miércoles, 16 de febrero de 2011

Guerra y éxodo

Fragmento de El otro árbol de Guernica de Luis de Castresana

Luis de Castresana. Una nostalgia, una pipa y en su solapa, la insignia de su Athletic
...Un domingo vinieron Begoña y Monsieur Bogaerts a visitar a Santi y le trajeron dulces y un libro. Al marchar, Monsieur Bogaerts le preguntó si necesitaba algo. Santi siempre le había respondido que no porque realmente nunca le habia hecho falta nada, pero aquel domingo, mientras paseaba por el patio y veía a los españoles asomados a las ventanas del dormitorio y de la sala de la planta baja, Santi le confesó a Monsieur Bogaerts que le gustaría que le comprara una cosa.

-Muy bien -dijo el hombre-, ¿de qué se trata, Santi?
-Pues quisiera... quisiera una camiseta del Athletic de Bilbao.

Monsieur Bogaerts no sabía qué era el "Athletic de Bilbao". Santi le explicó que era el equipo de fútbol de Bilbao, el mejor de Españe, que en todo el país conociían el "Alirón, Alirón, el Atleti es campeón" y que a sus jugadores les llamaban "los leones de San Mamés".

-De acuerdo. Mañana mismo te compraré la camiseta -prometió el señor Bogaerts- y haré que te la manden en seguida. ¿Cuáles son los colores?
-Rojo y blanco -informó Santi-; rojo y blanco en grandes líneas verticales.

El martes por la mañana trajeron al "Fleury" un paquete para Santi, un paquete que le dieron cuando salía del comedor. Lo llevó al dormitorio y lo abrió: era la camiseta del Athletic de Bilbao. Por la tarde, después de clase, jugaron al fútbol. Como siempre, Raymond y Santi se encargaron de elegir los equipos. Lo hacían así: se separaban unos pasos, mirándose, y caminaban poniendo un pie delante del otro; el primero que pisaba con su pie el pie del contrario era el que empezaba a escoger jugadores.

Le tocó elegir a Santi y señaló a Manolín, que además de baracaldés era un jugador imponente y regateaba muy bien y era un gran extremo izquierda, aunque a veces pegaba punterazos y tiraba el balón al otro lado de la tapia. Raymon escogió a Josechu que era buen defensa. Así fueron escogiendo de uno en uno hasta completar los dos equipos. En el de Santi eran seis españoles y cinco belgas y en el de Raymond cuatro españoles -Josechu, Eugenio, Andrés y Javier Aguirre Albizu- y los demás belgas.

Cuando iban a empezar a jugar, Santi dijo que un momento. Subió al dormitorio, se puso la camiseta del Athletic de Bilbao, bajó y dijo que bueno, que podian empezar. Al principio ni Josechu ni Javier ni Andrés ni el conde dijeron nada; y jugaron. Al cabo de unos minutos Santi se quitó la camiseta y le dijo a Manolín:

-Póntela un rato, si quieres.

Manolín se la puso y unos minutos más tarde se la quitó y se la cedió a Fermín Careaga, que jugaba con el en la línea delantera. De pronto Javier gritó:

-Parad el juego.

Pararon el juego y Javier explicó:

-Yo no juego contra el Athletic de Bilbao.
-Me da no se que jugar contra el Atleti -confesó Eugenio-. Si mi equipo llevara la camiseta del Arenas, bueno, porque además no sería la primera vez que el Arenas le gana al Atleti. Pero yo tampoco quiero jugar con los belgas contra el Atleti.

Lo mismo dijeron Josechu y Andrés. Los cuatro deseaban pasarse al equipo de Santi porque era como si fuese el de San Mamés y porque tambíen ellos querían ponerse un rato la camiseta rojiblanca. Los dos capitanes decidieron cambiar impresiones.

-Te cambio a los cuatro españoles por cuatro belgas de mi equipo -propuso Santi-. ¿Va?
-Cómo cuatro españoles. Sólo hay tres -se extrañó Raymond.
-Cuatro -repitió Santi-. Andrés también es español.
-¿Que Andrés es español? -preguntó Raymond.

El otro árbol de Guernica
-Pues claro -dijo Santi. Y preguntó a Andrés:
-¿Tú qué eres, Andrés?
-Español. Si ellos pasan paso yo también, ¿verdad?

Se veía que tenía miedo de que Raymond y los demás belgas dijeran que no, que él no era español, que eso era una tontería. Había llegado el momento de la gran prueba; lo sabía. Quedó impaciente, expectante.

-Te advierto que no ha sido cosa de uno ni de dos. Le hemos hecho español entre todos -dijo Santi.
-Bueno -otorgó Raymond-, Andrés es español.

Y Andrés suspiró.

A Raymond no le interesaba el cambio porque Josechu y Andrés eran buenos defensas, Javier tiraba muy bien los "penaltis" y Eugenio daba unos cabezazos de miedo. Pero se conformó.

-Si ellos quieren cambiar de equipo...

Ellos querían. Pasaron al equipo de Santi. En el "Atletic de Bilbao" eran ahora diez españoles y un belga, que se llamaba Jacques. Santi le miró y comentó:

-Yo creo que deberíamos ser todos españoles. En el Atleti siempre ha jugado gente de casa.
Le explicó a Raymond que en el equipo bilbaíno no alineaban nunca a jugadores de fuera, porque Vizcaya daba buenos futbolistas y se bastaba con los que salían de su propia cantera. Raymond aceptó.

-Bueno...

Jacques salió un poco enfadado, aunque en el fondo no le acababa de gustar la idea de jugar él solo en un equipo de españoles. Hacía falta buscar un nuevo jugador español y sólo quedaban tres chicos fuera, que eran muy pequeños. Santi llamo a dos de ellos -el tercero, Valentín, estaba en la enfermería con anginas- y preguntó:

¿Quién de vosotros sabe jugar bien al fútbol?

Los dos aseguraron que ellos jugaban muy bien; pero Eusebio era demasiado pequeño y estaba un poco pachucho, así que Santi alineó al otro, que se llamaba Fermín y era de Bilbao. Para no armarse líos entre el Fermín bilbaíno y el Fermín baracaldés les llamaban a ambos por el nombre y el apellido.

Eran ahora once españoles contra once belgas y los once españoles se fueron vistiendo por turnos la camiseta del "Athletic de Bilbao" y jugarón como verdaderos leones, con unos pases largos y una combatividad que daba gloría verlos. Se entendían muy bien entre sí, diciendose en español "a Javier, a Javier que está solo", o "Aprovecha", "Pasa, tú" o "A mí a mí" y se animaban con grandes voces gritando: "Aupa" y "Que somos del Atleti que no se diga"; y ganaron por cinco a dos.

Cartel de la pelicula basada en el libro El otro árbol de Guernica
Luego se sentaron todos los vizcaínos bajo el roble, olvidados de sus viejas rencillas, y comentaron las incidencias del partido. Todos estaban orgullosos de haber llevado la camiseta del "Athletic de Bilbao". Porque pensaban, vagamente, que aquella camiseta les representaba a todos y era de todos: de Josechu, que era de Pedernales; y de Javier Aguirre Albizu, de Tomás y de Fermín que eran de Bilbao; y de Eugenio que era de Las Arenas; y de Julián que era de Lequeitio y era un portero que ni Zamora; y de José Luis, que era de Sestao; y de Andrés, de Manolín, de Fermín Careaga y de Santi. Y aunque en sus pueblos todos ellos hubieran querido llevar la camiseta de su equipo local, y no otra, allí, en el "Fleury", se sentian totalmente identificados y unidos con la del "Athletic de Bilbao", que era el equipo grande que mejor simbolizaba y encarnaba a toda la provincia...

Fragmento de El otro árbol de Guernica de Luis de Castresana