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martes, 28 de enero de 2014

Nunca lo olvidaré

Artículo publicado por Juan Pablo Martín en el diario El Correo el 27/05/2013

A sus 80 años, Eusebio Arriaga, seguidor del Athletic, presenció su primer partido en San Mamés, un hola y adiós cargado de emotividad


Eusebio Arriaga accedió, junto con su mujer, pronto a San Mamés donde nunca antes había estado

En el último partido oficial que albergó San Mamés hubo lágrimas por la despedida, pero también de felicidad. A sus 80 años, Eusebio Arriaga cumplió un sueño. Invitado por El Correo, vio por primera vez un partido del Athletic en La Catedral. El equipo de sus amores al que muchas tardes desde su juventud siguió por la radio y que, posteriormente, la televisión le permitió ponerle imágenes, pero con el que nunca había compartido el calor que desprende en su estadio y su afición. Y más en un partido tan significativo como el de ayer. "Emocionante. Impresionante". Así definió Arriaga lo vivido a la conclusión del encuentro. Nunca imaginó semejante ambiente ni que pudiera disfrutar tanto viendo un choque en directo. "Nunca lo olvidaré", añadió.

Fue una jornada especial para él. Ya llevaba algunos días con cierto cosquilleo en el estómago a medida que se acercaba la fecha. Acompañado de su mujer y su hijo llegaron pronto desde Markina, localidad en la que reside desde hace 49 años, y no perdió detalle de todo lo que aconteció en las inmediaciones del campo. Habían pasado 65 años desde que estuvo la última vez cerca del campo. Entonces tenía 15 y era un chaval que llegó para estudiar en los Jesuitas. Ahí tuvo su primer contacto con el conjunto rojiblanco porque en el caserío Iruta de la pequeña localidad de Bolibar en el que nació no había noticias del fútbol. Era el segundo de doce hermanos y su infancia estuvo marcada por los años de la postguerra. Todavía recuerda el paso de los aviones de la Legión Cóndor que bombardearon Gernika y que incluso lanzaron un proyectil en la huerta junto a su casa "que hizo temblar todo".

En una rendija

A los 13 años comenzó a trabajar, y dos más tarde recaló en la capital vizcaína para estudiar. Estuvo cinco meses. Aquí comenzó a saber de las andanzas de Zarra, Gainza, Carmelo... "Los domingos nos acercábamos hasta el campo, que era más pequeño que ahora, para tratar de ver algo de los partidos por unas rendijas que había entre unos tablones. No había dinero para comprar entradas por lo que nos teníamos que conformar con eso", señaló.

Ayer, 65 años después, hizo prácticamente lo mismo pero con las obras de San Mamés Barria. Como muchos aficionados, no se resistió a mirar entre los huecos existentes en las lonas que cubren los trabajos en la calle Pichichi. Vio la llegada de los jugadores del Levante y le llamó la atención el "número de personas que se reúne para recibir al Athletic". Luego se encaminó al interior del estadio.

Entró pronto y pudo presenciar la tranformación que sufre el campo con la llegada de los aficionados. La salida del equipo a calentar. El himno. El salto del once al campo. Los gritos de apoyo de la grada... Fue un partido de sensaciones intensas. Bastante más que las que ha sentido a lo largo de los muchos años que ha seguido los encuentros de los rojiblancos por la radio. A los veinte años tuvo la primera. Y desde entonces fue su inseparable compañera para seguir los duelos de los rojiblancos. "Una vez llegué a romper una del disgusto por una derrota", recordaba ayer.

Era la primera vez que veía jugar al Athletic en directo. A los jugadores del equipo ganador de la temporada 1982-1983, sin embargo, los vio en el homenaje que se le tributó en la Casa de Juntas de Gernika. Fue expresamente con un amigo, "Clemente, Sarabia y Goiko...". El central rojiblanco fue su jugador favorito: "El chato, por su poderío y la fuerza que transmitía". Y es que Arriaga practicó el levantamiento de piedra y fue en ocho ocasiones campeón de Bizkaia, además de carretero en pruebas de arrastre. Ayer, en las inmediaciones del campo se encontró con José Ángel Iribar y se sacó una foto para el recuerdo con el mítico portero.

Carne de gallina

Arriaga es un defensor acérrimo de su equipo. Que se lo pregunten a los tres seguidores de la Real Sociedad que formaban parte del grupo con los que iba a cazar, con los que se jugó 5000 de las antiguas pesetas con cada uno a que los rojiblancos terminaban por delante de los blanquiazules al final de la liga, a pesar que en ese momento iban varios puntos por debajo. "El Athletic terminó con 52 y la Real Sociedad con 48", rememora. Hoy presumirá con todas las fotos que ayer le hicieron en San Mamés su mujer y amables aficionados.

Durante el partido disfrutó "una barbaridad. Esto no es nada parecido a lo que se ve en la televisión. Nunca he visto algo así", relató. Vivió el choque con intensidad, sufrió con las ocasines perdidas por los rojiblancos y no pudo ver ganar a su equipo en el último partido oficial en San Mamés. Pero los actos posteriores al encuentro "termniaron por ponerme carne de gallina. No sabía qué hacer de la emoción".

Humor rojiblanco


lunes, 27 de enero de 2014

El Veinticinco Aniversario

(Artículo publicado por K-Toño Frade (hijo), en el libro "Susedidos botxeros y bilbainos selebres y txirenes")


Estaba yo cenando los tradicionales huevos fritos con patatas, en casa con mis cinco chicas, cuando sonaron dos timbres desde el portal. Agarro el auricular de baquelita y oigo: "¡Venga, K-Toñín, ponte guapo y baja a tomar algo, que te hemos traído una cosita de esas que te gustan a ti!".

Eran los "Cinco Bilbainos", que acababan de cantarle unas bilbainadas a Doña Gloria Urtiaga, en la inauguración de una vinoteca indautxutarra. Encabezados por el salsero de "Txilibrín txikia" nos encaminamos a tomar una espuelita al "Zuri-Gorri", local hostelero de honda raíz forofogoitia, donde por cierto, pudimos comprobar que ya habían devuelto, por correo, las botas de Pitxitxi sustraídas el famoso día de la conquista del subampeonato de Liga. Pero de la bandera athlética bordada a mano por las monjitas de la Misericordia, aún no se tenía noticia. Debió de ser una noche de inspiración para los "cacos rojiblancos" pues también pillaron a un fulano que se llevaba un dibujo del que esto escribe, que colocado frente al mencionado restaurante, anuncia los menús y que tras ser debidamente desmontado de su soporte, era trasportado por un enamorado del arte para su pinacoteca, amparado en celebraciones rojiblancas. ¡Hay cada uno!...

Con las burbujitas de champán hasiéndonos cosquillitas dentro del narís, y cuando aún resonaban las notas de la última bilbainada que habíamos cantado "ayudando" a los "Cinco Bilbainos", el sin par tenor José Antonio Bizkaia me largó: "¡Toma, a que tú no tienes esto, que te va a gustar!". Efectivamente, "esto" era un programa de las fiestas conmemorativas del XXV Aniversario de la Fundación del Athletic Club, que se celebraron un lejano 10 de julio de 1923. Se me pusieron los ojos como platos, pues esta joyita no creo que la posean muchos en nuestra Villa. El folleto, un díptico, abre con una portada "art déco" de Guinea (¿sería de D. Isidoro, el laureado pintor y a la sazón director de la Escuela de Artes y Oficios de Atxuri?). En su primera página interior reza así: "A las ocho y media de la mañana: pasacalle por las bandas de Portugalete y Galdácano. A las diez: Misa de Campaña, cantada por la Sociedad Coral. Bendición y entrega de la bandera". (Creo que la Misa la ofició el llorado D. Resurrección Mª de Azkue, la Coral la dirigió D. Aureliano Valle y la madrina era una niña, Casildita Ampuero, que portaba la bandera rojiblanca). Sigamos, "a las once: Concurso Atlético con la cooperación de las federaciones de Castilla, Cataluña, Guipúzcoa y Vizcaya. A las cuatro media: Exhibición de los "palankaris" campeones de Guipúzcoa y Vizcaya" (qué pena que se haya perdido esta especialidad rural de la popular "barra vasca", que tan grandes jabalinistas olímpicos dio, como el recordado Félix Erauskin o Miguel de la Quadra Salcedo). Posteriormente hubo carrera de relevos de cuatro corredores. Pero el plato fuerte fue el "Gran Partido de Foot-Ball, homenaje a los clubes contemporáneos del Athletic, formando la siguiente selección: Zamora (Español), Vallana (Arenas), Arrate (Real Sociedad), Balbino (Fortuna de Vigo), René Petit (Real Unión), Samitier (Barcelona), Moncho Gil (Sporting Vigo), Triana (Atlético de Madrid), Cross (Español), Bernabé (Real Madrid) y Argüelles (Sporting de Gijón). Arbitrará el match D. Julián Ruete, presidente en funciones de la Real Federación Española. Jueces de línea D. Luis Iceta y D. Seve Zuazo (ex jugadores del Athletic Club). A las nueve de la noche: banquete en honor de las representaciones adheridas. Todos los actos serán amenizados por la Coral de Bilbao, bandas municipales de Bilbao, Portugalete y Galdácano. Precios: Festival de la mañana: General: 1 pta.; grada 1,50 ptas. Tarde: General: 2 ptas.; grada: 3; preferencia: 4: pista: 6; tribuna: 8".

Ahora que estamos celebrando el centenario del club, las entradas cuestan ¡mil veces más! Casi nada.

(Artículo originariamente publicado en 1998 en el periodico 'Bilbao')

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Información sobre el autor:

K-Toño Frade, hijo


Juan Antonio Frade Villar, "K-Toño Hijo" nace en Indautxu en 1945. Es hijo de Juan Antonio Frade "K-Toño" (Bilbao 1914 - 1992) conocido pintor, cartelista, dibujante y periodista.

Cursa los estudios de Primaria y Bachiller en el Colegio Francés y el Instituto Miguel de Unamuno, y posee el título de Deliniante Proyectista de Arquitectura.

Desde los dieciseis años alterna su trabajo en estudios de arquitectura, donde se especializa en perspectivas de edificios con sus dibujos humorísticos en diversas revistas.

Como cartelista ha ganado varios primeros premios y ha realizado los carteles de varios congresos de Peñas del Athletic Club. Destaca como ilustrador y caricaturista. En el mundo de la publicidad es conocido por el diseño de cátalogos e infinidad de logotipos.

Trabajó como deliniante durante los siete años que duró el Plan General de Ordenación Urbanística de Bilbao. Al finalizar éste, se dedica profesionalmente a la pintura, especializándose en temas costumbristas vascos y marítimos. Como escritor de temas locales y costumbristas bilbainos, colaboró en el periódico "Bilbao" (1993-2007).

Ha sido nombrado "Bilbaino del año" por el Alcalde de la Villa en la "Aste Nagusia 2007".

Resumen Jor. 21: CA Osasuna - Athletic Club


sábado, 25 de enero de 2014

Alineaciones Historicas: Mayor goleada europea (16/12/2004)


Estadio: Maurice Dufrasne
Fecha: 16/12/2004

Alineaciones:

Standard: 1 (Onyewu) Runje, Deflandre, Onyewu, Dragutinovic, Garbini, Conceiçao, Geraerts, Walasiak (Carlos Alberto), Mutvadzic (Niemi), Bangoura, Tchité (Mumlek).

Athletic Club: 7 (Ezquerro, Ezquerro, Yeste, Ezquerro, Iraola, Del Horno, Etxeberria) Prieto, Murillo, Yeste, Del Horno, Aranzubia, Gurpegi (Karanka), Iraola, Ezquerro (Urzaiz), Orbaiz, Tiko, Etxeberria (Guerrero).

El Athletic de Manu

Artículo publicado por Jon Uriarte en el diario El Correo el 25/01/2014

Este es un homenaje a Manu Leguineche, cuyo equipo rojiblanco ideal hubiera estado compuesto por Iribar, Orue, Garay, Canito, Mauri, Maguregi, Iriondo, Panizo, Julen Guerrero, Rojo I y Gainza


Iribar, Orue, Garay, Canito, Mauri, Maguregi, Iriondo, Panizo, Julen Guerrero, Rojo I y Gainza. Es una alineación que nunca existió. El equipo ideal del Athletic soñado por Manu Leguineche. El 'Jefe' ha fallecido tras irse apagando poco a poco durante años. Sabíamos que este día llegaría. Pero duele. Por eso, como en los buenos partidos, aunque el árbitro haya pitado el final, seguimos en el campo para seguir aplaudiendo. Porque su partido mereció la pena y debe ser contado.

Leguineche nació en Arratzu (Segurola concreta en Beléndiz), un lugar tan pequeño de Bizkaia, que un día se fue a pasear y acabó recorriendo el mundo. Fue hombre de pueblos pequeños y de grandes horizontes. Hasta para elegir dónde vivir sus últimos días. Brihuega, Guadalajara. Allí tuvo su casa y su retiro, tras vivir mil vidas rodeado de muertes. Una paradoja, que solo entienden los reporteros de guerra. Cuando decidí escribir estas líneas pensé en lo difícil que es ajustar palabras para resumir tamaña existencia. Hasta que recordé algo que suele decir Pacho Unzueta. "Dime qué jugadores te gustan y te diré cómo eres". Por eso preguntaron a Leguineche por su alineación ideal en la preparación del imprescindible libro para un athleticzale 'Athletic 100, Conversaciones en la Catedral' y que también incluyó Pacho en su maravilloso 'A mí el Pelotón'. Porque define al periodista, al escritor y al hombre. Por eso, llamé a Pacho. Quería saber más y así, entender su vida. Cuando contestó, acababa de salir del tanatorio San Isidro de Madrid, tras despedirse de su amigo. "Mañana hablamos. A ver si gana hoy el Athletic". No ganó, pero volvimos a hablar.

"Si tuviera que definir a Manu diría que fue 'El tímido Audáz'". El preciso trazo de Unzueta fue la antesala de una anécdota que retrata a Leguineche. Siendo un chaval de 14 años tenía claro que quería ser periodista. Su ilusión era entrevistar a un jugador del Athletic. Mauri, que era de Gernika, le conocía y le concertó una cita con Carmelo. Pero cuando le esperaba sentado en la grada, el gran portero le preguntó. -"Chaval, ¿has visto por aquí a algún periodista?", a lo que Manu respondió -"No… no lo he visto". Tan osado como para intentar una entrevista, tan tímido como para echarse atrás. "En realidad es un retrato del hombre vasco", apunta Pacho. Tiene razón. Siempre fuimos valientes, pero presos de cierto pudor. Ya ven que es verdad lo de que la forma de ver el fútbol nos define a la perfección. En especial, al hablar del jugador favorito. El de Leguineche era Iriondo.

Admiraba a Panizo, según Segurola, por influencia de su padre. Pero Unzueta apunta al de Gernika. "Ten en cuenta que eran de la zona y le bastó jugar 11 partidos en su vida para llegar al Athletic. Algo que deslumbraba a los chavales de entonces". Cierto. Pero la clave de por qué era Iriondo puede que esté en lo que le tocó vivir. "Con 15 años jugó un encuentro con el Gernika y llegó la Guerra Civil, el bombardeo, la postguerra, la mili...y por fin el regreso a casa y el Athletic". No me digan que no define la propia vida de Leguineche. Un hombre que recorrió todas las guerras de su tiempo hasta que se cansó y se refugió en su propio mundo. Un planeta en el que volvía a estar el Athletic. En realidad nunca dejó de estar.

Me consta que siempre preguntaba por nuestro Club. Ramontxu García cuenta que cada vez que coincidían en TVE exclamaba "¡Hombre, otro del Athletic!". Era su eterno saludo. Pero más allá del club de San Mamés, el fútbol le sirvió, incluso, como salvoconducto. Durante la guerra de los Balcanes, en un control de milicias, tras comprobar que eran periodistas de medios españoles, les preguntaron por Prosinecki. "Un gran jugador", respondió raudo Manu. Y les dejaron pasar. Lo mismo sucedió en El Salvador, tras elogiar a Mágico Gonzalez. Quien no ame el universo de cuero nunca entenderá que donde no llegan los idiomas llega una alineación o un jugador. Manu lo sabía. En la vida, como en el fútbol, uno busca su lugar, su estilo y su destino. Me habría encantado saber en qué puesto jugaba de niño. En el fondo da igual. Siempre sería el capitán. Pero no de brazalete y foto oficial. Sino de vestuario y más allá. Al fin y al cabo, fue más que maestro o capitán. Era el jefe de la tribu y uno de esos genios románticos que a veces da nuestra tierra y que, por muy lejos que vayan, la llevan consigo. Descansa en paz Manu, que ya viviste muchas guerras. Decías que eras del Athletic hasta la muerte. Fue tu única mentira. Porque siempre lo serás.

viernes, 24 de enero de 2014

Resumen Copa 1/4 (ida): Atlético de Madrid - Athletic Club


Leguineche y el cromosoma del Athletic

Artículo publicado por Santi Segurola en el diario Marca el 23/01/2014


Detrás del formidable periodista que fue Manu Leguineche, fallecido ayer a los 72 años de edad, se encuentra un universo singular de curiosidad, amor a la profesión, vocación por la aventura, independencia, rigor y el hedonismo necesario para distanciarse de su fama, disfrutar de la vida y no caer en el desastroso peligro de la vanidad. No hubo guerra o conflicto que se escapara a su mirada. Para un hombre que alcanzó todos los rincones del planeta pertrechado con un entusiasmo y una fe indescriptibles en el rédito social del periodismo, todo pasaba por el placer: por la vida, por la profesión, por los amigos y por todo aquello que evitaba la solemnidad y procuraba el disfrute.

Extraordinario autor de toda la variedad posible de crónicas, reportajes y libros, Leguineche abarcó el periodismo con una sensibilidad insuperable. Hace un año, la editorial Capitán Swing reeditó Los Topos, un libro que debería figurar en las bibliotecas de todas las escuelas y universidades españolas. Lo escribió junto a Jesús Torbado, compañero en tantas aventuras. El libro recoge los testimonios de dos decenas de militantes republicanos que permanecieron escondidos durante 30 años, hasta el decreto de amnistía que emitió el franquismo a finales de la década de los 60, pero que salieron al fin de su cautiverio. Leguineche y Torbado recogieron su testimonio palabra por palabra, con un rigor emocionante, sin permitir un gramo de sentimentalismo y demagogia.

La reedición de Los Topos se puede interpretar como el último y merecidísimo homenaje a Leguineche, a quien conocí en otra faceta indispensable de su vida: la de hincha del Athletic. «Hasta la muerte», solía decir para referirse a su vinculación emocional con el equipo de su tierra. Nacido en Beléndiz, un diminuto enclave integrado en el municipio de Gernika, la infancia y adolescencia de Leguineche coincidió con los éxitos de la memorable generación integrada por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza.

Muchos años después, con motivo del centenario del Athletic, en 1998, Leguineche nos convocó a Patxo Unzueta y a mí para trazar algo parecido a un libro de memorias rojiblancas. Acudimos durante una semana a su domicilio madrileño, frente al campo de Vallehermoso, para acumular nuestros recuerdos y trasladarlos a un libro que se tituló Athletic 100, Conversaciones en La Catedral.

En mi caso, fue una experiencia maravillosa. Aquel coloso del periodismo dejó decenas y decenas de anécdotas, algunas desternillantes, como la que ocurrió en la víspera del bombardeo de Bagdad, en 1991. Ante el asombro de Leguineche, instalado en el hotel Melia Mansour, dos integrantes de un grupo musical bilbaíno aparecieron en el hotel para pedirle un consejo asombroso: cómo encontrar la manera de entregar una camiseta del Athletic a Saddam Hussein.

Así eran muchas de las historias de Manu Leguinetxe, el periodista que encontró su primer frente de guerra cuando era un chaval. Trabajaba para el semanario bilbaíno Gran Vía y tenía el valor suficiente para acercarse y pedir una entrevista a los Di Stéfano, Gento y compañía. Decía que así empezó a curtirse. Lo comentaba con una indisimulada afición por el fútbol, que en el caso del Athletic alcanzaba el grado de pasión enfermiza. No hubo lugar del mundo, ni guerra, que le impidiera buscar el resultado a través de la onda corta.

Admirador de Panizo, en gran medida por la influencia de su padre, Leguineche definió al gran interior de una manera poética: «Era Menuhin, con dos Stradivarius en las piernas». Luego añadió: «Ahí queda eso. A ver si lo mejoráis». Imposible de mejorar, desde luego. Ni valía la pena intentarlo. Para todos los que tuvimos la fortuna de coincidir con él, ya era suficiente con disfrutar de su amistad, de su magnífico humor y de su magisterio.

jueves, 23 de enero de 2014

Uno de los grandes de los años 50

(Fuente: Boletín distribuido en San Mamés en el partido Athletic Club - Almería 11/01/14)

JOSÉ MARÍA MAGUREGI NOS DEJÓ EL 30 DE DICIEMBRE. EL DE MIRAVALLES DISPUTÓ 229 PARTIDOS CON EL ATHLETIC CLUB


Maguregi comenzó en el Club Deportivo Villosa (hoy SD Laudio) antes de  char por el Athletic, que lo cedió en su primera temporada (1951/52) al Arenas. Ya en el club rojiblanco demostró su poderío. Jugó hasta 1961, consiguiendo una Liga (1955/56) y tres copas (1955-56-58). Junto con Mauri, formó una de las más recordadas medulares del Athletic.

En 1961  chó por el Sevilla, donde estuvo dos campañas, marchando posteriormente al Espanyol y al Recreativo, club en el que puso, en 1965, punto y  nal a su carrera futbolística. Comenzó entonces un largo periplo como entrenador en el equipo de su pueblo natal y también dirigió al Sestao Sport Club, Racing de Santander, Celta, Almería, Espanyol, Atlético de Madrid, Murcia y CP Almería. Tras varios años con problemas de salud, ‘Magu’ nos dejó el pasado 30 de diciembre. Descanse en paz.

viernes, 17 de enero de 2014

Agur don Marcelo

(Artículo publicado por Jon Uriarte en el diario El Correo el 13/06/13)


"Para lo bueno, pero especialmente para lo malo, protege saber que aunque pase el tiempo, lo que suceda será parecido a lo previsto". La frase se refiere al Athletic y se la regaló Marcelo Bielsa a un servidor. Fue hace dos años y por motivos que no vienen al caso, pero definen lo que está pasando. Imaginar que el rosarino sería un entrenador diferente a todos era previsible. Que le despidieran así, no. Porque hasta sus mayores detractores están de acuerdo en que no es 'gure estiloa'. Jamás oculté mi admiración y respeto por Bielsa. Soy de los que le han perdonado y justificado lo que nunca antes a otros. Quizá por que lo sucedido fue más de lo previsto. El orgullo siempre lo tuvimos. Y la épica. Pero con Bielsa logramos algo más. Un juego que nos hacía diferentes a todos. Y diferente es el apellido del Athletic. Para lo bueno y para lo malo.

He visto a Iribar sacar con la mano hasta medio campo, a Rojo conducir el balón con elegancia, a Argote centrar como si tuviera un palo de golf, a Goiko rematar con el alma, a Dani ratonear como nadie, a Sarabia driblar a todo un Real Madrid. Vi debutar a Zubi, a Guerrero y a un tal Urrutia. Disfruté del segundo puesto del 98 y del éxtasis frente al Sevilla la noche del rabo. Contemplé la primera derrota en años del Milan de Capello, el empate ante Brasil en el centenario y despedirse a Carlos, a Irureta y a Uriarte. Podría seguir. Porque siempre fuimos grandes. Y seguiremos siéndolo. Pero sólo hasta el hoy alcanza el horizonte de lo conocido. Más allá, es futuro.

Por eso lo vivido con Bielsa, digan lo que digan, ocupará una página importante de nuestra historia. Con él hemos compartido dos temporadas extrañas. La segunda nos ha hecho más humanos. La primera más mito. Y en el Athletic, el mito es gasolina. De ahí que uno sienta el deber de escribir estas líneas a don Marcelo. Siempre le llamé así. Bien lo sabe su asistente Diego Reyes. O Bonini, a quien telefoneó su hijo la noche que eliminamos al Manchester para decirle "¡Viejo, no son conscientes de lo que están haciendo!". El mundo volvió a mirarnos como antaño y como nunca. Uno tiene espuelas como para saber que el fútbol no acaba en Mister Pentland, Koldo Aguirre, Clemente, Caparros o Bielsa. Pero he preguntado a los fútbolistas que lograron títulos y dicen que jamás jugamos como la temporada 2011-2012. Y el octogenario vecino de asiento, que tengo a mi espalda, asegura que tampoco ha visto nunca jugar al Athletic como el año pasado. Por eso el 'don'.

Don Marcelo, sé que me lee. Nos lee a todos. Como el que toma jarabe porque no hay otra. No hemos trabajado juntos, ni me ha entrenado. Así que no he sufrido su carácter, ni usted el mío. Por lo que el bagaje es sólo deportivo y afectivo. Por eso deseo que este adiós sea parcial. Que la persona se vaya, pero el legado permanezca. Valverde parece un cambio natural. Ama el balón y lo mima. De él hablaremos otro día. Hoy toca Bielsa. Espero que disfrute estudiando el balón. Pero que le robe tiempo para regresar, pasear por Zugazarte, caminar por Bilbao con las gafas colgando y recorrer los montes buscando el caserío que ansió.

Porque eso no será fútbol, pero es lo que hace que el Athletic sea diferente y que "lo que suceda sea parecido a lo previsto". Para lo bueno y para lo malo. Su mujer le dijo que le gustaría ser vasca, "porque acá no se van de boca". Quizá sea asi. Somos pueblo de pocas palabras. Siempre suelo recordar que agur no significa adiós. Es saludo, tanto de bienvenida como de despedida. Quizá porque no sabemos despedirnos. O no queremos hacerlo. Señor Bielsa, fue un honor acompañarle en busca de utopías. No llegamos, pero mereció la pena. Agur don Marcelo. Espero llegar a viejo y poder contar que le conocí. Y que, digan lo que digan, a lo loco se vive mejor. O, al menos, se vive diferente.

No esperamos títulos para ser del Athletic

Artículo publicado en el número 37 de la revista Athletic Club (Marzo 2013)

Asier Hormaza (Actor)


Bueno, pues Llorente ya ha rehecho su vida... ya tiene novia, muy guapa, italiana, mayor que él eso sí, aunque como siempre en estos casos la sospecha de que la 'Vecchia Signira' ya existía antes de que lo nuestro se fuese al traste es inevitable. Y como la vida sigue, vamos a centrarnos en que la nuestra siga en Primera y con mucho que celebrar los próximos años. Y es que lo que hay que celebrar y siempre hemos celebrado es, que el Athletic es quien es, digo bien, no hemos esperado títulos para ser del Athletic ni se exige que las copas inunden las vitrinas, para nosotros es otra cosa y por eso tiene tantos seguidores y se quiere al Athletic, porque sus valores sobre el terreno de juego van más allá de lo deportivo, y quizá eso es lo que muchos no entienden, incluso algunos jugadores que visten o han vestido su camiseta...

Vivimos en una época en la que todo se confunde y viene impregnado de tantas cosas que uno no sabe a qué atenerse pero en el Athletic siempre ha estado todo claro, siempre a pesar de que los vecinos no lo entiendan o no quieran entender y haya que explicar una y otra vez aquello de... la cantera y/o jugadores de Euskal Herria. Un equipo de fútbol representa lo que sus seguidores quieran y por eso hay equipos con toda suerte de seguidores que se otorgan de manera unánime el titúlo de mejor afición del mundo. En el Athletic, desde hace decenas de años, los seguidores de toda la península lo han querido y respetado. Incluso era ejemplo para un gallego que estuvo en Madrid durante 40 años... y me he llegado a encontrar con un seguidor del Athletic desde Croacia. Para alguien nacido en Bilbao es un orgullo que tu equipo sea seguido y admirado desde tantos y tan diferentes lugares, y no es por los títulos o por sus estrellas, sino por una manera de vivir el fútbol y de conectar con el pueblo. Eso solo lo consiguen los grandes y somos muy pocos, en nuestro caso, únicos en el mundo. Por eso el año pasado fue tan ilusionante, emotivo y espectacular, y por esa misma razón, a pesar de que la gabarra no salió, los corazones y las emociones de los seguidores hicieron gritar 'Athletic beti zurekin!' (¡Athletic siempre contigo!). Por eso duelen algunos comportamientos, por eso se premia con cariño a quien vive el Athletic. Lezama además de ser un vivero de jugadores de futuro, debe incluir una asignatura: significado Athletic.

Sabemos que en una economía de mercado todo tiene un precio y un jugador de fútbol también. Así que hay que acostumbrarse a que de vez en cuando alguno quiera cambiar de nómina y vitrina. Pues nada, cláusula de rescisión y buena suerte, y los que nos quedamos, a buscar y formar nuevas 'perlas'. Eso sí, como en toda ruptura, las reacciones del abandonado son imprevisibles y variadas. Aquello de "como en casa en ningún sitio" ha dejado de tener mucho valor a tenor de la cantidad de jóvenes que se 'independizan' del Athletic pero hay que advertir de que ahí afuera hace frío...

El nuevo campo es sin duda una nueva ilusión, un nuevo comienzo que debe de hacer olvidar malos recuerdos y será el momento de estar todos a la altura de lo que significa el Athletic.

jueves, 16 de enero de 2014

Resumen Copa 1/8 (vuelta): Athletic Club - Betis


Alineaciones Historicas: Inauguración de San Mamés (16/09/2013)


Estadio: San Mamés
Fecha: 16/09/2013

Alineaciones:

Athletic Club: 3 (San José, Iraola, Beñat) Iago Herrerín, San José, Laporte, Erik Moran, Ander Herrera (Mikel Rico), Aduriz, Gurpegi, Muniain (Ibai), Susaeta, Iraola, Beñat (De Marcos).

Celta de Vigo: 2 (Charles, Santi Mina) Yoel, Hugo Mallo, Fontás, B.Oubiña, Álex López (Sati Mina), Nolito (Orellana), Charles, Rafinha, Toni, Augusto (Madinda), D.Costas.

La tormenta perfecta

Artículo publicado por Jon Agiriano en el diario El Correo el 18/12/2013

El 18 de mayo de 1947 San Mamés vivió uno de los más grandes partidos de su historia, el inolvidable 12-1 al Celta en la Copa con 8 goles de Gainza

A lo largo de la década de los cuarenta, el Athletic ganó cuatro Copas y una Liga. Fue un buen botín, sin duda, pero claramente inferior al que podría haber correspondido, por su calidad y potencia de juego, a aquel equipo histórico. Si el palmarés de los rojiblancos en aquellos años de postguerra no fue más granado ello se debió a una doble cuestión de desequilibrio y mentalidad. Por un lado, los pupilos de Urquizu eran defensivamente un bloque endeble, sin grandes estrellas. Estas se concentraban en la delantera, en torno a una serie de figuras legendarias que acostumbraban a esmerarse a conciencia delante de su público y no tanto lejos de él. Hablamos, pues, de un Athletic irregular, una especie de ogro ciclotimico al que su hinchada le exigía muchísimo y al que sus rivales tenían un respeto enorme. Sabían que, cuando tenía su día, aquel equipo se convertía en una fuerza arrasadora, capaz de cualquier cosa. Pues bien, esto es justo lo que sucedió el 18 de mayo de 1947.

El Celta visitó San Mamés para el partido de ida de los cuartos de final de la Copa. Eran un buen equipo los gallegos, dirigidos por un mito como Ricardo Zamora. De hecho, venian de eliminar en octavos al Valencia, el reciente campeón de Liga. El Athletic era favorito en la eliminatoria, pero nadie se atrevía a lanzar las campanas al vuelo. Como escribió un cronista de la época, "ni el más calenturiento secuaz" del Athletic podía imaginar una victoria de su equipo "por más de dos o tres goles de ventaja". Sin enbargo, sucedió lo imposible. Veámoslo como un fenómeno climatológico. Todos los astros se alinearon del modo preciso y único, los vientos confluyeron en el lugar indicado y la presión atmosférica se detuvo en los milibares exactos. En San Mamés nadie lo sabía, pero todo estaba preparado para la tormenta perfecta.

El Athletic salió arrollando y no dejó de hacerlo durante los noventa minutos. Manu Barrenechea cogió la manija con la autoridad de un capitán de barco. El plenciano iba a jugar ese día quizá el mejor partido de su carrera. En torno a él, la delantera rojiblanca no tardó nada en desplegarse con vértigo e inteligencia. Zamora había cometido un grave error táctico, producto de su miedo a Panizo, que estaba en un magnifíco estado de forma y venía de marcar seis goles al Levante en octavos de final. 'El Divino', que solía tener muchos 'ataques de entrenador', movió las piezas de su once y ordenó una doble vigilancia al de Simondrogas. Y aquello fue un desastre. Más que nada porque permitió jugar todo el partido con espacios, un poco a su aire, a Gainza. La imprudencia fue gravisima, como abrir la jaula de un león hambriento. 'Piru' estaba suelto e Iraragorri, veterano de mil batallas, no dejo de buscarle. Más de un aficionado rojiblanco comenzó a olerse la escabechina.

El pobre Mesa

La crónica del partido es el relato de una avalancha de goles. Todo comenzó a los 9 minutos, cuando Gainza recibió un gran pase de Barrenechea y batió a Simón. El guardameta del Celta iniciaba así su particular 'via crucis', con sus doces pasos, sus doce estaciones, en dirección al interior de la portería. Nunca olvidaria aquel partido, aunque fue de largo el mejor de su equipo y le libró de una goleada todavía más sangrante. A los 11 minutos, Zarra hizo el 2-0 de cabeza tras un golpe franco de Nando. A los 25, Iriondo haría el 3-0 de tiro cruzado y a los 42, Gainza firmaría el 4-0. Lejos de relajarse por la ventaja lograda, tras el descanso el Athletic se lanzó a degüello. Iriondo hizo el 5-0 a los 50 minutos y 'Piru' firmó otros dos en un pispás. Su marcador se llamaba Mesa y, según la crónica del partido que publicó este periódico, para ese momento, ya con 7-0, el hombre "estaba desriñonado y loco".

Mejor ni pensar cómo acabó el lateral vigués y, en general, toda la defensa del Celta. Porque la avalancha continuó. Panizo hizo el 8-0 de penalti, Pahiño marcó el gol del honor en el minuto 67 tras recoger el rechace de un disparo de Retamar que había pegado en el larguero, y luego llegó la gran traca final. El encargado de prenderla fue el 'gamo de Dublín' -el sobrenombre se lo pondrían a Gainza dos años después tras una exhibición portentosa en Dalymount Park con la selección- que marcaría cuatro goles más entre el 71 y el 78. Los tres últimos llegaron en tres minutos fulgurantes, entre el 76 y el 78. Lo nunca visto. Hay que imaginar el regocijo de las gradas, donde comenzaron a aflorar las discusiones sobre la cifra exacta de goles. Y es que el marcador se había quedado sin números y el 12 hubo que escribirlo malamente con tiza y no se veia bien.


Los números del marcador se acabaron y hubo que escribir el 12 con tiza. (Manu Cecilio)

Kolosal, con K

El partido terminó sin más quebrantos en la portería del Celta gracias a un par de buenas intervenciones de Simón. El arbitro Azón Roma pitó el final y San Mamés dedicó una ovación atronadora a sus jugadores, que habían logrado repetir la goleada histórica de 1931 al Barcelona, y otra muy sentida a los futbolistas del Celta, que habían aguantado el chaparrón con un 'fair play' exquisito, sin un mal gesto de rabia o desesperación. J. de la Maza no se olvidó de ponderar la actitud del equipo visitante en las páginas de El Correo. "Bien, muy bien, caballerosos deportistas del Celta. Vaya en vuestro honor un hurra estrepitoso de la afición futbolistica bilbaína, que lógicamente entusiasmada por el triunfo de los suyos, tuvo para vuestra ejemplar conducta calurosisimos elogios. Los que merecíais", escribió.

No hace falta decir que el cronista bilbaíno, que curiosamente no citó a Gainza entre los jugadores que más le gustaron del pardio pese a sus ocho goles sino a Barrenechea e Iraragorri, no escatimó los elogios al equipo de Urquizu. "Respecto a la actuación del equipo blanquirrojo se pueden emplear cuantos adjetivos encomiásticos se deseen. Y siempre en superlativo. ¿Superior? Pues superior. ¿Enorme? Pues enorme. ¿Kolosal? Pues kolosal, con k y todo".

La goleada provocó todo tipo de reacciones. Juanito Urquizu era un ondarrés modesto, sencillo, y parco en palabras que no sacaba pecho ni a punta de pistola. Estaba contento tras el partido, sin duda, pero apenas lo demostró. Aqyuella tarde, además dos amigos le esperaban para ir juntos a Ondarroa y tenia algo de prisa. El caso es que sus declaraciones no pudieron ser más frias y telegráficas.

- Buen partido.
- Buen primer tiempo, sobre todo.
- ¿Qué táctica había ordenado?
- La de ganar, si se podía.

Mundo se consuela

El que tenía ganas de hablar era Edmundo Suárez de Trabanco, Mundo, el gran jugador del Valencia, que estaba ya de vacaciones y había vuelto a casa, a Barakaldo. El delantero ché tenia buenos amigos en el Athletic -de hecho, él había fichado por el club bilbaíno antes de que la Guerra Civil le condujera al frente de Levante y acabara jugando en el Valencia-, y no quiso perderse el partido ante el Celta. Abrumado por la exhibición que acababa de presenciar, Mundo se reía de aquellos que, antes del partido, se quejaban del mal estado de forma del equipo de Urquizu. "Siempre igual, siempre llorando. Que si el equipo estaba mal, que si no tiene juego. ¡No sé qué queréis! ¡De buena nos hemos librado!", suspiraba, recordando que, de haber eliminado al Celta en octavos, hubiera sido al Valencia al que le hubiera tocado enfrentarse al Athletic.

La prensa se volcó con los rojiblancos. En su columna 'Murmullos', Monchín recordaba la cantidad de telegramas de felicitación que estaban llegando a la sede del club y bromeaba al respecto sacando a colación uno de sus personajes preferidos. "El presidente del 'Tontómetro', Don Valentín Canín Isoso, ausente en viaje de estudios, ha enviado al club el siguiente mensaje: Protesto indignado ante derroche insólito de materia tan rara como es el gol. Con once hubiera bastado. Que se repita y que yo lo vea. Stop".

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ALINEACIONES

* Athletic Club: Lezama, Fernández, Oceja, Celaya, Nando, Barrenechea, Iriondo, Panizo, Zarra, Iraragorri y Gainza.

* Celta: Simón, Mesa, Salas, Yayo, Leonardo, Alonso, Retamar, Muruaga, Hermida, Pahiño y Roig.

* Goles: 1-0 Gainza (m. 09), 2-0 Zarra (m. 12), 3-0 Iriondo (m. 25), 4-0 Gainza (m. 40), 5-0 Iriondo (m. 50), 6-0 Gainza (m. 53), 7-0 Gainza (m. 54), 8-0 Panizo (m. 65), 8-1 Pahiño (m. 67), 9-1 Gainza (m. 71), 10-1 Gainza (m. 76), 11-1 Gainza (m. 77), 12-1 Gainza (m. 78).

martes, 14 de enero de 2014

El tercer hombre

(Artículo publicado por K-Toño Frade (hijo), en el libro "Susedidos botxeros y bilbainos selebres y txirenes")


Después del extraordinario triunfo de nuestro querido Athletic Club, consiguiendo el subcampeonato de Liga, y tras completar el emotivo homenaje popular y el paseo en camión, a la vieja usanza, entre una multitud enfervorizada, no puedo por menos que traer a este rincón botxero el recuerdo de aquellos viajes a Madrid a ver "nuestra" final de Copa y posterior recibimiento triunfal tras la casi segura victoria de nuestro club. Viajes y preparativos que nunca se borrarán de la memoria de mi niñez.

Cuántas veces he ido con mi ama a despedir a aita a la Estación de Abando. Qué nerviosismo. Allí se presentaba mi padre, con su traje y camisa blanca recién planchada, y una corbata rojiblanca que aún conservo, con los resultados escritos en tinta china, de las finales a las que había acudido. En su txapela "azul Bilbao" colocaba la banderita que hicieron famosa sus típicos "forofogoitias" y con la tortilla de patata dispuesta sobre un lecho de pimientos verdes fritos en una redonda hogaza envuelta en una inmaculada servilleta blanca anudada en lo alto, allá emprendía el viaje con el resto de la "Peña botxera", mientras el tren se alejaba hacia otra final más y la cabeza y la mano de mi aita se empequeñecían a punto de ser engullidas por el humo de la "Santa Fé" y por el oscuro puente de Cantalojas.

En todos estos eventos tiene que haber un organizador. El organizador de aquellos tiempos, en que apenas había agencias de viajes (así, de memoria, me acuerdo de Wagon-Lits Cook, en Hurtado de Amézaga), tenía que ser un valiente, que arriesgaba su tiempo y su dinero, aparte de poseer un enorme corazón rojiblanco. Y sólo podía haber una persona que reunía estas características: "El Tercer Hombre", que por su sobrenombre se le conocía a Don Mario Jiménez Egizabal. Bajo su reluciente calva bullían ideas a mogollón. Una de las que convirtió en realidad, aunque ya hubiera precedentes, fue la de organizar trenes a la final de Copa. Para organizar estos trenes, y para sus correspondientes campañas publicitarias, el bueno de Don Mario adoptó tan enigmático nombre de la película de Orson Welles, y como era un txirene de tomo y lomo, y más popular que la flauta de Jodra, con ese nombre pasó a la posteridad.

¡Tren a la final!, en cuanto aparecía el anuncio en la prensa o en E.A.J.28 Radio Bilbao, el Botxo es estremecía hasta su más apartado rincón. Miles de hinchas corrían a sacar los billetes, con entrada adjunta, y el comentario sobre la excursión era monotemático en todos los corralitos de la Villa, e igual que una epidemia iba contagiando a todos los bilbainos, y el que no estaba apuntado, corría como alma rojiblanca que lleva el diablo, a inscribirse. Todos los familiares acompañaban a la estación a los padres y hermanos. Todos iban y venían buscando su número de tren. El espectáculo, grandioso. Los balcones de las casas de Hurtado de Amézaga y García Salazar se habían engalanado de rojiblanco.

El viaje era un auténtico festival. Don Mario cuidaba, a ritmo de bilbainadas hasta el último detalle. Nadie sabía cómo se las arreglaba, pero conseguía de numerosas firmas comerciales txapelas rojiblancas de plástico, gorros, caramelos, chocolatinas, pajaritas o cornetas y otros muchos regalos. Cada tren poseía su servicio médico. Y es que estaba en todo.

Como se solía regresar con la "Copa", los recibimientos a aquellos trenes y posteriormente al equipo, eran apoteosicos. La tradición de los recibimientos en Bilbao venía de lejos. Recibir en triunfo al "Chiquito de Abando", al Orfeón Bilbaino o al Athletic Club, era ya historia en la Villa. El mismo Mario Jiménez, el gran Mario Ugarte y el inolvidable Txomin Barullo, fueron las almas de aquellos eventos. Pero eso lo contaremos en otro tiempo. Hoy acabaremos con un grito unánime, ¡Aupa el Athletic!

(Artículo originariamente publicado en 1998 en el periodico 'Bilbao')

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Información sobre el autor:

K-Toño Frade, hijo


Juan Antonio Frade Villar, "K-Toño Hijo" nace en Indautxu en 1945. Es hijo de Juan Antonio Frade "K-Toño" (Bilbao 1914 - 1992) conocido pintor, cartelista, dibujante y periodista.

Cursa los estudios de Primaria y Bachiller en el Colegio Francés y el Instituto Miguel de Unamuno, y posee el título de Deliniante Proyectista de Arquitectura.

Desde los dieciseis años alterna su trabajo en estudios de arquitectura, donde se especializa en perspectivas de edificios con sus dibujos humorísticos en diversas revistas.

Como cartelista ha ganado varios primeros premios y ha realizado los carteles de varios congresos de Peñas del Athletic Club. Destaca como ilustrador y caricaturista. En el mundo de la publicidad es conocido por el diseño de cátalogos e infinidad de logotipos.

Trabajó como deliniante durante los siete años que duró el Plan General de Ordenación Urbanística de Bilbao. Al finalizar éste, se dedica profesionalmente a la pintura, especializándose en temas costumbristas vascos y marítimos. Como escritor de temas locales y costumbristas bilbainos, colaboró en el periódico "Bilbao" (1993-2007).

Ha sido nombrado "Bilbaino del año" por el Alcalde de la Villa en la "Aste Nagusia 2007".

jueves, 9 de enero de 2014

Alineaciones Historicas: Final Copa 2009


Estadio: Mestalla
Fecha: 13/05/2009

Alineaciones:

Athletic Club: 1 (Toquero) Amorebieta, Ocio, Javi Martínez, Toquero (Ion Vélez), Llorente, Yeste, Iraizoz, Orbaiz (Etxeberria), David López (Susaeta), Iraola, Koikili

F. C. Barcelona: 4 ( Yaya Toure, Messi, Bojan, Xavi) Pinto, Piqué, Puyol, Xavi (Pedro), Eto'o, Messi, Bojan (Hieb), Keita, Dani Alves, Yaya Toure (Sylvinho), Sergio B.

domingo, 5 de enero de 2014

Un Derbi digno de Reyes

Viñeta publicada por Asier y Javier en la sección 'Aste Ero' del diario Deia el 04/01/2014

sábado, 4 de enero de 2014

Iribar: "Sabíamos que nos jugábamos mucho"

Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 04/01/2014

Los recuerdos de José Ángel Iribar, así como los de Zamora y Satrustegi, presentes también en el emotivo derbi de la reivindicación de la ikurriña en diciembre de 1976, rescatan un pasaje inolvidable


José Ángel Iribar y Inaxio Kortabarria saltaron al césped de Atotxa luciendo la ikurriña

Han pasado 37 años desde que la ikurriña renovó sus castigadas energías en Atotxa, hogar de la Real Sociedad en un tiempo que pertenece ya a un carismático pasado. Mañana, de hecho, se habrán cumplido 37 años y un mes exacto desde que los corazones de innumerables vascos y vascas se encogieron como consecuencia de una iniciativa que se convirtió en símbolo de la lucha por la libertad.

El fútbol, capaz de generar todo tipo de emociones y sensaciones, se convirtió en la excusa perfecta para dar vuelo a un acto tan audaz como peligroso. Ninguno de los involucrados sabía a ciencia cierta en qué depararía tamaña reivindicación pública, pero el paso al frente resultó unánime en los vestuarios de Real y Athletic, hermanados entonces por un objetivo común: defender más allá del ámbito privado la libertad de posar con una ikurriña cuya legalidad, a pesar de la reciente muerte de Francisco Franco, aún no se había establecido. El acto, inolvidable por su fondo y forma, tuvo lugar en la tarde del 5 de diciembre de 1976, en los minutos previos a un derbi en el que la Real se impuso con un contundente 5-0 al Athletic.

Pero aquel partido no estaba destinado a pasar a los anales de la historia por lo que sucediese durante los noventa minutos de juego, sino por lo acontecido durante la salida de los jugadores al terreno de juego. Fue entonces, presos de un temor contrarrestado por la ilusión de reivindicar y defender el sentimiento por lo propio, cuando los jugadores de uno y otro equipo escoltaron a José Ángel Iribar e Inaxio Kortabarria, capitanes y portadores de una ikurriña deseosa de ver la luz. "Fue un momento muy emocionante", recuerda El Txopo, instantes antes de añadir que "yo, personalmente, lo viví con una mezcla de sensaciones porque no sabíamos en qué podría deparar aquello, pero queríamos hacerlo y por fortuna todo salió bien. Me quedo también con que en cuanto nos lo propusieron, los jugadores del Athletic lo aprobamos por unanimidad".

El impulsor del plan

Y es que la idea de desafiar el ingrato orden establecido alcanzó al vestuario rojiblanco después de que hiciese lo propio con el de la Real, equipo en el que militaba el impulsor de la reivindicación: Josean de la Hoz Uranga. Fue él, txuri-urdin entre 1972 y 1978, pero fuera de la convocatoria para aquel histórico derbi, quien dio vida a una idea que se gestó gracias a la colaboración de su hermana, que aceptó ser la encargada de coser en secreto la ikurriña.

De la Hoz cuidó con mimo su propósito antes de ponerlo en conocimiento de Iribar y Kortabarria en Atotxa, lugar hasta el que transportó, oculta en el interior de su coche, una ikurriña que no vio la Policía Nacional en el control al que fue sometido en mitad de la A-8. "Me tocó parar y registraron el coche de arriba abajo, pero no la encontraron. Nosotros también éramos el pueblo y teníamos que hacer algo para reivindicar los derechos del pueblo vasco", manifestaba De la Hoz en una entrevista concedida a Noticias de Gipuzkoa en 2010.

Iribar, cuyos recuerdos jamás le abandonarán, confiesa que para Kortabarria y él supuso "una gran responsabilidad" dar la puntilla deseada al plan de De la Hoz, pues "sabíamos que nos jugábamos mucho y acabó siendo un día memorable para todos nosotros". Además, el propio Iribar reconoce que se le pusieron "los pelos de punta" durante la salida al terreno de juego, experimentando una serie de emociones "que nunca olvidaré".

Los realistas Jesús María Zamora y Satrustegi, goleadores en aquel derbi, también recuerdan con emoción todo lo acontecido en los minutos previos al comienzo del partido. "Yo estaba en la mili en aquella época y tuve ese miedo de no saber bien en lo que me podía estar metiendo, pero al igual que el resto de mis compañeros, también voté a favor de la iniciativa", confiesa Zamora, mientras que Satrustegi, autor de dos de los cinco goles que la Real endosó entonces al Athletic, subraya que fue un día "grandioso".

"Yo siempre salía el último al campo, pero ese día no quise quedarme tan atrás y no salí en primera posición porque ese lugar correspondía a los capitanes, así que logré alcanzar la tercera posición en la fila. Fue muy emocionante la salida al campo, porque todos queríamos poner nuestro granito de arena, aun sabiendo que podíamos ir esposados a la cárcel", añade con síntomas de emoción el propio Satrustegi, a quien no se le ha olvidado cómo Gaztelu, homenajeado por la Real antes del envite, rompió a llorar al término del partido por las profundas emociones que se vivieron en Atotxa.

Un símbolo fructífero

No en vano, la exhibición de la ikurriña bajo la protección de Iribar y Kortabarria se convirtió en un símbolo de lucha y reivindicación que perdurará en la memoria de quienes lo presenciaron in situ, así como de quienes sin estar presentes, han visto, escuchado o leído acerca de lo sucedido aquel 5 de diciembre.

Una época en la que se estaban dando los primeros pasos para derrocar el régimen franquista y en la que los jugadores de Real y Athletic, unidos, optaron por arriesgar su condición de futbolistas, valiéndose de la relevancia social de un deporte tan seguido como el fútbol. "Tampoco sabíamos cómo iba a responder el público, pero el apoyo que recibimos fue grandísimo y con la perspectiva que da el paso del tiempo creo que sirvió para adelantar todo el proceso", señala Iribar. Una percepción que es secundada por Zamora y Satrustegi, quien recuerda aquel día como "uno de los más grandes que viví como futbolista profesional".

Diez días después de la disputa de aquel derbi, la Ley para la Reforma Política fue aprobada en referéndum, entrando en vigor el 4 de enero de 1977. Y el 19 del mismo mes, solo unos días después de la reivindicación llevada a cabo en Atotxa, llegó la ansiada legalización de la ikurriña, liberada así de su triste cautiverio.