domingo, 28 de enero de 2018

El culebrón de Jesús Garay

Artículo publicado por Jon Rivas en www.fiebrerojiblanca.com el 28/01/2018


La temporada 1959/60 acabó con más pena que gloria para el Athletic a pesar del tercer puesto liguero, aunque a mucha distancia del Barcelona y el Real Madrid, que empataron a puntos aunque el campeonato se lo llevaron los azulgrana por el gol cociente. En la Copa, los bilbainos llegaron a semifinales y después del partido de ida frente al Real Madrid, albergaban fundadas esperanzas de llegar a la Final. El Athletic ganó 3-0 en San Mamés. Sin embargo, en el partido de vuelta en Chamartín, los blancos arrollaron a los rojiblancos por un resultado incontestable: 8-1.

Fue un desastre de partido para finalizar la temporada. Para el descanso el Real Madrid ya había igualado la eliminatoria; a los 7 minutos de la segunda parte, estaba por delante.

Así que, entre críticas, los jugadores del Athletic se marcharon de vacaciones. Los periódicos pedían soluciones para la siguiente temporada: “El Atlético necesita modernizarse”, decía La Gaceta del Norte, “con la creación de una célula técnica que asesore al entrenador”.

Pero esas críticas comenzaron a difuminarse cuando apenas tres días después del último partido de la temporada, comemenzó un culebrón que iba a durar casi dos meses. “El Barcelona ha pedido precio por Garay”, informó la prensa bilbaina. Se decía incluso que Miró Sans, el presidente del Barcelona, acompañado por un directivo, había estado en Bilbao sondeando la posibilidad de fichar al central internacional del Athletic.

No fue así, pero casi, ya que Miró Sans estuvo en Madrid, presenciando la semifinal de Copa, y solicitó oficialmente el traspaso de Garay. La respuesta fue que se estudiaría la petición. En principio, la respuesta iba a ser “no”. Mientras, Garay descansaba en Bakio, a punto de tomar el avión que llevaría a la selección española de gira por Sudamérica. Desde su retiro decía que no sabía nada, aunque confesaba que, años atrás, sí había recibido una oferta del Barcelona que rechazó. Por cierto, Garay terminaba contrato con el Athletic que sin embargo, podía ejecutar el derecho de retención.

A principios de julio, mientras Garay estaba a punto de irse de gira, el Athletic anunció que suspendía definitivamente la excursión que tenía programada también a Sudamérica con varios partidos, y que le iba a reportar unos beneficios de cuatro millones de pesetas. Sin embargo, pese a que tenía todos los contratos firmados, la Federación se inmiscuyó y obligó a la suspensión para que los partidos del club bilbaino no interfirieran en los que jugaba la selección española. En Bilbao, como es lógico, la prohibición cayó muy mal, aunque no eran tiempos para protestar demasiado.

Tal vez por ese revés económico, el Athletic empezó a dejarse querer en el tema de Garay. Mientras el jugador posaba en la escalerilla del avión de KLM en el que iba a atravesar el Atlántico, se filtraba que el Barcelona ofrecía una importante cantidad de dinero y además a Areta III, el jugador osasunista que estaba a punto de fichar por los azulgrana.

A mediados de julio, el diario deportivo Dicen de Barcelona entrevistó al presidente del Athletic, Javier Prado, que no negó las conversaciones con el Barça. Además, los periódicos hablaban también de que el club bilbaino había pedido que enviase una carta con la petición formal. Se hablaba incluso de que con el dinero se podría construir la nueva tribuna que proyectaba el Athletic. No iban desencaminadas las informaciones. Sin embargo decían también que la oferta era más baja de lo esperado.

Como en todos los tiras y aflojas, el 20 de julio apareció otra noticia para contrarrestar las pretensiones de unos y de otros. “El Barcelona se interesa por un defensa central de color”, decía El Mundo Deportivo, que también apuntaba que Garay se iría al Real Madrid: “Hay una oferta escrita de Santiago Bernabéu”. Unos días más tarde, mientras se especulaba con una posible fusión entre el Athletic y el Águilas, el equipo de baloncesto bilbaino que militaba en la máxima categoría, se esperaba el regreso de Garay a Bilbao, mientras se aseguraba que no había novedad sobre su posible traspaso. El 27 de julio, Jesús Garay, caballero de la Órden de Isabel la Católica, llegó a Madrid con dos horas de retraso y se enteró de que nadie le había reservado el billete de tren para regresar a Bilbao. Habló con los periodistas: “Sé sólo lo que ha dicho la prensa. Yo estoy al margen de las negociaciones. Quiero llegar a Bilbao para aclarar todo esto”.

Al día asiguiente llegó a Bilbao y lo primero que hizo fue visitar el club, en la calle Bertendona. Pretendía charlar con el entrenador, Martim de Francisco, y su ayudante, Pachi Garate, pero se quedó con las ganas, porque los dos se habían marchado de peregrinación a Lourdes. La postura de Garay al volver era la misma, pero no era idéntica. Aclaremos: “Habiendo finalizado mi compromiso, espero volver a firmar por el Athletic un buen contrato, que haga factibles mis dos ilusiones, quedarme en Bilbao y jugar en el Athletic”.

Sin embargo, las cosas empezaron a moverse. Primero salió a la luz la oferta del Barcelona: cinco millones de pesetas y Areta. Unos días más tarde, Garay recibió permiso del Athletic para negociar con el Barcelona. Viajaron dos embajadas a Bilbao, una para hablar con el jugador, con el que llegaron a un acuerdo rápido –”la vida del futbolista es corta y se me presenta una gran oportunidad–, y otra para hacerlo con el club bilbaino. En este caso, las cosas se alargaron.

El 20 de agosto, los clubes llegaron a un acuerdo. El día 23, a las 13.00 horas, Garay ya era jugador del Barcelona. A las 18.00 horas fue presentado. El Athletic se llevó cinco millones y a Areta; el Barcelona jugó un amistoso en San Mamés y en el campo se construyó una tribuna nueva. La tribuna Garay se le llamó en Bilbao.

sábado, 27 de enero de 2018

viernes, 26 de enero de 2018

La vida se abre camino

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 26//01/2018


Hoy visita San Mamés el Eibar, curiosamente con 28 puntos el mejor equipo vasco en la clasificación a estas alturas del campeonato. No empezó bien la temporada, con muchas lesiones y algunos jugadores fuera de su mejor forma, pero en la jornada duodécima despertó y solo ha perdido un partido de los últimos nueve disputados. Cierto es que seis de esos nueve encuentros, los ha jugado en Ipurua, donde se siente más fuerte.

El Athletic debe aprovechar este partido para seguir escalando posiciones en la clasificación. Lograr los tres puntos supone pasar al Eibar, además de ganar el golaverage particular con un rival directo en estos momentos, al que en la primera vuelta se consiguió ganar en su campo.

Pero parece que la actualidad del Athletic viene marcada más por las renovaciones y la próxima marcha de Laporte al City que por el encuentro de hoy. En la actualidad rojiblanca, el verde deja paso a los despachos.

Dentro de las renovaciones, dos han destacado por encima del resto. Las de Williams y Kepa. Dos formas muy diferentes de renovar, pero al final con un mismo objetivo: los dos son jóvenes, con gran presente pero sobre todo son la base del Athletic que se esta construyendo para el futuro.

Estos contratos les debe dar tranquilidad y una estabilidad para poder progresar centrándose en lo realmente importante, pero a su vez vienen cargados de una enorme responsabilidad especialmente en el inconsciente colectivo. A partir de ahora puede que el nivel de exigencia que tengan que asumir sea mayor. Y no sólo en el campo, también en todo lo que rodea en el día a día en el club. Pasan a ser referencia dentro de la estructura rojiblanca. Saber transmitir la pasión con la que se vive este club y defendería, tanto ante las nuevas generaciones como ante todos los aficionados, forma parte del peso que llevan estos contratos. También mostrar ambición y no ser conformistas. Que haya objetivos valientes e ilusionantes por los que pelear cada temporada y que hagan soñar, tiene que ser parte de su lenguaje cotidiano. Esperemos que ese peso no suponga una carga.

Sin embargo, parece que siempre hay algo que atenta contra estos momentos de felicidad y que impide que ésta sea completa. La marcha de Laporte cuando el City pague la cláusula será un golpe directo a la linea de flotación del equipo. No se espera en estos momentos.

Pero el Athletic debe estar preparado para estos imprevistos. Lezama siempre ha respondido cuando se ha necesitado, y estoy convencido de que en esta ocasión también lo hará. Unai Núñez es un claro ejemplo en este aspecto. La baja de Yeray ha permitido que conozcamos a un central que ofrece garantías y ha sabido ganarse un sitio en la primera plantilla. El relevo generacional inmediato es una seña de identidad de este club. La filosofía tan diferente que tenemos pero de la que nos sentimos orgullosos, nos hace vivir en una necesidad constante que estimula a nuestra institución a permanecer siempre alerta.

Sería importante que la salida de Laporte no se convierta en otro culebrón y el equipo sufra un desgaste que le despiste de sus objetivos. Es fácil caer en la tentación del chismorreo, las intrigas palaciegas... algo que este club no merece ni necesita. Quizá seria bueno que presidente y jugador dieran una rueda de prensa juntos con naturalidad, para dar las gracias al futbolista por su compromiso en los años que ha estado y dejando la puerta abierta para una posible vuelta, eso si, si es que su puesto no está entonces bien ocupado. El Athletic trabaja su cantera para ello y los nuevos valores (que los hay), piden abrirse paso y tener su oportunidad.

65 millones de euros son muchos millones, y es un buen pellizco que hay que recibir con los brazos abiertos. Pero también saber como gestionarlos, en el campo y en la estructura del club. El Athletic es un ser vivo que tiene que estar en continuo progreso y crecimiento.

lunes, 22 de enero de 2018

Liga Genuine

Fuente: Canal YouTube TVAthleticClub

Acto inaugural



La expedición ya está en Tarragona



Primer día Liga Genuine en Tarragona



Segundo día Liga Genuine en Tarragona


viernes, 19 de enero de 2018

Un brasileño en San Mamés

Artículo publicado por Arnau Segura en www.panenka.org el 19/01/2018


El Athletic es algo singular, es algo que se desvía completamente de los estándares actuales del balompié. Quizás suene exagerado, pero para muchos es así: están todos los clubes y luego está el Athletic. De hecho, por su peculiar idiosincrasia y por su particular política deportiva, hinchas de todos los rincones del universo futbolístico lo adoptan como su segundo o su tercer equipo. En algunos casos lo hacen de cara a la galería; en otros, por la necesidad de sentirse parte de una institución que, al contrario de lo que hacen la mayoría, no maltrata su pasado.

Con todo, tal y como asegura Eduardo Rodrigálvarez en Un soviético en la Catedral, un libro escrito en pasado que sirve perfectamente para explicar el presente, “la condición de aficionado del Athletic no venía única y necesariamente por vía vaginal, no era fruto del placer, primero, y del dolor, después; sino que podía ser adquirida como se aprende a hablar inglés”. “Aprendimos que había gente que no había nacido en Bilbao, ni vivía en Bilbao, y sin embargo era del Athletic”, añade unas líneas antes, retratando, con nostalgia, cómo vivieron la expansión del conjunto de San Mamés los aficionados de toda la vida.

En definitiva, “el Athletic no es diferente para ser diferente sino porque es diferente desde el principio”. Para ser más exactos, el cuadro bilbaíno empezó a ser diferente del resto en 1912, cuando dejaron el Athletic los últimos británicos que todavía permanecían en el club que habían ayudado a fundar catorce años antes, en 1898. A partir de entonces, se adoptó una costumbre que terminó convirtiéndose en una política -más o menos- inequívoca: la camiseta rojiblanca tan solo podía ser defendida por futbolistas vascos o por jugadores formados en equipos de Euskadi o Navarra.

Aun así, la norma no siempre se ha aplicado con la misma rigurosidad, provocando así una interminable serie de polémicas que, como apunta el periodista de El Correo Jon Agiriano, se condensan en una expresión: “¿Pero ese puede jugar en el Athletic?”. En este sentido, hace cincuenta años, hubiera sido impensable el fichaje de Cristian Ganea, un lateral izquierdo nacido en Rumanía y criado en Bizkaia que se incorporará al club en el próximo verano.

Pero lo cierto es que Ganea no será el primer foráneo en jugar con los leones. Antes que él, ya lo hicieron los franceses Bixente Lizarazu y Aymeric Laporte -aún en el equipo-, el mexicano Javier Iturriaga, el venezolano Fernando Amorebieta… y el portero brasileño José Vicente Fernández Biurrun, el primero de los seis jugadores que desde 1912 han cuestionado aquel eslogan, extremadamente desacertado, que se podía escuchar en los bares de Bilbao hace unas décadas: “Dios solo creó un equipo perfecto, a los demás los llenó de extranjeros”.

Como sugiere su nombre, Vicente Biurrun nació en tierras brasileñas -en Sao Paulo, concretamente- de forma circunstancial, ya que sus padres, inmigrantes vascos, se habían trasladado allí por motivos de trabajo. De hecho, a principios de los 60, cuando él tan solo tenía cinco años, la familia regresó a Guipúzcoa y se estableció en San Sebastián. “Cada uno nace donde le echan… No tengo más recuerdos que alguna foto que me enseñan. Ni he vuelto a Brasil”, recordaba el propio Biurrun en una entrevista en El Correo Vasco.

Como tantos otros niños de San Sebastián, Biurrun empezó a forjarse como futbolista en las playas donostiarras. Y, en 1981, tras pasar por el Danak y el Sanse, el joven guardameta cumplió el sueño de llegar al primer equipo de la Real Sociedad. En Anoeta, el guardameta pudo disfrutar de la época más brillante del conjunto ‘txuri-urdin’, ganó sus dos únicos títulos, una liga (81-82) y una Supercopa de España (82), y alcanzó las semifinales en la Copa de Europa. Pero Biurrun no estaba contento. “Se me convirtió en una especie de cárcel, muy bonita porque éramos un equipo campeón, pero aquello no me satisfacía”, reconocía en 2016.

El problema del arquero brasileño tenía nombre y apellidos: Luis Miguel Arconada. Y es que, cuando Biurrun llegó a la Real con la intención de comerse el mundo, se topó de frente con uno de los mejores porteros de la década de los 80 en Europa y no pudo disputar ni un solo partido oficial en dos cursos que debieron hacérsele eternos. “Arconada… es Arconada”, respondía, con resignación, en una entrevista en el Mundo Deportivo del año 1982 en la que le preguntaban por qué todavía no había debutado como ‘txuri-urdin’. Y añadía: “Soy una persona ambiciosa y lo que tengo muy claro es que acabaré triunfando en la Real… o en cualquier otro sitio. Tengo todo el tiempo del mundo por delante”. En la misma línea, hace poco más de un año, admitía en El Correo Vasco que lo que “necesitaba era jugar y no era satisfactorio estar sin poder hacerlo. Aprendí mucho al lado de aquellos jugadores excepcionales y me llevé una lección muy bien aprendida. Pero mi camino iba por otro lado”.

La siguiente parada del camino de Biurrun fue Pamplona, donde encontró una oportunidad para demostrar la valía que se le presuponía. Ciertamente, para el Osasuna era una apuesta muy arriesgada, ya que, tras dos temporadas sin tener minutos, el rendimiento del guardameta era toda una incógnita. Aun así, el mero hecho de haber vivido a la sombra de Arconada -y de Pedro Ochotorena- le dio el crédito suficiente para convencer a los dirigentes de El Sadar.

El día 6 de setiembre de 1983, en un encuentro contra el Salamanca que terminó con empate a cero, Biurrun volvió sonreír. Por fin había podido cumplir otra meta: estrenarse en Primera División. Sin embargo, parecía que, de nuevo, la felicidad no podía durar demasiado en la vida de este donostiarra nacido en Sao Paulo y, tras seis jornadas en el once del Iván Brzić, un grave error le hizo perder la titularidad en beneficio de Francisco Vicuña.

Finalmente, en el curso 84-85 Biurrun pudo conseguir la regularidad y se consolidó como uno de los mejores guardametas de la escena nacional. No empezó la temporada de titular, pero una grave lesión de Vicuña permitió que Pitinho, el sobrenombre con el que los osasunistas conocían a Biurrun por haberle parado un penalti al exjugador brasileño del Sevilla y por su buen dominio del juego con los pies, regresara a los esquemas del técnico serbio y que, con sus paradas, contribuyera decisivamente a que el Osasuna pudiera clasificarse por primera vez por una competición europea al terminar en el sexto lugar de la tabla.

Después de tres campañas en El Sadar, en 1986, Biurrun cambió el Osasuna por el Athletic Club como fruto de una operación rocambolesca. Tal y como explicaba el protagonista en El Correo Vasco: “Estaba a punto de irme al Atlético de Madrid y, de repente, [Fermín] Ezcurra me dice que tenemos que ir a Zaragoza a negociar mi fichaje por el Athletic. Yo le dije que no quería porque estaba Zubizarreta y me podía pasar como en la Real con Arconada, que no jugara un partido. Pero allí estuvimos los tres clubes y el Barça se llevó a [Andoni] Zubizarreta desde Bilbao y yo entré en el Athletic”.

El origen de todo el embrollo fue que el Barcelona quería incorporar a Zubi al precio que hiciese falta. Pero para dejarle marchar, aparte de una gran suma de dinero, el Athletic quería que el conjunto culé le proporcionara un sustituto de garantías. Este, además, tenía que cumplir con los complejos parámetros de la entidad bilbaína en materia de fichajes. El hecho de que Vicente Biurrun fuese el elegido complicó aún más las cosas, ya que cuando la Real traspasó al guardameta a Osasuna en 1983 se acordó que los ‘txuri-urdin’ tendrían derecho a cobrar el 50% de un futuro traspaso. Por lo tanto, la operación, más típica de la NBA que de la Primera División española de los 80, tenía la difícil tarea de contentar hasta cuatro equipos diferentes, incluidos los tres grandes del fútbol de Euskadi y Navarra.

Con todo, a pesar de las protestas de la Real Sociedad por haber recibido menos dinero del que correspondía, San Mamés encontró un digno sustituto de Zubi en Vicente Biurrun, “un portero potente de piernas y con buenos reflejos, un tanto alejado del paradigma de metas clásicos de la historia del Athletic”, destaca Ángel Iturriaga en el extenso Diccionario de jugadores del Athletic Club. El arquero brasileño debutó con la casaca rojiblanca con una derrota contra el Sporting de Gijón, pero en Bilbao vivió los mejores años de su carrera futbolística.

De hecho, en tan solo cuatro campañas, Biurrun llegó a disputar hasta 173 encuentros con el Athletic, una cifra significativa teniendo en cuenta los fantasmas que, según subraya Eduardo Rodrigálvarez en Un soviético en la Catedral, rodean a los guardametas del Athletic: “Desde que se retiró Iribar, cada nuevo portero es recibido con aplausos, pero en su primer fallo, en su primera duda, en su primer asomo de inseguridad, el runrún corre por La Catedral como un botafumeiro de incienso revenido. Todos y cada uno de los porteros que han sucedido a Iribar lo han sufrido en mayor o menor medida”. En este sentido, uno de los que salió bien parado de este “estricto control de calidad” fue, precisamente, el brasileño.

Al término de la temporada 89-90, el portero se despidió de San Mamés y firmó por el Espanyol con el propósito de relevar a un referente de la afición blanquiazul como el camerunés Thomas N’Kono, que había fichado por el Sabadell. Según cuenta la leyenda, el Athletic vendió a Biurrun porque necesitaba dinero para financiar la incorporación del barcelonista Ernesto Valverde. En todo caso, los caminos de uno y otro se unieron al cabo de unos años, cuando, tras su retirada, el portero fundó una empresa de representación de jugadores y entrenadores que ahora trabaja, entre otros, con el actual técnico del Barcelona.

En sus dos primeros cursos en Sarriá, Biurrun fue un fijo para Luis Aragonés, Ljubomir Petrovic, Jaume Sabaté y Javier Clemente, los cuatro técnicos que se sucedieron en el banquillo del Espanyol. Sin embargo, en las dos campañas siguientes perdió la titularidad y decidió volver a cambiar de ciudad. En un bello giro de los acontecimientos, once años después de salir de la Real Sociedad, le salió la opción de regresar y retirarse en su equipo. “Me llamó [John Benjamin] Toshack y me dijo que necesitaba tenerme en el equipo, porque no sé si se fiaba en aquel momento con Alberto [López Fernández] y [Javier] Yubero, pero la verdad es que luego Alberto lo hizo fenomenal y sólo jugué seis partidos”, reconocía en 2016.

Ciertamente, tan solo disputó seis encuentros oficiales con la Real antes de retirarse en 1995, pero tampoco debió importarle demasiado a un tipo que, a los 34 años, alcanzó aquello con lo que soñaba cuando regresó de Brasil y empezó a jugar a fútbol en las playas de San Sebastián: disputar un partido con el primer equipo ‘txuri-urdin’.

Para muchos, quizás José Vicente Fernández Biurrun fue un jugador más de los 80 y los 90. Pero, cuando se arroja un poco de luz sobre su figura, se descubre que, además de destacar por disputar hasta 296 en Primera División y por los coloridos jerséis que le cosía a mano su tía Pauli, Biurrun es alguien diferente y que forma parte de dos grupos extraordinariamente selectos: el de los extranjeros que han jugado con los leones y el de los futbolistas que han defendido las camisetas del Athletic, con la Real y con el Osasuna. Y además, como admitía en 2017 en las páginas del Mundo Deportivo, guarda buen recuerdo de los tres: “Soy de la Real, pero el equipo que más me tira es el Athletic. En Bilbao viví los mejores años de mi carrera y allí, todavía hoy, me siento querido y apreciado. A Osasuna siempre le agradeceré que me diera la oportunidad de debutar y jugar en Primera”.

Marcar terreno

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 19//01/2018


El Athletic comienza hoy la segunda vuelta frente al Getafe sumergido en una buena racha de resultados. Con cinco empates y tres victorias son ya ocho partidos sin perder y da la sensación de que el equipo está encontrando el equilibrio, sobre todo basado en una buena estructura defensiva. Solo ha encajado cinco goles en este período. Encontrar ahora una mayor fluidez ofensiva será clave para seguir escalando posiciones en la clasificación y empezar a conjugar resultados y juego.

Para poder pelear por algo importante, estos primeros partidos de la segunda vuelta resultarán claves a fin de situarse en la pelea por los puestos europeos. Todo está muy igualado. Tan solo nueve puntos separan al cuarto clasificado, que da acceso a la Champions, con el decimoquinto. Son 12 equipos implicados, cada uno con diferentes aspiraciones, pero seguro que una buena racha en las próximas jornadas dará posibilidades a cualquiera que lo consiga de pelear por entrar en Europa.

Por eso, el Athletic tiene que mostrar esa ambición empezando hoy mismo. En este momento, el Athletic es un rival directo en esa pelea y todo lo que no sea seguir sumando daría cierta ventaja a un equipo que se está mostrando muy fiable y regular desde el inicio de la temporada. Recordemos además que el resultado final del partido de la primera vuelta en San Mamés fue de empate a cero, con lo que queda en juego también el golaverage particular.

De los diez partidos que ha jugado hasta ahora en casa el Getafe solo Sevilla, Barça y Real Madrid, sufriendo y por la mínima, han conseguido llevarse los tres puntos. 19 de los 26 logrados los ha conseguido en el Coliseum Alfonso Pérez, donde únicamente ha encajado siete goles hasta el momento. Su campo es su fortaleza.

El Getafe es un equipo que te hace el partido incómodo. Su juego está basado en ser un bloque compacto, con las lineas muy juntas y preparado para salir al contraataque. En absoluto les importa que el desarrollo del mismo sea trabado y pasen los minutos sin que ocurran cosas trascendentes. Ahí se sienten cómodos. Si se pone por delante es un equipo contra el que es muy difícil dar la vuelta al marcador, pero no tiene prisa en ir a buscar la portería contraria si esto le supone asumir demasiados riesgos. Tiene la paciencia suficiente como para esperar su oportunidad.

Para contrarrestar su solidez defensiva, el Athletic necesitará tener un juego menos previsible. La movilidad entre lineas y la incorporación de los laterales se antojan fundamentales para romper su estructura defensiva. Se muestran fuertes contra equipos que practican un fútbol directo y sufren si tienen enfrente jugadores dinámicos, que aparecen y no están estáticos.

Dotar de continuidad al juego será fundamental para que el Athletic pueda encontrar el ritmo adecuado y dejar su seña de identidad. No entrar en parones sin sentido, por muchas faltas que haya, que descentren al equipo de un desarrollo fluido del encuentro e impidan continuidad dará mas posibilidades de éxito al equipo rojiblanco.

En el partido de hoy se verán las intenciones del Athletic para esta temporada. Quizá ésta sea la más igualada de los últimos años en la parte central de la clasificación a estas alturas del campeonato. En los momentos decisivos, la historia y experiencia deben aparecer y el Athletic acostumbra a dar un zarpazo cuando lo necesita. Hoy toca marcar territorio.

miércoles, 17 de enero de 2018

La primera final europea del Athletic Club: derrota en blanco y negro

Artículo publicado por Igor Santos Salazar en www.losotros18.com el 17/01/2018


Plantilla del Athletic Club 1956

Si caminando por las calles de Bilbao preguntáis por la primera final europea del Athletic, el caudal de memoria que habréis evocado terminará por confluir, con total seguridad, en el recuerdo de los partidos jugados en la primavera de 1977 contra la Juventus. El 1-0 del Olímpico al que siguió, dos semanas después, un 2-1 en San Mamés (entonces las finales no eran a partido único). Un resultado insuficiente para que el conjunto rojiblanco pudiese levantar su primer título continental. Como si de una oración se tratase muchos os recitarán Iribar, Villar, Irureta, Dani, Rojo… Santos laicos que no pudieron contrarrestar al equipo del abogado Agnelli, aquel formado por buena parte de la selección italiana: Zoff, Gentile, Cabrini, Scirea, Tardelli, Bettega…

Los más jóvenes, sin embargo, dirán que de aquella final conservan pocas imágenes, todas filtradas a través de una televisión o de un vídeo colgado en internet. Y quizás prefieran compartir con vosotros sus recuerdos de otra final europea. De otra derrota. Bucarest 2012.

Muy pocos, casi ninguno, habrán respondido correctamente a vuestra pregunta inicial. Pues la primera final europea del Athletic no coincide en el calendario con el año 1977. Es necesario escalar por las paredes del tiempo y hollar el amarillo que tiñe las páginas de viejos cotidianos y de antiguas fotos para llegar a las alturas de oxígeno enrarecido de una España triste, en blanco y negro; para adentrarse en la aventura de la primera final europea del conjunto bilbaino: la Copa Latina disputada en Milán un 3 de julio de 1956, pocos meses después de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez, poeta en el exilio.

Una copa en la posguerra

La Copa Latina fue creada en 1949 tras alcanzar un acuerdo las federaciones de fútbol de Portugal, España, Francia e Italia – la Uefa nacía como institución solo en 1954. A la nueva competición debían concurrir los campeones nacionales que, con la temporada de sus respectivos países concluída, se enfrentaban en el campo de uno de los cuatro equipos participantes siguiendo la fórmula de dos semifinales y final, como en la actual Euroliga de Basket. Además cada cuatro años se proclamaba a la federación ganadora en base a los puntos conseguidos por sus equipos durante los años anteriores (cada temporada el campeón recibía 4, el subcampeón 3 etc.).

La Copa se caracterizó muy pronto por desajustes organizativos. A la renuncia de algunos campeones a participar en ella, como la Juventus, el Inter o el Benfica en las ediciones de los años 1950, 1953 y 1955 se unió su suspensión en 1954. Un parón justificado por la coincidencia en el calendario con el Mundial de Suecia. La creación de la Copa de Europa en la temporada 1955/56 iba a representar su condena a muerte, y ello a pesar de que durante dos años (56 y 57) se disputó de forma conjunta, siendo el Real Madrid campeón en la edición de 1957. El conjunto blanco se hacía así con un curioso doblete, Copa de Europa – Copa Latina. Como muchos ya habían intuido, tras la pausa provocada por la celebración del Mundial de 1958, la Copa Latina dejó de existir, confluyendo definitivamente todas las federaciones europeas en la Copa de Europa.

Se seguía así la voluntad de agregación institucional y competitiva que caracterizó la acción política del secretario de la Uefa, Henry Delaunay. Una historia en parte diferente a la que vivió la más veterana Mitropa Cup, creada en 1927 entre los países de la Europa Central e Italia. Suspendida tras 1940 por el caos en el que sumió al continente la II Guerra Mundial, motivaciones políticas dictadas al calor de la Guerra Fría provocaron su refundación en 1955. Nunca pudo sostener la competencia de la nueva Copa de Europa a pesar de mantenerse con vida, si bien con un prestigio muy menor, hasta 1992, año de su definitiva supresión.

En el caso de la Copa Latina, repasar su palmarés basta para demostrar la importancia relativa de la competición: los equipos que se alzaron con ella siguen siendo protagonistas del fútbol europeo (Barcelona, Milan, Real Madrid…) y muchos de sus participantes, desde el Torino inmediatamente posterior al desastre de Superga, al Athletic o al Stade de Reims, han escrito páginas épicas de la historia del balompié europeo.

Arena Cívica, 3 de julio de 1956. El inicio de una tradición


Estadio Arena Cívica

Tras una temporada triunfal en la que el Athletic dirigido por Ferdinand Daučík había ganado la Liga y la Copa, el equipo rojiblanco llegó a una Milán sumergida en el bochorno estival tras 33 horas de viaje ferroviario (vía Barcelona y Niza). Al menos esto es cuanto relata José María Unibaso Landa (en arte Joma), el periodista deportivo de la Gaceta del Norte que acompañó al equipo durante buena parte de aquel viaje a Italia. Tras el sorteo de las semifinales, la tropa bilbaina supo que debía eliminar en la semifinal al Niza, en busca de una final en la que su oponente saldría del encuentro entre el Milan (la Fiorentina, campeona de Italia, había renunciado) y el Benfica (el Oporto, campeón luso, había hecho lo mismo). Es interesante observar como la prensa italiana consideraba entonces al Athletic como principal favorito para alzarse con la victoria en el torneo. Periodistas que veían también en Maguregi al “mejor medio del continente”.

El escenario elegido no fue San Siro, terreno de juego entonces propiedad del Milan. Los partidos se jugaron en la Arena Cívica, dotada de iluminación para los partidos nocturnos. Era, y aún es, un espectacular anfiteatro neoclásico inaugurado por Napoleón Bonaparte el 18 agosto de 1807. Un espacio en el que se desarrollaban multitud de actividades deportivas, desde los partidos del Inter al lanzamiento de jabalina, y que a veces había servido también para disputar naumaquias en la más pura tradición de la Roma clásica. Una pieza fundamental en el horizonte futbolístico de la ciudad de San Ambrosio que pasa siempre inadvertido a las multitudes turísticas que cada año invaden las calles de Milán y que aún hoy es sede de los partidos como local del Brera Calcio.

En aquellos días la Arena fue testigo de todos los partidos de la competición. Ya en las seminifinales, los presagios de la prensa se fueron confirmando con la victoria del Milan sobre el Benfica (4-2) y del marcador (2-0) con el que el Athletic se impuso al conjunto francés, goles de Marcaida y Arieta, en una primera parte de juego sensacional (la crítica fue unánime) de los “leones”.

De este modo se llegó al día de la final. El encuentro entre los rossoneri y los zurigorri, previsto para las 21.30 de la noche, se retrasó hasta las 22.20 para dar espacio a la prórroga que dilucidó el tercer puesto del Benfica. Solo entonces el once inicial del Athletic compuesto por Carmelo, Orue, Garay, Canito, Mauri, Maguregi, Artetxe, Marcaida, Arieta, Uribe y Gaínza entró en el terreno de juego para enfrentarse al equipo anfitrión ante más de 40.000 espectadores. A pesar de un relativo dominio territorial del conjunto vasco, el Milan marcó primero, por obra de Bagnoli, el mismo a quien el tiempo tenía reservado un lugar especial en la historia del “calcio”: conseguiría sorprendentemente el “scudetto” en 1984 como entrenador del Hellas-Verona.


Uno de los goles del Milan

Ya iniciada la segunda mitad, Artetxe empató el partido. Parecía que el equipo bilbaino iba a confirmar los pronósticos. Nada más lejos de la realidad. Un ordenado Milan consiguió primero el 2-1 mediante Dalmonte y a cinco minutos de la conclusión Schiaffino batió de nuevo a Carmelo para situar el definitivo 3-1 en el marcador. El Milan de Maldini padre, Liedholm y el portero Buffon (Lorenzo, no Gianluigi) se adornaba con la segunda Copa Latina de su historia.

Tras la derrota, los jugadores, técnicos y directiva del Athletic continuaron su viaje por Italia: destino Roma. En el Vaticano iban a ser recibidos en audiencia privada por papa Pío XII. Aquella bendición apostólica no iba a impedir que el Athletic inaugurase en un verano en blanco y negro una pequeña, desafortunada tradición. La de la derrota en las finales europeas. En las tres finales europeas: 1956, 1977, 2012.


Recepción del Papa Pio XII al Athletic Club

Antes o después las tradiciones terminan. La utopía rojiblanca continúa.

martes, 16 de enero de 2018

Erika, la catalizadora

Artículo publicado por Iñaki Martín Abraldes en www.fiebrerojiblanca.com el 16/01/2018

Trece temporadas, 340 partidos y 246 goles es el impresionante balance de la jugadora rojiblanca


(Fotografía: JOSÉ MARI MARTÍNEZ)

Como el paladio en la química orgánica, Erika cataliza un porcentaje altísimo de las jugadas de peligro del Athletic, pues prácticamente no hay ocasión de gol de las leonas en las que el balón no haya pasado por sus botas. Sin ir más lejos, el domingo pasado frente al Santa Teresa, las ocasiones más claras llegaron por el sector izquierdo, el perfil del campo que domina Erika, y en el que tiene a Nekane, su mejor socia, que tanto es así que se pasan los partidos corrigiéndose y dándose soluciones la una a la otra.

En la química también ocurre que sin metal de por medio no ocurre lo que uno quiere o espera, los átomos no se buscan porque no hay nadie que los presente para que se conozcan y formen una relación que nadie pueda romper. Y es que la temporada en la que Erika sufrió una lesión que se fue complicando y que, a priori, no parecía grave, al equipo le costaba un mundo encontrar las vías de escape de las rivales. Y la que más sufría esa orfandad era Nekane.

13 temporadas lleva Erika en el primer equipo, 340 partidos y 246 goles, que se dice pronto, pues ya formaba parte de aquel Athletic que ganó su tercera liga de forma consecutiva en la 2004-05. Y aquí sigue, siendo el eje del juego ofensivo, habiendo tenido que retrasar su posición, de delantera o extremo a interior o mediapunta, ha perdido en velocidad pero ha ganado en comprensión del juego. Lo que en ella se mantiene inalterable son las ganas, el sacrificio, el olfato goleador y las buenas maneras fuera del campo, siempre dispuesta a hablar con una sonrisa, una chica muy muy futbolera que no falla a charlas sobre fútbol, psicología o lo que sea necesario para mejorar y aprender. Es un ejemplo en el que deben mirarse jugadoras como Maite Oroz o Lucía García, encaminadas a ser los metales pesados del equipo rojiblanco.

Ganea será el sexto extranjero del Athletic

Artículo publicado por Juanma Velasco en el diario Marca el 15/01/2018

Cristian Ganea se incorpora este verano al Athletic y mirará las ventanas de las fechas FIFA para conocer cuándo juega Rumanía, selección de la que es integrante. El lateral izquierdo, que ha firmado un contrato por tres temporadas con opción a una cuarta en función de una serie de variables, es uno de los pocos extranjeros que han vestido la camiseta del primer equipo rojiblanco. Quitando los fundadores del club -la gran mayoría británicos- sólo cinco jugadores más llegaron de otros países: Biurrun (Brasil), Amorebieta (Venezuela), Iturriaga (México) Lizarazu y Laporte (Francia). Cada uno de ellos es dueño de una historia particular.

El rumano Ganea tiene pasado en Bizkaia. Siendo un niño se trasladó con su familia a Basauri y allí vivió su adolescencia. Jugó en distintos equipos de fútbol de la provincia, hizo pruebas con el Athletic y jugó en la selección de Euskadi de categorías inferiores. Esta Navidad la ha pasado en Basauri, que es donde residen y trabajan sus padres.

Vicente Biurrun, portero de la primera plantilla rojiblanca entre 1990 y 1994, nació en la ciudad brasileña de Sao Paulo, que es donde vivían sus padres por cuestiones laborales. Apenas estuvo cuatro años en Brasil y sus padres regresaron a Gipuzkoa, su provincia de referencia. Biurrun inició su carrera en la Real para después fichar por Osasuna y de allí llegar al Athletic. Entraba de lleno en los parámetros que rigen la filosofía rojiblanca al tratarse de un futbolista formado en cualquier equipo de la cantera de Euskadi.

Dos años después de la salida de Biurrun el Athletic fichó a Bixente Lizarazu, procedente del Girondins de Burdeos. El lateral izquierdo internacional con Francia era natural de San Juan de Luz, que forma parte del territorio vasco-francés. En su contratación no hubo dudas filosóficas y se valoró su condición de vasco. Tuvo una corta carrera en Bilbao y pocos meses más tarde fichó por el Bayern Múnich.

De Venezuela a Francia

Los siguientes futbolistas con pasaporte extranjero que han jugado en el Athletic son Fernando Amorebieta (2005-13) y Aymeric Laporte, que sigue perteneciendo a la plantilla. Amorebieta lo hizo con pasaporte venezolano, que es la selección que eligió para jugar en categoría absoluta después de haber jugado hasta la sub21 con España, y Laporte es francés, de Agen.

Coincidiendo en etapa con Amorebieta el Athletic también dio la alternativa a Javier Iturriaga, centrocampista que sólo estuvo una temporada en el primer equipo (2006-07) y luego firmó por el Salamanca antes de colgar las botas en el Getxo. Iturriaga, hijo de guipuzcoanos, nació en México y residió en el país americano hasta los 13 años, que es cuando se fue a estudiar a Reino Unido. Estuvo un año en la isla y se trasladó con su familia a Bilbao. Despuntó en uno de los clubes de cantera de la provincia y terminó firmando por el Athletic para integrarse en uno de sus equipos de la última escalera formativa.

Por último, la incorporación de Laporte se incorporó al club por una tercera vía. Agen no pertenece a territorio vasco-francés, así que el club solucionó su 'pasaporte' hacia Lezama alistándole en un club de formación vascofrancés.

En los próximos años el Athletic está abierto al salto de más extranjeros hacia el primer equipo ya que en las categorías inferiores hay futbolistas de distintas nacionalidades, hijos de migrantes que se han asentado en Bizkaia, pero formados en equipos de la provincia y en el club rojiblanco desde edades muy tempranas.

domingo, 14 de enero de 2018

Visualizar un partido

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 14//01/2018


Al contrario que el Espanyol, desafortunadamente el Athletic ya no juega partidos de Copa este mes. La eliminatoria contra el Formentera fue un duro golpe que sirvió para retomar el rumbo, pero que al tiempo nos privará de disfrutar de una de nuestras competiciones favoritas. Por el contrario, el conjunto 'perico' se ha conseguido meter en los cuartos de final del torneo del k.o. eliminando al Levante esta semana y tendría que afrontar una dura eliminatoria frente al Barcelona después de enfrentarse hoy al Athletic.

Por ello, es posible que pueda tener más la mente en ese derbi que en el partido de hoy, que unido a los rumores de la posible marcha de su entrenador, Quique Sánchez Flores -aseguró ayer que se quedaba-, les puede debilitar para este encuentro. Para el equipo catalán va a suponer un gran desgaste tanto físico como psicológico, algo que el Athletic debe aprovechar a fin de llevarse los tres puntos que le permitan seguir escalando posiciones. Será importante que el equipo rojiblanco intente imponer un ritmo alto desde el inicio.

Ritmo alto en la presión con pasos adelante incluso sabiendo que el Espanyol es un equipo al que le gusta jugar a la contra y no le importa que el rival tenga más dominio en el juego. Ritmos altos en las transiciones, buscando hacer daño a la espalda. Presión rápida tras la pérdida para no dejar levantar la cabeza a quien tiene el balón. Esos primeros tres segundos serán claves para no dejarles pensar, mirar y jugar al espacio.

Los últimos resultados positivos han aupado al Athletic cerca de los puestos Europeos, algo que hay que consolidar antes de que llegue de nuevo la Europa League y las semanas se pueden hacer más duras. Han sido días tranquilos para trabajar, algunas renovaciones contractuales han podido dar seguridad a la plantilla y eso siempre suele notarse en el campo.

El Athletic tiene que tener ganas de gustarse y de seguir sumando para salir de enero en posiciones de privilegio. Este es el último partido de la primera vuelta y servirá para hacer balance de todo lo sucedido hasta este momento. Para preparar los partidos, normalmente antes de disputarlos, el entrenador visualiza cómo cree que pueden ser y cómo quiere que sean. Luego el desarrollo del juego puede que sea diferente, el deporte no es una ciencia exacta, y ahí es donde deben saber actuar introduciendo los cambios tácticos, de posición o de jugadores necesarios y oportunos para amoldarse a lo que el partido va demandando.

Esto también debe ocurrir con cada jugador que pueda participar. Interesarte por cómo juega el rival, las principales virtudes y defectos del jugador o jugadores que vas a tener enfrente y cómo lo vas a contrarrestar tanto defensivamente como ofensivamente es muy importante para el éxito colectivo. Es parte del trabajo de un jugador y de su responsabilidad. Uno debe de cargar con la responsabilidad que le corresponde y dejar a un lado la carga que a veces se atribuye, pero que no es suya. Compaginar bien las obligaciones colectivas con las individuales forma parte del éxito de un equipo.

martes, 9 de enero de 2018

Urtzi, un niño acosado que recibe el calor de la afición del Athletic

Fuente: www.aupaathletic.com



La afición del Athletic es especial. Es algo que se dice habitualmente pero que hechos como los del domingo lo corroboran. Quizá no sea la que más grite, pero si la más singular, de eso no hay duda.

Ante el Alavés Urtzi, un niño con problemas auditivos que sufría acoso escolar, fue protagonista de una genial inciativa de Iñigo Cabacas Herri Harmaila, que le invitó al partido, le realizó algún obsequio, le mostro su apoyo, y sobre todo le demostró que no está solo en una de las situaciones más delicadas que puede sufrir un niño: los insultos y golpes de sus compañeros de clase.

Aduriz, a la altura de Messi y Raúl

Artículo publicado por A. Martínez en el diario Deia el 09/01/2018


Aritz Aduriz sigue empeñado en batir todos los registros que estén a su alcance. A un mes de cumplir 37 años, el delantero, máximo goleador del equipo desde su regreso en el verano de 2012, se colocó el domingo, tras su gol de penalti al Alavés, a la altura de Leo Messi y Raúl González Blanco. Ellos son los únicos futbolistas de La Liga que han anotado ante 35 rivales distintos en Primera División a lo largo de su trayectoria deportiva. Curiosamente, son cuatro los equipos ante los que se han enfrentado y no han podido marcar ni el donostiarra ni el argentino. También Raúl, retirado ya de la práctica del fútbol, por lo que no podrá seguir aumentando su número de víctimas.

El Alavés era el único equipo vasco que se le resistía a Aduriz de entre todos a los que se había enfrentado en Primera, pues aunque marcó en el amistoso del pasado verano, no había visto puerta frente a los babazorros en ninguno de los tres encuentros oficiales que había disputado hasta el domingo, cuando por fin pudo quitarse esa espinita.

Más complicado lo tendrá de ahora en adelante para poder aumentar esa cifra. De los equipos a los que se ha enfrentado en la máxima categoría solo Cádiz, Gimnàstic, Córdoba -en Segunda a día de hoy- y Murcia -que trata de resurgir desde Segunda B- se le han resistido. Deberá esperar a que alguno de ellos regrese a Primera o, en su defecto, que otros como Huesca, Oviedo o Lugo, que a día de hoy pelean por subir, logren su objetivo. Además, el donostiarra es el único de los tres futbolistas que sabe lo que es marcar ante el equipo de su vida, pues son tres los tantos que le ha marcado al Athletic.

El récord que ostentan Messi, Raúl y el propio Aduriz podría quedarse de aquí a pocas semanas en posesión del argentino de manera exclusiva. Barcelona y Girona se verán las caras en el Camp Nou el fin de semana del 24-25 de febrero y entonces Messi podría estrenarse ante los gerundenses después de que no anotara en el choque de la primera vuelta disputado en Montilivi. Además del Girona, Cádiz, Murcia y Xerez son los otros tres equipos que se le resisten. Raúl, por su parte, no marcó ante Getafe, Gimnàstic, Levante y Xerez.

Reflexiones navideñas

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 07//01/2018


El parón navideño, normalmente, es bien recibido por los jugadores y el cuerpo técnico. El desgaste físico y psicológico que hay desde el primer día de entrenamiento a primeros de julio es muy grande.

Las pretemporadas han dejado de ser aquellas sesiones de entrenamiento en las que se buscaba un sitio para estar tranquilos y que no pasara nada reseñable más allá de las cuestiones propias de las primeras cargas de trabajo. Ahora, los viajes y compromisos son los que mandan. Más aún sí el equipo ha de jugar una o dos fases previas de Europa League, donde te juegas parte del trabajo de la temporada anterior.

Así pues, este descanso navideño sirve para desconectar de los esfuerzos y exigencias y pasar algo más de tiempo con la familia y amigos. El descanso, además de necesario, debe ser reparador y ayudar a jugadores, cuerpo técnico y, por qué no, directiva, a integrar todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de estos meses. Ayuda a encajar las piezas, a que cada elemento de esta microhistoria encuentre su lugar.

Pero todo tiene su parte buena y menos buena. Si la desconexión es demasiado grande, volver a la competición después de este periodo de descanso, puede que no resulte nada sencillo. En el primer encuentro suele costar coger el ritmo, y en esto, el Alavés, rival hoy del Athletic en San Mamés, parte con ventaja ya que ha jugado partido de Copa entre semana, además con victoria, en Formentera.

Otros años se ha disputado el partido de la selección de Euskadi, que suele venir muy bien para adaptarse de nuevo a la competición. Pero este año, esta tradicional y esperada cita, no se ha celebrado. Era un partido que se jugaba, sí o sí. ¿Es éste otro síntoma de que los tiempos están cambiando?

Pero si el descanso es necesario, lo debería ser para todos, aunque vivimos en una sociedad que, a veces, no lo permite. Los medios de comunicación necesitan publicar información de manera constante, la maquinaria nunca duerme. La afición también lo demanda.

Hay veces que el Athletic, que siempre genera información, lo pone especialmente fácil. Por un lado tenemos la salida (o no) de Kepa, supuestamente al Real Madrid. Un chaval de 23 años, con varias cesiones en equipos de Segunda División, experiencia en el primer equipo e internacional absoluto. Por otro, la incorporación de dos jugadores, uno de la misma edad que Kepa y otro un año más joven, para el Baskonia, tercer equipo del club rojiblanco. En el Baskonia, desde donde dan el salto los chavales del juvenil, se van a encontrar con compañeros varios años mas jóvenes que ellos. Todo esto, que choca con la línea habitual de actuación dentro de Lezama, está dando mucho de qué hablar y debatir entre los aficionados de la parroquia rojiblanca.

Hablando de Kepa y de los 23 años que tiene. No me parece un joven inmaduro o inexperto, como en muchos sitios se da a entender, aunque no lleve muchos partidos en Primera División. Con esa edad, en el fútbol son muchas las dificultades y la experiencia que has tenido que ir asumiendo, y es posible que más siendo portero.

Kepa ha tenido que salir de Lezama para curtirse. Dos cesiones - Ponferrada y Valladolid - en esos momentos sí que era inexperto, con apenas diecinueve o veinte años, teniendo que dejar la familia y el Athletic, que era lo único que conocía. Abandonar tu casa no es nada sencillo.

Siempre nos ponemos en el lado bueno. Te ceden para que cojas experiencia y puedas volver mucho más formado. Mirado así suena muy bien, y quizá en ese momento no haya otras alternativas. Lo de Kepa ha funcionado, pero ¿alguien se acuerda de todos aquellos que son cedidos y nunca vuelven? Que por cierto, son la mayoría.

Es posible que la decisión de quedarse o no, la pudo empezar a mascar en la soledad de estas cesiones, cuando empiezas a ver las cosquillas a la vida. Donde muchos otros se quedaron y normalmente son olvidados.

Pase lo que pase, es momento de que todo termine. La decisión de Kepa, no queda mas remedio, debe ser respetada. El Athletic se tiene que centrar en su día a día y en sus compromisos. Siempre ha salido adelante, y en la portería, si decide marcharse, hay recambios de garantías.

El Athletic es un club único en el mundo y. entre otras cosas, debe distinguirse por su señorío. En situaciones como ésta, la actuación de los que forman o formamos el Athletic globalmente, debe ser distinta a otros clubes. Pero no solo si Kepa se queda, sobre todo si decide irse.

Debe ser parte de la educación que se imparte en Lezama. La cuestión no es abducir a un jugador para que se quede, sino hacerle consciente de lo que Bilbao, el Athletic y su afición te aporta. A partir de ahí el Athletic debe actuar de manera honesta, respetar decisiones y velar por su sistema. No tiene sentido cerrar puertas cegados por el rencor. A menudo, son puertas que más que cerrarse el que decide irse, se cierra a sí mismo el club.

lunes, 8 de enero de 2018

sábado, 6 de enero de 2018

miércoles, 3 de enero de 2018

De Acedo a Zuluaga

Artículo publicado por Aner Gondra en el diario Deia el 03/01/2018

El historiador Ángel Iturriaga presenta un diccionario con todos los futbolistas que han jugado en el Athletic


Ángel Iturriaga posa con un ejemplar de su obra. (Foto: Oskar González)

AQUILINO Acedo. Por orden alfabético es el primer nombre que desfila en las páginas del Diccionario de jugadores del Athletic Club que ayer presentó en Bilbao el riojano Ángel Iturriaga. Entre Acedo y Zuluaga, el último, hay otros 604 rojiblancos. Este historiador que trabaja como profesor universitario pasa sus noches en vela recopilando datos del fútbol de otra época. “Mi absoluta pasión es el fútbol, concretamente, la historia del fútbol. Y el Athletic es uno de los clubes que siempre me ha impresionado”, confiesa. Tras realizar dos libros similares con la relación de todos los jugadores del Barcelona y de la selección española, Iturriaga ha dedicado tres años a confeccionar el libro con todos los jugadores del Athletic. “Ha sido muy complicado encontrar datos biográficos de los jugadores del Athletic”, relata a DEIA, “ha habido que buscar muchas fuentes y hablar con descendientes que viven, por ejemplo, en Venezuela”.

Lo cierto es que el Athletic ya ofrece una relación muy completa de todos sus jugadores a través de la página web. “Queríamos complementar esa información que tenía el club con algunas lagunas que habíamos detectado”, explica Ángel Iturriaga, “faltaban muchas fechas de nacimiento o de fallecimiento o datos de ese tipo. Especialmente esto ocurría con jugadores de antes de la Guerra Civil. De esa época hay pocos datos y teníamos pocas fuentes puesto que en la guerra se destrozaron muchos archivos”. Ante esa escasez de datos Iturriaga se ha dedicado a rascar en hemerotecas y localizar nietos y biznietos de jugadores para ir “recopilando piezas del puzle”. El trabajo ha dado sus frutos: “Hemos complementado los datos de más de cuarenta jugadores. Hay otros, no obstante, que es totalmente imposible”.

En el diccionario confeccionado por Ángel Iturriaga, además de los datos estadísticos, se aporta al lector una visión hasta ahora desconocida de muchos jugadores: “Complementamos, al margen de nombres, estadísticas y datos biográficos, aportando la información de cómo jugaba cada jugador: si era lateral izquierdo, si era bravo, o técnico, si era buen marcador… Hay un montón de características de los jugadores y también incluimos la trayectoria que ha tenido cada jugador”.

El que presentaba ayer en Bilbao es el séptimo libro que firma Ángel Iturriaga, lo que no ha sido impedimento para que haya sido un trabajo especial para el autor. “En la familia tenemos mucha tradición de aficionados del Athletic”, asegura el historiador, “mi padre me traía de pequeño a San Mamés. Yo con 7 años vi al Athletic campeón. Tengo la imagen imborrable de Dani con el brazalete de capitán y el 7 en la espalda en un partido contra el Sevilla en San Mamés. También tengo familiares en Bilbao que son socios del Athletic, así que he venido a muchos partidos”.

Mucha colaboración

El diccionario del Athletic contiene 606 entradas, tantas como jugadores habían debutado en el club rojiblanco hasta la fecha en la que el libro se envió a imprenta. Íñigo Muñoz y Oscar Gil debutaron en el partido de ida de Copa ante el Formentera. Ellos son los jugadores 607 y 608 en la historia del Athletic, pero su debut no llegó a tiempo para aparecer en este libro.

En ese trabajo de arqueología futbolística, Ángel Iturriaga ha tenido que leer centenares de crónicas de partidos de la primera mitad del Siglo XX. “Hemos intentado saber cómo jugaban los jugadores anteriores al 36 a través de las crónicas de la época, aunque eran muy básicas y no se parecían a las de ahora”. Por otro lado, la investigación ha tenido su parte más amable en el trato humano. “Contactar con descendientes de jugadores ha sido lo más agradecido a la hora de hacer el libro”, se felicita el autor, “la gente se lo toma muy bien, como un reconocimiento a un antepasado por el que nunca le preguntan. He tenido varias experiencias y este es el libro, con diferencia, en el que todas las personas con las que he contactado han sido más receptivas a la hora de facilitar información o de ayudar en lo que pudieran. Los que sienten el Athletic se han desvivido por ayudar e intentar que se sepa más del Athletic. Esto me ha alucinado”.

Cuando por las manos de uno pasan todos los datos de los jugadores de un club es capaz de sacar conclusiones que de otro modo pueden pasar inadvertidas. En esta ocasión, Iturriaga admite que el Athletic tiene un ingrediente diferente al resto de clubes: “Hay una conclusión que me parece bestial. El Athletic se fundó en 1898 y el Atlético de Madrid, por ejemplo, en 1903. En el Athletic han jugado 608 jugadores, mientras que en el Atlético han sido más de 1.400 futbolistas. Esto demuestra una fidelidad a los colores mucho mayor. Creo que en ningún club del mundo se puede encontrar un dato así. Es difícil encontrar otro club con tantos jugadores que hayan jugado más de una década en él. Es algo único”.