los periodistas Jon Agiriano y Miguel González San Martín han reunido bajo el titulo 'Los Inolvidables' un conjunto de entrevistas a jugadores historicos del Athletic Club

«Siempre quise ser el mejor»

«Nunca permitiré que se me haga corresponsable de aquello», dice el gallartino sobre su polémica con Javier Clemente



17 de abril de 2011

JON AGIRIANO , MIGUEL GONZÁLEZ SAN MARTÍN

Viene Sarabia sorteando algunas barcas varadas en el Puerto Viejo de Algorta, igual de flaco que siempre. Sonríe y adelanta una mano para saludar. Por un momento, tememos que nos vaya a hacer un regate, una bicicleta, uno de aquellos juegos de ilusionismo que no hemos vuelto a ver desde su retirada. A Sarabia le gusta repetir algo que decía Severiano Ballesteros: «Cuanto más entreno, más suerte tengo». Pero da la impresión de que su juego no era sólo el resultado de muchos ensayos. Tal vez un marciano, como a Einstein, le fuera soplando la fórmula adecuada en cada instante.

Como la mayoría de los jugadores de clase, Sarabia es obsesivo y perfeccionista. Y no oculta el orgullo que le produce su talento. Al contrario, lo exhibe con naturalidad. «Siempre quise ser el mejor», dice. Se pasó la infancia haciéndole regates a su sombra, como regateaba a medio equipo contrario más el fraile en los Hermanos de La Salle de Sestao. Hoy, en su papel de comentarista deportivo, baja al césped antes de los partidos con el pretexto de saber cómo entra el taco. Lo que busca es que le echen un balón para dar unos toques y, si hay con quién, tirar unas paredes.

Sus regates eran de diseño, pero a la vez improvisados. Parecían fáciles porque jugaba al fútbol tan fácil como bailaba Fred Astaire. Una de sus fintas con patente era la versión futbolística de la carta oculta en el cuento de Poe, que los mejores detectives buscaban por todas partes y estaba abierta sobre la mesa. A Sarabia le venían dos defensas. Tocaba la bola ni mucho ni poco y amagaba con volverla a tocar. Los defensas iban al suelo por donde no era y el balón pasaba despacio entre los dos, sin que nadie volviera a tocarlo. Tras el balón pasaba Sarabia como pisando sobre ascuas, con aquellos andares de cigüeña. «Siempre digo que yo tuve que empezar a jugar al fútbol en la tripa de mi madre, que tenía una afición tremenda. Antes de venir aquí, servía en casa de unos señoritos, en Jaén. Los domingos salía a pasear o al cine, pero, si había fútbol, iba al fútbol. Estamos hablando de la posguerra, cuando era raro que una chica joven fuese al fútbol», comenta el gallartino.

- ¿Cuál es su primer recuerdo futbolístico?

- Me veo metiendo un gol en Gallarta a una portería formada por dos columnas de un banco.

- Háblenos del hermano Gregorio, su descubridor.

- Nos fuimos a vivir a Sestao cuando yo era un crío y el hermano Gregorio me daba clases en el colegio. Fue él quien me animó a que hiciera una prueba con el Sestao. Tenía doce años. Recuerdo que el campo estaba lleno de barro y todos eran mayores, así que ni toqué la bola. El entrenador, un tal Urbano, un señor muy majo, me dijo: 'Chavalín, ya te llamaremos'. Y claro, no me llamaron. El hermano Gregorio me animó después a que fuera al San Pedro. Jugué directamente un partido, con la ficha de otro, y me quedé. Ese año, en la Copa de Radio Juventud, le ganamos al Alirón, el infantil del Athletic, a penaltis. Yo lo marqué a la segunda. En el primer intento le pegué al suelo, pero el árbitro dijo que me había adelantado y me mandó repetir.

- Y del San Pedro, al Athletic.

- Sí. Me querían el Athletic y el Sestao. El Athletic me pagaba los estudios, pero el Sestao nos daba seis mil pesetas al mes, que era una ayuda increíble para mi casa. Pero mi hermano y mis padres entendieron que para mi futuro era mejor el Athletic.

- Por cierto, su hermano no pudo jugar en el Athletic porque había nacido en Jaén, aunque vino aquí de niño y jugó en el Gallarta.

- Entonces no era como ahora, que se aceptan los años de formación. Fue a Bertendona a fichar, le preguntaron dónde había nacido y no le cogieron. Yo era un crío, y con toda mi inocencia le dije que no se preocupara, que yo había nacido aquí y jugaría en el Athletic.

- Comenzó en los juveniles.

- Sí. Entonces había dos juveniles. Yo jugaba con el segundo, el de Gonzalo Beitia. Éramos menos fuertes pero jugábamos muy bien al fútbol. Gonzalo ha sido el mejor entrenador que he tenido. Le tengo un cariño especial. Fue clave para mí en una edad fundamental. El Athletic decidió que yo hiciera un trabajo extra por la mañana y ahí estaba Gonzalo. La dedicación y la paciencia que tuvo conmigo, los trabajos individualizados, de control, pase, manejo de la pierna derecha, fueron decisivos. Todos hemos conocido a chavales que jugaban muchísimo al fútbol y no tuvieron suerte, o nadie creyó en ellos tanto como Gonzalo en mí. Fueron tres años en los que prácticamente viví en Lezama. Cuando fiché por el Athletic pesaba 52 kilos. Era alto, pero un palillo. En un entrenamiento driblé a no sé cuántos pero cuando llegué ante el portero me caí. Me llevaron a La Rioja, a comer chuletas y a entrenar.

- ¿Usted ya se ve entonces en el primer equipo o le parecía un sueño imposible?

- Era mi máxima ilusión. Mis ídolos eran Fidel Uriarte, Iribar y Rojo. Fidel me quería mucho. Fue un poco mi padrino. Me contaron que, viéndome en un partido desde la cristalera de Lezama, dijo: 'Ése que lleva el 10 me va a sustituir a mí'. Yo jugaba entonces de interior.

Un tirillas sobre el barro

- Koldo Aguirre le subió al primer equipo.

- Y le estoy muy agradecido. Me llevo muy bien con Koldo.

- Sin embargo, fue con Koldo y luego con Senekovitch cuando empezó a oírse eso de que era usted un jugador de veinte minutos.

- Sí, pero cuando se decía eso saltaban inmediatamente los que me habían visto en el Barakaldo toda la temporada, muchas veces con quince centímetros de barro. La pelota se pegaba y pesaba el triple. Y yo ahí driblaba, salía, pasaba y metía goles. Los de Barakaldo lo han sabido siempre. Sobre esto hay una anécdota de Valdano. Cuando vino a España, al Alavés, le dijeron que los campos del Norte estaban siempre embarrados y se jugaba al pelotazo. Vino preocupadísimo. Y cuenta que un día, jugando en Barakaldo, vio a uno más tirillas que él que, en un campo embarrado, fue el mejor del partido.

- Aquel tirillas era usted.

- Pues sí.

- Tal vez la necesidad de adaptarse a un medio hostil le sirvió para desarrollar otros recursos.

- Obviamente, yo no he tenido nunca el físico de Urkiaga, que era un portento. Cuando todos estábamos con 190 pulsaciones, tras correr unas tandas, Santi tenía 145, lo que quiere decir que podía hacer otras veinte carreras y seguir más fresco que los demás. Pero en una estructura de equipo no pueden ser todos de las mismas características. Si juegas con once Messis no vas a ganar. Ni con once Urkiagas. Un equipo tiene que ser equilibrado, es una suma de condiciones de unos y otros. Uno rinde por correr, otro porque está siempre en el sitio, es intuitivo, habilidoso, o contundente, cada uno con sus características. La mayoría de los jugadores talentosos han sido tachados alguna vez de fríos, irregulares, lentos&hellip Y no tienen por qué serlo, juegan de otra manera. Se trata de tomar bien las decisiones, cada uno con sus recursos.

- ¿Y le dolían esos comentarios de que no valía para partidos completos?

- Cómo no me van a doler. Me estaban cuestionando por algo que no era cierto.

- El Barakaldo fue decisivo en su formación, pero seguro que no le sentó muy bien esa cesión.

- Normal. Yo ya estaba en el primer equipo del Athletic y se me cayó el mundo encima. Ahora sé que fue un momento clave en mi carrera y me reforzó. Allí encontré a jugadores como el 'Toro' Larreina. Si tengo que poner un ejemplo de alguien que ha sabido explotar al máximo sus cualidades, hablo del 'Toro'. No he conocido a nadie que haya vivido para el fútbol y exclusivamente para el fútbol como él. Tenía una capacidad de sufrimiento descomunal. Se levantaba a las cinco de la mañana, se ocupaba de la carnicería, por la tarde iba a entrenar y luego a casa, a acostarse pronto. En el campo empezaba de delantero centro y, a medida que pasaba el partido, se iba retrasando para empujar al equipo hacia adelante. En un partido contra el 'Dépor' perdió seis kilos. Terminaba jugando de central. Yo le he visto con el abductor destrozado. Eso duele hasta cuando te rozan las sábanas, y él se ponía una servilleta en la boca y dejaba que Juanjo Campa le metiese el puño para poder jugar el domingo. Era el ídolo de Barakaldo, tenía que serlo, pero yo también lo fui ese año, de otra manera. Los aficionados del Barakaldo siempre han sido mis mayores defensores.

Aquel balón de Yes

- Más allá de lo que se discutió sobre usted, lo que nadie cuestionó nunca fue su clase.

- Yo creo que en la valoración de mi juego hay tres niveles, uno muy alto, demasiado alto, otro un poco por debajo, que es el que yo creo que me corresponde, y un tercer nivel muy por encima de los dos anteriores, que es el que yo creo que hubiera dado si se me hubieran apoyado más. Yo veo esos reportajes de Messi cuando era un niño y digo: 'Ése soy yo'. Messi hace lo que hace porque se divierte y le sale. A mí me salía. Messi toma una decisión cada milésima de segundo. Entro, salgo, ahora la piso&hellip Eso se tiene o no se tiene. Y luego se practica, claro. Yo he dormido con mi balón de Yes y he pasado muchas horas tocándolo contra la pared de mi casa. Siempre quise ser el mejor. Buscaba la perfección. Inconscientemente, adquieres destrezas, respondes a lo que la pelota te dice. A veces se queda corta y tienes que atacarla, a veces te viene encima y tienes que dejarla correr, pero cuando eres futbolista todas esas acciones son intuitivas. Empiezas a darte cuenta de los mecanismos cuando eres entrenador y te toca corregir a otros.

- ¿Siente que fue un jugador incomprendido?

- No me siento incomprendido, pero sí desaprovechado. Me faltó apoyo para llegar a ser lo que podía haber sido.

- Hablemos del equipo campeón. En la primera vuelta de la primera temporada de Clemente ya juega usted poco.

- Sí, pero a partir del décimo partido ya lo juego todo.

- Y el Athletic, por cierto, hizo una segunda vuelta magnífica.

- Excepcional, yo creo que el mejor fútbol de esos años lo hicimos en esa segunda vuelta.

- ¿Y cómo fue?

- Es que hacíamos una media de tres goles por partido, llegábamos cuarenta veces a la portería contraria, teníamos veinte ocasiones de gol. Arrollábamos. Velocidad, ritmo, intensidad, profundidad y buen juego. Éramos una apisonadora.

- Por eso fueron campeones en las temporadas siguientes.

- Es que teníamos un equipazo. Éramos los mejores. ¿Quién tenía mejor portero o mejor defensa o un medio campo que metiera tantos goles o una delantera con más clase? Teníamos mucho gol. En la estrategia, Rocky y Goiko te garantizaban siete u ocho goles por temporada. Ésos eran muchos puntos. Sola y Urtubi te hacían cinco o seis goles, y De Andrés, que era un pivote extraordinario, metía tres o cuatro desde fuera del área. Un equipo con centrocampistas que hacen goles está arriba seguro. Y la delantera... Buscad una mejor, con mejores cualidades conjuntadas de oportunismo, calidad, remate, técnica, velocidad, llegada, sorpresa, habilidad&hellip Éramos los mejores.

- Clemente fue muy importante en esos primeros años para convencerles de eso, de que eran los mejores.

- Yo no voy a discutir su carácter ganador, ni el buen ambiente que supo crear al principio. Fue importante, pero nosotros sabíamos lo que éramos. Casi todos estábamos en nuestro mejor momento. Los equipos de cantera tienen ciclos y nos tocó un ciclo alto, al que complementaron algunos un poco más veteranos, como Dani o Núñez, y otros más jóvenes, como Urtubi. Veteranía, juventud, ambición, garra, técnica, todo se conjugó para que fuéramos campeones.

Un triste adiós

- En enero de 1986, Clemente empieza a dar titulares: 'Sarabia o yo', 'Sarabia no volverá a jugar conmigo'&hellip y el club cesa al entrenador.

- Todo aquello fue muy triste.

- Y el equipo fue a menos.

- Claro, pero siguió siendo bueno.

- ¿Cómo llevó su salida del Athletic?

- Pues muy mal. Había firmado por dos temporadas y una tercera condicionada a jugar veinte partidos, pero en privado me habían dicho que se trataba de algo simbólico. Llegó ese tercer año, llevo quince partidos jugados y, de repente, dejo de jugar. Me quedo en diecinueve. Termina la temporada y me dan la libertad, y yo le digo al presidente que dónde está lo que habíamos hablado. El año siguiente jugábamos la UEFA. Tal vez no fuera a jugar cuarenta partidos, pero con la exigencia que supone la UEFA, me consideraba un jugador todavía muy útil para el equipo. No pudo ser. Y me fui al Logroñés. Tuve ofertas del 'Dépor' y el Sevilla, pero Logroño estaba cerca y no tenía que desplazar a la familia. Además, estaba Irureta de entrenador y vestían de rojiblanco.

- Se le haría duro.

- Sí, pero igual que cuando fui al Barakaldo tuve fuerza para darle la vuelta a la situación, y estuve muy a gusto, todavía me quieren mucho. Volví a disfrutar del fútbol y me demostré que, efectivamente, todavía tenía muchas cosas que hacer.

- Luego fue entrenador.

- Sí, entrené a los juveniles del Athletic, al Bilbao Athletic, al Badajoz y al Numancia. Yo siempre he tenido una idea del juego similar a la de Guardiola, luego hacen falta jugadores que la desarrollen. Estuve a punto de entrenar al Athletic, que estaba pasando una mala racha, pero tenía buenos jugadores. Al final no pudo ser.

- Y sigue en el fútbol como comentarista.

- Es muy bonito, preparo a fondo la documentación, me lo tomo muy en serio y tengo buenos amigos, pero echo de menos jugar y entrenar, por ese orden.

Las lágrimas de Sarabia por Clemente

- 'Sal, pero no hundas el barco'. Dicen que se lo dijo Clemente en uno de sus primeros partidos. Vamos, que no empezaron muy bien ustedes dos.

- Yo no he contado nunca esas cosas. Ahora bien, cuando él llegó, dio una lista de posibles goleadores y yo estaba bastante abajo, cuando era de los que más goles metía. Ya entonces pensé que pasaba algo raro.

- ¿Le conocía de antes?

- Claro. Cuando se intentaba recuperar de la lesión le pusieron a jugar en el Bilbao Athletic y coincidí con él en Lezama. Los juveniles entrenábamos a veces con el Bilbao Athletic. Recuerdo una jugada. De un rechace, va y tira una pared. Y pienso: '¡Qué futbolista!'. Y recuerdo su homenaje con el Borussia. Le vi salir al campo con las muletas y me puse a llorar.

- ¿Su obsesión por el fútbol, la conciencia de su propia clase, le pudieron hacer un jugador problemático para estar en el banquillo?

- Yo he estado en el banquillo mucho menos de lo que parece. Cuando Clemente dice 'Sarabia o yo' no es por mí, sino porque los medios y la afición están pidiendo que juegue. Ahora bien, cómo voy a estar contento de suplente. El jugador que está contento en el banquillo es que no sirve.

- El entrenador, de todos modos, está en su derecho de elegir.

- Claro. Está el gusto personal. La selección es campeona del mundo y hace el mejor fútbol porque una persona, Luis Aragonés, toma la decisión de llevar a los mejores. Es muy difícil que salga una generación de jugadores tan buenos, pero jugadores buenos ha habido siempre. Al final hay alguien que toma la decisión de apostar por el juego. Pero eso se podía haber hecho antes. También había futbolistas para tocarla, para jugar, pero se eligió jugar de otra manera. A mí me quiso fichar Menotti para el Barça porque yo encajaba en su idea del juego.

- Clemente no le perdonó que dijera que no saber si iban a jugar o no les generaba incertidumbre.

- No quiero entrar en detalles. Lo que puedo decir es que me entregaba al máximo en cada entrenamiento y en cada partido para jugar.

- ¿Le pidió Clemente que dijera delante de todos sus compañeros a quién debía quitar para ponerle a usted?

- Prefiero no entrar en eso. El entrenador es el que tiene la potestad para decidir quién juega. Ahora bien, yo desde el respeto digo que quiero jugar. Lo único que he pretendido es hacer mi trabajo lo mejor posible, y nada más. En estos años no he querido hablar de aquello porque en su momento la situación le hizo mucho daño al Athletic, a mí también, pero sobre todo al Athletic. Ahora, el hecho de que calle no significa que otorgue. Ahí están las hemerotecas y la trayectoria posterior de cada uno.

- Al cabo del tiempo nunca faltan los historiadores que apuestan por la equidistancia.

- Ah, eso sí que no. Lo que no voy a permitir es que se me haga corresponsable de aquello.

- ¿Y por qué fue? Hay incluso leyendas urbanas al respecto.

- No lo sé. Y no vamos a darle vueltas. Ahí están los hechos, las motivaciones importan menos.

- A lo mejor sencillamente él pensó que era mejor para el equipo que usted saliera en la última media hora.

- Ya, pero no puede ser que una virtud se convierta en problema. Si yo puedo meterme en el partido nada más salir, y crear una situación de gol, no es lógico que por eso se me castigue a jugar sólo ese tiempo. No, no fue eso.

La vóragine contra Malta

- Hablemos de su carrera en la selección, que tuvo dos grandes frustraciones, no jugar ni el Mundial de España ni el de México.

- Para el Mundial 82 se dio una lista de 40 en la que estaba, pero en la definitiva ya no. La Real había sido campeona y Santamaría quiso hacer bloque. La duda era entre Uralde y yo, y fue Uralde. Mi ausencia en México fue una de las consecuencias del lío con Clemente.

- Sí participó, en cambio, en la Eurocopa del 84.

- En semifinales ante Dinamarca empatamos con gol de Maceda tras una jugada mía, y metí el penalti decisivo de la tanda. Había cinco jugadores designados para eso, pero dos se borraron, así que vino Miguel Muñoz y me dijo que tirase. Y entonces, no sé por qué, le dije: 'Vale, míster, pero tiro el último'. Llegó el momento y me empecé a poner nervioso, hasta el punto de que fui a tirarlo con el chándal puesto y me tuvieron que avisar. Cuando llegué al borde del área, Arconada, que me estaba esperando con la pelota, me dijo: 'Lo metes seguro'. Pues bien, hay que patentar ese tranquilizante. Increíble. De estar alteradísimo, cagado de miedo, pasé a decirme a mí mismo: 'Lo meto seguro'. El portero danés vino hablando y gesticulando, para quitarme la concentración. Ni yo le entendí ni él me entendió, pero le dije: 'Anda, echa para atrás y cógela de dentro'.

- A esa fase final se llegó tras el famoso 12-1 a Malta. Luego se insinuó que no vinieron muy motivados.

- Si fue así, podrían haber avisado. Mirad, yo tengo una memoria exagerada. Al final de cada partido, tenía siempre la película entera en la cabeza y la repasaba por la noche. Pues el único partido en mi vida en que al terminar no sabía cómo había sido fue ése, del estrés, de la vorágine. Me cogieron a hombros y se me subieron los gemelos. La caseta estaba llena de gente. Le estoy viendo a Camacho, desnudo de cintura para arriba, y va uno con un micrófono y le pregunta: 'Camacho, ¿usted ha metido algún gol?' Y Camacho se le queda mirando con esa cara que pone y dice: '¡Yo qué sé, lo único que sé es que estoy reventao!'. Cuando mete el último gol Señor, yo voy corriendo a coger el balón de la red, casi sin darme cuenta de que no necesitamos más goles.

- Y antes del partido, ¿se creían capaces de meter doce goles?

- Había opiniones para todos los gustos. La mayor parte decía eso de 'vamos a intentarlo', pero en el fondo pensando que era imposible. Holanda le había ganado a Malta 6-0 sin esforzarse, porque no necesitaba más. Al ver ese partido yo al menos lo empiezo a creer. Y luego el partido fue como fue. En el descanso estábamos tres a uno. Y había que meter nueve.

- ¿Cómo ha vivido el campeonato del mundo de la selección actual?

- Me he sentido tremendamente feliz, porque es mi fútbol. Lo viví como comentarista, con Rafa Alkorta, Cañizares, Ferrer... Y lloré cuando metió el gol Iniesta. Se hacía justicia al fútbol. Fue un premio a la esencia del juego.